Escrito por el personal de MAYO CLINIC | 20/11/2018
La negación es un
mecanismo de afrontamiento que te brinda tiempo para adaptarte a situaciones
preocupantes, pero la negación permanente puede interferir en el tratamiento o
en tu habilidad para enfrentar los desafíos.
Cuando te encuentras en estado de negación, estás
tratando de protegerte al no aceptar la verdad sobre algo que pasa en tu vida.
En algunos casos, la negación inicial a corto
plazo puede ser algo bueno, ya que te da tiempo para adaptarte a una situación
dolorosa o estresante. También podría ser un precursor para hacer algún tipo de
cambio en tu vida. Sin embargo, la negación tiene un lado oscuro. Averigua
cuándo la negación no es saludable y cómo dejarla atrás.
Comprender
la negación y su propósito
Rehusarse a reconocer que algo no está bien es una
manera de afrontar los conflictos emocionales, el estrés, los pensamientos
dolorosos, la información amenazante y la ansiedad. Es posible que te niegues a
reconocer cualquier cosa que te haga sentir vulnerable o amenace tu sensación
de control, como una enfermedad, una adicción, un trastorno de la alimentación,
violencia personal, problemas financieros o conflictos en las relaciones.
Puedes negar algo que te ocurra a ti o a otra persona.
Cuando te encuentras en estado de negación, haces
lo siguiente:
·
no
reconoces una situación difícil
·
Intentas
evitar enfrentarte a la realidad de un problema
·
Minimizas
las posibles consecuencias de un problema
Cuándo
la negación puede ser útil
Negarse a enfrentar los hechos podría parecer poco
saludable. Sin embargo, a veces, un breve período de negación puede ser útil.
La negación le da a la mente la oportunidad de absorber información inquietante
o perturbadora de manera inconsciente, a un ritmo que no genere una crisis
emocional.
Por ejemplo, después de un suceso traumático,
podrías necesitar dejar pasar varios días o semanas para procesar lo ocurrido y
asumir los desafíos por venir. Imagínate lo que podría suceder si te
descubrieras un bulto en la garganta. Tal vez sentirías una sensación repentina
de miedo y adrenalina imaginándote que es un cáncer.
Por eso, no le das importancia al bulto, con la
esperanza de que desaparezca solo. Sin embargo, cuando pasa una semana y el
bulto sigue allí, vas al médico.
Este tipo de negación es una respuesta útil ante
información estresante. Inicialmente, negaste el problema inquietante. Sin
embargo, a medida que tu mente iba haciéndose a la idea, empezaste a abordar el
problema de manera más racional y actuaste buscando ayuda.
Cuándo
puede ser perjudicial la negación
¿Pero qué habría ocurrido si hubieras seguido
negando ese bulto? ¿Qué habría ocurrido si nunca hubieras buscado ayuda? Si la
negación persiste y te impide que tomes las medidas adecuadas, como consultar
con el médico, se trata de una respuesta perjudicial.
Ten en cuenta estos ejemplos de negación poco
saludable:
·
Un
estudiante universitario presencia un violento tiroteo, pero afirma que no lo
ha afectado.
·
La
pareja de un hombre mayor que está en la etapa final de su vida se rehúsa a
hablar con él sobre los deseos y las directivas de atención médica, ya que
insiste en que estará mejor.
·
Una
persona se pierde periódicamente las reuniones laborales de la mañana por haber
bebido con exceso la noche anterior, pero insiste en que no hay ningún problema
porque, de todos modos, cumple con su trabajo.
·
Una
pareja está registrando una deuda tan grande con la tarjeta de crédito que
dejan a un lado las facturas porque no pueden soportar abrirlas.
·
Los
padres de un adolescente con una adicción a las drogas siguen dándole a su hijo
dinero «para comprar ropa».
·
Una
persona que tiene dolor en el pecho y falta de aire no cree que esos síntomas
indiquen un ataque cardíaco y demora en obtener ayuda.
En situaciones como estas, la negación puede
impedir que tú o tu ser querido obtengan ayuda, como un tratamiento médico o
asesoramiento, o que enfrenten problemas que pueden salirse de control; en
todos los casos, puede haber consecuencias devastadoras a largo plazo.
Superar
la negación
Cuando sucede algún acontecimiento abrumador, está
bien pensar: «No puedo pensar en todo esto ahora». Es posible que necesites
tiempo para elaborar todo lo que pasó y adaptarte a las nuevas circunstancias.
Sin embargo, es importante recordar que la negación solo debe ser una medida
temporal; no cambia la realidad de la situación.
No siempre es fácil darse cuenta de si la negación
te está impidiendo avanzar. La intensidad de la negación puede cambiar con el
tiempo, en especial para alguien con una enfermedad crónica; algunos períodos
se caracterizan por estar menos a la defensiva, mientras que, en otros
momentos, la negación puede ser mucho más fuerte. Sin embargo, si sientes que
no puedes avanzar o si alguien de tu confianza te sugiere que estás en un
estado de negación, podrías probar estas estrategias:
·
Analiza
con sinceridad tus temores.
·
Piensa
acerca de las posibles consecuencias negativas de no hacer nada.
·
Permítete
expresar tus miedos y emociones.
·
Trata
de identificar las creencias irracionales acerca de tu situación.
·
Escribe
un diario sobre tu experiencia.
·
Cuéntale
lo que te pasa a un amigo cercano o a un ser querido.
·
Participa
de un grupo de apoyo.
Si no logras avanzar por tu propia cuenta para
enfrentar una situación estresante —es decir, si estás bloqueado en la fase de
negación—, considera consultar con un proveedor de atención de la salud mental.
El profesional te podrá ayudar a encontrar maneras saludables de afrontar la
situación en lugar de tratar de hacer de cuenta que no existe.
Cómo
ayudar a un ser querido a superar la negación
Puede resultarte frustrante cuando un ser querido
niega un problema importante. Pero antes de exigirle a tu ser querido que
enfrente los hechos, reflexiona. Trata de determinar si tal vez necesita un
poco más de tiempo para resolver el conflicto.
Al mismo tiempo, hazle saber a esa persona que
estás abierto a hablar sobre el tema, incluso cuando ambos se sientan
incómodos. En última instancia, esto podría darle a tu ser querido la seguridad
que necesita para avanzar. Tu ser querido podría sentirse incluso aliviado
cuando saques el tema.
Si tu ser querido niega un problema de salud
grave, como la depresión, el cáncer o una adicción, abordar el tema podría
resultar especialmente difícil. Escucha y ofrece apoyo. No trates de forzar a
alguien a buscar un tratamiento, ya que esto podría provocar confrontaciones
molestas. Ofrécete para acompañarlo a consultar un médico o un proveedor de
atención de la salud mental.