viernes, 16 de junio de 2017

Pacientes psiquiátricos: medicar coaccionando

SOCIEDAD ESPAÑOLA DE MEDICINA HUMANITARIA | 20/02/2017

Francisco Martínez Granados* y Emilio Pol Yanguas**

Es frecuente que muchas personas etiquetadas como “enfermo mental grave y persistente” reciban prescripciones de una amplia gama de fármacos, principalmente antipsicóticos. Muchos pacientes encuentran una ayuda en estos tratamientos, pero otros muchos encuentran que este beneficio es pequeño o ausente y a costa de muchos inconvenientes. Una gran parte del trabajo de los profesionales de salud mental consiste precisamente en convencer a los pacientes de lo contrario. Cuando el paciente se resiste a los argumentos del profesional, entonces los esfuerzos de estos se suelen dirigir a “obligar” al paciente a tomar la medicación, justificándose en la falta de “conciencia de enfermedad”. El psiquiatra se convierte en juez y parte. No es cierto que los enfermos mentales no tengan conciencia de tener un problema. La discrepancia suele estar en la naturaleza de la solución que le dan los profesionales.
Imagine por un momento que un medicamento que le produce efectos desagradables le es administrado a la fuerza o con coerción, sin su consentimiento, y durante todo un trimestre. Pero qué pensar si además los tratamientos son administrados a dosis superiores a las recomendadas, en mezclas no experimentadas y para indicaciones no autorizadas. ¿No es demasiada incertidumbre? ¿No entraría esto dentro de lo que se conoce como uso experimental? ¿Están los enfermos mentales sometidos a experimentación no controlada? ¿Consideraría esto una violación de derechos humanos básicos? Recientemente se ha comercializado un antipsicótico inyectable intramuscular para aplicación trimestral. Su eficacia dista de haber sido demostrada adecuadamente, dados los defectos de los ensayos clínicos que apoyan su comercialización.  Sobre él se ha hecho mucha propaganda -bordeando la ilegalidad- en forma de artículos de difusión científica en la prensa general. No olvidemos que en Europa no se permite la publicidad directa a los consumidores de medicamentos de prescripción.
La esperanza de vida de los enfermos mentales es de promedio unos veinte años menor que la población general. Aunque en los últimos decenios la esperanza de vida de la población, y también de los enfermos mentales ha aumentado, la diferencia entre ambos colectivos ha aumentado.  Los  efectos adversos de los medicamentos no parecen ajenos a este hecho. Los psicofármacos tienen consecuencias deletéreas en contra de la salud entendida como recurso fundamental para la vida. Sin estos recursos vitales, que los fármacos en ocasiones bloquean, es muy difícil que una persona pueda afrontar situaciones críticas y adversas y trascenderlas hacia la construcción de realidades psico-sociales más soportables y de bienestar.
Si los datos de eficacia de los medicamentos para la psicosis y otras esquizofrenias son deficientes, mucho más lo son los datos referentes a su seguridad y tolerabilidad. La investigación de los efectos lesivos es mucho más deficitaria. De manera sistemática son especialmente ignorados los efectos desagradables subjetivos. Pero en definitiva, ¿no se trata de mejorar la percepción subjetiva de bienestar?.
Pero esto no es todo: si el sujeto diagnosticado se rebela contra los que le quieren drogar contra su voluntad, lo que le espera es la contención mecánica, eufemismo de “atarle a la cama con correas”. Barbarie sobre barbarie, que cometen sobre él por no aceptar la droga que le dan esos mismos que le prohíben la droga que quiere. Así hasta doblegar al “rebelde”, pero la degradación humana no puede representar un objetivo terapéutico.
Mientras que hay recursos sin límites para este tipo de “terapias coercitivas”, de “contención” de las personas diagnosticadas de trastorno mental, se escatiman recursos para la “rehabilitación  y recuperación”,  se escatiman recursos para permitir que los diferentes vivan sus vidas, se prefiere anularlos antes que permitírselo.  Cuando se han creado recursos habitacionales para estos pacientes, se ha puesto a empresas de seguridad a gestionarlos. Parece que la prioridad no es la recuperación si no al contrario la custodia y separación del resto de la sociedad. Se les extirpa la posibilidad de formarse como sujetos de su propio destino, a través de camisas de fuerza moleculares.
Crecen las cifras de ganancias de los fabricantes de antipsicóticos y se reducen las ayudas sociales para estos mismos pacientes. El coste mensual en medicamentos de dudosa eficacia y de daño seguro que reciben estos pacientes alcanza fácilmente los 500 a 1.000 euros mensuales, mientras que las pensiones, si es que la reciben, no llegan a 500 euros en la mayoría de las ocasiones. ¿A qué razones obedece tan tremendo disparate?.  Probablemente tengamos la respuesta en la concepción del ser enfermo como “ente” generador de consumo, como instrumento para el beneficio del capital,   y no como “ente” cargado de la dignidad plena de la persona.
*Francisco Martínez Granados es Master en Neuropsicofarmacología y Toxicomanías por la Universidad Victor Segalen (Burdeos, Francia) y Educador en Salud en la Escuela Comunitaria en Salud “La Plaza” de Alicante. **Emilio Pol Yanguas es Master en Medicina Humanitaria y Doctor en Medicina Experimental por la Universidad Miguel Hernández. Ambos son licenciados en Farmacia y Especialistas en Farmacia del Sistema Nacional de Salud.


Conviértete en el maestro de tus metas

PSICOLOGÍA POSITIVA

Mariana Alves | 12 / 06/ 2017

Como hemos mencionado con anterioridad, los logros son uno de los pilares del bienestar, analicemos nuevas estrategias para alcanzarlos.

Lograr algo significa obtenerlo y lo que deseemos obtener, en el amplio sentido de la palabra, depende 100% de nosotros. Tienes que estar alineado con tus propios deseos y no intentar satisfacer lo que otros te dicen que es correcto para ti.
La atención que le prestas a lo que quieres lograr es fundamental. Las metas tienen que ser pensadas, elaboradas y con un plan de acción para poder ser llevadas a cabo. Va a requerir ciertos sacrificios de tu parte, tal vez dejar de hacer algunas cosas divertidas, o incluso ser más prolijo en los horarios sueño.
La atención es un recurso limitado, esta habilidad para concientemente direccionar tu energía es escasa, por eso tienes que ser cuidadoso y darte cuenta hacia dónde estás dirigiendo tu foco. Siendo honesto, ¿cuánta atención realmente estás dedicándole a esa meta?
Si no eres cuidadoso con tu concentración, te atacarán la desmotivación, sentimientos de baja autoestima y te sentirás frustrado y fracasado. Sin embargo, si realmente te concentras, el premio será la pasión, el entusiasmo, tu energía y un sentimiento de propósito.
¿Estás dispuesto a pagar el precio para obtener lo que deseas? Porque algunas metas requieren de mucho tiempo, paciencia y dedicación. Si no estás completamente comprometido, te aburrirás y las abandonarás a medio camino.
Aprende a dirigir tu atención
Cambiar tu vida requiere un compromiso serio de tu parte, ya sea que quieras mejorar a nivel profesional, laboral, físico o emocional. Donde pones tu foco, es ahí donde puedes trabajar con seriedad.
Hoy en día es extremadamente sencillo perder la atención, constantemente estás siendo seducido por el entretenimiento, internet, el celular, reclamos laborales o personales. Incluso puedes sabotearte anteponiendo otras cosas menos importantes para no comenzar a trabajar en lo que realmente quieres. Para que una transformación real ocurra en tu vida, es necesario cuidar aquellas áreas que están pidiendo a gritos un proceso de mejoría.
Aprende a decir que no, si realmente no deseas salir, si no estás encontrando el tiempo para trabajar activamente en tu meta, es necesario que comiences a quitarle tiempo a cosas superfluas para acercarte a lo profundidad de tu deseo. Tus metas tienen que nutrirse de tu amor, de tu pasión, si las ignoras comienzan a morir lentamente y el sinsabor del fracaso comienza a aparecer, te convences de que no eres lo suficientemente bueno, de que nunca llegas a nada, sin darte cuenta que fuiste tú el que creaste esa trampa simplemente ignorando aquello que de verdad querías.
Dale a tus metas el lugar que se merecen
Muchas personas que quieren mejorar en un aspecto de su vida tienen otros intereses y obligaciones a los cuales prestar atención también, por ejemplo, trabajos, hijos, parejas, amigos, familiares, hobbies, etc. Sin embargo, quien es un verdadero triunfador con respecto a sus logros, no deja que esto se interponga en su camino, no lo utiliza de excusa. Por supuesto que nuestro contexto influye y que resulta más sencillo concentrarte en crecer cuando tienes menos personas o cosas distrayéndote, pero eso no quiere decir que no puedas alcanzar nuevos logros. Tal vez te lleve más tiempo, tendrás que ser más paciente y bajar tus exigencias, pero no significa que no puedas trabajar en lo que quieres alcanzar. Todo lo que poseemos ya en nuestra vida son motivadores para seguir creciendo, ya sea porque queremos darle a nuestro hijo un padre feliz, o porque deseas con toda tu alma salir corriendo de ese trabajo terrible
Alcanzar logros resulta más sencillo cuando encuentras metas que son coherentes con la totalidad de tu ser, que te ayudan a crecer en todo sentido, que te desarrollan como persona, que te ayudan a crear valor en las cosas que haces.
Resumiendo, para poder alcanzar un logro e incrementar tu sentido de autoeficacia, esa meta requiere de atención total, un plan de acción delineado, tiempo para reflexionar y pensar en cómo quieres lograr lo deseado.

Si tus metas son fantasías, sueños, solamente una ilusión, o no respetas la importancia que la misma tendría para impactar positivamente en ti, entonces es ahí cuando jamás alcanzas nada. Sé serio con lo que amas, dedica tiempo a tus logros, sin importar que tan pequeños o humildes sean. Cuando te ves a ti mismo capaz de alcanzar objetivos comienzas a recuperar la fe en ti y es el primer paso para seguir construyendo tu camino hacia una felicidad realista.