domingo, 18 de agosto de 2024

Michel Le Van Quyen, neurocientífico:"Mirar el mar o escuchar un bosque no son espectáculos bonitos, son experiencias únicas que nos transforman"

 MARÍA FERNÁNDEZ DE CÓRDOVA     |    telva.com    |     04/08/2024         

Para el neurocientífico Michel Le Van Quyen, la naturaleza es mucho más que un espectáculo al que asistimos. Aprovecha estas vacaciones para descubrirlo.

Investigador de neurociencia en el Inserm (Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia) y del Laboratorio de Imágenes Biomédicas (LIB), a Michel Le Van Quyen fue una parálisis por estrés la que ayudó a descubrir el poder sanador del silencio. Su libro Cerebro y silencio (2019) fue el resultado (y ya va por la séptima edición). Hace unos meses lanzaba Cerebro y naturaleza (Plataforma Editorial), para mostrarnos por qué la belleza del mundo natural nos aporta tanto bienestar y salud. No hay mejor momento para traerlo a colación. Las vacaciones son siempre una invitación a alimentar nuestro vínculo con la naturaleza. El mar, la montaña, el campo han sido siempre el destino para descansar y desconectar, para reequilibrarnos por dentro y por fuera. Sabemos que la naturaleza nos repara, nos sana física y psíquicamente. Aprendamos a exponernos a ella de la mano de la neurociencia.

La naturaleza es mucho más que un decorado o un espectáculo para nuestro cerebro

Existen numerosas investigaciones que abalan el sorprendente vínculo que existe entre la naturaleza y el bienestar. Esta conexión hombre-naturaleza se mantiene incluso cuando vivimos en entornos urbanos o, incluso, cuando no queremos saber nada de ella. Le Van Quyen recuerda que esto se manifiesta, por ejemplo, "mediante los relojes biológico que organizan el sueño, el apetito, la vigilancia y el estado de ánimo, y que están presentes hasta en lo más profundo de nuestros genes (...) En el fondo de nuestro ser, con la simple visión de pequeños elementos como el agua, las plantas, un animal o incluso las estrellas, sentimos de inmediato que algo en nosotros comienza a vibrar, a palpitar".

Cómo conectar de verdad con la naturaleza

Pero, ¿sabemos tener ese encuentro con la naturaleza?, se pregunta el neurocientífico. "De hecho, cuando nos hallamos en la naturaleza, en un bosque, por ejemplo, una gran parte de lo que percibimos se nos escapa, y hemos de (re)aprender a escuchar, a encontrar su realidad viviente. En lugar de contentarnos con observar, se trata de adoptar un modo más receptivo. Debemos dejar que los colores, las formas, los movimientos y los sonidos vengan a nosotros; dejar que la atmósfera y el ritmo particular que emanan del paisaje nos impregnen, a la manera de un perfume o de una música".

Cómo la naturaleza nos transforma según la neurociencia

¿Qué ocurre entonces? De esta manera, "el paisaje ya no es observado o percibido, sino sentido y experimentado. La naturaleza resuena como en un espacio común en el que el mundo y yo se unen". Para Le Van Quyen la experiencia inmersiva de la naturaleza es esencialmente no intelectual, sino carnal. A través de nuestros sentidos - el tacto, el oído, la vista, etc. - activa nuestro cerebro y nos transforma física y psíquicamente. Según el neurocientífico, se trata de un enfoque auténticamente científico donde cerebro, cuerpo y entorno se conectan y se influyen. Lo explica con acierto la filósofa Claire Petitmengin, cuando dice: "El reto no consiste interrelaciones, restablecer conexiones, reparar o forjar vínculos entre lo humano y la naturaleza concebidos por separado, sino en realizar su unidad en el corazón de la experiencia".

4 momentos para conectar con la naturaleza en vacaciones

Si hay una tendencia de bienestar que marca las vacaciones 2024 es el aire libre. Hagas lo que hagas, que sea tiempo invertido en conexión con la naturaleza. Le Van Quyen te propone 4 cuatro momentos únicos para disfrutarla intensamente:

  1. Escucha los sonidos de un bosque. Según el neurocientífico, "no hay nada como una caminata por el bosque para relajarse". Y añade: "En el bosque, el sistema parasimpático se activa y ralentiza globalmente la fisiología del cuerpo. Este se calma poco a poco, lo cual se traduce en un estado de bienestar biológica y psicológicamente regenerador. Este es uno de los poderes de un simple paseo por el bosque: apacigua, ralentiza el ritmo de la respiración y el ritmo cardiaco".
  2. Mira al mar. Investigaciones recientes muestran el poder terapéutico del mar no sólo para el cuerpo sino también para la mente. "Parece que ver el azul ofrece más beneficios para la salud mental que observar lo verde, aunque sabemos que esto también mejora el bienestar psicológico". Incluso, explica el autor, los científicos recomiendan curas de azul para luchar contra la depresión y la ansiedad.
  3. Flota en el agua. "El agua nos permite experimentar nuestra propia envoltura corporal. La próxima vez que te bañes, flota y presta atención a tus sentidos: constatarás que, incluso en reposo, persiste una sensación en los músculos". Pero la hipótesis del autor apunta más alto. "la intensidad de estas sensaciones remite sin duda a un recuerdo residual de la vida intrauterina, cuando el niño y el mundo son una misma cosa".
  4. Contempla las estrellas. "El cerebro humano es un órgano que contiene cien millones de neuronas y mil billones de sinapsis. Un verdadero Universo microscópico y biológico de una sofisticación inimaginable", explica Le Van Quyen. "Recientemente, dos investigadores italianos han descubierto una similitud entre la configuración de nuestras redes neuronales y la del conjunto de las galaxias observables". La experiencia estética del universo estrellado llevó al paleontólogo y filósofo francés Pierre Teilhard de Chardin:

 

"Tomo conciencia de llevar en mi algo más grande y más necesario que yo, algo que estaba antes que yo y que habría podido continuar sin mi; algo en lo que vivo y que no agoto; algo que disfruto, pero de lo que no soy dueño".