Dr. ENRIQUE ROJAS |
Alimente.elconfidencial.com
| 09/10/2022
La felicidad
consiste en hacer algo que merezca la pena con la propia vida, algo grande,
pero cada uno dentro de sus posibilidades y puntos de partida. Es estar
contento con uno mismo, es un estado positivo.
Ser feliz
es, por tanto, aquella operación que hace el hombre, gracias a la cual tiene
una personalidad equilibrada, hecha, sólida, firme, con sello propio, con la
cual se siente identificado, a gusto, satisfecho, tranquilo, en paz interior.
Esta es la puerta inicial de entrada a la felicidad. Una persona
desequilibrada, desajustada, neurótica, inmadura, sin hacer, será muy difícil
que se sienta feliz, porque no se ha encontrado consigo misma, no ha hallado la
clave para armonizarse por dentro y tener una conducta adecuada y positiva por
fuera.
El proyecto
de vida no es otra cosa que anticipar el futuro programándolo de forma
aproximada. El proyecto personal debe tener cuatro ingredientes esenciales:
amor, trabajo, cultura y amistad. Estas van a ser las notas
fundamentales que lo definen. Si la felicidad es proyecto,
futuro, anticipación quiere decir que la felicidad consiste
en vivir con ilusión, en vivir hacia delante, con esperanza.
El amor es
la pieza clave de la felicidad. No hay felicidad sin amor. Por el amor tiene
sentido la vida. Nada hay tan grande como el amar.
El amor es fuerza que nos impulsa a seguir buscando nuevos caminos a recorrer.
Pero existe una gran variedad de estilos y formas de amar. Desde el amor a la
patria, pasando por el amor a la justicia, al orden, las antigüedades, hasta
llegar al amor entre un hombre y una mujer, o el amor a Dios. Aquí nos vamos a
referir especialmente al amor humano, al que se establece entre dos personas.
Según
esto, podemos afirmar que el amor es un sentimiento grato,
positivo, gozoso, de alegría, mediante el cual quedamos prendidos de otra
persona, con la que queremos compartir la vida. El amor es, así, un
regalo de la naturaleza, gracias al cual la vida se ilumina y todo cobra un
relieve especial. No hay que perder de vista que el amor es como un
fuego que hay que alimentar a base de cosas pequeñas; primero arde el material
más ligero y después arden los ingredientes más pesados, que le darán
estabilidad al fuego.
El trabajo es algo
decisivo en la vida de un hombre. Nos pasamos la vida
trabajando. No hay felicidad sin amor y sin trabajo, ambos conjugan el
verbo ser feliz. La satisfacción por el trabajo bien hecho,
terminado en su momento, retrata a la persona que lo hace.
La cultura es libertad, porque es criterio y saber a qué
atenerse. La cultura es lo que queda después de haber olvidado todo lo
aprendido. Esta diseña un modelo humano, un modo de adecentar la realidad. La
cultura llega a convertir cualquier pirueta personal en algo inteligente.