SARA DUQUE | Theobjective | 09/09/2024
La psiquiatra
aclara que cuando una persona está en modo de supervivencia hace que el cuerpo
produce más cortisol
Con la
llegada de septiembre y el regreso a la rutina laboral, es común que el proceso de adaptación genere malestar.
Este fenómeno, conocido
como el síndrome post-vacacional, puede manifestarse en forma de dolor físico. Y es que según especialistas en salud mental, este malestar suele estar vinculado a
la ansiedad y el estrés que provoca la vuelta a las responsabilidades laborales,
especialmente tras un periodo de descanso.
¿Qué síntomas son
los más comunes?
El cambio repentino en los horarios, las nuevas exigencias del entorno
laboral y la presión por retomar las actividades con el
mismo ritmo pueden desencadenar
síntomas tanto físicos como psicológicos.
Además, este proceso de
ajuste puede impactar de forma diferente dependiendo de la capacidad de cada
persona para manejar el estrés, lo que resalta la importancia de implementar medidas para facilitar una
transición más suave.
Según la psiquiatra
Marian Rojas, en una entrevista en Fin
de Semana, explicó que las enfermedades psicosomáticas son reales,
es decir, existe una conexión entre
el dolor físico y problemas emocionales o mentales, como el estrés o la ansiedad.
Dolores de cabeza, estómago, o
inflamaciones pueden ser señales claras de que el cuerpo está
respondiendo a una sobrecarga emocional.
Estas manifestaciones físicas, que pueden
parecer aisladas, en realidad reflejan el impacto directo que el estrés
tiene sobre el cuerpo, poniendo en evidencia la estrecha relación
entre la mente y el cuerpo.
¿Por qué ocurre
esto?
Rojas comentó que durante muchos años, los médicos buscaban exclusivamente causas físicas para
los dolores, sin explorar más allá del cuerpo.
En sus estudios de medicina, el estrés y las causas psicológicas
se mencionaban como una posible explicación, pero solo cuando todas las demás
causas habían sido descartadas.
Rojas relató que cuando empezó a trabajar en el hospital, notaba
que a menudo los
pacientes describían dolores físicos y ella indagaba sobre su estado emocional,
algo que en su momento no era común.
Fue después de que Harvard publicara un estudio que indicaba que el 80% de las consultas en Atención Primaria
estaban relacionadas con emociones reprimidas y estrés, cuando
empezó a investigar más profundamente.
El cortisol, una hormona relacionada con
el estrés, juega un papel clave. Rojas aclaró que cuando una persona
está constantemente en modo de supervivencia, ya sea por miedo al futuro,
problemas emocionales o económicos, el cuerpo produce más cortisol,
lo que puede causar inflamación y otros síntomas físicos.
¿Cómo evitar el
estrés por la vuelta a la rutina?
Evitar el estrés por la vuelta a la rutina
puede lograrse adoptando una serie de hábitos saludables que
ayudan a reducir la ansiedad y facilitar la transición.
- Planificar
con antelación: organizar tus actividades antes de regresar al
trabajo o a los estudios permite evitar la sensación de agobio. Tener un
calendario o lista de tareas ayuda a priorizar y evitar el caos del primer
día.
- Volver
de manera gradual: si es posible, retoma las actividades de manera
progresiva. No intentes recuperar todo el tiempo perdido en un solo día,
establece un ritmo que te permita adaptarte poco a poco.
- Mantener
una rutina equilibrada: combina tus responsabilidades laborales con
momentos de descanso, ocio y ejercicio físico. Mantener un balance entre
trabajo y vida personal es clave para evitar el agotamiento.
- Dormir
adecuadamente: el sueño es fundamental para el bienestar
físico y mental. Intenta restablecer una rutina de sueño regular para
garantizar el descanso adecuado y evitar el cansancio.
- Realizar
ejercicio físico: la actividad física regular ayuda a liberar
tensiones y reducir el estrés. Incluso algo tan sencillo como una caminata
diaria puede mejorar tu estado de ánimo.
- Practicar
técnicas de relajación: yoga, meditación o la respiración profunda
pueden ser herramientas útiles para mantener la calma y gestionar mejor la
ansiedad.
- Establecer
metas realistas: no te sobrecargues de trabajo en los primeros
días. Fija objetivos alcanzables y ve progresando paso a paso.
- Cuidar
la alimentación: una dieta equilibrada y rica en nutrientes
favorece un buen estado mental y físico, ayudando a manejar mejor el
estrés.
- Mantener
una actitud positiva: cambiar la perspectiva frente al regreso a la
rutina puede hacer una gran diferencia. Ver esta vuelta como una
oportunidad para organizarse mejor o implementar nuevas estrategias puede
ayudarte a encarar la situación con mayor optimismo.
- Hablar
de lo que sientes: compartir tus preocupaciones o emociones con
amigos, familiares o colegas puede aliviar la sensación de sobrecarga y
ayudar a poner las cosas en perspectiva.