Javi Soriano | Psicología y Mente |
04/08/2023
En un mundo
cada vez más globalizado como el nuestro, en el que las fronteras parecen
desdibujarse (siempre para los más privilegiados) y la diversidad cultural es
cada vez más evidente (pese a los ojos cerrados de algunas personas), el nativismo emerge como una corriente
ideológica que actúa como raíz para la xenofobia.
El argumento
del nativismo es la protección y “preservación” de la identidad cultural de una
nación, despreciando y rechazando la apertura a lo extranjero.
¿Qué es el
nativismo?
Muchos
investigadores ponen de relevancia la falta de conciencia de que, en la mayoría
de lugares, pero sobre todo aquellos en los que mayor fuerza tiene el
nativismo, las sociedades son plurales y tienen orígenes muy variados. Resulta
muchas veces imposible delimitar qué cultura ha predominado a lo largo de la
historia en un lugar porque lo más normal es que los terrenos hayan pasado por
manos de muchas culturas distintas. Por ello, cerrar la puerta a la diversidad
parece un argumento estúpido.
En medio de
una situación geopolítica y cultural caracterizada por los debates sobre la
inmigración, la identidad nacional y la diversidad, es crucial comprender las
implicaciones y consecuencias de la ideología del nativismo. Es importante
desarrollar un sentido crítico sobre la política y sobre estas ideologías que
se fundamentan en el rechazo de otras personas y colectivos para saber detectar
discursos excluyentes y tomar conciencia de cómo evitarlos.
A lo largo de
este artículo, vamos a entender cómo el nativismo contribuye a la polarización
social, fomentando la
aparición de discursos excluyentes y xenófobos. Buscaremos explorar
las consecuencias políticas, económicas y sociales del nativismo sobre nuestras
sociedades y culturas para entender de qué maneras podemos mantenernos
alejados/as y protegidos/as de estos discursos.
Orígenes y
fundamentos del nativismo
Como hemos comentado,
la base del nativismo se centra en el sentimiento de pertenencia a una nación,
etnia o cultura, lo que lleva a sus seguidores a defender sus tradiciones y
formas de vida frente a cambios percibidos como amenazas. Esta ideología puede
tener diferentes formas, desde posturas nacionalistas que buscan proteger la
soberanía y la homogeneidad cultural hasta movimientos xenófobos que promueven
la exclusión y discriminación de los inmigrantes.
El nativismo
puede situar sus raíces en diferentes períodos de tiempo, normalmente centrados
a lo largo de los siglos XV y XVIII, y característicamente unido a la colonización de América y
Estados Unidos por europeos, suponiendo la conquista y,
generalmente, la reclusión de poblaciones nativas en reservas indígenas.
1.
Colonización europea de Estados Unidos
La
colonización de Estados Unidos se considera el proceso histórico desde la
llegada de los primeros conquistadores españoles a América de la mano de
Cristóbal Colón hasta finales del siglo XVIII con la fundación de las Trece
Colonias británicas que lograron su independencia política de la corona
británica en el año 1776. A lo largo de este periodo, una lucha por la conquista de los territorios
americanos incluyó a más de 10 naciones.
Cuando se
habla de estos procesos, se hace hincapié en la independencia británica y el
establecimiento del país de los Estados Unidos que conocemos en la actualidad,
pero, ¿qué pasó con las personas nativas del territorio? La mayoría fue
asesinada o recluida en reservas indígenas. Realmente, estos estadounidenses
que se establecieron en estas tierras, pese a considerarse ahora nativos del
lugar, tampoco lo serían según el sentido más etimológico de la palabra. Por
ello, pensadores como Jared Diamond pone de manifiesto que todas las personas
estadounidenses son o inmigrantes o descendientes de inmigrantes.
2. Situación
actual
En los últimos
años, parece que se ha reactivado de forma importante el debate sobre el
nativismo y sobre la identidad cultural de un lugar, dando más valor a las personas
“autóctonas” que a las personas de fuera. Esto se ve fuertemente relacionado a la crisis
migratoria europea y al preocupante aumento de as
corrientes ideológicas ultraderechistas.
La
polarización social y el nativismo
El nativismo,
como ideología que dice buscar la protección de la identidad cultural y
nacional, puede tener un impacto significativo en la polarización social. A
medida que las sociedades se vuelven más diversas debido a la migración y la
globalización, surgen diferencias culturales y valores que pueden alimentar el
miedo y la desconfianza hacia los demás. En este sentido, el nativismo puede contribuir al
surgimiento de discursos polarizadores que exacerban las divisiones en la
sociedad.
1.
Inmigración
Uno de
los principales focos de polarización asociados al nativismo es el tema de la
inmigración. Los movimientos nativistas a menudo proponen políticas
restrictivas de inmigración, lo que puede generar tensiones entre los
ciudadanos locales y las comunidades migrantes. La percepción de que los inmigrantes
"roban" empleos o beneficios sociales puede
llevar a la formación de actitudes hostiles y prejuicios hacia aquellos que
provienen de otras culturas o países.
2.
Rechazo a la diversidad
Además,
el nativismo tiende a enfatizar la homogeneidad cultural y la preservación de
tradiciones ancestrales, lo que puede llevar a la resistencia o rechazo a
nuevas expresiones culturales y a la diversidad de creencias. Esto puede
generar un ambiente de
intolerancia hacia las minorías étnicas y religiosas,
dificultando la integración y convivencia en una sociedad cada vez más
multicultural.
3. Políticas
excluyentes
En el ámbito
político, el nativismo también puede polarizar el debate público, llevando a la
formación de partidos o movimientos con posturas extremas y excluyentes. Estos
grupos pueden explotar el miedo y la ansiedad de la población para obtener
apoyo, lo que a su vez puede aumentar las tensiones entre distintos sectores de
la sociedad.
Es importante
reconocer que la polarización social no es una consecuencia inevitable del
nativismo, y que su impacto puede variar según el contexto político y social de
cada país. Sin embargo, es fundamental ser conscientes de las potenciales
consecuencias negativas y trabajar hacia un diálogo constructivo que fomente la
comprensión y el respeto entre las diferentes comunidades y perspectivas.
Para
abordar la polarización social asociada al nativismo, es necesario promover la
educación y la empatía. La comprensión de la diversidad cultural y la
promoción de un diálogo inclusivo pueden ayudar a construir puentes entre
diferentes grupos sociales y reducir las tensiones. Asimismo, es
responsabilidad de los líderes políticos y de la sociedad en su conjunto
fomentar políticas que promuevan la inclusión y el respeto a los derechos
humanos, evitando el discurso de odio y la discriminación.
Impacto en los
derechos humanos y la diversidad
El nativismo
puede tener graves implicaciones en el respeto a los derechos humanos y la
promoción de la diversidad. Cuando esta ideología se convierte en una fuerza
dominante en la política y la sociedad, corre el riesgo de desplazar los
principios fundamentales de igualdad, no discriminación y libertad, generando
situaciones de exclusión y marginación.
1. Políticas
migratorias
Una de las principales
áreas donde el nativismo puede afectar los derechos humanos es en la política
migratoria. Las políticas restrictivas de inmigración basadas en esta ideología
pueden llevar a la detención y deportación de personas que buscan refugio o una
vida mejor, negándoles
el acceso a condiciones de vida dignas y la protección de
sus derechos fundamentales. La separación de familias, la detención de niños
migrantes y las condiciones precarias en centros de detención son ejemplos
alarmantes de las consecuencias del nativismo en los derechos humanos.
2.
Intolerancia y xenofobia
Además, el
nativismo puede generar un clima de intolerancia hacia las minorías étnicas,
religiosas o culturales presentes en una sociedad. Los discursos que enfatizan
la superioridad de la cultura o identidad nativa pueden llevar a actos de
discriminación, violencia o persecución contra aquellos que no encajan en esta
categoría. La libertad de religión, la libertad de expresión y otros derechos
fundamentales pueden verse amenazados cuando la diversidad es desvalorizada y
despreciada.
3. Exclusión
social
Asimismo, el
nativismo puede tener un impacto negativo en la inclusión social. Cuando las
personas de origen extranjero o minorías culturales sienten que no son
bienvenidas o que enfrentan obstáculos para participar plenamente en la
sociedad, se corre el riesgo de crear guetos o comunidades aisladas. Esto puede debilitar el tejido social y generar
tensiones entre diferentes grupos, afectando la convivencia
pacífica y el desarrollo armónico de una sociedad.
La importancia
de deconstruir el nativismo
Para contrarrestar
el impacto negativo del nativismo en los derechos humanos y la diversidad, es
esencial promover una cultura de respeto, tolerancia e inclusión. Las políticas
y leyes deben estar en línea con los principios de igualdad y no
discriminación, garantizando el acceso a derechos y oportunidades para todas
las personas, independientemente de su origen o cultura. Los líderes políticos
y figuras de influencia deben abogar por el respeto a la diversidad y la
promoción de una convivencia respetuosa y armoniosa entre todos los miembros de
la sociedad.
Además, la educación juega un papel crucial en el
cambio de actitudes y percepciones. Fomentar la comprensión y
el respeto hacia diferentes culturas y tradiciones desde temprana edad puede
ayudar a construir sociedades más inclusivas y abiertas. También es importante
crear espacios de diálogo intercultural que permitan a las personas compartir
sus experiencias y conocimientos, enriqueciendo la comprensión mutua y
promoviendo la empatía.
En conclusión,
el nativismo puede tener un impacto significativo en los derechos humanos y la
diversidad, amenazando la igualdad, la inclusión y la convivencia pacífica.
Para construir sociedades más justas y respetuosas, es fundamental resistir la
tentación del nativismo y promover un enfoque basado en el respeto, la
tolerancia y la valoración de la diversidad cultural. Solo así podremos
construir un futuro donde los derechos humanos sean respetados y donde todas
las personas puedan participar plenamente en la vida social, política y
económica de sus comunidades.