LETICIA AGUILAR IBORRA | La Mente es Maravillosa | 23/12/2020
¿Qué es la
correlación ilusoria? ¿Cómo nos influye este sesgo cognitivo en nuestro día a
día? ¡Te lo contamos en el siguiente artículo!
La correlación ilusoria nos permite establecer
relaciones entre dos variables del ambiente, con independencia de que tengan
relación real o no. Se trata de un fenómeno basado en el procesamiento de la información para
poder funcionar en el medio que nos rodea.
Sin embargo, muchas veces nuestra interpretación
sobre lo que observamos en el medio puede no corresponderse totalmente con la
realidad, llevando a cabo asunciones de lo que observamos en función de nuestra
experiencia. Un claro ejemplo de la correlación ilusoria es la que puede
encontrarse detrás de los estereotipos y los prejuicios hacia determinadas
personas.
¿Qué es la correlación
ilusoria?
La
correlación ilusoria es el fenómeno por el que dos o más elementos se
relacionan. Constituye un sesgo de confirmación en el que,
mediante la relación de estos elementos, se interpone la experiencia del
individuo etiquetando estos elementos como elementos interdependientes, no
teniendo por qué ser así en la realidad.
La
experiencia del individuo no tiene por qué ser directa a la hora de establecer
ciertas asociaciones. En otras palabras, algunas creencias instauradas en
la sociedad pueden favorecer este tipo de sesgos sin
que la persona haya tenido experiencia directa.
Un ejemplo puede ser el etiquetar a las personas con
tatuajes y perforaciones cutáneas como personas peligrosas, mientras que las
personas con uniforme pueden ser etiquetadas como personas educadas, correctas
y gran poder adquisitivo.
Características
de la correlación ilusoria
La
correlación ilusoria implica que muchas veces hagamos caso a estos sesgos
cognitivos. Es decir, que creamos firmemente en la relación
entre dos variables que no tienen por qué tener relación. En términos simples,
la correlación ilusoria significa que ciertos procesos mentales se
simplifiquen, haciendo que actuemos en función de lo que nuestra experiencia
(sea directa o indirecta) nos dice.
En
este sentido, se simplifican los comportamientos de ciertos grupos de la
sociedad, caracterizándose como negativos y, por tanto, actuando según la
información que tenemos más disponible. Por tanto, funciona también como un
mecanismo de atajo mental en
el que se simplifican la relación entre dos o más variables.
Correlación
ilusoria y la psicología social
La
sociedad influencia determinados tipos de creencias, comportamientos y
actitudes. Dependiendo del contexto, podemos comportarnos de una manera u de
otra, mostrándonos más cómodos en nuestro grupo social.
Por
tanto, la correlación ilusoria influye en fenómenos como la pertenencia a
determinados grupos sociales, aumentando en algunos casos
las diferencias intergrupales. Esto se explica por determinadas formas de
pensamiento que favorecen al grupo que nos sentimos identificados, buscando la
distintividad positiva en nuestro grupo.
Ejemplos en el
mundo social
El
abanico de posibilidades en los que puede darse una correlación ilusoria es
amplio. Para ser más concretos, algunos serían:
·
Personas con tatuajes etiquetados directamente como
delincuentes.
·
Pocos recursos económicos se puede relacionar con un
bajo nivel educativo.
·
Razas distintas a la propia etiquetadas como
personas peligrosas.
·
Personas con buena apariencia física y buena
vestimenta como personas con alto nivel educativo y poder adquisitivo.
Otros ejemplos de
correlación ilusoria
La
correlación ilusoria no solo etiqueta nuestro mundo social, sino que,
dependiendo del nivel de probabilidades de haber acontecido un suceso, el
procesamiento de ese fenómeno queda anclado como algo que sucederá otras veces
de forma invariable. Puede ejemplificarse mediante lo siguiente:
Amuletos
Una
persona que ha tenido varios sucesos negativos escucha que determinados
amuletos quitan “malas energías”. Por tanto, prueba esos amuletos y se da cuenta que
estos le propician una “mejor suerte“.
Así,
la utilización de amuletos queda asociado con “prevenir las malas energías”.
Pese a que haya malos días a pesar del uso de los amuletos, lo más probable es
que la persona procure llevarlos puestos.
Horóscopo
Otro
de los más claros ejemplos de la correlación ilusoria suele ser el horóscopo. La
lectura del horóscopo influye en determinados procesos de percepción de la
realidad.
En otras palabras, la persona que lee su horóscopo
creerá en las características que le describen al ser asunciones generales que
encajan con la mayoría de la población. Así, se aferran a la realidad que más
encaja, prestando menos atención a aquellos detalles que no suelan caracterizar
a la persona.
La suerte
Similar
a llevar amuletos, la suerte es otro de los fenómenos más vulnerables a la
correlación ilusoria. Por ejemplo, la persona que suele
realizar entrevistas de trabajo con un par de calcetines concretos y observa
que le va mejor realizando las entrevistas con ese par de calcetines.
Contrariamente, la mala suerte también puede ser catalogada bajo prendas, personas, objetos, etc. En definitiva, la correlación ilusoria explica cómo nos comportamos ante ciertos objetos o personas también en función de la experiencia previa.