INÉS GUTIÉRREZ | El Confidencial |
06/03/2023
Aprender a reconocer
las señales que nos avisan de que algo no funciona es la mejor forma de ponerle
remedio cuanto antes y cuidar nuestra salud mental.
Todos tenemos claro que cuando algo nos duele, lo mejor es acudir al médico para que nos cure; esto, que parece tan sencillo, se torna complicado cuando hablamos de salud mental. Aunque cada vez está más aceptado y extendido buscar ayuda cuando la necesitamos, no siempre nos resulta sencillo darnos cuenta de que las cosas no van bien y necesitamos ponernos en las manos de profesionales.
En muchas ocasiones son situaciones
puntuales, épocas en las que el estrés es mayor y
necesitamos encontrar la manera de reducir los niveles de
ansiedad, optando por soluciones
efectivas y prácticas, como aprovechar nuestro tiempo de ocio para estar al aire libre, hacer
más ejercicio físico o darle una oportunidad a la meditación, genial para
la mente. Sin embargo, no siempre
se trata de un problema menor.
Hay condiciones que son pasajeras, que pueden hacer que la salud mental de una
persona se resienta. Esto no
quiere decir que vaya a desarrollar una enfermedad o trastorno mental, siendo
estas afecciones que impactan en los pensamientos, estados de ánimo y también
en el comportamiento de la persona. También puede suceder que una persona que
padece una enfermedad mental tenga
periodos de estabilidad.
Aprender a reconocer
estas señales de alarma que nos avisan de que las cosas no
marchan bien es esencial, para nosotros mismos y también para las personas de
nuestro entorno. Igual que nos sucede a nosotros, para el resto tampoco suele
ser sencillo entender lo que les pasa, por eso estar atento a estos cambios
puede ayudarnos a buscar ayuda temprana, para nosotros o para quien la necesite.
Señales que avisan de que algo no va
bien
Siempre es un buen momento para ocuparnos de nuestra salud mental, pero
si encontramos estas señales conviene empezar a preocuparnos y buscar la
atención y consejo de especialistas cuanto antes. Los problemas de sueño son muy habituales en estos casos, tanto por
exceso como por defecto, los cambios son los que darán la señal de alarma.
Este no es el único cambio
al que conviene prestar atención, también se suelen
experimentar cambios en los hábitos alimentarios. Si alguien (o tu mismo)
comienza a comer sin control o pasa a consumir muy poca cantidad de comida,
esto podría ser signo de que algo no marcha bien. Esto suele suceder en situaciones de estrés y ansiedad, pero
también pueden estar detrás trastornos como la depresión o la bulimia.
Los cambios de
humor son algo normal, todos hemos tenido días buenos y
días malos, en los que nada nos sale bien. Sin embargo, cuando estos cambios
son habituales, dramáticos o repentinos, podrían ser indicativo de algo más
profundo. También si nos encontramos faltos de motivación, con una constante falta de
energía, apatía y desinterés
por cosas que antes nos apasionaban.
Dificultad para concentrarnos o una actitud excesivamente crítica,
pensamientos negativos y obsesivos, o dejar de relacionarse con los demás y
encerrarse en uno mismo, dejar de lado el cuidado personal… detalles que pueden
esconder un problema mayor y que nos invitan a tomarnos en serio nuestra salud
mental y consultar con
un especialista, porque por suerte cada vez somos más
conscientes de que esta también es importante.