lunes, 26 de mayo de 2025

José Luís Marín, psiquiatra: "Enfermamos porque nadie nos escucha"

JUDITH DEL RÍO     |      lavanguardia.com      |    17/03/2025

 


El doctor, presidente del Foro Internacional para la Formación en Psicoterapia, habla de las verdaderas claves del sufrimiento, la gran ‘moda’ actual

 

Parece que hablar de salud mental está de moda. Últimamente se escucha hablar sobre el tema en cualquier programa de televisión, leyendo artículos, hablando con compañeros de trabajo o pisando cualquier librería; conversaciones distintas, pero con un punto común: la sociedad está mal y no se sabe cómo solucionarlo.

Desde la pandemia del covid-19, la situación es incluso peor. “De esta saldremos mejores”, dijeron. Más bien no. La salud pasó del cuerpo a la mente, a lo emocional. De repente, muchos se dieron cuenta de su propio malestar, de su infelicidad, de lo que les pesan sus problemas cotidianos. La solución, acudir al médico y optar por lo más fácil y sencillo: una simple pastilla que ayude a terminar con las preocupaciones, sean cuales sean.

“El sufrimiento existe, la población está mal. Los problemas de salud mental son la primera causa de afectación en España”, afirma el doctor José Luis Marín, presidente del Foro Internacional para la Formación en Psicoterapia La Vanguardia. “El problema es considerar ese sufrimiento como una enfermedad mental individual. Eso es una trampa”.

El especialista está de acuerdo en que la sociedad está mal. La sanidad carece de recursos, más aún para un “mal” que aqueja a tantos miles de personas. “Los profesionales de la salud mental somos los primeros perjudicados, nadie sabe muy bien qué hacer con esta demanda de sufrimiento”. No obstante, insiste en la necesidad de hacer la diferencia entre malestar común y enfermedades mentales. “El sufrimiento es tremendo, pero estar mal no significa estar loco”.

Todos hablamos de salud mental, es el tema de moda, pero no se hace nada-Dr. José Luís Marín

Tal y como explica el especialista, el problema reside en individualizar este sufrimiento y tratarlo desde la serotonina. “A lo mejor, en vez de un psiquiatra, necesitan a alguien que pueda modificar los determinantes sociales que generan el malestar en el trabajo, el transporte, en la vida”, señala Marín. “No siempre se resuelve con psicofármacos, no es una carencia o alteración de la serotonina. La sociedad no queda libre; el problema colectivo se convierte en individual, y eso es un poco tramposo”.

La sociedad se está volviendo loca con esto de la locura. Una tendencia, respetada por influencers y gurús sociales. Un sufrimiento que da “validez” ante los demás y, sobre todo, la sociedad y la industria que dirige en realidad todo esto: el marketing. Con más de 40 años de trayectoria profesional, el doctor Marín asegura que “la cultura ha perdido el norte”. Los profesionales de la salud mental, como parte de esa cultura, no iba a ser menos.

 “El sistema de categorización e individualización del malestar, siendo un problema colectivo, ha llegado a todos. No es cosa de la industria farmacéutica o los compañeros que venden libros”, explica. “La cultura somos todos, estamos creando una sociedad muy tóxica y muy desconectada de la naturaleza y el ser humano”.

Para Marín, se da una curiosa paradoja en muchas personas que, además, alienta este fenómeno: sin diagnóstico no se quedan tranquilos, lo que fomenta que existan más programas, medicación, trastornos.

Unos trastornos que aparecen en los manuales de psiquiatría después de la fabricación de medicamentos por parte de las farmacéuticas; manuales que “enseñan” a vivir con dichos trastornos. Vuelta a empezar. “El que acude a consulta es porque lo está pasando mal”, insiste Marín. “Lo que tendríamos que aprender todos es a tratar ese sufrimiento sin medicalizar. Ahí está el matiz. Hay que mirar al paciente. Nosotros somos los expertos, tenemos que mirar su vida y ver de dónde viene su sufrimiento”.

Los psicofármacos ayudan, peto no son el único tratamiento. Hay que aprender a mirar al paciente

El futuro de la salud mental pasa, precisamente, por ese camino. Actualmente, los profesionales de psiquiatría están desbordados, sobre todo en los centros de salud pública. Lamentablemente, la forma de actuar de estos profesionales suele ser tratar a sus pacientes con ayuda de los psicofármacos. “Ahora mismo la psiquiatría es agotadora”, confirma Marín. “Mis colegas en sanidad pública con muchísima demanda saben que lo único que pueden hacer, viendo a pacientes cada seis meses, es usar un psicofármaco. Sufren mucho con esta manera de hacer psiquiatría”. Para acabar con esta situación, solo se puede optar por un cambio profundo y radical. “Mis compañeros me dicen: ‘Yo no me alisté para esto’. Estudié y me he convertido en un dispensador de recetas”, explica Marín. “Es un tema del que hay que hablar. Estamos incómodos todos. Todos hablamos de salud mental, es el tema de moda, pero no se proponen soluciones más allá de las de siempre”.

Para el veterano psiquiatra, o se busca un modo de tratar la salud mental desde el punto de vista social, o desaparecerá. “Lo que estamos haciendo no funciona. Si esto sucediese en otro sector, como la economía, se habrían tomado medidas”, explica el experto. “Tenemos que dejar de mirar la serotonina y pasar a mirar a la cara de nuestros pacientes”.

Acabar con el malestar: la importancia de hablar

La tendencia a intentar evitar o escapar de la tristeza y todos esos sentimientos negativos es de las más extendidas, pero también de las más contraproducentes. Entre los muchos consejos que se pueden escuchar prácticamente a diario para acabar con el malestar y la tristeza -alimentarse bien, un buen descanso, meditación, retomar el contacto con la naturaleza-, el doctor Marín hace hincapié en una de las grandes recomendaciones que muchas personas ignoran: tenemos que verbalizar nuestros sentimientos.

“Puedes estar triste o enfadado, no pasa nada”, insiste Marín, que da un consejo esencial para acabar con el malestar. Habla. Habla más. Busca a alguien de tu entorno que te escuche y le puedas decir que tienes miedo o estás enfadado. Cuéntalo. Cansado, triste, irritado”, dice. “Lo que te hace daño no es el estrés, es el no poder compartirlo. El ser humano enferma por falta de vocabulario, y últimamente nos ponemos enfermos porque nadie nos escucha”.

Las personas mayores enferman por soledad, por no poder hablar. Estamos enfermando porque nadie nos escucha

Precisamente, esta podría ser la gran clave del malestar actual. “Mis pacientes vienen a mi consulta para que les escuche y les mire, porque nadie les mira. No lo hicieron de pequeños y ahora no les miran y les escuchan poco. Hablar es terapéutico siempre. Así que hablad, hablad más”.