martes, 26 de marzo de 2024

Cuando los abuelos no son lo mejor para sus nietos: abuelos tóxicos


PILAR FONSECA      |      serpadres.es     |      27/02/2024

Es una forma de definirlos muy drástica quizás pero es que hay algunas situaciones familiares que se complican demasiado, se convierten en dolorosas incluso y están provocadas por este perfil de abuelos. 

Es verdad que lo habitual, lo normal y lo más frecuente es que el amor de los abuelos sea un complemento ideal en la crianza de los niños, de sus nietos. Su papel es fundamental, ellos les brindan confianza, complicidad, experiencia, sabiduría y amor incondicional en la gran mayoría de los casos.

Son un apoyo fundamental en muchas familias y por supuesto son una parte muy importante en la vida familiar de los nietos y también de sus propios hijos. 

Como es importante que todos, padres y abuelos, se respeten entre sí para al mismo tiempo, respetar a los niños, a sus hijos y a sus nietos.

Mis abuelos, mis amigos

Es importante que los abuelos acompañen y disfruten de estar con sus nietos pero también es muy importante que respeten y confíen en las decisiones que toman sus hijos y en su capacidad para criar de sus propios hijos.

 

Ahí es donde puede surgir el problema y ahí se destapan las figuras de los llamados “abuelos tóxicos”.

La comunicación y el respeto son fundamentales y dejar las reglas de convivencia claras desde el principio para que los abuelos sepan perfectamente distinguir su papel dentro de la familia con la llegada de los niños, de los nietos.

Aún con los mejores deseos, los abuelos pueden cometer errores y por eso los límites van a aportar seguridad a todos los miembros de la familia, van a permitir mantener la armonía y el respeto para todos.

El límite no va a convertir a nadie ni en peor abuelo ni en peor padre o madre, el límite no va a hacer que el niño les quiera menos, el límite va a definir nuestra relación sin que nadie se sienta excluido, manipulado o ninguneado.

 

Cómo es un “abuelo tóxico”

Los abuelos tóxicos son esas figuras familiares que manipulan, dividen o desacreditan a sus hijos o a las parejas de sus hijos, confundiendo al niño o a la niña. Pueden llegar a apropiarse de la crianza al asumir ellos las decisiones propias de los padres, sin consultar con estos.

Los abuelos tóxicos pueden provocar situaciones muy complicadas en el seno de la familia llegando incluso a generar conflictos difíciles de solucionar.

Para evitar todo esto, lo mejor es dejar claro cual es el espacio de cada uno y cuales son las líneas rojas que no se deben cruzar en la crianza de los niños.

Algunos de los comportamientos más comunes que desarrollan los abuelos tóxicos son los siguientes:

·        Siempre niegan que cuando ellos eran los padres cometieran ningún error durante la crianza de sus hijos.

·        Creen tener derecho a pasar todo el tiempo que consideren con sus nietos, independientemente de las necesidades de estos o de las circunstancias de la familia.

·        Si por cualquier causa no están todo el tiempo que desean con sus nietos, acusarán a los adultos de ser los culpables de ello y de hacerlo con mala fe, para herirles.

·        Insistirán en pasar el tiempo que deseen con sus nietos y si no lo consiguen, pondrán a otros familiares en contra de los padres, de sus propios hijo o hija para ejercer chantaje emocional.

·        Pueden llegar a enemistar a los menores con sus padres, para los pequeños es una situación angustiosa que no beneficia a su desarrollo emocional saludable.

·        Ellos se ven como las víctimas de todo y siempre, cualquier discusión, cualquier límite que marques lo traducirán como si fuera un ataque en el que por supuesto, ellos se ven como las víctimas.

·        Tratan de comprar el afecto de sus nietos con regalos materiales, de forma continua, objetos y artículos para los que habría sido correcto pedir permiso a los padres de los niños.

·        Sobrepasan los límites de la crianza, malcrían y consienten a los niños aún pasando por negativas previas de sus padres, lo que influye muy negativamente en la educación y el comportamiento de los menores.

·        Usan la culpa, tratando de hacer que sus propios hijos e hijas se sientan culpables, para conseguir lo que quieren.

·        Necesitan estar excesivamente involucrados en la educación de sus nietos porque no confían en otro criterio que no sea el suyo.

·        Provocan que sus nietos compitan por ser “su favorito” sin percatarse que competir por el afecto de alguien es muy dañino para la salud emocional de los niños.

·        Ellos son los mejores y los otros abuelos de los niños no cuentan por lo que dan por hecho que sus nietos van a estar con ellos en las fechas más especiales para la familia.

·        Con la excusa de querer lo mejor para los nietos pueden ser críticos y crueles y llegar incluso a manipularles emocionalmente.

·        Pueden llegar a desacreditar como padre o madre incluso delante de tus propios hijos porque ellos están convencidos de saber con certeza siempre, que es lo mejor para los menores, aunque sea justo lo que les has indicado que por favor no hagan. 

Cómo abordar el problema

Lo mejor y más eficaz es evitarlo, con comunicación, diálogo, empatía y firmeza. Si ya han surgido los primeros conatos de conflicto, sigue tratando de trabajar la empatía con los abuelos, aunque sea complicado de conseguir.

 

La mayor parte de las veces, los abuelos actúan sin mala intención y puede pasar que desde el desconocimiento y tratando de ayudar, hayan cometido algún error que se soluciona con diálogo y respeto.

Incluso en estos momentos eres un ejemplo para tus hijos por lo que es importante que tu modo de gestionar estas situaciones familiares, les sirva de referencia, les ayude a desarrollar su empatía. Ellos están aprendiendo al observarte, no siempre escuchan lo que les decimos pero siempre observan cómo nos comportamos. Y aprenden de ello.