ENTREVISTA | Suzanne O'Sullivan
BERNARDO
DÍAZ | Madrid | El Mundo | 29/01/2016
La carrera médica ha convertido a esta
mujer británica en una experta en enfermedades invisibles, y también en escritora.
Acaba de publicar Todo está en tu cabeza, historias reales de
enfermedades imaginarias (Editorial Ariel), donde aúna el relato de su
aprendizaje y la historia médica en lo que a enfermedades psicosomáticas se
refiere con las vivencias de sus pacientes en el hospital británico más
especializado en Neurología y Neurocirugía (National Hospital for Neurology and
Neurosurgery). O'Sullivan viene con Pauline, entre otros nombres
propios, que vive enferma desde los 12 años y a la que conoce con 27, teniendo
convulsiones en una cama de hospital. A la que tuvo que explicarle que su
enfermedad no era real, sino que estaba únicamente en su cabeza.
¿Existe
una lucha entre mente y cuerpo?--/-- Todos en algún momento tenemos
síntomas psicosomáticos que no constituyen una enfermedad. El hecho de que yo
venga aquí, a esta entrevista, hace que mi corazón lata más rápido y mis manos
tiemblen. Esto es tan común que no solemos prestar atención. Pero, para mucha
gente, esto que yo estoy sintiendo ahora, que no es una enfermedad, puede
suponer un problema. En una de cada tres personas esto puede ser tan extremo
que se acabe convirtiendo en un problema médico grave. Una historia como la de
Pauline es grave pero, en menor medida, muchas personas somatizan: dolores
estomacales fuertes, dolores de cabeza, sarpullidos, mareos... Cada
especialidad médica tiene sus propias somatizaciones.
¿Cree que hay
una preocupación global por este asunto y por lo que se podría ahorrar?--/-- Sólo
muy recientemente se ha generado cierto interés entre los médicos por las
enfermedades psicosomáticas, pese a que, como dije, una de cada tres personas
que entra en una clínica neurológica las presenta. Cuando me formaba en
Neurología, este tipo de enfermedades no se mencionaron en ninguna de las
conferencias a las que asistí. Y se trata de un 30% de las enfermedades.
En los últimos cinco años, se ha comenzado a desarrollar mayor implicación por
todo esto. Creo que el problema radica en cómo nos formamos los médicos como
especialistas. El neurólogo, el reumatólogo... todos se entrenan para
diagnosticar enfermedades de su área y a descartar lo que no forma parte de
ella, pero esto está cambiando.
¿Debería
haber en la carrera de Medicina asignaturas específicas que aborden la
enfermedad imaginaria?--/-- Sin duda, pero no las hay. El
problema es que se consideran enfermedades psicológicas, es decir, los
psiquiatras sí reciben formación al respecto. Pero los psiquiatras no ven a los
pacientes a los que les duele algo físico. Una persona a la que le duele algo
va a ver al médico correspondiente. Al final, quien está entrenado para
detectar a este tipo de pacientes no los ve, y quien no lo está, sí.
Entonces,
¿todo hospital debería tener un especialista en enfermedades psicosomáticas?--/-- En
efecto. Hay médicos para todo tipo dolencias pero no para ésta. Esto es un
ejemplo de nuestra falta de respeto por los pacientes. No existe un protocolo,
y es algo que forma ya parte de la cultura médica, que habría que cambiar para
poder ayudar a todas estas personas que están sufriendo.
¿Hay un campo
médico por delante?--/-- Absolutamente. Tradicionalmente,
la enfermedad psicosomática se ha encontrado entre la Medicina, la Psiquiatría
y la Psicología, así que nadie se ha hecho completamente responsable del
asunto. Existe también un estigma entre los médicos, como en el conjunto de la
sociedad. Si nos encontramos con dos personas paralizadas, una por un accidente
de tráfico y otra por una enfermedad psicológica, tendemos a creer que quien
tiene más urgencia es la persona que ha sufrido el accidente. En cambio, es la
otra persona quien tiene más posibilidades de que su parálisis se revierta.
Deberíamos tomárnoslo más en serio.
¿Desarrollar
una enfermedad psicosomática es una manera de enmascarar un problema
psicológico?--/-- Existen diferentes mecanismos. Hay
quien desarrolla una enfermedad porque no consigue superar un trauma, y lo
entierra. Como no lo acepta, el sentimiento negativo se transforma a través de
la somatización. Pero no es el único motivo. También se relaciona con cómo la
mente reacciona al cuerpo. Si tengo un dolor en el pie y decido no preocuparme,
tal vez se me pase, pero si decido preocuparme constantemente por ello puede
convertirse en un dolor más obvio, en una debilidad. En muchas personas, la
enfermedad psicosomática es un grito de ayuda. Para otros, una
manera disfuncional de lidiar con lo que su cuerpo hace.
¿Se puede
vivir una vida feliz con una enfermedad imaginaria?--/-- Desde
luego. Cualquier persona, hasta cierto punto, puede tener una enfermedad imaginaria,
la clave está en saber reconocerla. Si me despierto y tengo palpitaciones y
mareo puedo intentar leer mi cuerpo, detectar qué me está perturbando.
Entonces, es completamente manejable. Por eso es importante poner nuestra
consciencia en esto, ver si hay una tendencia, si es una señal de advertencia
temprana, de que algo no va bien.
¿Existen
características comunes en los pacientes que somatizan?--/-- Odio
tener que admitirlo pero son sobre todo mujeres. Como mujer, me he resistido a
esta idea durante muchísimo tiempo. Pensaba que los propios médicos se negaban
a identificar este tipo de enfermedades en los hombres, pero la mayoría de mis
pacientes son mujeres. También es más probable somatizar si uno sufre depresión
o ansiedad, pero caracterizar la somatización de esta forma perpetúa el
estigma. No debemos decir que la enfermedad psicosomática es propia de mujeres
estresadas porque en cuanto lo hagamos estaremos fallando en la manera en que
vemos a los demás. Esto le puede pasar a cualquiera, nadie es inmune.
¿Puede uno
terminar enganchado a la somatización?--/-- Absolutamente. Es algo que
se refuerza con la conducta: cuanto menos haces, menos puedes hacer. En el
momento en que empiezas a buscar síntomas, empiezas a encontrar síntomas, sí,
es un rasgo común. No es sano, lamentablemente, prestar
demasiada atención al cuerpo. A veces, cuando uno está enfermo,
se le permiten cosas que, de estar sano, no se le permitirían. Cuando antes se
frene, antes se puede salir de ello.
¿Cuál es la
diferencia entre somatización e hipocondría?--/-- Un
hipocondriaco está discapacitado por su preocupación por la enfermedad. Su
problema es la ansiedad de la preocupación. Y puede ir o no acompañado de
síntomas pero si acaso algo muy menor. Pero se preocupa tanto que se genera una
discapacidad a sí mismo por la propia ansiedad. Alguien con un trastorno
psicosomático tiene una discapacidad significativa que le inhabilita, que le
causa estragos reales, con ansiedad o no, es la discapacidad en sí, ya sea el
dolor, las parálisis, las convulsiones o la ceguera.
¿En qué sufre
parecido un enfermo imaginario y una personas con esquizofrenia o depresión
crónica?--/-- Todas son enfermedades que socialmente cuestionan la personalidad de
una persona, cosa que no sucede con la artritis. Con los trastornos mentales la
enfermedad deja de ser enfermedad y se convierte en debilidad.
¿Cuál es el
enfermo imaginario que más le ha impresionado en su carrera?--/-- Cualquier
síntoma que te puedas imaginar ahora mismo ha sido presentado como una
enfermedad psicosomática. El caso más impactante del libro es Pauline, personas
que terminan en una cama, o en una silla de ruedas, con un tubo en la vejiga,
con alimentación asistida. Nunca se debería llegar tan lejos, y menos desde los
15 hasta los 27 años, el caso Pauline nunca debería haber llegado tan lejos,
alguien a sus 17 o 18 años debería haber visto el patrón recurrente.
¿Podría
Pauline presentar algún tipo de denuncia por negligencia?--/-- No creo
que haya un suelo legal para ello, porque los médicos están especializados y su
tarea es descartar una enfermedad de su especialidad y enviar al paciente a su
médico de cabecera.
Usted dice en
el libro que la Medicina es un arte. Entonces, ¿el talento médico sería de
algún modo innato?--/-- Creo que hay un talento innato, en
particular en la Neurología hay mucho de escuchar cómo las personas cuentan las
cosas, sus propias historias, cómo personas con educaciones y vivencias
distintas describen su dolor de cabeza, de ahí que entender qué le pasa, y para
ello no basta con fijarse en los hechos, también es necesario atender a las
sutilezas del lenguaje. La mayoría de las cosas se pueden aprender, pero hay
que tener un cierto talento innato.
¿El médico de
familia es el héroe?--/-- Absolutamente. Los que detectan
bien precisamente la enfermedad psicosomática son los médicos de cabecera. Son
los que juntan las piezas, los aspectos sociales, médicos y psicológicos.
Nota.- He dejado de poner un par de
preguntas-respuestas porque no las he considerado imprescindibles. En cualquier
caso si alguien desea leer la entrevista completa puede buscarla en la
referencia de la cabecera.
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