miércoles, 26 de agosto de 2020

"El amor es artesanía psicológica"

IMA SANCHIS   |   La Contra de La Vanguardia   | 22/08/2020

Enrique Rojas, director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas de Madrid

Tengo 71 años. Nací en Granada y vivo en Madrid desde hace 40 años. Casado, 5 hijos y 6 nietos, una ha muerto. Soy catedrático de Psiquiatría. Tenemos un Gobierno muy débil al que le hace falta auto-crítica. Soy como el personaje de Valle-Inclán, el marqués de Bradomín: feo, católico y sentimental.

PREGUNTA.- Cuándo supo que era un hombre maduro?   |   RESPUESTA.- Cuando supe quién era, lo que quería, y fui consciente de mis aptitudes y limitaciones.

P.- ¿Sus momentos de aprendizaje?   |   R.- Están relacionados con el sufrimiento. Mi único hijo varón, Enrique, se cayó a la piscina de casa a los dos años y se ahogó. En situaciones como estas te queda muy clara la fragilidad de la vida.

P.- La gran lección.   |   R.- Ayuda a superar esa fragilidad tener un proyecto de vida coherente y realista y acertar en la relación afectiva. Decía Don Quijote que el que acierta en el casar ya no le queda en qué acertar. Yo me casé con 34 años, esperé hasta encontrar a Isabel. Casarme con ella es lo mejor que he hecho en mi vida.

P.- Woody Allen dice que es cosa de suerte.   |   R.- Está equivocado, acertar en la elección afectiva significa haber tenido previamente un modelo de identidad que te empuja. Luego hay que saber mantener la estabilidad en la pareja.

P.- ¿Qué hay que saber?   |   R.- El amor es artesanía psicológica, cuidar los detalles es inteligencia emocional. No hay amor sin renuncia.

P.- ¿Cómo se superan los malos momentos?   |   R.- Teniendo mala memoria. Hay que romper la lista de agravios y no convertir un problema en un drama. ¿Sabe cuál es mi lema de vida?

P.- ¿Cuál?   |   R.- Nihil difficile volenti (nada es difícil si hay voluntad). Mi espada es la voluntad, y mi escudo, la fortaleza. La voluntad es la joya de la corona de la conducta. Una persona con voluntad llega más lejos en la vida que una persona inteligente.

P.- Hay que echarle ganas.   |   R.- La voluntad tiene dos rodrigones, el orden y la constancia. El orden es el mejor amigo de la inteligencia, y la constancia es la perseverancia en lo pequeño.

P.- ¿Qué ha aprendido de sus pacientes?   |   R.- Si una persona es capaz de poner los medios para combatir sus errores, sus fallos de conducta, consigue salir adelante. Me adhiero al lema de Churchill: “Never give up” (nunca te rindas), que por cierto Tony Blair le copió en su campaña.

P.- Una persona con depresión se ha rendido.   |   R.- Invito a mis pacientes a que luchen en lo pequeño. Si te reconcilias con tu pasado y luchas en las cosas pequeñas de la vida ordinaria que son medibles, sales adelante.

P.- ¿Qué más?   |   R.- Yo hago una terapia integral. Mezclo la farmacoterapia, la psicoterapia, la laborterapia (mejorar la relación con el trabajo), la socioterapia (un círculo de amistades sano) y la biblioterapia (la lectura de libros que te ayudan a conocerte mejor o te descubren mundos). El psiquiatra se ha convertido en médico de cabecera.

P.- ¿Somos una sociedad emocionalmente madura?   |   R.- En Occidente, en los últimos años, el hombre se ha vuelto inmaduro en los sentimientos, y la mujer ha madurado muchísimo. Se trata del síndrome de Simon (soltero, inmaduro, materialista, obsesionado con el trabajo y narcisista). El resultado es el pánico al compromiso. Solo quien es libre es capaz de comprometerse.

P.- ¿A la mujer no le pasa?   |   R.- Actualmente, el hombre fingiendo amor lo que busca es sexo; y la mujer fingiendo sexo lo que busca es amor.

P.- La pornografía es una epidemia.   |   R.- Sí, su difusión es frenética, y eso convierte a la mujer en objeto de placer. Más del 80% de los jóvenes del mundo civilizado ven pornografía casi a diario.

P.- Empieza a edades muy tempranas.   |   R.- Según ABC News de EE.UU. (2019), la pornografía arranca entre los seis y siete años y los marca de por vida. Se convierte en un recuerdo imborrable. Más del 50% de las rupturas de pareja en EE.UU. se deben a que los hombres consumen pornografía y les piden a sus mujeres lo que ven, un sexo violento y fuerte.

P.- ¿Qué propone?   |   R.- Educar la inteligencia, los sentimientos y la voluntad. Hoy la educación sexual de los niños está en manos de la pornografía. Luego continúa con los adolescentes a los que engancha y más tarde con jóvenes que quedan atrapados durante años en esas redes. La pornografía es una mentira sobre el sexo. Y eso aleja de la felicidad.

P.- ¿Qué es para usted la felicidad?   |   R.- Tener un proyecto de vida coherente y realista con cuatro grandes notas en su interior: amor, trabajo, cultura y amistad.

P.- En los tiempos en que vivimos es difícil.   |   R.- Vivimos un momento en el que la permisividad y el relativismo arrollan. Para ser feliz lo deseado y lo conseguido tienen que estar en buena ­relación.

P.- Hoy no se puede planificar un futuro.   |   R.- Ese es el reto. Sabemos que una persona sin trabajo es una persona herida. Urge una conciencia social mayor. Mientras tanto hay que tener un programa de vida, tener ilusiones a pesar de los pesares. Orden en la cabeza, saber lo que uno quiere, relativizar y escoger siempre la interpretación positiva de la realidad.

P.- Una conquista.   |   R.- El otro día atendí a un chico en un campo de fútbol, jugando de portero se lesionó. “Te has partido el brazo”, le dije. “Estoy muy contento porque ha sido la mejor parada de mi vida”.

  

sábado, 22 de agosto de 2020

Cosas que puedes hacer por tus amigos en tiempos de pandemia

Cecilia Zinicola    |   Aleteia    |   20/07/2020 

El 20 de julio se celebra del Día del Amigo, un día especial que nos invita a fortalecer esos vínculos que tenemos con aquellas personas que han llegado en algún momento de nuestra vida para tocarnos el corazón y dejar una huella para siempre.

Aunque este año las cosas sean diferentes, los festejos estarán presentes más que nunca porque si hay algo que nos ha demostrado la experiencia es que cuando las circunstancias se ponen difíciles, son los buenos amigos los que brillan con su presencia.

Cerca o lejos, los amigos siempre han encontrado modos de valorar y celebrar la amistad; la expresión de una cultura creativa que realza lo bueno y promueve el respeto profundo por cada uno, sus intereses e incluso sus puntos de vista diferentes.

La amistad crea un vínculo capaz de unirnos de muchas maneras y llenarnos de energía para enfrentar desafíos. Cuando hay una amistad verdadera existe una capacidad de adaptarse a situaciones imprevistas, a aprender de ellas y hacernos más fuertes como si fuera una suerte de “sistema inmune” del corazón que funciona a un nivel más profundo.

Y es que en las relaciones, la amistad es el valor que detona ese sistema inmune para producir “anticuerpos”.

Con amigos los problemas se miran como una solución potencial y aunque haya dolor o queden cicatrices, se activa una respuesta inmune importante: la capacidad de lucha. Eso es lo que hacen hoy los amigos frente a un escenario turbulento e incierto. Este “sistema inmune” se enfrenta a las muchas dificultades que la pandemia plantea: alejamiento, decepciones, fatigas profundas y numerosos riesgos para la salud emocional.

La amistad es la respuesta amorosa que ayuda a no caer en el desánimo y motiva a desarrollar nuevos niveles de inmunidad para vivir de un modo más saludable esta dura etapa. Un virus puede ser muy fuerte al intentar destruirnos, pero también puede ser fuerte el sitio al que llega para poder enfrentar mejor la enfermedad. Del mismo modo, hay muchas cosas que podemos hacer hoy por nuestros amigos y ser esa “vacuna” que refuerza un “sistema inmune” más profundo y vital, haciendo la vida para ellos más amena y gozosa.

Pregúntate: ¿Qué podría hacer por él?.- Los buenos amigos están presentes para ayudar cuando se necesita.

Si notas que últimamente un amigo está muy estresado por la situación actual, pregúntale concretamente lo que puedes hacer para ayudarle. Reconoce lo que le está agobiando o le resulta más difícil y aprovecha esa oportunidad para hacer algo por él.

Ofrécete a colaborar en tareas que tenga pendientes o que sepas que le gustaría mucho que se lleven a cabo. Piensa en un plan de comidas o una rutina de limpieza para liberarlo de la carga de trabajo u ofrécele ayuda para cuidarle a sus hijos algún día y poder desconectar con la rutina o hacer algo que le interese.

Un gesto de amor.- Los buenos amigos abrazan con gestos de amor. Está claro que los amigos no necesitan mostrar afecto con dinero. Cuando dan algo no tiene que ser costoso para que sea especial, pero sí tener mucho amor.

Una tarjeta escrita a mano y enviada por correo por ejemplo siempre ha sido algo bueno, y este año parece ser el momento perfecto para hacerlo.

Si los ánimos no son los mejores piensa en su comida favorita, prepara un pastel o sorpréndelo con una botella de vino entregada en su puerta.

Estos gestos aunque puedan parecer algo materialista, no dejan de ser un acto de aprecio. Tu amigo sentirá que has pensando en él y esto significará mucho, sobre todo cuando estén lejos.

Sorpréndelo con algo que lo haga sonreír, busca en la caja de los recuerdos algo significativo que ambos atesoran como fotos de viajes, momentos compartidos o canciones que los transporten a algún sitio especial.

Y ten en cuenta que aunque muchas tiendas están cerradas temporalmente, on line se pueden encontrar muchas opciones.

Tiempo.- Los buenos amigos saben dar su tiempo. Se sabe que con el tiempo se cultiva la amistad y, más allá del contexto difícil que hoy toca, a medida que los años pasan y la vida cambia, las circunstancias se pueden volver cada vez más exigentes y es difícil encontrar ese tiempo necesario.

Sin embargo, también se sabe que los amigos siempre encuentran formas de ser creativos para mantenerse conectados. Tal vez sea posible hacer algo con tu amigo como por ejemplo alguna actividad al aire libre que esté permitida en tu zona o buscar un momento para tener una buena conversación de calidad sin interrupciones. Muchas veces eso se considera mejor que cualquier regalo.

Pueden quedar para hacer una caminata al parque si viven cerca, o seguir una receta cada uno desde su casa para cocinar “juntos”, jugar un juego de mesa o trabajar en algún proyecto manual a la distancia. Aunque no podamos compartir mucho tiempo físicamente, es posible encontrar formas de ser un mejor amigo y hacer lo que puedas para reservar tiempo para ellos.

Los buenos amigos inspiran para que otros puedan avanzar. En momentos de tanta incertidumbre, puedes regalarle tranquilidad a tu amigo con alguna palabra de aliento; palabras genuinas y amables que le animen a seguir adelante.

Presta atención a los detalles positivos, expresa lo que te gusta y dile cuánto lo aprecias porque sabes que eres afortunado al tenerlo en tu vida.

Crea ese sistema de apoyo que tus amigos necesitan, especialmente aquellos que más están sufriendo las consecuencias de la pandemia por la falta de trabajo, la presión de la economía o el agotamiento del confinamiento.

Todos hemos sido tocados de algún modo. Hazles saber que tu también estás con ellos atravesando los obstáculos.

«No estás solo».- Los buenos amigos hacen sentir que nadie está solo. No dejes de hacer una llamada por teléfono o pasar por la puerta de su casa para hacerle un saludo, así sea tocando la bocina del coche.

La tecnología puede ser una gran aliada pero nunca reemplazará la experiencia del encuentro, así como tampoco lo hará un mensaje de texto ante el sonido de la voz en el otro extremo de la línea. Mucho ha cambiado, pero la amistad sigue vigente.

Hay quienes hoy están haciendo algún duelo, un trabajo emocional difícil al tener que dejar planes de lado, desprenderse de cosas, separarse de personas queridas o renunciar a actividades que amaban y que antes hacían.

La amistad es esa fuerza poderosa que si se vive, pase lo pase, nunca se perderá. Para los amigos no existen barreras como el tiempo o el espacio. Donde quiera que vamos los buenos amigos nos acompañan y aunque veamos pasar días, meses o años de nuestra vida, el sentimiento siempre será el mismo, como si fuera la primera vez.

Ese es el verdadero poder de la amistad, un verdadero motivo para celebrar allí donde quiera que estés.

  

jueves, 20 de agosto de 2020

¿Por qué hay personas que no aprenden de sus errores?

VALERIA SABATER    |   La Mente es Maravillosa   |   20/07/2020

No todo el mundo es capaz de aprender de sus errores. Según nos explica la ciencia, algo así podría deberse a la falta de de dos emociones: vergüenza y culpa. No obstante, hay más factores igual de llamativos, los analizamos a continuación.

Hay personas que no aprenden de sus errores. Son esas que no solo tropiezan una y diez veces con la misma piedra, sino que además se encariñan con ella y la cargan sobre sus espaldas. Asimismo, es fácil pensar que este tipo de perfil evidencia poco más que una especie de ceguera ante la experiencia, una torpeza cognitiva o inmadurez emocional que les hace incurrir en unos fallos que para los demás son obvios.

Ahora bien, todos somos hábiles a la hora de ver la paja en el ojo ajeno, pero admitámoslo… ¿Quién no ha caído dos o tres veces en el mismo error? Es muy fácil, por ejemplo, derivar en el mismo tipo de relación de pareja una y otra vez, abrazándose a esos lazos que duelen y nos dejan secuelas. También es común empeñarnos en ciertas metas imposibles, esas que solo nos han traído fracasos.

¿Es cabezonería? En ocasiones, sí. ¿Es ingenuidad? Tal vez. De hecho, vale la pena recordar el modo en que definió Benjamin Franklin la estupidez humana: hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes.

Nada es tan necesario para cada uno de nosotros como asumir esa «estupidez». Es decir, detectar el error, aprender de él e iniciar comportamientos alternativos para avanzar, crecer y mejorar en todos los sentidos posibles. Comprendamos por tanto por qué en ocasiones nos cuesta tanto lograr algo tan evidente.

Personas que no aprenden de sus errores: ¿a qué se debe?

Las causas por las que muchas personas no aprenden de sus errores son múltiples. No obstante, antes de profundizar en los orígenes, debemos tener en cuenta que hay «errores y errores». Uno puede equivocarse al confiar en las personas menos indicadas una y otra vez. También podemos hablar de quienes se plantean objetivos y fracasan siempre en el mismo punto, en las mismas cosas.

Ahora bienexisten también otro tipo de errores, como son los relativos a lo ético y lo moral. Pensemos, por ejemplo, en la población reclusa y en una de las finalidades de las instituciones penitenciarias: lograr su reinserción. Para ello, es necesario que esos hombres y mujeres que cometieron un delito en su día, sean conscientes de su falta, de su error, que se arrepientan de ello y vuelvan a la sociedad siendo otras personas.

Aprender de sus errores pasa por empatizar con el mal causado y ser capaces de defender otro tipo de valores. Otros más humanos, más éticos y respetuosos. Sin embargo, como bien sabemos, una parte de quien ha pasado por un módulo carcelario termina volviendo tarde o temprano. ¿A qué se debe? ¿Por qué las personas no aprenden de sus errores?

Culpa y vergüenza para aprender de los errores

Hay algo que todos hemos sentido en alguna ocasión cuando cometemos un error: vergüenza. Es más, si ese fallo genera daño a segundas personas lo que sentiremos es un fuerte sentimiento de culpa.

Esas emociones cumplen por tanto un papel crucial en el comportamiento humano: nos ayudan a enmendarnos, a querer solucionar determinadas cosas o hacerlas de otro modo para que esas sensaciones no vuelvan a aparecer. Es más, lo que queremos a su vez es que en la próxima ocasión, todo salga mejor por el bien de nosotros y también de los demás.

Así, una de las razones por las que algunas personas no aprenden de sus errores es porque carecen de esas emociones. Esto lo pudieron ver en un estudio realizado en el 2014. La Universidad George Mason entrevistó a 500 convictos de delitos graves y pudo ver que existían dos tipos de perfiles.

Los que se sentían culpables y mejoraban en la libertad condicional y los que evadían su responsabilidad y focalizaban la culpa en las circunstancias, en factores externos.

La mutación A1, otra causa por la cual las personas no aprenden de sus errores

Tilmann Klein y el Dr. Markus Ullsperger del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas en Leipzig, (Alemania) afirman conocer la razón por la que las personas no aprenden de sus errores. El origen sería genético y, concretamente, a raíz de lo que han definido como mutación A1.

·        Esta mutación reduce el número de receptores D2 en el cerebro, que son los sitios donde se acopla la dopamina.

·        ¿Qué implicación tiene algo así? Debemos entender primero qué papel cumple este neurotransmisor: favorece el aprendizaje, la motivación, la recompensa, la sensación del placer, entre otras funciones.

·        Si todas estas dimensiones fallan o trabajan a un nivel mínimo, no existirá motivación alguna por corregir errores, mejorar, superarnos o asumir nuevos aprendizajes.

Es sin duda un dato curioso que vale la pena tener en cuenta. En este caso, la incapacidad de aprender de los fallos tendría un origen cerebral.

¡La culpa es de los demás!

Para entender qué hay detrás de quien no asume ni enmienda sus errores, no podemos descartar un hecho: abundan en exceso quienes se desentienden de toda responsabilidad y la colocan sobre hombros ajenos. Es una conducta común. Es el reflejo más puro de la irresponsabilidad y la inmadurez.

Siempre resulta más fácil culpar a otros o asumir que es el destino quien ha jugado en nuestra contra. Si siempre fracaso en mis negocios es porque la economía va muy mal. Si he vuelto a iniciar una relación con un narcisista es porque el mundo está lleno de ellos. ¡Yo no soy responsable de nada!

Para concluir, este tipo de situaciones abundan mucho más de lo que pensamos. Pocas cosas resultan más relevantes en nuestra existencia que detectar el fallo, asumir la falta, el error, la equivocación y tener, a su vez, la audacia, la inteligencia y la sensibilidad como para asumirlo y repararlo.

Hacerlo no solo nos dignifica sino que favorece el crecimiento humano.

miércoles, 19 de agosto de 2020

Consejos de un psiquiatra para cuidar nuestra salud mental en plena pandemia

Cecilia Zinicola   |   Aleteia   |   19/08/2020

El doctor Luis Rojas-Marcos aconseja estas Formas de proteger nuestra mente

Cada vez más se hace necesario ocuparnos de preservar nuestra salud mental de modo que seamos capaces de llevar una calidad de vida en medio de las dificultades, situaciones de estrés, ansiedad y gran incertidumbre a las que estamos expuestos a causa de la pandemia.

Siguiendo los consejos del psiquiatra y profesor Luis Rojas-Marcos, podemos recoger hoy algunos aspectos beneficiosos para incorporar a nuestra vida cotidiana con el objetivo de ayudarnos a cuidar la mente y a dar respuestas más positivas.

HABLARSE A UNO MISMO

Hablar es algo que nos enseñan desde pequeños. Nos enseñan cómo tenemos que dirigirnos a los demás con palabras respetuosas, qué podemos o debemos decir en un momento o contexto determinado, pero no nos educan a hablarnos a nosotros mismos, aunque la verdad es que pasamos más tiempo hablando con nosotros que con nadie más.

Poner en práctica el lenguaje interior es fundamental y hacerlo de un modo como nos gusta que nos hablen los demás. Hablarnos interiormente no sólo es la fuente que mantiene la autoestima alta sino que es la base de las funciones ejecutivas que nos llevan a actuar.

Está comprobado que las personas que localizan el control de su vida dentro de ella, superan la adversidad mejor que quienes localizan el control en fuerzas externas. La persona que dice “yo puedo hacer algo por salir de aquí” o “yo puedo hacer algo por mi enfermedad” es capaz de avanzar mejor que una persona que lo deja a la suerte o al azar.

INCORPORAR EL SENTIDO DEL HUMOR

Hoy se habla de la medicina de la calidad de vida que es un tipo de medicina que no se limita a curar o prevenir enfermedades, sino la que sigue la definición de salud dada por la OMS como “el estado de completo bienestar físico, psicológico y social”.

Gracias a esta medicina hoy sabemos que hay otros factores que nos ayudan a llevar mejor la vida y el humor es uno de ellos. El humor nos da una perspectiva y nos ayuda a tratar mejor las incongruencias de la vida, o cosas que no entendemos y que a veces son trágicas.

APRENDER A HABLAR OTRO IDIOMA

 El cerebro humano necesita estímulo constante y se sabe que no se utiliza en su totalidad, sino que normalmente hay millones de neuronas que no se usan. Por eso es útil aprender otra lengua, dos o tres. Está comprobado que hablar más de una lengua protege, ayuda a mantener un cerebro más fuerte y más resistente.

Cuando hay un problema en que la persona pierde la capacidad de hablar, las personas que hablan más de una lengua lo superan más. También cuando en problemas normales del envejecimiento la persona empieza a perder la memoria inmediata, el hablar otra lengua hace que se retrase ese proceso normal de envejecimiento natural.

DIVERSIFICAR LAS FUENTES DE SATISFACCIÓN

Otro factor que puede ayudar mucho es la de diversificar la vida y las actividades que hacemos. Identificar cuáles son las parcelas de la vida en la que sentimos satisfacción, apuntarlas y luego tratar de practicarlas sin que se mezclen entre sí.

El compartimentarlas puede ser la clave en la respuesta.

Mantener una diversidad pero un tanto separada ayuda a tratar mejor situaciones estresantes o de fracaso personales. Hay estudios que demuestran que las personas que disfrutan del trabajo llevan mejor situaciones difíciles como el divorcio, que otros que no lo hacen.

MINIMIZAR LAS SITUACIONES DE ESTRÉS

Un poco de estrés puede ayudar a animarnos a competir y a estar despiertos. El problema es cuando es algo continuo o excesivo y se convierte en ansiedad o depresión. Algo útil es aprender a identificar cuáles son las situaciones que nos hacen sentir estresados y organizar nuestra vida para minimizarlas y compartirlas.

En caso de llegar a un límite también podremos recurrir a alguien que nos pueda ayudar. No podemos cambiar la realidad, pero sí revaluarla y el acompañamiento puede ser muy efectivo para todo lo demás. La manera en que pensamos, tiene efecto en la manera en que sentimos.

TRABAJAR LA AUTOESTIMA

Sin autoestima o con una autoestima dañada es difícil sacarle satisfacción a la vida. Hay enfermedades que la destruyen como la depresión hasta llegar a un punto en el que la persona piensa que vivir no vale la pena. Eso unido al hecho de que se piensa que es uno el que no vale la pena. Ese es un extremo de la autoestima dañada.

La autoestima nos hace fuertes y hay que desarrollarla, pero para eso es importante saber lo que es: la forma en que nos valorarnos. La manera de cuidarla es ser conscientes de ella, acostumbramos a diferenciar la persona del hecho cuando algo no está bien y hacer crecer las conexiones afectivas con otras personas que sabemos que nos aprecian.

COMPARTIR EXPERIENCIAS

Cuando ocurre algo desprevenido e inesperado se rompe la certidumbre, los planes y los temas de los que hablábamos.  El no saber qué sucederá siempre es un reto para el ser humano. El cerebro humano no tolera la falta de explicación.

Hablar con otros es fundamental porque al contarlo uno se oye a sí mismo, le da un argumento a lo que ha vivido, comunica sus emociones y tiene la oportunidad de decirlo a su manera. Además, puede encontrar apoyo, comprensión y solidaridad. Los vínculos sociales protegen al cerebro.

HACER CRECER EL OPTIMISMO

El optimismo es un factor de protección cerebral importante. Con la memoria llamamos a los buenos recuerdos, con la esperanza pensamos que lo que deseamos va a ocurrir y con un estilo explicativo podemos contarnos las cosas entendiendo que no duran para siempre o que no nos afectan completamente, o que incluso no son nuestra culpa.

Si nos tomamos un tiempo para meditar estas cosas podemos llegar a la conclusión de que en el fondo tenemos optimismo y no somos ingenuos o ignorantes por hacerlo crecer. En los momentos más difíciles, es cuando más se necesita ser conscientes de su presencia.

 

martes, 18 de agosto de 2020

"Cabàs Emocional", el nuevo web para abordar el sufrimiento y la salud emocional

REDACCIÓN - LA VANGUARDIA   |   16/08/2020

Esta iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona pretende ayudar a la población a hacer frente al sufrimiento psicológico que se deriva de la irrupción de la COVID-19

Los ciudadanos de Barcelona disponen de una nueva web para mejorar su bienestar emocional. Con el nombre de ‘Cabàs Emocional’ en esta nueva web se incluyen recursos y buenos hábitos para afrontar las adversidades y saber cómo abordarlas tanto de manera individual como colectiva, herramientas para reconocer las emociones y entrenarse en la forma de afrontarlas e instrumentos para ayudar a personas próximas a que se encuentren en situación de crisis o con dificultades.

La puesta en marcha de este nueva web parte de la base de que con la irrupción de la COVID-19 no solo se ha desencadenado una crisis sanitaria y social, sino también emocional. Este proyecto incluye iniciativas de las entidades que forman la Mesa de Salud Mental de Barcelona, las mesas de salud mental de los distritos y otras organizaciones para ofrecer estrategias concretas de autocuidado. Esta página web está pensada para aprovechar la riqueza de la especialización, la diversidad de conocimientos y la experiencia de los profesionales y organizaciones, y para potenciar un marco común de comunicación, difusión y una manera compartida de actuar.

Incluye una programación de actividades en línea como formaciones grupales o actividades formativas, así como recursos digitales que incluyen documentos, guías, vídeos o audios, entre otros. Los recursos en red pretenden ser una ayuda para abordar los tipos de malestar psíquico más comunes como la angustia, el estrés, las dificultades relacionales, los problemas de insomnio o las situaciones de tristeza profunda.

Entre las situaciones que se pueden tratar se encuentran: el luto y la pérdida de personas queridas; situaciones de sobrecarga por el cuidado o la convivencia continua con personas enfermas o dependientes; situaciones de aislamiento físico prologando; malestar por la pérdida de puestos de trabajo e ingresos; los sentimientos de pérdida de oportunidades; la angustia por un futuro incierto; o las herramientas para padres y madres de niños o adolescentes que quieran mejorar sus capacidades.

Aunque la web se dirige a la población en general, está pensada específicamente para mujeres, personas mayores, jóvenes y adolescentes, personas que están afrontando situaciones de especial dificultad derivadas de la COVID-19, así como personas activas en redes de apoyo, equipos profesionales y de voluntariado de los servicios de proximidad.

 

sábado, 15 de agosto de 2020

Negación: cuándo ayuda, cuándo duele

Escrito por el personal de MAYO CLINIC    |   20/11/2018

La negación es un mecanismo de afrontamiento que te brinda tiempo para adaptarte a situaciones preocupantes, pero la negación permanente puede interferir en el tratamiento o en tu habilidad para enfrentar los desafíos.

Cuando te encuentras en estado de negación, estás tratando de protegerte al no aceptar la verdad sobre algo que pasa en tu vida.

En algunos casos, la negación inicial a corto plazo puede ser algo bueno, ya que te da tiempo para adaptarte a una situación dolorosa o estresante. También podría ser un precursor para hacer algún tipo de cambio en tu vida. Sin embargo, la negación tiene un lado oscuro. Averigua cuándo la negación no es saludable y cómo dejarla atrás.

Comprender la negación y su propósito

Rehusarse a reconocer que algo no está bien es una manera de afrontar los conflictos emocionales, el estrés, los pensamientos dolorosos, la información amenazante y la ansiedad. Es posible que te niegues a reconocer cualquier cosa que te haga sentir vulnerable o amenace tu sensación de control, como una enfermedad, una adicción, un trastorno de la alimentación, violencia personal, problemas financieros o conflictos en las relaciones. Puedes negar algo que te ocurra a ti o a otra persona.

Cuando te encuentras en estado de negación, haces lo siguiente:

·        no reconoces una situación difícil

·        Intentas evitar enfrentarte a la realidad de un problema

·        Minimizas las posibles consecuencias de un problema

Cuándo la negación puede ser útil

Negarse a enfrentar los hechos podría parecer poco saludable. Sin embargo, a veces, un breve período de negación puede ser útil. La negación le da a la mente la oportunidad de absorber información inquietante o perturbadora de manera inconsciente, a un ritmo que no genere una crisis emocional.

Por ejemplo, después de un suceso traumático, podrías necesitar dejar pasar varios días o semanas para procesar lo ocurrido y asumir los desafíos por venir. Imagínate lo que podría suceder si te descubrieras un bulto en la garganta. Tal vez sentirías una sensación repentina de miedo y adrenalina imaginándote que es un cáncer.

Por eso, no le das importancia al bulto, con la esperanza de que desaparezca solo. Sin embargo, cuando pasa una semana y el bulto sigue allí, vas al médico.

Este tipo de negación es una respuesta útil ante información estresante. Inicialmente, negaste el problema inquietante. Sin embargo, a medida que tu mente iba haciéndose a la idea, empezaste a abordar el problema de manera más racional y actuaste buscando ayuda.

Cuándo puede ser perjudicial la negación

¿Pero qué habría ocurrido si hubieras seguido negando ese bulto? ¿Qué habría ocurrido si nunca hubieras buscado ayuda? Si la negación persiste y te impide que tomes las medidas adecuadas, como consultar con el médico, se trata de una respuesta perjudicial.

Ten en cuenta estos ejemplos de negación poco saludable:

·        Un estudiante universitario presencia un violento tiroteo, pero afirma que no lo ha afectado.

·        La pareja de un hombre mayor que está en la etapa final de su vida se rehúsa a hablar con él sobre los deseos y las directivas de atención médica, ya que insiste en que estará mejor.

·        Una persona se pierde periódicamente las reuniones laborales de la mañana por haber bebido con exceso la noche anterior, pero insiste en que no hay ningún problema porque, de todos modos, cumple con su trabajo.

·        Una pareja está registrando una deuda tan grande con la tarjeta de crédito que dejan a un lado las facturas porque no pueden soportar abrirlas.

·        Los padres de un adolescente con una adicción a las drogas siguen dándole a su hijo dinero «para comprar ropa».

·        Una persona que tiene dolor en el pecho y falta de aire no cree que esos síntomas indiquen un ataque cardíaco y demora en obtener ayuda.

En situaciones como estas, la negación puede impedir que tú o tu ser querido obtengan ayuda, como un tratamiento médico o asesoramiento, o que enfrenten problemas que pueden salirse de control; en todos los casos, puede haber consecuencias devastadoras a largo plazo.

Superar la negación

Cuando sucede algún acontecimiento abrumador, está bien pensar: «No puedo pensar en todo esto ahora». Es posible que necesites tiempo para elaborar todo lo que pasó y adaptarte a las nuevas circunstancias. Sin embargo, es importante recordar que la negación solo debe ser una medida temporal; no cambia la realidad de la situación.

No siempre es fácil darse cuenta de si la negación te está impidiendo avanzar. La intensidad de la negación puede cambiar con el tiempo, en especial para alguien con una enfermedad crónica; algunos períodos se caracterizan por estar menos a la defensiva, mientras que, en otros momentos, la negación puede ser mucho más fuerte. Sin embargo, si sientes que no puedes avanzar o si alguien de tu confianza te sugiere que estás en un estado de negación, podrías probar estas estrategias:

·        Analiza con sinceridad tus temores.

·        Piensa acerca de las posibles consecuencias negativas de no hacer nada.

·        Permítete expresar tus miedos y emociones.

·        Trata de identificar las creencias irracionales acerca de tu situación.

·        Escribe un diario sobre tu experiencia.

·        Cuéntale lo que te pasa a un amigo cercano o a un ser querido.

·        Participa de un grupo de apoyo.

Si no logras avanzar por tu propia cuenta para enfrentar una situación estresante —es decir, si estás bloqueado en la fase de negación—, considera consultar con un proveedor de atención de la salud mental. El profesional te podrá ayudar a encontrar maneras saludables de afrontar la situación en lugar de tratar de hacer de cuenta que no existe.

Cómo ayudar a un ser querido a superar la negación

Puede resultarte frustrante cuando un ser querido niega un problema importante. Pero antes de exigirle a tu ser querido que enfrente los hechos, reflexiona. Trata de determinar si tal vez necesita un poco más de tiempo para resolver el conflicto.

Al mismo tiempo, hazle saber a esa persona que estás abierto a hablar sobre el tema, incluso cuando ambos se sientan incómodos. En última instancia, esto podría darle a tu ser querido la seguridad que necesita para avanzar. Tu ser querido podría sentirse incluso aliviado cuando saques el tema.

Si tu ser querido niega un problema de salud grave, como la depresión, el cáncer o una adicción, abordar el tema podría resultar especialmente difícil. Escucha y ofrece apoyo. No trates de forzar a alguien a buscar un tratamiento, ya que esto podría provocar confrontaciones molestas. Ofrécete para acompañarlo a consultar un médico o un proveedor de atención de la salud mental.