IVONNE VALDÉS | La Vanguardia | 05/07/2020
El duelo en tiempos de coronavirus es un tema complicado, pero necesario.
Al nombrarlo e intentar darle espacio, nos volvemos más resilientes, SEMANARIO
habló con una especialista al respecto.
Con la mayoría de la población en su quinto mes de
cuarentena y sabiendo que todavía falta un largo período para recuperar lo que
sea que esta pandemia nos deje como “normalidad”, la tristeza aumenta y con
ella, la necesidad de permitirse el duelo por lo perdido.
“Además, la pandemia catalizó el desgarre del tejido
social y las consecuencias de éste. Por poner un ejemplo, desde el 2006 la
Organización Mundial de la Salud (OMS) prevenía que para el año 2020, la
depresión se convertiría en la segunda causa principal de discapacidad a nivel
mundial. El coronavirus vino a cumplir con este pronóstico, y tendremos una
crisis emocional sin precedentes en el contexto histórico actual.”
MUCHO TRABAJO, POCO TRABAJO.- La carga excesiva de trabajo ya era de
por sí un factor contribuyente a la depresión, y pasar por circunstancias
adversas como desempleo, luto y enfermedad pueden generar más estrés y
disfunción. A esto hay que añadir el tabú con el que la salud mental se ha
perpetuado y la serie de estereotipos que rodean aún el ir a terapia, buscar
asesoría de expertos o simplemente pedir ayuda a la red de apoyo familiar.
El mundo cambió por la pandemia, de eso no cabe duda.
De acuerdo con Miriam Colín (Méjico), psicóloga clínica con especialidad en
psicoterapia, la raíz del problema que enfrenta la sociedad es causada por
la falta de memoria de la humanidad.
“Es como si los seres humanos no pudiéramos registrar
la historia de las otras enfermedades. Da la impresión de que la gente lo está
viviendo como si esto nunca hubiera pasado antes y venimos de tantas epidemias
que ya han diezmado a la población”, dijo Colín.
PERMITIR EL DUELO.- El cambio
en las rutinas de todos para acatar la contingencia sanitaria ha generado incluso
una sensación de luto, y lo que está faltando a este luto es un sentimiento de
respeto.
“Nosotros no hemos hecho
conciencia, no cuidar el ambiente, el aire, el maltrato hacia los animales,
comerse a los animales salvajes, eso sigue; y todo esto (la pérdida de nuestro
estilo de vida) debería hacernos reaccionar”, expresó.
Clínicamente, está comprobado que
al luto lo acompañan, o lo exhiben, los sentimientos de tristeza, la añoranza
de volver a lo que era antes —en este caso volver a la libertad de movilidad, a
la estabilidad y a vivir sin miedo— y la nostalgia.
“Según la experta, estar tristes
es una reacción sana y aprovechable, pues abrazar el dolor no es negar la fe,
es dar lugar a la esperanza y, si se sigue un proceso sano incluso ayuda a madurar.”
“Qué bueno estar tristes por el
planeta, qué bueno ponerse a reflexionar de cómo nos cuidamos, en cómo los
adultos mayores son tan vulnerables y no hacíamos lo suficiente por ellos”,
comentó la especialista.
LA DEPRESIÓN SE ASIENTA.- El
Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la Organización Mundial
de la Salud (OMS) publicó un documento relevante para la prevención del
suicidio, y se anunció que el 2020 sería un año con un alza significativa en
los porcentajes de depresión mundial.
“De acuerdo con los estudios
realizados, se advertía que la mayor prevalencia de los trastornos de ansiedad
ocurriría en personas con profesiones como medicina o leyes y en directores de
alto nivel.”
“Hay que aprender de la tristeza.
No maltrates a los médicos, dale el asiento a la enfermera, ayúdalos a que
descansen a que lleguen bien a sus casas, que coman y que no les gane el
agotamiento”, exhortó Colín.
“El luto es algo sumamente
importante, incluso recomendado por especialistas en salud mental, pues permite
navegar la elaboración de una nueva realidad. Cada etapa de duelo debe
completarse para así formar una versión de uno mismo que se adapte”.
ENFRENTAR CON ÉXITO AL
COVID, SE BASA MUCHO EN LA SOLIDARIDAD.- La
cuarentena reveló otras formas de relacionarse con familia y amigos y ya
metidos en la encrucijada, lo que queda es aceptar el problema y encontrar la
salida
La primera etapa del luto es la
negación, claramente experimentada por la sociedad desde que comenzó a
conocerse el peligro de la pandemia.
“Todo el mundo la pasó por alto,
por eso esto creció así. Si hubiéramos reconocido el riesgo desde el principio
esto no se hubiera esparcido así”, destacó Miriam Colín, psicóloga clínica con
especialidad en psicoterapia.
Ésta, ejemplifica Colín, es como una bolsa de aire que
amortigua el impacto de la noticia de una nueva realidad, y sirve para que el
cambio radical e irreversible no te paralice tanto.
“Durante el luto también se crea la capacidad de
encontrar un nuevo refugio. La esperanza de encontrarse con lo perdido en una
nueva manera dirige a la persona a la oración, a cuidar más la naturaleza, a
valorar de una mejor manera a la pareja, los hijos o a padres”.
LAS NUEVAS MANERAS DE
SENTIRSE UNIDO.- La
cuarentena ha llevado a las personas a encontrar maneras de sentirse unidos a
la distancia, el Día del Niño y el Día de la Madre no pudieron hacerse en
restaurantes ni comprando regalos, así que las familias recurrieron a
simplemente estar juntos y felices. O separados pero seguros. Esta dualidad
fomenta otro tipo de afectos y demostraciones más elaboradas de afecto. Es
decir, me cuido porque te quiero y te quiero porque te cuido. Muchas familias
han regresado al principio de empatía y solidaridad con las personas que sufren
comorbilidades o que desempeñan puestos de trabajo considerados como
esenciales.
“Aprender a estar a solas es una de las etapas más
cruciales del luto, pues significa desarrollar la capacidad de cuidarse a sí
mismo sin culpar a otros de nuestra adversidad”.
“No nos va a dar
todo el Gobierno, no hay quién te cuide, nos cuidamos los unos a los otros nada
más”, enfatizó Colín.
“El desempleo aumenta, las
escuelas cargaron más a sus alumnos, las familias encerradas comienzan a pelear
más, no hay cómo negar que la pandemia arruinó los estilos de vida. Pero no es
lo mismo estar triste, que entrar en un estado patológico de depresión”.
Por ejemplo, Colín, quien se
especializa en el tratamiento de niños con trastorno de déficit de atención e
hiperactividad, ha sabido de papás que retiraron el medicamento a sus hijos
porque “no estarían en la escuela”.
“Nadie tiene un manual de reacción
para sobrevivir la pandemia, y es sano que muchos se sientan tristes y
frustrados, pero la tristeza siempre debe invitar al cambio”.
EL INICIO DE LA REPARACIÓN.- “¿Cómo voy
a reparar yo el daño para que no vuelva a suceder algo como esto? La
sublimación debe ser la parada final en el proceso de duelo”, explicó la
psicóloga.
“Los aplausos desde balcones para
los trabajadores de salud en España, las asociaciones cuidando a las mujeres
que sufren violencia doméstica, las personas saliendo a dar comida a los necesitados
en todos los países, estos son los pasos correctos para terminar la pandemia
siendo más fuertes que como empezamos”.
Con las vacaciones cerca, muchos
se están fijando metas con la limpieza de la casa, hacer ejercicio, tomar
cursos en línea, perder peso o hacer más ejercicio. Y eso está bien, pero no
tienes que ser perfecto y no eres un fracaso si no aumentas tu productividad de
un día para otro.
“Todavía es importante establecer
objetivos y expectativas, pero lo sano es revisarlos o dividirlos en pequeños
pasos”.
Está bien tratar de dar un buen
ejemplo y ser fuertes para aquellos que dependen de nosotros. Pero también está
bien admitir que sientes miedo, que estás deprimido o ansioso, no entierres
estos sentimientos.
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