sábado, 5 de febrero de 2022

¿Cuánto tiempo tardamos en hacernos adictos a algo? (II)


LOIS BALADO TOMÉ  | La voz de la salud-la voz de galicia.es  |  31/01/2022
 
En el abordaje de una adicción, ¿funciona la terapia de grupo?
 
Todos hemos visto cómo en alguna película se afrontan procesos en los que algún protagonista busca desintoxicarse. Las referencias a la terapia grupal son habituales en el séptimo arte. Seguro que son capaces de imaginarse esta escena. El protagonista se levanta y dice ante un grupo de compañeros con su mismo trastorno adictivo como el alcohol: «Hola, soy fulanito y soy alcohólico». ¿Cuánto de fantasía y de realidad hay sobre las terapias de grupo? ¿Funcionan?
 
Lo primero que debemos tener claro es que, por desgracia, no existe una pastilla que vaya a curar a una persona adicta. «Para tratar una dependencia no tenemos un fármaco que te puedas tomar y con el que ya no seas dependiente de una droga. Hay que hacer un trabajo psicosocial. Un trabajo de reconstruir de la persona. Y si el paciente es muy joven, tal vez haya que, directamente, construir a esa persona.», avanza la psiquiatra catalana.
 
Lourdes Suárez es psicóloga y también dirige una Unidad de Conductas Adictivas en Carballo (A Coruña). La profesional recomienda siempre un abordaje clínico y ser muy rigurosos con la información que se aporta. Tanto al paciente como a su entorno. «La información que se tiene que dar a las familias y que debe llegar a la población en general tiene que ser clara e inequívoca. El tratamiento de los trastornos adictivos tiene que estar basado en evidencias científicas, no en visiones subjetivas, distorsionadas o trasnochadas que sugieren que las adicciones son un vicio o un acto voluntario. Los trastornos adictivos son trastornos mentales y requieren de un abordaje integral. Si lo basamos en opiniones personales o visiones subjetivas, lo más probable es que nos equivoquemos y que el paciente sufra las consecuencias», asegura.
 
La motivación del afectado es un aspecto importante (aunque más adelante veremos que no definitivo). ¿Qué hacemos entonces si la persona se niega a solicitar ayuda y no hay visos de que lo vaya a hacer nunca? «Es posible que suceda. El tratamiento de las adicciones tiene que ser voluntario, accesible y gratuito, como el resto de los servicios sanitarios del sistema público de salud. No podemos obligar a una persona a iniciar un tratamiento, si no es esa su voluntad. Pero sí podemos atender a sus familiares y allegados, darles pautas de manejo y orientarlos sobre cómo hablar con esta persona para incrementar las posibilidades de que acuda, al menos, a una entrevista con los profesionales. Esa entrevista nos permitirá abordar su motivación hacia el cambio», dice Suárez.
 
LA AYUDA A UNA PERSONA CON UN TRASTORNO ADICTIVO DEBE SER:
1.      Voluntario
2.     Accesible
3.     Gratuito
 
La importancia de que una adicción pase por el médico de cabecera
 
La psicóloga del centro coruñés recomienda que todo el proceso de desintoxicación se ajuste a la ruta claramente trazada por los servicios públicos de salud, cuya puerta de entrada es la atención primaria. «El médico de cabecera suele ser una persona de confianza para los pacientes y ser de gran ayuda para que tomen conciencia de su problema y poner en marcha el proceso de tratamiento».
 
Nuestro médico más cercano será el encargado de poner en marcha la maquinaria, aunque reconoce que hay casos excepcionales. «Hay unas pautas que siguen todos los centros públicos y, una muy importante, es facilitar el acceso de usuarios de drogas ilegales, que suelen estar más desvinculados del sistema sanitario. Se avalúa su demanda, se realiza un diagnóstico biopsicosocial y se elabora un plan de tratamiento consensuado con el paciente», puntualiza. Considera importante la coordinación, tanto con la atención primaria como con la especializada, como en cualquier otra patología. Las unidades de tratamiento de trastornos adictivos son un servicio especializado, en este caso, en el ámbito de la salud mental. Lo más beneficioso para el paciente es que entre en un circuito sanitario normalizado», explica Lourdes Suárez.
 
La terapia de grupo

Existe cierta aura de misterio sobre las terapias de grupo. A algunas asociaciones se las acusa de hacer abordajes demasiado radicales u obsoletos. La pregunta es, ¿funcionan? ¿Son recomendables? «Nosotros tenemos un abordaje básicamente clínico», confirma Mercè Balcells, que sí ve beneficios en las sesiones con otros pacientes: «Yo digo que todo lo que sirve, tenemos que usarlo. Sin duda, la terapia grupal sirve. Creo que tiene un papel muy importante, todo el tratamiento psicológico lo tiene».
 
Y a nivel clínico, ¿cómo se trabaja? «Nosotros hacemos un abordaje que se denomina motivacional. Trabajamos con la entrevista motivacional, buscamos hacer que las personas aumenten su probabilidad de cambiar las cosas. Es un abordaje terapéutico y psicológico. Si me preguntas por Alcohólicos Anónimos, por ejemplo, creo que tienen un largo recorrido y que a quien les pida ayuda le va a ir bien. Estar en un grupo de apoyo, sea el que sea, ayuda. A veces se necesita salir de un entorno para poder reconstruirse y pensar. Y todas las ayudas son bienvenidas Está claro que está bien unirse a un grupo, pero a veces si no hay un clínico, si hay otros trastornos psiquiátricos u orgánicos, eso no se va a atender. Por eso recomendamos que se haga en unidades especializadas, pero toda ayuda es bienvenida», comenta la directora de la Unidad del Clínic.
 
Si tengo un amigo que tiene una adicción, ¿debo «arrastrarle» a desintoxicarse?
 
Hay una creencia común que dice que, hasta que uno no quiera, no se desenganchará de una adicción. ¿Es esto realmente así? ¿Llevar a alguien a terapia a la fuerza supone que el tratamiento está abocado al fracaso?
 
Evidentemente, si el paciente está convencido y decidido a querer recuperar su vida todo será mucho más sencillo, pero eso no significa necesariamente que no se pueda intervenir y dejar a su suerte al resto de casos. «Sí, necesitas querer para dejar una adicción, pero a veces necesitas que alguien te ''arrastre'' para poder empezar a querer dejarlo. En las adicciones hay mucha ambivalencia; uno quiere y no quiere a la vez. Uno quiere encontrarse bien, no quiere fastidiar a su entorno, no perder el trabajo; pero a la vez es verdad que quieres seguir consumiendo porque esta vía volitiva está alterada. Quieres y no quieres al mismo tiempo. A veces, con ayuda, es más fácil que se resuelva la ambivalencia y que uno diga «sí, quiero dejarlo y me voy a poner a ello», dice la psiquiatra catalana.
 
Lourdes Suárez, por su parte, prefiere cambiar el verbo «arrastrar» (que, por supuesto, no es literal), por dialogar: «Arrastrar a la persona, no; dialogar con ella, sí. Claro que hay muchas contradicciones en una persona con un trastorno adictivo. Muchas veces son conscientes de los problemas que está generando su problema a nivel familiar, laboral, económico, legal o de salud. Pero se muestran ambivalentes ante el cambio. Les gustaría seguir consumiendo sin arrastrar todos esos problemas. O tener un consumo controlado», razona. explicando que en una persona que ya ha desarrollado un trastorno de este tipo, el consumo ocasional es prácticamente imposible. «Una de las cosas características de una adicción es la pérdida del control», sentencia.
 
Consejos para las familias
 
Lourdes Suárez expone una lista de recomendaciones clave para los familiares que conviven con una persona con un trastorno adictivo para intentar solucionar el problema y aumentar las capacidades de éxito.
 
Son las siguientes:
1.      Entender que una adicción es un trastorno mental. Si no se parte de esta base, todo el resto será una atención no adecuada.

2.     Asesorarse con las personas adecuadas. Los profesionales de las unidades de Trastornos Adictivos pueden dar pautas de manejo a las familias si el afectado no quiere acudir al centro o mejorar las estrategias para convencerlo.
 
3.     Entender que es un proceso largo y con tendencia a las recaídas. Suelen alternarse períodos de consumo descontrolado con abstinencia o intermitencia.
 
4.     No es una atención a situaciones de urgencia. no hay una pastilla mágica. Un trastorno adictivo requiere una valoración adecuada, un diagnóstico, un plan de intervención y un equipo multidisciplinar.
 
5.     Dialogar y escuchar. El paciente es una persona, no un problema.
 
6.     Evitar las medidas de coacción. Los chantajes y las amenzas para que se sometan a un tratamiento, no funcionan. El usuario llegará presionado y no convecido.
 
7.      Evitar posturas demasiado permisivas. Darles dinero, permitir conductas en casa o aceptar chantajes (por ejemplo, durante el síndrome de abstinencia) es una mala decisión.
 
8.     Buscar el máximo consenso familiar. Las fisuras entre los diferentes miembros de la familia, pueden ser utilizadas por el adicto para justificar y mantener su conducta.
 
9.     Que la familia y el paciente no se desvinculen. Los familiares suelen estar desbordados por esta problemática. Muchas veces se arrastran años de evolución, que han deteriorado enormemente la convivencia y las relaciones interpersonales. Pese a todo, es fundamental el soporte familiar a lo largo del proceso de rehabilitación.
 
10.  Evitar culpabilizar, presionar en exceso o criticar continuamente. No funcionará y aumentará la distancia con la familia.
 
11.   Entender que no se va a resolver con fuerza de voluntad, sino con ayuda profesional.
 
12.   La familia no debe culpabilizarse.
 
13.   Establecer unos límites claros de convivencia. No son aceptables las conductas agresivas, la violencia familiar, las amenazas o los robos.
 
14.   No esperar milagros. Es un proceso largo que requiere mucho trabajo y en el que puede haber períodos frustrantes. 
 

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