CINTHYA MARTÍNEZ | lavozdegalicia.es | 16/10/2022
Ana Belén Medialdea es
psicóloga especializada en el enfoque de terapia breve.
La experta advierte que muchos problemas relacionados
con el estrés, la ansiedad, la dependencia emocional o la autoexigencia «son,
en el fondo, fruto de una baja autoestima»
Ana Belén Medialdea es psicóloga especializada en el enfoque de
terapia breve estratégica. «Un modelo que surgió en Palo Alto, California. Se
diferencia de la psicología tradicional y de otros modelos como el cognitivo
conductual o el psicoanálisis en que, más que usar el origen y las causas del
problema (como pueden hacer los modelos antes mencionados), analiza cómo se
está manteniendo y funciona el problema», apunta.
A día de hoy es vicecoordinadora del grupo de trabajo de terapia breve
estratégica del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid y dirige su propio
centro de psicología. Acaba de publicar Las 5 estaciones de la
autoestima (Zenith, 2022), una guía con consejos, casos, narraciones
cortas y ejercicios para cultivar el amor propio y establecer límites. Pero «La buena noticia es que la autoestima no se
hereda, sino que se construye», añade.
—¿Qué es la autoestima? Se suele relacionar mucho con el aspecto
físico.
—Es algo que me suele pasar mucho. Cuando viene una persona a consulta y
desconoce que el problema es la autoestima. Te empiezan a hablar y te dicen:
«Yo no tengo problemas de autoestima porque yo me miro al espejo y me veo
estupendamente bien». Es muy importante entender que una autoestima sana no es mirarnos al
espejo y vernos bien, como muchas personas creen. Tener una autoestima
sana significa vivir nuestra vida cuidándonos y respetándonos, nos
guste o no lo que veamos en el espejo. Para mí es el concepto, la relación y el
respeto que tenemos sobre nuestra propia persona. Y esto es muy importante,
porque cuando tenemos una relación que no es sana con nosotros mismos, eso va a
influir en que no vamos a tener una relación sana con los demás.
—¿Qué es más importante para la autoestima, cómo te sientas con tu físico o
cómo te sientas con tu interior?
—La autoestima va mucho más allá que el físico. Tiene más que ver con el
respeto que tenemos hacia nuestro cuerpo. También significa valorarme a mí como
persona independientemente del físico que tenga y de los éxitos o no que
considero que tengo, de mi economía o de si tengo muchas personas alrededor.
Para resumirlo, yo diría que tener autoestima significa vivir cuidándonos,
respetándonos, decir «no» cuando no queremos, poner límites para protegernos y
vivir con la libertad de no depender de las opiniones de los demás para saber
cuánto valemos como personas… creo que todo eso lo resume bastante bien.
—¿Cómo saber si tenemos una baja autoestima?
—Creo que es importante tener claras las señales que nos pueden alertar de
que tenemos una baja autoestima. Yo para eso le digo a las personas que se
hagan preguntas. Porque más que decir: «Voy a ver qué sintomatología tengo», yo
les propongo que hagan preguntas. Como por ejemplo: ¿Me cuesta decir lo
que siento o lo que pienso? ¿Me culpabilizo cuando no hago lo que se
espera de mí? ¿Siento que me justifico mucho, y pido perdón por cosas que a lo
mejor no he hecho con mala intención? ¿Me exijo más de lo que realmente puedo?
¿Me paraliza el miedo a cometer errores? ¿Me importa mucho la opinión que
tengan los demás de mí? ¿Cuándo alguien dice algo sobre mí intento adaptarme a
lo que esa persona me pide y cambiarlo? Si a la mayoría de estas preguntas me
he respondido con un sí, aquí tendríamos que revisarnos nuestra
autoestima. Quiere decir que hay unas señales que nos están diciendo que
hay algo que no está funcionando bien. Quiere decir que tú como persona no te
estás respetando, te estás dejando para otro momento.
—Y si contesto que sí a la mayoría de estas preguntas y me doy cuenta
de que tengo una baja autoestima, ¿qué hago?
—Creo que es algo muy importante porque en la mayoría de los libros de
autoestima que yo he leído siempre te echan mucho la responsabilidad hacia el
contexto donde hemos crecido, la infancia que hemos podido tener. Es verdad que
eso influye a la hora de tener una autoestima sana. Pero si ahora, nuestro «yo»
adulto, acabamos de responder a todas estas preguntas y la mayoría con un sí, es
el momento, primero, de pedir ayuda si no puedo yo sola y después, acudir a un
psicólogo para poder trabajar esa autoestima.
Por ejemplo, si yo me callo lo que pienso y no le digo que no a una
compañera de trabajo que me está pidiendo que la ayude en algo, porque no tengo
tiempo o porque ya estoy harta de ayudarle… Si no se lo digo por miedo a
herirla, me estoy fallando a mí misma. No me estoy respetando. Con lo cual, eso
implica que si lo sigo haciendo en el tiempo, cada vez que esta persona me diga
que le ayude en algo, cada vez me va a costar más decirle que no.
Cuando respondemos a estas preguntas con un «sí», tenemos que ver qué es lo
que estamos haciendo que no nos está ayudando para poder dejarlo de hacer. Esto
sí lo podemos leer en un libro, que nos ayuda a tomar conciencia. Si puedo
dejar de hacerlas, fenomenal. Pero si lo intento pero no puedo, será el momento
de pedir ayuda. Porque necesito algo más específico para mí.
Preguntas que nos podemos hacer a nosotros mismos para
saber si tenemos baja autoestima, según Ana Belén:
§
¿Me cuesta decir lo que siento o lo que pienso?
§
¿Me culpabilizo cuando no hago lo que se espera de mí?
§
¿Siento que me justifico mucho, y pido perdón por
cosas que a lo mejor no he hecho con mala intención?
§
¿Me exijo más de lo que realmente puedo?
§
¿Me paraliza el miedo a cometer errores?
§
¿Me importa mucho la opinión que tengan los demás de
mí?
§
¿Cuándo alguien dice algo sobre mí intento adaptarme a
lo que esa persona me pide y cambiarlo.
—Se suele decir mucho: «Soy así, pero no voy a cambiar».
—Es importante saber cuáles son esas creencias o esas etiquetas que nos
hemos puesto o que nos han impuesto a lo largo de nuestra vida y que generan
estos autoengaños. Un autoengaño surge cuando yo acabo
creyéndome algo que no es cierto. Es algo que simplemente yo he creído y
como me lo creo, actúo como tal.
Si yo creo que soy una mala conductora y no conduzco, eso no puedo
comprobarlo porque no me estoy exponiendo. Y sí creo que soy una mala
conductora y voy a conducir y me pongo muy nerviosa y casi me choco, eso va a
reforzar mi creencia de que soy una mala conductora y que me puedo autoengañar.
Es muy importante tomar conciencia de cuáles son esas creencias que nos
están limitando y que están construyendo un autoengaño disfuncional, que son
aquellos que nos impiden afrontar ciertas cosas que realmente queremos afrontar
o que necesitamos afrontar para tener más calidad de vida.
(Sigue en el siguiente artículo…)
No hay comentarios:
Publicar un comentario