domingo, 15 de septiembre de 2024

Proteger nuestra salud mental, una prioridad

 VALERIA SABATER      |      La Mente es Maravillosa   |      06/08/2023

La salud mental debe ser siempre nuestra prioridad no solo en momentos difíciles. Te contamos más al respecto a continuación.

Proteger nuestra salud mental es algo que debemos hacer siempre y no solo cuando nos sentimos agobiados. Ahora bien, aunque sabemos esto, muchas veces hacemos todo lo contrario, es decir, buscamos cuidarnos cuando estamos pasando por una situación difícil.

¿Cómo podemos proteger nuestra salud mental?

Cuando no nos preocupamos por proteger nuestra salud mental en el día a día, sino de manera ocasional (o peor, nunca), las consecuencias de una situación difícil pueden prolongarse en el tiempo y dejar una impronta dolorosa, difícil de gestionar.

Poco a poco, conforme se alarga la situación (y con ella, el malestar), la mente puede empezar a preguntarse qué sentido tiene esto y qué sentido tenemos nosotros.


Resulta interesante saber que el doctor Irvin David Yalom, catedrático de psiquiatría en la Universidad Stanford y psicoterapeuta explica en su libro Psicología Existencial que, de una manera colectiva, el ser humano teme básicamente a cuatro cosas: a perder el control sobre su realidad, a estar solo, a la duda (sobre sí mismo y sus propósitos) y a la muerte.

Dominar el miedo para que no paralice, primera prioridad

 Teniendo en cuenta lo que explica el doctor Yalom, para proteger nuestra salud mental ante una situación difícil, hay que controlar al miedo. No se trata de hacerlo desaparecer, algo así es imposible e ilógico. Como emoción, cumple su función.

Se trata solo de racionalizarlo, de impedir que se vuelva catastrófico y nos aboque a comportamientos de pánico.

¿Cómo se maneja el miedo?

 

·        Controlando la información que vemos y leemos. Evitemos estar 24 horas al día recibiendo imágenes y datos. Hay que tener en cuenta que la idea es estar al día, conocer lo que indican las fuentes confiables y seguidamente, continuar con nuestra vida, no ahogarnos.

·        Usando con moderación las redes sociales. Silenciar las notificaciones durante unas horas es saludable para evitar la infoxicación (exceso de información que alimenta el miedo y el pánico).

·        Poniéndole un límite al miedo. Sentir miedo es normal y hasta necesario (pero siempre dentro de un límite razonable). El miedo es útil hasta cierto punto porque nos anima a generar ciertos comportamientos para protegernos de las adversidades. Sin embargo, el exceso de miedo no es saludable, pues impide hacer vida normal.

·        Compartiendo las emociones e inquietudes con los seres queridos puede ser de gran ayuda a la hora de aliviar la tensión emocional y restarle importancia a los temores más irracionales que podamos tener rondando en la cabeza. Por ello, debemos animarnos a compartir aquello que nos inquieta con alguien más y, por supuesto, escuchar con respeto a quienes se animen a compartir sus inquietudes con nosotros.

Cuidar el cuerpo para calmar la mente

El cuerpo es un sensor del miedo, un mapa en el que se somatizan las emociones, un envoltorio en el que toda preocupación se transforma en dolor, tensión y agotamiento. Por lo tanto, para proteger nuestra salud mental ante la adversidad debemos atender también nuestro cuerpo y proporcionarle equilibrio, para así no restarle salud ni bienestar.

 

¿Cómo podemos cuidar el cuerpo y calmar la mente?

Una de las primeras cosas que descuidamos en situaciones de estrés y ansiedad es nuestro autocuidado. Para evitarlo, hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones.

·        Mantener una alimentación variada y equilibrada.

·        Mantener una buena hidratación y darle prioridad al consumo de agua por encima de cualquier otra bebida.

·        Dormir ocho horas diarias.

·        Hacer ejercicio a diario (en casa o al aire libre)

·        Los ejercicios como la relajación progresiva de Jacobson son excelentes.

·        Meditar, hacer yoga, dibujar, escribir, colorear mandalas o realizar cualquier actividad recreativa  que permita liberar la mente.

La nutrición emocional, como clave para proteger nuestra salud mental

 En momentos difíciles, es necesario aprender a tolerar la frustración y manejar la incertidumbre. Al mismo tiempo, hay que procurar buscar estrategias de gestión cotidiana para aliviar y sobrellevar la tensión.

Hay una herramienta que siempre ayuda, que siempre nos fortalece: no es otra que la nutrición emocional. ¿En qué consiste esta área?

 

Como trabajar la nutrición emocional

Para proteger nuestra salud mental necesitamos el apoyo de los nuestros. Debemos ser agentes activos entre nosotros favoreciendo una serie de conductas y actitudes:

·        Ofrezcamos esperanza, apoyo y positividad a quien siente miedo o piensa de manera negativa.

·        Es momento de estar presente, aún en la distancia. Llamemos, enviemos mensajes, preocupémonos de manera activa por las personas de nuestro entorno, las que queremos, las que son solo conocidos, los que son vecinos… Creemos redes de apoyo entre nosotros.

·        Seamos cercanos los unos con los otros para convivir mejor. Demos lo mejor de nosotros mismos.

 

La salud mental es algo que debemos cuidar siempre. Por ello, atendamos nuestras necesidades cada día y no solo cuando nos sintamos más agobiados o inquietos. No dudemos tampoco en pedir ayuda experta si consideramos si así lo necesitamos.

Protejámonos, cuidémonos y seamos capaces de crear un escenario de afecto y calma, por y para nosotros.

viernes, 13 de septiembre de 2024

David del Rosario, neurocientífico: "Llevamos frito al cerebro. Le pedimos todo el tiempo lo mismo"

CAROLINA PINEDO DEL OLMO      |    www.cuerpomente.com    |    03/09/2024

Aceptar la propia ignorancia o estar dispuesto a equivocarse son solo algunas de las claves para despertar la intuición y ser más feliz en el día a día, según el investigador en neurociencia David del Rosario.

El neurocientífico David del Rosario vuelve a sumergirnos en los secretos sobre el funcionamiento del cerebro con su nuevo libro Tú has escrito este libro (Ed. Diana), en el que nos cuenta las bases para aplicar la neurociencia en el día a día, con el fin de mejorar el bienestar de las personas.

El cerebro es ese gran desconocido sobre el que la neurociencia ha descubierto que tan solo captamos un 0,5% de la información que denominados realidad y que nos conecta con nuestra consciencia. El restante 99,5% se nos escapa de las manos. 

-De entrada, me llama la atención el título del libro. ¿Por qué yo lo he escrito? -La ciencia nos ha enseñado que el mundo no es más que un conjunto de recipientes vacíos que cada cerebro llena de significado personal. Esta reflexión, que para nosotros en neurociencia es el pan de cada día, la quise plasmar en el título para que la gente tomara conciencia de que son ellos quienes van a encontrar su propio significado y que eso no tiene nada que ver conmigo. Esto me parece algo liberador.

Desde que aplico la neurociencia en mi día a día, he podido liberarme de muchas personas, cosas, lugares y situaciones que tenía en mi cerebro y que sentía como mías. Creo que el mundo se merece que empecemos a liberarlo de todas las cosas que pensamos de manera individual, pero que no tienen por qué ser verdades absolutas.

-La dedicatoria también me llama la atención: «Al bloque rojo por traerme a Aïda. A Aïda por traerme a Aleu». ¿Se puede desvelar el significado o es algo personal?
-Es algo personal, pero ya que estamos… (sonríe Del Rosario). La dedicatoria tiene que ver con que conocí a mi pareja en un bloque rojo que hay en una plaza de Barcelona y, a pesar de que nos habíamos encontrado varias veces antes, no fue hasta ese momento en el que conectamos. Le doy las gracias a ese bloque rojo por traerme a Aïda y después a Aleu, nuestro hijo.

-Una historia con mucho de magia. ¿Qué conexión tiene con el funcionamiento de nuestro cerebro?
-Tiene mucha magia. Yo había interactuado con mi futura pareja; sin embargo, mi cerebro no prestaba atención. Si yo pongo el foco en algo, el resto del mundo desaparece para mi cerebro. Muchas veces nos perdemos la magia de la vida por no prestar atención al estar tan obnubilados con las cosas que pensamos. Es decir, con pensar la vida en vez de vivirla. Mi cerebro, por todos los condicionamientos que tiene, se había perdido la posibilidad de conectar con un ser tan maravilloso como mi pareja actual, solo porque no prestaba atención. Como reflexión: ¿cuántas cosas mágicas nos perdemos por seguir obnubilados al seguir la historia que nos cuenta este comentarista que es el pensamiento?

-¿Qué aporta de nuevo a la neurociencia su libro?
-Este libro no tiene nada diferente a lo que una persona no pueda descubrir por sí misma, si se para en su vida y comienza a escuchar conscientemente. De hecho, todas las investigaciones que hago nacen de ahí. El problema, quizás, es que no paramos. Este libro lo que puede aportar a la gente es obligarla a parar para poder ver la relación con el pensamiento y con las emociones. No para hacerlas mejores, más positivas o cambiarlas, sino para asumirlas.

Pero para poder ver hay que mirar y para mirar, hay que parar, y no lo hacemos, porque vamos como locos. Este libro puede ayudar a parar y a descubrir la magia que hay en cada situación de la vida.

-¿Qué propone para conseguir parar y mirar con calma?
-Por ejemplo, la afirmación: «esta sociedad no nos permite parar» es un pensamiento. Pero imaginemos que, en lugar de un hecho, solo fuese una posibilidad. Solo con eso, el cuerpo se relaja y es como si hubieses tenido una clase de yoga. Nos sienta muy bien la posibilidad de estar equivocados. La neurociencia aplicada en el día a día nos enseña que es una buena noticia que no tengamos razón. 

Una de las cosas en las que no la tenemos es en la idea de que nuestros pensamientos son hechos. Nuestro cerebro no tiene en cuenta el 99,5% de la información que nos rodea a la hora de generar pensamientos. Por ejemplo, no tenemos sensores para captar las ondas de infrasonidos que utilizan los elefantes para comunicarse, los ultrasonidos de los murciélagos o las ondas de radiofrecuencia en las telecomunicaciones. Con la pequeña porción de realidad restante (el 0,5%), mi cerebro construye los pensamientos.

-Entonces, la intuición la utilizamos muy poco. Nos centramos en el pensamiento lógico…
-Hay un tipo de pensamiento muy intuitivo, pero no es el que solemos usar en nuestro día a día. Puede ser que haya información que todavía no sabemos cómo medir y que nuestro cerebro sí que pueda sintonizar con ello. De hecho lo hace, porque ocurre lo que conocemos, pero también lo que desconocemos.

Hay un tipo de pensamientos que son los esenciales. Cuando llegan, no tienes la sensación de que los ha generado el cerebro en base a tu experiencia pasada y a tus expectativas de futuro. El cerebro es como una antena que recibe esa información, que genera un cambio que te pone los pelos de punta y una amplitud pulmonar bestial. Hay una certeza de que tú sabes que eso es así. Se le llama pensamiento Eureka o creativo. Por poner un ejemplo, el perdón es un pensamiento esencial intuitivo. Tú no decides perdonar, el perdón se da; y cuando ocurre, no sabes cómo ni por qué, pero ya no tienes un conflicto con eso. La compasión también es un pensamiento esencial, o la creatividad. Tú no dices voy a ser creativo, simplemente ocurre. 

-¿Qué puede ayudar a entrar en ese estado intuitivo y creativo?
-
Sabemos que hay muchas cosas que promueven ese estado intuitivo y de creatividad, y una de ellas es el no hacer para dejar que llegue la inspiración. Cuando activamos la razón, más o menos solo se pone en funcionamiento un 5 o un 10% del potencial neuronal que tenemos, pero cuando dejamos de hacer algo, se activa una gran cantidad de energía: el 90% restante. Cuando decides no hacer y te vas a la naturaleza o a caminar, se promueve que la creatividad se produzca. Preocuparnos reduce la posibilidad de que la intuición y el pensamiento creativo se manifiesten.

-Sería positivo que se enseñara desde la infancia a desarrollar y usar el pensamiento intuitivo. Sin embargo, lo tenemos muy desvalorizado… 
-Estaríamos más contentos, porque daríamos un uso más eficiente al cerebro, que es altamente creativo. La creatividad tiene la capacidad de revolucionar el mundo. Sin embargo, nosotros la usamos de una manera racional. Llevamos frito al cerebro. Le pedimos todo el rato lo mismo. Lo llamamos seguridad, pero en realidad entramos en una dinámica que nos lleva a pensar la vida en lugar de vivirla.

Tratamos de protegernos de todo a través del pensamiento, sin darnos cuenta de que realmente no hay ningún peligro. El león vive en nuestra imaginación y lo que conseguimos con esta forma de pensar y sentir es inyectar pequeñas porciones de sufrimiento, que son las que contribuyen a tener sensaciones, como por ejemplo que es imposible ser feliz en esta sociedad.

-Ese pensamiento creativo debe de estar muy asociado al arte…
-El arte para todas las edades desarrolla mucho la actitud de volver a mirar. Por ejemplo, yo sé perfectamente cómo es un sol o un paisaje, pero si voy a pintar uno, esa actividad me obliga a volver a mirar, a prestar atención a los detalles, y descubriré que en realidad no sé cómo es un paisaje. Tú crees que sabes cómo es tu vida, pero si paras y la vuelves a mirar, te das cuenta de que no tienes ni idea. Solo piensas que sabes cómo es. Vemos nuestra imagen mental de la vida. Por ejemplo, si estoy acostumbrado a vivir en un sitio donde el cielo es más gris, aunque esté pintando un paisaje soleado, tenderé a usar colores más oscuros. No vemos a las personas que tenemos delante, sino la imagen mental que nos hemos hecho sobre ellas. Es la relación con nuestro pensamiento lo que nos limita. La cuestión es: ¿Estás dispuesto a ir más allá de ese pensamiento?

-¿Qué es lo que más le sorprende sobre él?
-Lo que más me sorprende del cerebro humano a día de hoy es mi tremenda ignorancia. Cuanto más estudio, más necesario veo el no olvidar lo ignorante que soy y el dejar de defender mis pensamientos. Si esta entrevista promueve seguir pensando la vida en lugar de vivirla, he fracasado. Es tan maravilloso ser un ignorante… Reconocerlo te lleva a dejar de defender tus pensamientos, a entrar en un espacio de vida. 

miércoles, 11 de septiembre de 2024

Marian Rojas explica como lidiar con las personas que no nos hacen bien: "No son tóxicos per se"

MANUEL LÓPEZ CHICANO     |     lavanguardia.com     |     27/07/2024


La psiquiatra ha dado varias claves para poder afrontar la cercanía de gente que se dedica a tener actitudes tóxicas.

 

Marian Rojas ha vuelto a dar una charla sobre las personas que tienen malas actitudes con los demás. Lo primero que ha querido aclarar es que a ella el concepto de persona tóxica no le gusta: “Las personas no son tóxicas per se, lo son sus actitudes”.

La psiquiatra madrileña ha hablado del concepto de “estar alerta”, que sucede cuando una persona con este tipo de comportamiento está cerca debido a que “no han estado a la altura de lo que nosotros queríamos”.

El siguiente consejo que ha dado ha sido el de identificar a este tipo de personas: “¿Son tóxicas de manera individual o con muchas personas? Porque lo que suele pasar es que llevan una mochila de heridas, de inseguridades, de fantasmas sin resolver”.

Marian ha querido poner un ejemplo de este tipo de comportamientos. Ha contado que una amiga suya tiene una madre que le está criticando siempre “y está en modo alerta constantemente”.

Para finalizar esta serie de consejos, Rojas Estapé ha concluido que lo mejor es “identificar, proteger, poner límites, perdonar cuando se puede”, y si todo eso falla alejarse de dicha persona tóxica.

 

 

lunes, 9 de septiembre de 2024

Fatiga mental doméstica: las cargas invisibles que agotan a nivel emocional

 PATRICIA RAMÍREZ      |    Abc-El lunes empiezo-Blog     |      30/10/2022

Sin lugar a duda, hemos avanzado en el reparto de tareas en casa. Pero… se reparte lo que se ve: el lavavajillas, recoger a los niños, tender, pasar la aspiradora, recoger la ropa, hacer la compra. Ellos ahora son padres mucho más presentes e implicados en el cuidado del hogar y de los hijos. Y muchas de nuestras parejas se declaran feministas y reconocen cómo las desigualdades vividas han penalizado y agotado a las mujeres. 

Pero existen tareas en el hogar que parecen invisibles. Organizar el menú de la casa, pensar en qué se hace de comida o de cena, llamadas familiares, responder a los chats del colegio, preparar fiestas de cumpleaños. Se trata de tareas más cognitivas, darle vueltas a la cabeza. Son más de pensar que de hacer, no se ven, son invisibles. Tareas que igual nos preocupan más a nosotras que a ellos. Si comentaras con tu pareja que te agota el WhatsApp del cole, seguro que te contestaría “pues ni lo mires, yo no lo miro nunca”. Para él esta decisión es fácil. O si le compartes que “los menús me tienen agotada, no sé qué hacer mañana de comer”, te contestaría “lo que sea más fácil, no te compliques”. No sé si es que nos complicamos solas, si nuestro nivel de exigencia y de perfeccionismo nos agota o si son áreas en las que ellos, al ser invisibles, todavía no se las plantean.

¿Sientes esa fatiga mental doméstica? Puede que te sientas cansada, triste, irascible, sin tiempo para ti. Puede que te apetezca pagarlo todo con la comida poco saludable, tienes ganas de gritar cuando querrías mantener la calma, culpas al mundo de lo mal que te encuentras, no sabes por dónde empezar o la vida se te hace bola. ¿Desearías estar a solas en el Caribe tirada en una hamaca con un coco-loco en la mano sin tener nada que pensar salvo ponerte protección para no achicharrarte? 

A ver si con estos consejos puedo ayudarte a encontrar un poco de serenidad y Flow.

·        Facilítate la vida. Es un indispensable para vivir mejor. De las tareas invisibles, ¿cuáles crees que podrías dejar de hacer? Hablar con nuestros hijos de cómo se sienten es muy importante, pero no lo es repetir lentejas al medio día y la noche por dejar de vigilar el menú del cole.


·        Si la tarea es importante para ti, pide ayuda. Nadie puede ayudarte con algo que desconoce.

·        Si te vas a ocupar de algo invisible porque has decidido que es importante, delega otra tarea visible. Habla con tu pareja de todo aquello de lo que te ocupas y que no se ve. Dile que necesitas un poco de ayuda con otras tareas.


·        No solo hay que delegar en la pareja, delga también en tus hijos. Revisar la mochila o los deberes son actividades de las que tienen que ocuparse ellos. Y cuanto antes lo hagan, mejor.

·        Reparte las llamadas… al dentista, al médico de tu suegro, al colegio para avisar que está enfermo y que no asistirá a clase, a la librería para encarar un libro de texto…


·        Pon en la puerta del frigorífico un planificador que contenga fechas de cumpleaños, fechas importantes, tareas pendientes. Así no tendrás que recordar a tu pareja que es el cumple de su hermana. También puedes poner una libreta magnética en la que cada uno anote aquello que vea que se agota, como el gel, la pasta de dientes, el atún… Así evitas tú recorrer toda la casa comprobando qué falta o abriendo todos los cajones y nevera para hacer la lista de la compra. Lo que no está en la lista, no se compra. Si tu hija adolescente no anota en esa lista que se le ha terminado el desodorante, que vaya ella y lo compre. Recuerda algo muy importante: ¡tú no eres responsable de los olvidos o despistes de los demás! 

La carga de los cuidados suele recaer sobre la mujer. Nos han educado para atender, dar amor, cuidar, proteger. Somos seres emocionales y cuidamos de las emociones de otros, de la pareja, de los hijos, amigos, padres… Estar pendiente de cómo se sienten los demás, resolver tensiones emocionales con la pareja o la familia, anticiparte para ayudar a quien sufre, termina también por pasar factura.

No se trata de desvincularnos, pero sí de dosificar y educar a nuestros hijos para que sean responsables de sus emociones. Y trasladar a nuestra pareja lo importante que es hablar, comunicar, compartir emociones. No es lo mismo tener que preguntar, “oye, ¿qué te pasa? Es que llevo varios días notándote preocupado, me tienes preocupada a mí también”, que tu pareja llegue, se siente a comer contigo y comparta contigo lo que le preocupa de un amigo, del trabajo o de él mismo. Sería todo mucho más fácil.

Las cargas invisibles no son invisibles para nuestra salud mental. Hablar, repartir, delegar, renunciar forma parte de tu autocuidado. Tu autocuidado también se convierte en invisible si no lo priorizas y le prestas atención.

sábado, 7 de septiembre de 2024

Aurora Michavila, experta en comunicación: "Si quieres consolar a alguien no le digas 'ya pasará', porque no funciona"

AURORA MICHAVILA      |      telva.com      |      05/09/2024

La próxima vez que alguien necesite tu apoyo, olvídate de decirle que "todo pasa" o comparar tu experiencia con la suya porque no consuela. Lo único que realmente funciona no tiene nada que ver con esos y otros errores que todos hemos cometido alguna vez.

Antes o después algo no va a salir como esperamos. Quizás sientas que alguien te ha fallado. Puede que no logres el resultado que tanto anhelabas. Que tomes una decisión equivocada. Que sufras por un ser querido. Antes o después vas a sentir frustración, miedo, pérdida o desamparo. Puede que alguien deje de estar en tu día a día porque se aleje o porque fallezca. Que el guion de tu vida dé un giro inesperado y tu situación cambie. Que no haya vuelta atrás. Es parte de la vida. Y desearás que alguien sepa acompañarte para poder sobrellevarlo.

Y quizás te dirán: "Bueno, no te lo tomes tan a pecho. Tampoco es para tanto. Mira hay gente que está mucho peor que tú." O puede que sean más osados y te suelten el típico "Ya pasará. Lo que deberías empezar a hacer es...". Y te sentirás igual de mal que si no hubieran abierto la boca. O peor incluso. Más solo o sola que antes, porque sentirás que no se colocan en tus zapatos, que no te escuchan con todos los sentidos.

5 TRAMPAS a evitar a la hora de consolar

Por muy buena intención que haya del otro lado, si no hay una verdadera conexión emocional en el momento y no logramos aliviar temporalmente esa sensación de soledad en su "desgracia" que vive la persona afectada, las palabras que usemos se las llevará el viento. Por ello, lo primero que hay que evitar es:

  • Minimizar los sentimientos de la persona que demanda consuelo.
  • Juzgar la situación que está viviendo, el papel que él o ella haya tenido o el propio resultado. Porque quizás desde la perspectiva del que acompaña, algo no es tan grave como parece. Pero el que lo vive lo que necesita en ese momento es validación emocional, no juicio. Ya habrá espacio para colocar las cosas en perspectiva, para pensar en responsabilidades. Pero no lo hagamos a base de minimizar lo que la persona siente. Dejemos espacio para que las piezas se puedan ir colocando a su debido tiempo y los temas se puedan ir abordando con una mirada despejada.
  • Comparar sus problemas con los tuyos. Que a menudo nace de un intento de relativizar, pero no resulta ser un buen camino para acompañar.
  • Dar soluciones que no te han pedido. Porque, bajo esa vocación de ayudar, es fácil apresurarse para tratar de resolver. Pero hay que respetar los tiempos de ese duelo. Probablemente no sea cuestión de una sola conversación, sino que la situación demande más charlas y cada una de ellas tendrá un papel importante en el acompañamiento.
  • Usar frases cliché como el "Ya pasará", que en ese instante no tienen ninguna tracción para mover las emociones a otro lugar. Ya sabemos que el drama pasará. Pero ahora duele, mucho y esa persona no sabe qué hacer con ese dolor.

QUÉ HACER PARA AYUDAR y consolar

Hay un tipo de apoyo práctico que puedes ofrecer para acompañar emocionalmente, de verdad, a la otra persona.

En lugar de caer en las 5 trampas, prueba esto:

  • Asegúrate de validar sus emociones. Reconoce y acepta sus sentimientos sin juzgarlos. Puedes decir cosas como: "Entiendo que te sientas así" o "Es normal sentirse así en esta situación". Recuerda, la charla no va de ti y de cómo tú crees que te sentirías. Respeta cómo se sienta él o ella y deja que lo comparta con sus propias palabras. Para ello...
  • Haz preguntas abiertas. Anima a la persona a hablar más sin hacer un interrogatorio, ni decirle qué debe hacer o cómo debe sentirse. Puedes preguntar "¿Cómo te sientes?" o "¿Qué te gustaría contarme?". Esto es parte de una buena escucha activa. Dejar que el otro se exprese y simplemente estar ahí, presente, para escuchar y hacer que se sienta escuchado/a. A menudo esas conversaciones son momentos catárticos para el que sufre. Sus pensamiento no están ordenados, no encuentra las palabras exactas e incluso se contradice. Y verbalizarlo en voz alta le ayudará a poner orden, a darse cuenta de cómo resuenan sus propias palabras y a ir dando sentido a lo que le pasa.
  • Respeta sus límites. Si la persona no quiere hablar o prefiere estar sola, respétalo. Puedes decirle que estás ahí para ella cuando esté lista para hablar. Son sus tiempos. Su ritmo. Ya habrá espacio para estimular. Pero debes aprender a leer la situación y saber acomodarte a sus tiempos.
  • Ofrece tu apoyo. La persona necesita saber que puede contar contigo. No necesita que trates de solucionar lo que sea en ese momento. Frases como "Estoy aquí para ti", "Puedes contar conmigo" o "Si quieres hablar, estoy aquí para escucharte" te serán muy útiles. 

Por supuesto, aunque las fases del duelo se repiten, cada persona y sus circunstancias es un mundo. Estos consejos deberían ayudarte, pero aplica tu sentido común. Saber acompañar es un tesoro y de cada uno de nosotros depende saber hacerlo mucho mejor.

Cómo aprender a fijar metas para mejorar el desarrollo personal

 BELÉN COLOMINA      |      Abc-Bienestar     |     01/09/2024

La psicóloga Belén Colomina, experta en mindfulness, explica en esta sesión de meditación guiada en audio cómo afrontar la vuelta a la rutina tras las vacaciones de verano

Con la llegada del mes de septiembre, es frecuente plantearse nuevos objetivos. Parece que el inicio del curso nos invita a generar nuevas metas. Las vacaciones nos han cargado las pilas y nos proyectamos optimistas hacia el futuro, pero esta vez, te invito a que puedas realizar esta proyección de una forma distinta.

Te invito a tomar unos minutos para conectar contigo, detenerte en encontrar tu valor y significado personal para así, establecer con mayor claridad y discernimiento tus metas. Una contemplación que servirá de guía para que cada pequeño cambio, cada nuevo hábito, te asegure llevar la dirección elegida hacia tu bienestar. Eso sí, tras la intención, es imprescindible el compromiso, la acción paciente y persistente en la realización. Pero te aseguro que, si consigues conectarte y alinear este proceso con tus valores, será mucho más fluido y saludable.

 

Podemos encontrarnos cada domingo en ABC Bienestar. Además puedes saber más sobre mi trabajo en torno a los beneficios de la meditación en el libro 'El poder sanador del silencio' (Grijalbo) y en la cuenta de instagram: @belencolomina.

 

jueves, 5 de septiembre de 2024

Casa ordenada, mente tranquila: 9 hábitos para probar hoy mismo

ISABEL LAVÍN BONACHÍA         |      Hola      |     26/08/2024

Te retamos a que lo intentes. Pon en práctica estos hábitos y gana en felicidad (o eso dicen)

Marie Kondo, La OrdenatixAlicia Iglesias, tu madre… Todas las organizadoras profesionales coinciden en una cosa: el orden trae la felicidad. Y si no la felicidad, sí que garantizan un hogar en el que prima el bienestar y la comodidad. Pero, ¿cuánta razón hay en esto? Las personas más desordenadas son felices en su caos. O al menos es lo que ellos defienden. Nosotros queremos proponerte un reto. Aplica estas costumbres y hábitos durante 21 días (según el psicólogo William James, se necesitan 21 días para crear un hábito a través de la repetición constante) y valora si eres más feliz en tu casa.

Recoge siempre la cocina

Ya sea después de desayunar, comer o cenar o, incluso, si tan solo usas un vaso de agua. Deja siempre el fregadero despejado y los cacharros recogidos en la medida de lo posible. Verás cómo entrar en una cocina ordenada es mucho más agradable que encontrarse con una pila de platos y utensilios sin fregar. Un truco para que sea más sencillo es ir fregando los utensilios según los vayas usando. Es decir, que si estás cocinando la cena y dejas todo recogido, de manera que solo queden los platos, vasos y cubiertos que vais a utilizar, será mucho más sencillo.  

Y este hábito tiene doble recompensa porque, además, te ayudará a mantener ciertos bichos e insectos fuera de la cocina.  

Haz la cama según te levantes

Nada más suene el despertador y te levantes de la cama, ¡hazla! Sabes que esta costumbre solo te llevará unos minutos y lo agradecerás durante el resto del día. Si te levantas a la vez que tu pareja, haced la cama juntos, uno a cada lado. Primero airead las sábanas y después colocadas bien. Entre los dos no tardaréis nada. Y lo agradecerás cuando vuelvas a entrar a la habitación a vestirte después de ir al baño o tras desayunar. Y mucho más cuando vuelvas a casa después de todo el día trabajando. Incluso se dice que potencia tu autoestima y reduce el estrés. ¿Por qué no probarlo?

Deja los cojines colocados

Un gesto tan sencillo como levantarse del sofá antes de ir a la cama y dejar los cojines colocados y las mantitas dobladas te regalará salud. Y esto también vale para el vaso de agua que se queda sobre la mesa o el envase del yogur que te has tomado antes de ir a la cama. Un salón recogido te dará la vida cuando te levantes por la mañana y veas que está en perfecto estado de revista. 

Si tienes hijos, anímales a que recojan los juguetes del salón antes de ir a la cama. Así esta tarea no se sumará a las que tú ya tienes. 

Un sitio para cada cosa

¿Por qué cada vez que vas a buscar las tijeras tienes que atravesar media casa cuando siempre las usas estando en el salón? Pues encuentra en esta estancia un lugar en el que guardarlas. Lo mismo vale un cajón del mueble que una cesta donde metas pequeños objetos de uso cotidiano. 

A la hora de ordenar tu casa, piensa en cómo guardas las cosas. Y dónde. Sé práctico y evita paseos innecesarios. Además, si guardas las cosas con cierta lógica siempre sabrás dónde están. 

Ordena la silla de la ropa

Llenar la butaca o la silla que hay en el dormitorio de ropa es un clásico. Nos despedimos de ella el lunes y hasta el fin de semana no volvemos a verla. Y es que es habitual ir dejando la ropa que nos ponemos encima y no ordenarla. Luego llega el sábado de zafarrancho y se va todo a lavar. ¿Conclusión? Tendrás que poner más lavadoras y planchar cosas que, en realidad, podrías haber usado más veces. 

Pero tiene solución. Un gesto tan sencillo como colgar los pantalones en el armario o echar la camiseta a lavar, te ahorrará tiempo durante el fin de semana y mantendrá tu habitación en orden.

Deja las cosas preparadas

Al igual que ordenas la cocina y el salón antes de irte a la cama, otro hábito de orden muy saludable es dejar las cosas preparadas el día anterior. Por ejemplo, puedes dejar la ropa que vas a ponerte sobre la silla y no tendrás que volverte loca pensando qué te vas a poner. También te recomendamos que dejes el táper preparado, así como la merienda o el almuerzo de los niños, las mochilas, etc. El tiempo que ahorres por la mañana destínalo a desayunar tranquilamente. ¡Lo agradecerás!

Tira las cosas que no valen

Las cajas vacías de los electrodomésticos, papeles de hace una década, bolígrafos que no pintan, gafas rotas… Todas esas cosas deberían ir fuera de tu casa, pero también deberías coger el hábito de deshacerte de ellas según entran en tu hogar. Nuestra recomendación es que empieces por hacer una limpieza y quitar todos estos objetos inservibles y, después, aplicar esta teoría a tu día a día. 

 Pon una bandeja en el recibidor

¿Cuánto tiempo pierdes a la semana buscando las llaves de casa o del coche? Es un clásico de la gente desordenada. Y un elemento tan simple como una bandeja o soporte puede solucionar el problema. Y es que si, cuando llegues a casa, dejas ahí las llaves, no se perderán y siempre las tendrás a mano y en el mismo lugar. ¡Verás la de tiempo que ahorras! 

Guarda los zapatos

No hay nada más gratificante que quitarse los zapatos según entramos por la puerta de casa. Tanto si eres de los que va descalzo, como si te gusta contar con unas zapatillas de andar por casa, deberías tener en el recibidor un pequeño mueble en el que dejar el calzado del día o de la temporada. Al quitarlo de en medio y tener la entrada de casa ordenada, ganarás en orden.