TRAGEDIA | Descarrila un tren en Santiago
ELMUNDO.es | Madrid | 25/07/2013
Este tipo de pérdidas tiene un
componente traumático que alcanza no sólo a los familiares de las víctimas,
sino también a todas las personas que son testigos de la catástrofe a través de
los medios de comunicación. De hecho, cuando tiene lugar una tragedia como la de Galicia es importante evitar la difusión de imágenes para proteger a la población
frente a un posible estrés postraumático colectivo
.
Las muertes súbitas son más difíciles de
elaborar que otras en las que hay aviso previo de inminencia de muerte
(enfermedad grave, salud deteriorada, etc.). Esta dificultad tiene que ver con
que el doliente no tiene posibilidad de prepararse mental ni emocionalmente
ante la pérdida.
Según el equipo de psicólogos de la Fundación Mario Losantos del Campo (www.fundacionmlc.org), en estos
casos es frecuente que se dé un proceso de shock en el que la persona afectada no
pueda creer lo que ha ocurrido. Ese bloqueo, normal al principio, tiene que ver
con el proceso de asimilación, en el que se ponen en marcha mecanismos de
defensa que nos protegen de la realidad de la muerte
Atender los síntomas de estrés
postraumático
Una de las características que va a
tener este duelo -junto con el dolor añadido de la muerte- es la posibilidad de desarrollar un estrés postraumático completo o alguno de sus
síntomas (reexperimentación del accidente,
insomnio, embotamiento emocional, sensación de desapego de la realidad,
irritabilidad, hipervigilancia). Para ayudar a la persona afectada, habrá que
estar pendiente de la aparición de estos síntomas, al tiempo que se atienden
sus necesidades en el duelo inmediato.
A esto también puede unirse la sensación de falta de realidad de la muerte por parte
del doliente. Por tanto, la ayuda psicológica principal irá encaminada a
ayudarle a elaborar la realidad de la pérdida, que es la primera tarea del
duelo. Para ello será especialmente importante rememorar junto a él cómo
recibió la noticia, cómo reaccionó él y su entorno, o cómo fueron los ritos de
despedida (funeral, entierro).
En las horas inmediatamente posteriores
a la catástrofe, los profesionales sanitarios
pueden prestar ayuda a los familiares con su acompañamiento y escucha,
mostrando interés y cuidado, y atendiendo tanto su dolor como el posible
bloqueo que surja en los primeros momentos.
Cómo podemos ayudar a una persona en
duelo.
- La primera de las ayudas básicas que
podemos proporcionar a alguien que está en duelo es ofrecerle nuestro interés y
nuestra apertura a la comunicación; mostrarnos interesados y abiertos a lo que
la persona quiere compartir. Es importante ser conscientes de que nada de lo que podamos decir va a aliviar instantáneamente el dolor de la
persona.
- El duelo duele y que exista dolor es parte inherente del proceso.
Escuchar realmente a alguien que está sufriendo, estar a su lado de forma
auténtica, con cariño y cuidado es una ayuda fundamental y de gran valor. Si no
se sabe qué decir, es mejor no decir nada. Reconforta más un
acompañamiento en silencio o una mano en el hombro que una frase hecha. Se suele
menospreciar el poder de la escucha y del acompañamiento, como si no fuera
suficiente. Sin embargo, estar al lado de alguien que sufre, validar con
nuestra atención todo aquello que está viviendo, le ayudará a andar el camino del duelo. Permitir al doliente poner palabras
al dolor, expresarse con el llanto o el enfado, o compartir cómo está
afrontando su pérdida le va a ayudar a elaborar las tareas del duelo de
una manera casi espontánea.
- Resulta también un gran apoyo ofrecer ayudas más específicas: concretar el 'Llámame cuando quieras'
o 'Estoy aquí para lo que necesites'. En su lugar, podemos ofrecernos para
ayudarle en tareas cotidianas que, tras la pérdida, puedan resultar más
complicadas de abarcar (ir al banco, gestiones administrativas), así como tomar
la iniciativa para llamar al doliente y quedar con él.
Dejarse guiar por el respeto a la
vivencia del otro (cada duelo es único y su duración varía
según la persona) y estar junto al doliente desde la
autenticidad son dos factores clave en la ayuda en el
duelo.