lunes, 30 de noviembre de 2020

Solo un tercio de las noticias sobre depresión tiene un tono positivo

 

REDACCIÓN    |     Barcelona     |     La Vanguardia     |     19/11/2020        

(EFE).- Solo un tercio de las noticias sobre depresión en Cataluña tienen un tono positivo, según ha concluido el informe presentado por la organización en defensa de la salud mental Obertament, sobre el tratamiento de la ansiedad y la depresión en los medios de comunicación catalanes.

Ariadna Rogero, responsable del informe, asegura que "los medios no solamente deben informar sobre la salud mental, también deben ofrecer un contexto para entender la naturaleza de la depresión".

Según el estudio, el 74,3 % de los artículos analizados contenían información sobre las causas de la depresión o la ansiedad, y el 67,7 % sobre el tratamiento y la recuperación.

Sin embargo, el 45,8 % del contenido analizado, casi la mitad, asocia la enfermedad a la peligrosidad, mientras que solo un tercio, el 34,7 %, se centra en la acción positiva.

En esta franja en la que se asocia la ansiedad y la depresión a la peligrosidad, mayoritariamente se vincula al suicidio, a la victimización de un delito o al abuso de drogas y alcohol, pero no se muestra a la persona afectada como peligrosa para el resto, aunque sí para ella misma.

Desde Obertament, señalan la responsabilidad de los medios de comunicación en la reducción del estigma asociado a la depresión y la ansiedad como la mejor forma de promover su recuperación, algo que solo observan en una de cada cinco noticias.

Anna Manso, guionista y articulista, ha vivido en primera persona los efectos de la ansiedad y ha aconsejado que los medios de comunicación deberían dejar de enfocar las recuperaciones como fenómenos épicos: "Ojalá no tuviera épica explicarlo", ha señalado.

Manso también ha querido apreciar una falta de concienciación sobre los efectos psicológicos que ha supuesto el confinamiento: "Estamos pasando por alto la salud mental durante la pandemia, y en especial la de los jóvenes, quienes, además, tienen que cargar con la criminalización", ha dicho.

Los responsables del informe aconsejan evitar el uso de imágenes oscuras en noticias sobre la depresión y apostar por imágenes que reflejen la realidad de las personas afectadas, incluir sus testimonios y evitar los términos "depresivo" o "enfermo".

Aunque todavía no existen datos suficientes para afirmarlo, Rogero ha comentado que se observa una evolución positiva y, sobre todo, un incremento en las peticiones de asesoramiento por parte de los periodistas. EFE

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Las pequeñas manías de niño pueden derivar en trastornos obsesivos de adultos


RAÚL CASADO     |    Madrid     |      La Vanguardia     |      18/11/2020

(EFE).- Las pequeñas manías o supersticiones que manifiestan frecuentemente los niños desaparecen normalmente con el tiempo, pero en algunos casos esos comportamientos pueden derivar y evolucionar hasta convertirse en trastornos obsesivos compulsivos en la edad adulta.

Un equipo de investigadores españoles ha logrado identificar los patrones de conexión que existen en algunas zonas del cerebro y que estarían asociados a la aparición de esos síntomas leves en los niños, y que podrían ser utilizados como biomarcadores para reconocer a aquellos niños que tienen un riesgo de desarrollar esos trastornos cuando sean mayores.

El trabajo ha sido realizado por especialistas del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) y las conclusiones se han publicado en la revista Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry.

El coordinador del estudio, Carles Soriano-Mas, ha explicado que el motivo principal de preocupación debe ser cuando las conductas de los niños entorpecen la vida diaria -porque dificultan los estudios o las relaciones sociales del niño- o cuando generan sufrimiento -ansiedad, miedos o preocupación-.

En declaraciones a EFE, Soriano-Mas ha observado que, en ocasiones, ese sufrimiento entre los niños se produce cuando no pueden realizar esas manías como pretenden o porque implican pensamientos muy desagradables (del tipo "si no hago esto un número determinado de veces a mis padres les pasará algo").

Diferenciar las manías y las supersticiones "normales" de las que señalan una predisposición a sufrir un trastorno obsesivo es difícil, según los investigadores, que han analizado las conexiones neuronales de más de 200 niños que no habían sido diagnosticados de ningún trastorno obsesivo compulsivo pero que ya presentaban un amplio abanico de síntomas preclínicos.

En ese análisis comprobaron que había una relación entre la aparición de síntomas y algunos cambios que se producían en las conexiones entre la corteza prefrontal y algunas regiones subcorticales del cerebro, las mismas precisamente que se ven afectadas por los pacientes adultos que sufren trastornos obsesivos.

Carles Soriano-Mas ha explicado que las manías son fácilmente detectables cuando se trata de conductas "estereotipadas e inflexibles", las que un niño realiza cada día en situaciones determinadas y es muy difícil convencerle de que no lo haga; "y si lo intentamos le generará ansiedad o malestar, ya que asociará el hecho de no poderlo hacer con el temor a consecuencias desagradables o incluso catastróficas".

Otras conductas no son tan fáciles de detectar ya que son "rituales" de tipo mental (contar, sumar números o repetir frases en voz baja), ha observado Carles Soriano-Mas, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental.

Las "manías" más sencillas (las relacionadas con ordenar las cosas de una determinada manera o tocar las cosas un número determinado de veces) suelen desaparecer a los 5 o 6 años, aunque pueden también perdurar más tiempo e incluso durante toda la vida y no llegar nunca a ser problemáticas. El motivo de alarma, según los investigadores, es cuando entorpecen la vida diaria de una persona.

Y la situación a causa de la pandemia no es la mejor para las personas con trastornos obsesivos, en especial para las personas que tienen obsesiones con la contaminación y compulsiones de limpieza y desinfección, ha señalado Carles Soriano-Mas, y ha precisado que miedos y conductas que antes eran "claramente desproporcionados" ahora pueden estar justificados.

"Los altos niveles de ansiedad facilitan que desarrollemos preocupaciones -sobre nuestra salud y la de los demás, o sobre el estado de la economía- que son difíciles de poner bajo control y que generarán más ansiedad, creando una especie de circulo vicioso", ha manifestado el investigador.

En el caso de los niños, el confinamiento ha podido, sin embargo, contribuir en algunos casos a reducir los niveles de ansiedad al pasar más tiempo en el entorno "seguro" que para ellos es la casa y evitar entornos que potencialmente les pueden causar una mayor ansiedad, como la escuela o algunos grupos de amigos.

Los trastornos obsesivos compulsivos afectan a entre el 1 y el 3 por ciento de la población, y suelen producirse dos "picos" de aparición; uno en torno a los diez años y otro al principio de la edad adulta, en torno a los 20 años, aunque los casos subclínicos -obsesiones evidentes pero que no interfieren en la vida diaria ni requieren ningún tratamiento- son muy superiores y afectan al 9 por ciento de la población a los 11 años y entre el 13 y el 28 por ciento de la población en la edad adulta.

Uno de los mayores problemas, como ocurre en todos los trastornos de salud mental, es "el estigma", ha advertido Soriano-Mas, que ha observado que las personas que los sufren o sus padres siguen mostrando reticencias a acudir a un profesional, porque piensan que los síntomas desaparecerán solos o que el propio afectado debe aprender a controlarlos, lo que dificulta el diagnóstico e impide iniciar el tratamiento más adecuado. EFE

rc/crf

(Recursos de archivo en www.lafototeca.com cód 12354459 y otros)

lunes, 23 de noviembre de 2020

5 Tipos de memoria humana: ¿Qué clases existen?


MAIRENA VÁZQUEZ RODRIGUEZ    |    Grulla Psicología y Nutrición   |   13/04/2020

Las obligaciones que tienes pendientes, lo que comiste ayer, qué hiciste un día como hoy hace justo un año o el recuerdo de ese momento que marcó un antes y un después en tu vida. Toda esa información - y muchísima más - se encuentra almacenada en nuestra memoria.

Sí, “almacenada” literalmente. Nuestro cerebro está compuesto por una especie de “cajitas” en las que se distribuyen los diferentes tipos de memoria humana. Digamos que la memoria es el almacén en el que se guardan nuestras experiencias y nuestros recuerdos.

Prácticamente todas las personas tenemos unas nociones básicas sobre qué es la memoria. Si nos pusiésemos a realizar encuestas en la calle a la gente que pasa podríamos encontrarnos respuestas como: “es lo que nos hace saber dónde vivimos y cómo nos llamamos”, “los recuerdos del pasado”, “lo que nos permite estudiar”…

Efectivamente, todo eso son funciones de la memoria. Según Óscar Wilde (conocido escritor irlandés), “la memoria es el diario que todos llevamos con nosotros”.

Es por ello que cualquier fallo en esta función fruto por ejemplo de un daño cerebral adquirido, de una enfermedad neurodegenerativa o de trastornos psicológicos podría afectar de manera funcional a quien lo sufre.

Según el Diccionario de la Lengua de la RAE la memoria es la “facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado”.

Se trata de una función cognitiva realmente compleja que nos ayuda en prácticamente todas las situaciones diarias. Es la capacidad que tenemos para retener, almacenar y recuperar cualquier tipo de información de manera efectiva. Al ser algo tan complejo encontramos un gran número de áreas o estructurales cerebrales implicadas, entre ellas el hipocampo, el sistema límbico y la corteza cerebral.

Pero… ¿cómo introducimos la información en la memoria? A través de 3 fases: codificación, almacenamiento y recuperación.

Tipos de memoria humana 

¿Te imaginas un armario lleno de ropa sin ordenar donde junto a un pantalón te encuentras una camiseta, unos calcetines o incluso un sombrero? Así, sin orden ni concierto, ¡todo revuelto! Esto es algo impensable para la memoria, esa especie de ordenador que tenemos en nuestra cabeza.

Existen diferentes tipos de memoria ordenados según criterios de clasificación:

1.   Dependiendo del tipo de información que se almacene podemos hablar de memoria verbal (recordar la lectura de nuestro libro favorito) o memoria no verbal (retener la imagen de aquel cuadro que tanto nos gusta).

2.   Dependiendo del órgano sensorial estimulado podemos hablar de la memoria auditiva (la canción que nos alegra cada día al resonar en nuestra mente), memoria olfativa (el olor a césped que nos transporta al verano), memoria gustativa (el sabor del postre que trae recuerdos familiares) y memoria háptica (el tacto que eriza la piel al abrazar a un ser querido). Otro tipo importante es la memoria visual (recordamos la sonrisa de nuestro mejor amigo aunque llevemos tiempo sin verle) que además comprende la memoria fotográfica al ser capaces de recordar con todo lujo de detalles las características de una escena.

3.   Y por supuesto dependiendo del tiempo en el que la información permanece en el sistema existen dos clases de memoria: memoria a corto plazo y memoria a largo plazo.

MEMORIA SENSORIAL

Continuamente estamos recibiendo información que nos llega a través de los sentidos. Deja de leer y observa a tu alrededor: el sol que se cuela por tu ventana, el olor del café, el ruido de las noticias de fondo.

Se trata de información breve que solo dura entre 200 y 300 milisegundos. A pesar de que resulta útil en el aquí y en el ahora tiene dos caminos: o desaparece en el caso de que no sea relevante o se transmite a la memoria a corto plazo. Es un almacén temporal.

MEMORIA A CORTO PLAZO

De la información que recibimos a nivel sensorial, la que resulta más relevante pasa al almacén de la memoria a corto plazo. Este almacén tiene una capacidad limitada de entre 5 y 9 elementos y se encarga de mantener información en nuestra mente durante un breve espacio de tiempo (30-45 segundos). Además realiza funciones de control y se encarga de las operaciones ejecutivas. Está formada por 4 sistemas que retienen los datos: sistema operativo, bucle fonológico, agenda visoespacial y almacén episódico.

MEMORIA A LARGO PLAZO

Es el almacén que permite procesar la información y guardarla de manera prolongada en el tiempo ya sea por minutos, años o décadas. En esta “especie de disco duro” guardamos toda la información que pueda resultar útil en un futuro.

Dependiendo del contenido o utilización de la información, encontramos dos clases de memoria: la memoria declarativa o explícita y la memoria procedimental o implícita.

La memoria declarativa o explícita permite recordar hechos, acontecimientos, episodios o datos como puede ser la celebración de nuestro último cumpleaños o qué cenamos anoche. Esta memoria retrospectiva se divide en dos tipos:

·     Memoria episódica o autobiográfica: Según Tulving (1972) es “el conocimiento consciente de acontecimientos o episodios datados temporalmente, localizados espacialmente y experimentados personalmente”. Información de experiencias personales pasadas como pueden ser los recuerdos de los veranos en la playa.

·     Memoria semántica: nuestra enciclopedia personal, nuestro almacén de conceptos e información. Muy necesaria para el lenguaje. Aquella información sobre el mundo que aprendemos y que permanece invariable como puede ser la información sobre las capitales de Europa o los conocimientos sobre matemáticas.

Por su parte la memoria procedimental o implícita abarca aquellos procedimientos que realizamos de manera automática; información relacionada con el “saber hacer”. Comprende las destrezas motoras y los condicionamientos. Algunos ejemplos de memorias procedimentales son montar en bici, conducir o sumar y resta. 

En definitiva y a pesar de que los diferentes tipos de memoria funcionan de manera particular, todas influyen en el proceso de recordar. Gracias a ello los seres humanos podemos hacer una de las cosas más importantes como personas: definir nuestra propia identidad y ser capaces de darle un sentido tanto a nosotros mismos como a nuestro entorno.

J.L. Borges (escritor argentino) lo ejemplificaba diciendo que “somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos”.

De nuestra memoria dependerán nuestras experiencias, nuestros recuerdos, nuestras emociones. Por eso es vital cuidarla y reforzarla a lo largo de la vida. Pero de eso… de eso hablaremos otro día.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Tipos de bullying


FUNDACIÓN EN MOVIMIENTO

Recuerda que el acoso escolar (bullying) se refiere a todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas que ocurren sin una razón clara adoptadas por uno o más estudiantes en contra otro u otros. Existen diferentes tipos de acoso escolar (bullying), a continuación los enlistamos: 

Bullying de exclusión social

·    Este tipo se manifiesta de forma directa o indirecta hacia un alumno, ya sea constante o permanente, provocando sentimientos de rechazo.

·        Popularmente a esto se le conoce como aplicar la “ley del hielo”, es decir, no hablarle.

·    Puede ser uno o varios estudiantes que rehacen a un alumno, lo ignoren, se burlen de él y terminan haciéndoles sentir inferior al grupo.

·        La mayoría de las veces puede pasar desapercibido y no se le da la importancia a estos hechos por lo que se llegan omitir. 

Bullying verbal

·        Se caracteriza por burlas, apodos ofensivos, chismes, insultos, groserías, etc.

·     El amenazar, generar rumores, hacer chistes raciales o de género, realizar acciones de exclusión o hacer bromas insultantes, son considerados como bullying verbal.

·        Se puede presentar en cualquier etapa escolar 

Bullying emocional o psicológico

·  Las manifestaciones con las cuales se presentan puede ser la intimidación y descalificación para desestabilizar a un individuo.

·   Tiene el propósito de lastimar, atemorizar, amedrentar, acobardar, empequeñecer, acorralar, someter, dominar, provocar, marginar y bajar su autoestima.

·        Hace que se distorsione su autopercepción, debilita de forma paulatina su personalidad y a futuro tiene un impacto desfavorable en su vida adulta. 

Bullying gesticular

·        Este se identifica mediante una agresión constante que incluye gestos o señas.

·       Se puede manifestar con la mirada amenazante, señas obscenas, cerrar el puño, sacar la lengua, entre otras.

·        Las agresiones gesticulares también pueden ser utilizadas para reforzar otro tipo de acoso escolar como el emocional o el verbal.

·        Normalmente suele presentarse a escondidas de los docentes y directivos, por lo que en la mayoría de los casos resulta difícil detectarlo. 

Bullying físico

·        Se presenta por ataques constantes que dañan la integridad física, pero también tiene un impacto de forma emocional, generando inseguridad y temor en el alumno que es agredido.

·        Algunas de las manifestaciones de este tipo de bullying son golpes con el cuerpo o con algún objeto, robo de objetos personales, dañar objetos personales o ropa, jalones, empujones, peleas, meter el pie y patadas.

·    Este tipo de bullying es más visible porque se identifica por dejar marcas corporales como rasguños, moretones y diversas heridas.

·        También se puede identificar cuando se daña las propiedades de la víctima como en la ropa, mochila, útiles escolares, inclusive se puede considerar dentro de este tipo de bullying, si al alumno le roban su dinero, comida o algún objeto personal. 

Bullying sexual

·        Este tipo de acoso escolar es una forma de maltrato que hace unos años atrás se presentaba principalmente en la adolescencia.

·        Lamentablemente en años recientes, se reportan casos a más temprana edad.

·    Se puede presentar con comentarios machistas u homofóbicos, tocamiento en partes corporales como piernas, glúteos, o zonas íntimas, besos robados, obligar al alumno a ver un contenido de pornografía, bromas a partir de comentarios sexuales, y en casos extremos se usa el chantaje o amenazas para tener relaciones sexuales.

·        Es importante tomar en cuenta que cuando existe este tipo de bullying, no es por el hecho de que exista una atracción entre ambas partes involucradas, sino por la simple razón de ejercer poder hacia una o varias personas. 

Bullying mixto

·        Se manifiesta con dos o más tipos de acoso escolar e incluso se puede ir intercalando, por ejemplo: puede haber bullying físico, después verbal y regresar al bullying físico. Esto puede ocurrir con cualquier otro tipo de bullying.

·        Llega a generar más daño a quien lo vive.

·        Intervienen tanto el alumno que genera la violencia como los testigos. 

Bullying homofóbico

·        Es un tipo de violencia, común en el contexto escolar, que se dirige hacia personas por su orientación sexual y/o identidad de género, percibida o real.

·        La forma de atenderlo debe estar dirigido hacia la prevención, generar un ambiente de aprendizaje armónico y protegido para todos, incluso para quienes ejercen acoso escolar.

·        El papel del docente es fundamental y radica en no juzgar a las personas sino ayudarlas a vivir mejor. 

Recordemos que el respeto debe ser parte fundamental en la convivencia en todos lados, en este caso en específico dentro de la escuela y sobre todo en los salones de clases, por lo que la intervención de los maestros para frenar este tipo de comentarios debe formar parte de su día a día.

viernes, 20 de noviembre de 2020

Sociópata y psicópata

 

Psicología y mente

La diferencia entre un sociópata y un psicópata radica en que la naturaleza del trastorno de personalidad: sociópata es una consecuencia del entorno y la naturaleza del trastorno de personalidad psicópata es considerada una predisposición genética.

Los conceptos sociópata y psicópata son términos psicológicos populares que pertenecen al grupo de Transtornos de personalidad antisocial.

Los sociópatas se diferencian de los psicópatas por su personalidad más espontánea, generalmente más violenta causada por traumas infantiles y abusos emocionales.

Los psicópatas se diferencian de los sociópatas por su personalidad calculadora, meticulosa y imposibilidad de sentir culpa causada por bajo desarrollo del cerebro en áreas responsables por la regulación de las emociones y el control de los impulsos.

Se pueden detectar los trastornos de personalidad antisocial sociopático y psicopático desde la infancia o adolescencia si presentan patrones de conducta de violación de derechos y seguridad básicas.

Algunos ejemplos de los sociópatas más conocidos de la cultura popular son:

·        El Guasón o Joker: archienemigo de Batman.

·        J.D.: en la serie "Escuela de jóvenes asesinos" o "Heather".

·        Dr. Hannibal Lecter: personaje popularizado por la película “El silencio de los inocentes” y “Hannibal”.

·        Alex DeLarge: protagonista de la película “La naranja mecánica” o “Clockworkorange

Algunos ejemplos de los psicópatas más conocidos de la cultura popular son:

·        Dexter: de la serie "Dexter".

·        Anton Chigurh: antagonista de la película “Sin lugar para los débiles” o “No country for old men”.

·        Patrick Bateman: de la película “Americanpsycho”.

·        Norman: de la película “Psycho” o “Psicosis”.

jueves, 19 de noviembre de 2020

Introversión y extraversión


PSICOLOGÍA Y MENTE

La introversión es un rasgo de personalidad caracterizada por un interés en desarrollar y conectar con procesos internos. La mirada está puesta en el interior y hay una tendencia a preferir la soledad o las actividades individuales por encima de la conexión social.

La extraversión, también conocida como extroversión, es un rasgo de personalidad en la que el sujeto está más concentrado en desarrollar una relación con el exterior. Requiere de una mayor conexión social y por eso mismo tiende a desarrollarse en entornos que le permitan un acercamiento a otros individuos o grupos.

Ambos términos fueron introducidos por primera vez por el psiquiatra y psicólogo suizo Carl Jung, en su obra Tipos psicológicos, publicada en 1921. Allí, el autor plantea cuatro funciones principales de consciencia: dos perceptivas (sensación e intuición) y dos racionales (pensamiento y sentimiento). Estas funciones rigen dos actitudes principales: la introversión y la extraversión.

Si bien no existen personas radicalmente introvertidas o extrovertidas, sí existe una tendencia a identificarse con uno u otro tipo. Sin embargo, ninguno de los dos es mejor en términos calificativos, ya que tanto la introversión como la extraversión contribuyen con el desarrollo del individuo.

Así, pues, la diferencia entre introversión y extraversión radica en el foco de atención: el mundo interior o el exterior.

¿Qué es la introversión?

Para Carl Jung, la introversión es una característica de la personalidad que se expresa a través del autoanálisis. La introspección es un rasgo distintivo en este caso, ya que el individuo tiene la tendencia a preferir el cultivo de un rico mundo interior.

Para el introvertido, los estímulos del mundo externo pueden ser agobiantes, y, en algunos casos, limitantes para el desarrollo de su potencial, por lo que prefieren actividades que no impliquen tanta interacción social.

Este detalle ha hecho que la introversión sea frecuentemente confundida con la timidez. Sin embargo, son diferentes, ya que mientras la introversión tiene que ver con la personalidad, la timidez está basada en el miedo a ser juzgado de forma negativa.

La introversión no está necesariamente vinculada con la ausencia de conexiones sociales, solo que, en este caso, estos vínculos se desarrollan de forma diferente.

Un introvertido, por ejemplo, puede sentir atracción por las fiestas o las conversaciones, pero probablemente se relacionará con pocas personas o se quedará por menos tiempo en este tipo de actividades, porque la cantidad y variedad de estímulos puede resultar agotadora emocionalmente.

La predilección por un modo de vida reservado, y el énfasis en el desarrollo de una mirada interna, hacen que los introvertidos tengan potencial en áreas que requieren de esas aptitudes, como la pintura, la literatura, la escritura, la poesía, la investigación, etc. Sin embargo, esto no significa que sólo puedan desarrollarse exitosamente en esas áreas.

Tipos de introversión.- La clasificación de Jung plantea cuatro tipos de introversión, basadas en la influencia de alguna de las cuatro funciones principales de la consciencia ; sensación, intuición, pensamiento y sentimiento.

Características de la introversión.- Una persona con mayor tendencia a la introversión, se sentirá identificada con más de una de estas características: - Apego y extrema reserva a narrar la propia vida, especialmente aspectos que se consideran íntimos o muy valiosos. – Disfrute de la soledad. – Preferencia por actividades en solitario o grupos reducidos. - Rechazo a entornos con múltiples estímulos (exceso de ruido, por ejemplo). - Tendencia a la escucha activa. - Preferencia por un estilo de vida reservado y silencioso.

¿Qué es la extraversión?

Es un rasgo de personalidad caracterizado por búsqueda de interacciones sociales y una disposición natural para conocer, compartir y disfrutar del mundo exterior. Las personas extravertidas tienen una tendencia a preferir actividades grupales y no suelen dedicar tanto tiempo al cultivo de su mundo interno.

Para el extravertido, no solo es común estar en situaciones altamente estimulantes, sino que en muchas ocasiones, las genera. De allí que sean exploradores, aventureros y carismáticos por naturaleza.

Un ejemplo de persona extravertida es aquella que suele ser el centro de atención, o el líder carismático de un grupo. Debido a su facilidad para comunicarse con otros, crear redes de vínculos y conectar con el mundo exterior, los extravertidos suelen tener mayor predisposición para ocupar posiciones de liderazgo en el ámbito social y profesional.

Tipos de extraversión.- Para Jung, los extravertidos también se dividen en cuatro grupos según la sensación, intuición, pensamiento y sentimiento.

Características de la extraversión.- En términos generales, las personas extravertidas tienen una gran facilidad para conectar con el mundo que les rodea, pero también tienen otros rasgos característicos:  Tienen mayor disposición para narrar su vida y compartir pensamientos y sentimientos con otros. - Son muy comunicativos. Tienen facilidad para hablar en público o para dirigir una conversación o debate. - Las actividades al aire libre les nutren e inspiran, al igual que compartir con otras personas. - Pueden tener cierta tendencia a la imprudencia, ya que están tan enfocados en comunicar sus ideas que muchas veces no piensan si lo que van a decir es apropiado o conveniente. - Se sienten cómodos liderando grupos o solucionando problemas. - Sus círculos de amigos y contactos sociales son muy amplios. - No les resultan placenteras las actividades individuales, ni la soledad.