domingo, 31 de julio de 2022

7 consejos psicológicos para disfrutar de las vacaciones

Psicología y Psicoterapia Miguel Ángel     |       27/07/2022
Revisado por el equipo profesional de Psicología y Mente

Estos consejos te ayudarán a disfrutar al máximo de esos días para desconectar de la rutina.
 
Las vacaciones de verano son el período más esperado por buena parte de la población, el momento en el que hemos interiorizado que podremos disponer de varios días seguidos para desconectar de la rutina y del grueso de nuestras responsabilidades laborales. Sin embargo, el simple hecho de que nos guste disfrutar del periodo vacacional no significa que sepamos sacarle partido y exprimir sus posibilidades. De hecho, no son pocos quienes, sin darse cuenta, se autosabotean durante este momento del año, y tienen problemas para gozar de todos los beneficios que nos aporta ese tiempo libre.
 
Con el fin de aprovechar y disfrutar al máximo este período, es importante que conozcas varias estrategias de gestión de las emociones y rutinas psicológicamente saludables que te ayudarán a disfrutar de tus vacaciones y hacer que esos días no sean, simplemente, un alivio por la falta de obligaciones profesionales.
 
Recomendaciones psicológicas para disfrutar de tus vacaciones
 
Estos son varios consejos generales y recomendaciones que, desde el punto de vista de la Psicología, te ayudarán a sacarle partido a las vacaciones.
 
1. Mantener un horario
 
Tener un horario más o menos estructurado durante las semanas de vacaciones actúa como un mecanismo de control psicológico para evitar que malgastes tu tiempo.
 
Tener muchas horas de tiempo libre en el que todo queda a la improvisación puede resultar beneficioso en un primer momento, pero a la larga termina siendo agobiante si se repite demasiado, porque nos expone a muchas situaciones en las que debemos decidir qué hacer y sentimos la presión de tener que evaluar todo el rato nuestras decisiones.
 
Es por eso que debemos planificar de antemano un cierto horario diario para saber en cualquier momento las actividades que podemos realizar. De otro modo, la falta de estructura de la jornada hará que caigamos siempre en el mismo tipo de formas de entretenimiento “por defecto” que a largo plazo resulta poco satisfactorio: picar entre horas, revisar una y otra vez nuestras redes sociales, etc.
 
Así evitaremos al máximo un estilo de vida sedentario, nos alejaremos de un excesivo consumo de televisión o de otros dispositivos que nos aportan poco, y seremos capaces de realizar otras actividades significativas y enriquecedoras durante el día.
 
2. Mantener una vida social activa
 
Con el objetivo de evitar una vida social demasiado sedentaria y pasar muchas horas solos en casa descansando, resulta de gran importancia que mantengamos activa nuestra vida social, tanto con amigos como con el entorno familiar. Esto pasa por compartir momentos de comunicación activa y significativa, aprovechando que seguramente todos tendréis una mayor disponibilidad si vuestro periodo vacacional coincide.
 
Mantener la vida social activa significa dedicar tiempo a quedar con nuestros seres queridos, saliendo a tomar algo, realizando alguna actividad cultural conjunta o bien yendo de excursión durante el fin de semana con aquellos que nos alegran la vida.
 
3. Buscar tiempo para uno mismo
 
Como hemos visto, durante el período vacacional es importante pasar el tiempo con amigos y familiares para descansar, cargar pilas y disfrutar de su compañía; no obstante, también es igual de necesario encontrar tiempo para nosotros mismos, y no sentirnos culpables por el hecho de querer estar solos a veces.

Estos momentos de introspección son necesarios no solo para relajarnos, sino también para reformular nuestras prioridades y motivaciones y establecer planes a largo plazo, idear proyectos ilusionantes, y otras actividades que se nos pueden resistir cuando el trabajo del día a día se nos acumula y no podemos salir de la inercia del horario laboral.
 
La clave del éxito en el descanso vacacional radica en saber encontrar el equilibrio entre las actividades y las horas pasadas en familias o amigos y el tiempo que dedicamos a descansar nosotros mismos realizando aquellas actividades que más nos llenan.
 
4. Restringir el uso de redes sociales
 
Las vacaciones nos ayudan a descansar durante varios días y a relajarnos, pero también pueden ocasionar un aumento en las horas en las que estamos conectados a las redes sociales de todo tipo.
 
De todos es sabido que las redes sociales pueden tener un impacto muy negativo en los usuarios que están demasiadas horas conectadas a ellos, e incluso pueden generar adicción. Por eso, es recomendable plantearnos fases de “desintoxicación” digital que nos permitan pensar más allá del bombardeo masivo de estímulos al que nos someten plataformas como Facebook, Instagram, etc.
 
5. Explorar nuevas experiencias
 
Explorar nuevas experiencias durante el período de vacaciones significa hacer todo aquello que no podemos o que no tenemos tiempo de hacer durante el resto del año.
 
Las vacaciones nos permiten desconectar y explorar nuevos lugares y vivencias, algo que podemos lograr visitando lugares desconocidos de nuestra propia ciudad o provincia, haciendo excursiones en la naturaleza o bien viajando a poblaciones nuevas con encanto.
 
6. Evitar comparaciones
 
Para ser felices en la vida, lo mejor es evitar compararnos con otras personas y evitar dejarnos arrastrar por las presiones y convenciones sociales que establecen que unas vacaciones deben implicar un gran dispendio de dinero en viajes exóticos.
 
En este período de vacaciones debemos realizar aquellas actividades que nos llenen de verdad y que nos hagan felices, huyendo de convencionalismos sociales y sin compararnos con las personas de nuestro entorno o con influencers y celebridades.
 
7. Acudir a un psicólogo en caso de ser necesario
 
Es importante tener en cuenta que cuidar nuestra salud mental en verano es una opción tan válida y recomendable como cualquier otra, y nos permitirá superar aquellos obstáculos, problemas o alteraciones psicológicas que nos impidan vivir nuestra vida con normalidad. Además, la modalidad de la terapia online permite no interrumpir el proceso psicoterapéutico incluso si viajamos a otros países.

viernes, 29 de julio de 2022

¿Cómo elegir centro de desintoxicación? : 7 claves a tener en cuenta

 

LLAURANT LA LLUM         |        08/12/2020 

Estos son los criterios a seguir para seleccionar el centro de desintoxicación más adecuado. 

Elegir centro de desintoxicación y tratamiento de las adicciones es un proceso tan crucial como, en algunos casos, complejo. 

En este artículo realizaremos un repaso a las ideas clave y los criterios más importantes a tener en cuenta para elegir, para que resulte más fácil tomar una decisión final incluso para quienes no han acudido nunca a estas entidades.

¿En qué fijarse para elegir un centro de desintoxicación?

Estos son los principales aspectos en los que fijarse para elegir el centro de desintoxicación más adecuado en cada caso. Una entidad de tratamiento de las adicciones adecuada cuenta con estas características.

1. Tiene acreditación sanitaria para realizar tratamientos de conductas adictivas

Esta acreditación ofrece la garantía de que el equipo terapéutico está debidamente formado y preparado para ofrecer sus servicios en el ámbito de la salud, y cuenta con los recursos materiales necesarios.

2. Cuenta con un equipo de profesionales multidisciplinar

La coordinación y la buena comunicación entre los miembros del equipo que ofrecen apoyo terapéutico es fundamental. Pero a la vez, estos deben incluir profesionales de la salud especializados en distintos ámbitos, para ofrecer un apoyo que cubra todas las variables del bienestar y todas las vías de intervención para superar las adicciones. Esto incluye médicos, psicólogos, monitores e instructores, etc.

3. Se adapta en cuanto a los tipos de terapias y tratamientos

Los mejores centros de desintoxicación ofrecen un repertorio de formas de intervención terapéutica lo suficientemente amplio como para adaptarse a las diferentes formas que pueden adoptar las alteraciones de tipo adictivo: tratamientos residenciales, ambulatorios, a medida y personalizados según paciente.

4. El tratamiento incluye todas las fases de la recuperación

Superar una adicción a las drogas no consiste simplemente en desintoxicarse; es necesario tener en cuenta que para no recaer se requiere de un apoyo profesional desde el que sea fácil adoptar hábitos de vida y entrenar habilidades de gestión emocional que nos mantengan lejos de la conducta en la que se basa la adicción.

Por eso, un centro de tratamiento de las adicciones debe acompañar a sus pacientes tanto en los días iniciales en las que se rompe el círculo vicioso del consumo como las semanas y meses siguientes, dando apoyo desde la reinserción y la reconexión con el exterior y con los demás, así como realizando un seguimiento.

5. Cuenta con años de experiencia

Los equipos terapéuticos con muchos años de experiencia disponen de los conocimientos formales y empíricos tanto de los aspectos generales y estructurales del tratamiento, como de los pequeños problemas e imprevistos del día a día.

6. La ubicación y entorno del centro facilitan la recuperación

Disponer de un entorno favorable para la adopción de un estilo de vida saludable y la adopción de dinámicas relacionales adecuadas con los demás también es muy importante. Por eso, los buenos centros de desintoxicación y tratamiento de las adicciones suelen disponer de espacios tranquilos y rodeados de naturaleza, en los que es fácil “desconectar” del tipo de entornos de los que se viene.

7. Ofrece honestidad en el trato con el posible paciente

La transparencia y la honestidad lo es todo a la hora de abordar algo tan importante como la salud. Por eso, por ejemplo, en caso de no disponer de las herramientas más adecuadas para tratar un problema, los centros de desintoxicación de calidad ofrecen sugerencias acerca de qué hacer o dónde buscar.

martes, 26 de julio de 2022

¿Cómo es el tratamiento de adicción a la cocaína?

 

CLÍNICAS CITA        |        27/02/2020

Un resumen de las ideas más importantes para comprender el tratamiento de esta adicción. 

La cocaína es probablemente la droga ilegal más consumida en España, y cada año lleva a la adicción a miles de personas. 

Lamentablemente, esta realidad contrasta con otra: esta sustancia es, a la vez, una de las más normalizadas entre los adultos, sobre todo en contextos de ocio nocturno. Muchas veces, cuando se reacciona para ponerle freno a esta dependencia del consumo de cocaína, esta ya es muy fuerte y es necesario contar con ayuda profesional para superarla. 

En este artículo veremos un resumen acerca de cómo es el tratamiento de la adicción a la cocaína, para entender el modo en el que paciente y terapeuta van poniéndole freno a este trastorno. 

¿Cómo se produce la dependencia hacia una droga? 

Hay al menos dos maneras de entender el modo en el que se desarrollan las adicciones: uno neurológico y otro psicológico. 

La perspectiva neurológica

A nivel neurológico, la adicción a una sustancia como la cocaína empieza a surgir cuando después de consumirla varias veces, nuestro sistema nervioso se va acostumbrando a la presencia de estas moléculas nuevas que entran en el organismo. 

Esta sustancia entra en contacto con nuestras neuronas y, al interactuar con la membrana de estas, desencadena reacciones nerviosas que activan las áreas del placer, es decir, aquellas que nos predisponen a repetir la acción que ha tenido como consecuencia experimentar esa sensación. En este caso, la conducta que ha desencadenado esa experiencia es esnifar una raya de cocaína, por ejemplo. 

Con el paso del tiempo, el consumo de cocaína va transformando el modo en el que las neuronas de nuestro cerebro se interconectan entre sí, y poco a poco estas van organizándose de manera que el consumo de esta droga pase a ser una de las prioridades más importantes de la persona. Así, otras experiencias placenteras como comer o leer un buen libro pasan a segundo plano a costa de centrar la actividad psicológica en conseguir y consumir la sustancia adictiva. 

Además, otro de los efectos de la cocaína en el cerebro es que a la vez que desencadena la que es prácticamente la única sensación placentera para la persona, esta es cada vez más fugaz, y necesita cada vez más cantidad de droga para sentir satisfecha su necesidad. 

La perspectiva psicológica 

Si el tratamiento de la adicción a la cocaína incluye la psicoterapia es porque la psicología tiene mucho que decir acerca de este trastorno. Y es que el hecho de depender de una droga no es solamente un fenómeno neurobiológico, sino que también es algo en lo que importa la manera en la que la persona adicta se interactúa con el entorno, y los entornos a los que se suele exponer. 

Si una persona a la que le cuesta dejar de consumir cocaína siempre sale de fiesta por los mismos sitios y se relaciona con la misma gente, es prácticamente imposible que consiga superar la adicción. 

En cambio, hay algunas personas que, sin necesidad de ir a terapia, superan sus adicciones después de mudarse, casi de manera espontánea. Esto es algo que se comprobó con un caso muy radical: la crisis de adicción de heroína de soldados enviados a la guerra de Vietnam. Al volver a su casa de los Estados Unidos, un alto porcentaje muy alto de ellos había conseguido dejar de depender del consumo de heroína. 

Evidentemente, la gran mayoría de personas no pasará nunca por la experiencia de desarrollar una adicción restringida a un entorno radicalmente diferente al de su ciudad natal y en un contexto de guerra, así que en la gran mayoría de las ocasiones es necesaria la intervención por parte de profesionales.

Las claves del tratamiento de la adicción a la cocaína 

Aquí veremos las principales ideas clave para entender cómo se lleva a cabo el tratamiento de la adicción a la cocaína. 

1. Reconocimiento y seguimiento médico 

La adicción a sustancias involucra procesos biológicos muy delicados, especialmente porque involucra a un conjunto de órganos tan importante para la supervivencia como el cerebro. 

Por eso, los equipos de expertos en el tratamiento de las adicciones trabajamos con médicos que supervisan a los pacientes, algo de especial importancia en la fase de desintoxicación pero que también es relevante en fases posteriores, sobre todo si el paciente siente malestar por otras complicaciones de salud e intenta "compensarlo" con la sensación placentera de consumir droga. 

2.Desintoxicación 

Los primeros días tras haber dejado de consumir cocaína son los más duros para los pacientes, ya que es en esta etapa cuando surgen los síntomas del síndrome de abstinencia con mayor intensidad. Por eso, en la fase de desintoxicación, en la que el organismo va eliminando los restos de droga que quedan en la sangre y en los tejidos, es delicada y requiere de una atención especial por parte de los especialistas. 

3. Reconocimiento de antecedentes al consumo 

Tal y como ocurre con cualquier otro trastorno de este tipo, la adicción a la cocaína se expresa en momentos en los que la persona siente el impulso de conseguir droga y aliviar el malestar que genera la falta de consumo. 

En esta fase surgen pensamientos y sentimientos que indican cuándo hay mayor riesgo de ceder ante la tentación de recaer, y por eso los profesionales de la intervención en las adicciones entrenamos a los pacientes para que sean capaces de identificar muy bien estos procesos psicológicos que sirven como advertencia. De este modo, es mucho más fácil frenar sus efectos, evitando que lleven a la persona a consumir. 

4. Búsqueda de nuevos incentivos 

De poco sirve frenar las ganas de consumir droga si no se ofrecen alternativas. Por eso, en el tratamiento de la adicción a la cocaína también se analiza caso por caso cuál es el contexto en el que vive cada paciente, así como sus intereses, características personales y potenciales gustos, para ofrecerle muchas otras actividades en las que concentrarse y con las que ir eclipsando el poder de influencia del trastorno adictivo. 

5. Búsqueda de nuevos contextos 

Otra de las claves del éxito de la terapia contra la adicción a la cocaína reside en ayudar al paciente a generalizar a diferentes áreas de su vida los resultados obtenidos en las sesiones de terapia. Esto incluye guiarle en pautas de comportamiento que puede seguir para evitar exponerse a la tentación de volver a consumir, o directamente para no volver a sentir interés en esa actividad. Por ejemplo, esto pasa por no verse limitado a un grupo de amigos en el que la mayoría de personas tiene problemas de adicción, o a planes de ocio nocturno en el que no consumir sustancias psicoactivas resulta casi una excentricidad.

También se le ayuda a descartar creencias dañinas que facilitaban la existencia de la adicción: creencias que mantenían una baja autoestima, que le llevaban a creer que esa droga no tiene demasiados efectos adversos en la salud, etc.

lunes, 25 de julio de 2022

Qué hacer para superar la patología dual


Clínicas Cita        |       Psicología y Mente        |        11/03/2020

Consejos para saber cómo gestionar los síntomas de la patología dual y mejorar en salud.

La patología dual es una de las complicaciones más peligrosas en el ámbito de la psiquiatría y la psicología clínica. Se trata del solapamiento entre una adicción y otro trastorno psicológico: por ejemplo, lo que ocurre al desarrollar depresión y luego alcoholismo.
 
En estos casos es crucial ponerse manos a la obra cuanto antes para gestionar sus síntomas y debilitarlos lo máximo posible, entre otras cosas porque el empeoramiento del estado de salud física y mental es muy acelerado si no se hace nada.
 
Por eso, aquí veremos algunas ideas clave para saber qué hacer para superar la patología dual, a modo de resumen.
 
Superar la patología dual: 5 ideas clave
 
Normalmente, el hecho de haber desarrollado un trastorno psicológico ya es motivo para acudir cuanto antes a recibir tratamiento por parte de profesionales de la salud mental. En el caso de la patología dual, en el que hay al menos dos trastornos, es aún más importante empezar la terapia cuanto antes, ya que ambos problemas se refuerzan entre sí y causan más daño de lo que harían por separado.
 
Así pues, las personas con patología dual necesitan que profesionales les ofrezcan un trato personalizado tanto a la hora de evaluar lo que les ocurre como a la hora de proponer medidas, y que realicen un seguimiento de su caso.
 
Sin embargo, más allá de lo que se haga durante las sesiones de terapia hay una serie de ideas clave que hay que tener en cuenta para superar la patología dual en general. Son las siguientes.
 
1. Nada sustituye la terapia
 
Es crucial tener muy claro que no hay ninguna actividad ni rutina que tenga el poder de sustituir la terapia llevada a cabo por profesionales. Por eso, aunque para algunas personas pueda suponer salir de su zona de confort, es necesario ponerse en contacto con centros de terapia en los que atiendan psicólogos y/o psiquiatras y comprometerse con un proceso de cambio con la ayuda de estos especialistas.
 
2. Cuidado con los pensamientos-trampa
 
Las adicciones se mantienen en el tiempo, entre otras cosas, gracias a su poder de hacernos caer en pensamientos-trampa: excusas que nos ponemos a nosotros mismos para recaer una y otra vez o para ni siquiera intentar dejar atrás la dependencia. Un ejemplo de ello lo tenemos en la idea clave anterior: la creencia errónea de que no hace falta ir a terapia, que no es otra cosa que una manera de evitar que la adicción termine.
 
3. Cada trastorno es un mundo
 
Aunque el concepto de "patología dual" pueda dar a entender que todas las personas diagnosticadas de esta manera experimenten lo mismo, la verdad es que los síntomas de esta alteración psicológica dependen totalmente de qué trastornos estén involucrados: no es lo mismo tener adicción al alcohol y TDAH que tener adicción a las benzodiacepinas y Trastorno Obsesivo-Compulsivo.
 
Por eso, hay que tener cuidado con los consejos que puedan dar otras personas con patología dual, y a la vez no dejarse llevar por las ideas preconcebidas que puedan surgir al relacionarse con otros pacientes con la misma "etiqueta": es necesario cobrar consciencia de la heterogeneidad que existe detrás de este término.

4. Todo lo demás queda en segundo plano
 
La salud es lo primero, así que el proceso de tratamiento de la patología dual debe ser la prioridad. A fin de cuentas, las adicciones se caracterizan por hacer que todo lo demás deje de tener tanta importancia para nosotros, así que si no nos comprometemos con la terapia, de manera espontánea y casi sin darnos cuenta, tiraremos la toalla a la mínima oportunidad.
 
5. Hay que apoyarse en el contexto
 
Gestionar los síntomas asociados a la patología dual no es una cuestión de fuerza de voluntad, sino de tener la información correcta, contar con la ayuda profesional necesaria, y hacer lo posible por transformar nuestro entorno en un lugar que nos ayude a superar esta alteración psicológica. Por ejemplo, algo tan sencillo como llegar a casa y vaciar todas las botellas de bebidas alcohólicas por el fregadero puede marcar la diferencia, así como recuperar la amistad con aquellas personas que intentaron mantenernos lejos de la adicción.

jueves, 21 de julio de 2022

Los principales motivos por los que las personas se intentan suicidar

Nahum Montagud Rubio        |        Psicología y Mente      |     18/08/2020

Las principales causas por las que, estadísticamente, algunas personas deciden quitarse la vida.
 
Es difícil pensar por qué un amigo, un familiar o una persona querida ha decidido acabar con su vida. Tanto si logra suicidarse como si queda en un intento, esta decisión es algo que en muchas ocasiones no se veía venir y, cuando se da, hace que surjan muchas preguntas.
 
No siempre suelen haber señales de advertencia claras, con lo cual muchas veces, el motivo que ha llevado a que una persona se suicide acabe siendo un absoluto misterio. Pero una cosa debe quedar clara: nadie se suicida porque sí.
 
Son varios los motivos más frecuentes por los que las personas intentan suicidarse, y los vamos a ver a continuación.
 
Muchas personas se preguntan qué es lo que ha hecho que un ser querido haya decidido tomar la decisión de quitarse la vida. Muchas veces el intento de suicidio queda en eso, un intento.
 
Pero lamentablemente, en otras la persona acaba consiguiendo lo que se había propuesto, sembrando un montón de dudas y preguntas entres sus familiares y amigos que intentan comprender por qué ha sucedido. El hecho de no haberlo visto venir les causa gran malestar, sintiéndose culpables y viviendo, en muchas ocasiones, el síndrome del superviviente.
 
Siguen existiendo muchos mitos sobre el suicidio, pese a que no son pocas las campañas de prevención que han intentado concienciar sobre la gravedad de este problema. Las personas que intentan quitarse la vida lo hacen porque están sufriendo mucho. Creen que no vale la pena seguir viviendo y que, haya lo que haya al otro lado, si es que lo hay, es preferible al infierno que están viviendo. No es que no piensen en sus seres queridos, o que les quieran hacer daño, sino que ya no pueden más.
 
Los principales motivos por los que las personas se intentan suicidar son muchos. La mayoría de ellos tienen en común que la persona se sentía desesperanzada, que no había luz al final del túnel y que tenía que ponerle fin a su sufrimiento. A continuación veremos estos motivos por los que una persona decide ponerle fin a su vida.
 
1. Depresión
 
La depresión es, lamentablemente, el trastorno que más intentos de suicidio provoca, y, también, el que más personas se lleva. Uno de los síntomas principales de la depresión severa es el sentimiento constante de desesperación, sufrimiento y pocas expectativas de futuro. Una baja autoestima suele ser un rasgo común en personas profundamente deprimidas, y sienten que no valen nada, que el mundo estaría mejor sin ellas.
 
Pero pese a que es el trastorno que causa más suicidios es, irónicamente, el que más posibilidades tiene de ser mejorado con tratamiento. La depresión no se cura por arte de magia, pero se puede mejorar mucho la vida de la persona acudiendo al psicólogo y, en caso necesario, tomando medicación. Es por esto que es tan fundamental insistir con acudir a este tipo de profesional en caso de que se tenga sospecha de que un familiar, amigo o conocido padece este trastorno. Hay muchas posibilidades de evitar su suicidio.
 
2. Esquizofrenia y brote psicótico
 
Muchas personas con esquizofrenia o que están padeciendo un trastorno psicótico acaban suicidándose. Las alucinaciones auditivas se pueden presentar en forma de voces, las cuales pueden hacerle comentarios al afectado que no son nada positivos. Pueden incitarle a que se haga daño y acabe con su vida. Las razones que le dan estas voces no tienen por qué ser racionales, pero el paciente les ve algún tipo de sentido.
A diferencia de la depresión, la psicosis y la esquizofrenia son más difíciles de enmascarar, lo cual es, en cierta manera, positivo dado que ante un paciente con estos problemas se hace más obvia la necesidad de ayuda profesional. Lo negativo de estos trastornos es que son más trágicos, en el sentido de que son de más difícil tratamiento y la necesidad de fármacos es extrema.
3. Alcohol, drogas e impulsividad
 
El consumo de alcohol y de sustancias pueden influir en la decisión de una persona de quitarse la vida. Es posible que ya tenga ideación suicida estando sobrio, pero que sean simples fantasías o imaginarse que pasaría si abandonara el mundo. No obstante, cuando se ha alcoholizado o se encuentra con el subidón de la droga, se vuelve más desinhibido, y dentro de esa mayor desinhibición está el intentar llevar a cabo esas fantasías suicidas.
 
Por otro lado está la impulsividad como rasgo de personalidad. Hay personas que, estando muy alteradas, se les pasa por la cabeza todo tipo de pensamientos, entre ellos los suicidas. Ya sea por el calor del momento o porque lo tenían pensado desde hacía tiempo, intentan cometer suicidio y, lamentablemente, a veces lo consiguen.
 
En caso de no conseguirlo, tanto para las personas que han tomado drogas como las que son más impulsivas, cuando se encuentran menos alteradas sienten un profundo remordimiento por siquiera haberlo pensado. Empiezan a empatizar con sus familiares y amigos, y comprenden el daño que les hubieran podido hacer.
 
4. Petición de ayuda
 
En muchas ocasiones el intento de suicido es una petición de ayuda. La persona no quiere morirse, pero siente que si no llama la atención de esta forma su círculo cercano no la va a tomar en serio. Cabe decir que las personas que suelen recurrir a esta vía suelen ser adolescentes, que carecen de los medios y de la madurez para expresar sus problemas, o personas que tengan dificultad para dar a conocer todo el sufrimiento que están viviendo, pero que efectivamente quieren dejar de sentir.
 
Lamentablemente, no son pocas las veces en que estos intentos suicidas se convierten en un suicidio consumado, sobre todo por la desinformación del parasuicida. Es recurrente en quienes intentan suicidarse a modo de petición de ayuda que consuman alguna pastilla, teniendo una sobredosis. Piensan que llamarán la atención, les llevarán a urgencias y ahí les harán un lavado de estómago y estarán fuera de peligro. El problema es que tomar demasiadas pastillas puede dañar gravemente el hígado y los riñones, teniendo efectos mortales.
 
5. No querer ser una carga
 
Este es un motivo común en personas que padecen una enfermedad crónica, sobre todo cuando tienen que ser cuidados por familiares. A medida que la enfermedad va incapacitándoles más, más dependen de sus familiares, y a veces sienten que son una carga y que lo mejor sería abandonar el mundo ya.
Quieren morir porque se sienten terriblemente culpables por arrebatarles la vida a personas que están sanas y que podrían disfrutar sus vidas si ellas no estuvieran todavía vivas. Cuando todavía tienen movilidad este tipo de pacientes intentan acabar con su vida antes de que no lo puedan hacer por ellos mismos.
 
6. Miedo al fracaso
 
En una sociedad en la que las presiones sociales pueden ser verdaderamente intensas, el miedo al fracaso y al que dirán se convierte en un problema psicológico muy serio.
 
No son pocas las personas que consideran que no llevar una vida perfecta, de acuerdo a sus propios ideales, es sinónimo de no valer nada. Ya sea alejándose de su vida idealizada o tener una mala racha, muchos deciden acabar con su vida. Algunos ejemplos de motivos por los que una persona se ha suicidado por miedo a fracasar son:
·        Ser arrestado o encarcelado
·        Acoso escolar, humillación, ciberacoso, acoso laboral
·        Problemas económicos
·        Fin de una relación amorosa o de amistad significativa
·        Pérdida del empleo
·        Pérdida de familiares o amigos por revelar orientación sexual propia
·        Pérdida de estatus social
 
7. Estrés traumático
 
Las personas que han sufrido una experiencia altamente traumática, como puede ser abuso sexual, violación, abuso físico o trauma por haber presenciado una guerra, tienen un mayor riesgo de suicidio, incluso si han pasado muchos años tras haber padecido el evento traumático.
 
Ser diagnosticado con el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) o haber vivido múltiples eventos traumáticos incrementan todavía más el riesgo de suicidio. Además, la depresión suele ser un síntoma que aparece en estos cuadros, haciendo que el riesgo sea todavía mayor. Entre los síntomas comunes del TEPT tenemos sentimientos de desesperación y sensación de que nadie puede ayudarlos, los cuales son una auténtica bomba de relojería que conducen al suicidio.
 
8. Aislamiento social
 
El aislamiento social es un grave problema y pude ser la causa de un suicidio. Son muchos los motivos que han llevado a una persona a sentirse sola: ruptura con la pareja, divorcio, pérdida de familiares o amigos, ansiedad social, trastorno mental, enfermedad, jubilación, abandono familiar... Todos ellos hacen que la persona se sienta cada vez menos motivada para seguir viviendo y acabe tomando la decisión de acabar con todo.
 
Pero el aislamiento social no únicamente puede ser causa de suicidio. También puede estar detrás de aparición de trastornos mentales, adicción a sustancias y alcoholismo. Es por esto que, sobre todo en personas de la tercera edad, se debe seguir manteniendo el contacto con familiares que se sepa que podrían estar pasando una época demasiado solos, a fin de evitar que puedan cometer intentos suicidas y ayudarles a recurrir a la ayuda profesional necesaria.