Clínicas Cita | Psicología y Mente |
11/03/2020
Consejos para saber cómo gestionar
los síntomas de la patología dual y mejorar en salud.
La patología dual es una de las complicaciones más peligrosas en el ámbito
de la psiquiatría y la psicología clínica. Se trata del solapamiento entre una
adicción y otro trastorno psicológico: por ejemplo, lo que ocurre al
desarrollar depresión y luego alcoholismo.
En estos casos es crucial ponerse manos a la obra cuanto antes para
gestionar sus síntomas y debilitarlos lo máximo posible, entre otras cosas
porque el empeoramiento del estado de salud física y mental es muy acelerado si
no se hace nada.
Por eso, aquí veremos algunas
ideas clave para saber qué hacer para superar la patología dual,
a modo de resumen.
Superar la patología dual: 5 ideas clave
Normalmente, el hecho de haber desarrollado un trastorno psicológico ya es
motivo para acudir cuanto antes a recibir tratamiento por parte de
profesionales de la salud mental. En
el caso de la patología dual, en el que hay al menos dos trastornos, es aún más
importante empezar la terapia cuanto antes, ya que ambos
problemas se refuerzan entre sí y causan más daño de lo que harían por
separado.
Así pues, las personas con patología dual necesitan que profesionales les
ofrezcan un trato personalizado tanto a la hora de evaluar lo que les ocurre
como a la hora de proponer medidas, y que realicen un seguimiento de su caso.
Sin embargo, más allá de lo que se haga durante las sesiones de terapia
hay una serie de ideas clave que hay que tener en cuenta para superar la
patología dual en general. Son las siguientes.
1. Nada sustituye la terapia
Es crucial tener muy claro que no
hay ninguna actividad ni rutina que tenga el poder de sustituir la terapia
llevada a cabo por profesionales. Por eso, aunque para algunas
personas pueda suponer salir de su zona de confort, es necesario ponerse en
contacto con centros de terapia en los que atiendan psicólogos y/o psiquiatras
y comprometerse con un proceso de cambio con la ayuda de estos especialistas.
2. Cuidado con los pensamientos-trampa
Las adicciones se mantienen en el tiempo, entre otras cosas, gracias a su
poder de hacernos caer en pensamientos-trampa: excusas que nos ponemos a nosotros mismos para
recaer una y otra vez o para ni siquiera intentar dejar atrás la dependencia.
Un ejemplo de ello lo tenemos en la idea clave anterior: la creencia errónea de
que no hace falta ir a terapia, que no es otra cosa que una manera de evitar
que la adicción termine.
3. Cada trastorno es un mundo
Aunque el concepto de "patología dual" pueda dar a entender que
todas las personas diagnosticadas de esta manera experimenten lo mismo, la
verdad es que los síntomas de esta alteración psicológica dependen totalmente
de qué trastornos estén involucrados: no es lo mismo tener adicción al alcohol
y TDAH que tener adicción a las benzodiacepinas y Trastorno Obsesivo-Compulsivo.
Por eso, hay que tener cuidado con los consejos que puedan dar otras
personas con patología dual, y a la vez no dejarse llevar por las ideas
preconcebidas que puedan surgir al relacionarse con otros pacientes con la
misma "etiqueta": es necesario cobrar consciencia de la
heterogeneidad que existe detrás de este término.
4. Todo lo demás queda en segundo plano
La salud es lo primero, así que el proceso de tratamiento de la patología
dual debe ser la prioridad. A fin de cuentas, las adicciones se caracterizan por hacer
que todo lo demás deje de tener tanta importancia para nosotros,
así que si no nos comprometemos con la terapia, de manera espontánea y casi sin
darnos cuenta, tiraremos la toalla a la mínima oportunidad.
5. Hay que apoyarse en el contexto
Gestionar los síntomas asociados a la patología dual no es
una cuestión de fuerza de voluntad, sino de tener la información correcta, contar con la ayuda
profesional necesaria, y hacer lo posible por transformar nuestro entorno en un
lugar que nos ayude a superar esta alteración psicológica. Por ejemplo, algo
tan sencillo como llegar a casa y vaciar todas las botellas de bebidas
alcohólicas por el fregadero puede marcar la diferencia, así como recuperar la
amistad con aquellas personas que intentaron mantenernos lejos de la adicción.
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