lunes, 25 de julio de 2022

Qué hacer para superar la patología dual


Clínicas Cita        |       Psicología y Mente        |        11/03/2020

Consejos para saber cómo gestionar los síntomas de la patología dual y mejorar en salud.

La patología dual es una de las complicaciones más peligrosas en el ámbito de la psiquiatría y la psicología clínica. Se trata del solapamiento entre una adicción y otro trastorno psicológico: por ejemplo, lo que ocurre al desarrollar depresión y luego alcoholismo.
 
En estos casos es crucial ponerse manos a la obra cuanto antes para gestionar sus síntomas y debilitarlos lo máximo posible, entre otras cosas porque el empeoramiento del estado de salud física y mental es muy acelerado si no se hace nada.
 
Por eso, aquí veremos algunas ideas clave para saber qué hacer para superar la patología dual, a modo de resumen.
 
Superar la patología dual: 5 ideas clave
 
Normalmente, el hecho de haber desarrollado un trastorno psicológico ya es motivo para acudir cuanto antes a recibir tratamiento por parte de profesionales de la salud mental. En el caso de la patología dual, en el que hay al menos dos trastornos, es aún más importante empezar la terapia cuanto antes, ya que ambos problemas se refuerzan entre sí y causan más daño de lo que harían por separado.
 
Así pues, las personas con patología dual necesitan que profesionales les ofrezcan un trato personalizado tanto a la hora de evaluar lo que les ocurre como a la hora de proponer medidas, y que realicen un seguimiento de su caso.
 
Sin embargo, más allá de lo que se haga durante las sesiones de terapia hay una serie de ideas clave que hay que tener en cuenta para superar la patología dual en general. Son las siguientes.
 
1. Nada sustituye la terapia
 
Es crucial tener muy claro que no hay ninguna actividad ni rutina que tenga el poder de sustituir la terapia llevada a cabo por profesionales. Por eso, aunque para algunas personas pueda suponer salir de su zona de confort, es necesario ponerse en contacto con centros de terapia en los que atiendan psicólogos y/o psiquiatras y comprometerse con un proceso de cambio con la ayuda de estos especialistas.
 
2. Cuidado con los pensamientos-trampa
 
Las adicciones se mantienen en el tiempo, entre otras cosas, gracias a su poder de hacernos caer en pensamientos-trampa: excusas que nos ponemos a nosotros mismos para recaer una y otra vez o para ni siquiera intentar dejar atrás la dependencia. Un ejemplo de ello lo tenemos en la idea clave anterior: la creencia errónea de que no hace falta ir a terapia, que no es otra cosa que una manera de evitar que la adicción termine.
 
3. Cada trastorno es un mundo
 
Aunque el concepto de "patología dual" pueda dar a entender que todas las personas diagnosticadas de esta manera experimenten lo mismo, la verdad es que los síntomas de esta alteración psicológica dependen totalmente de qué trastornos estén involucrados: no es lo mismo tener adicción al alcohol y TDAH que tener adicción a las benzodiacepinas y Trastorno Obsesivo-Compulsivo.
 
Por eso, hay que tener cuidado con los consejos que puedan dar otras personas con patología dual, y a la vez no dejarse llevar por las ideas preconcebidas que puedan surgir al relacionarse con otros pacientes con la misma "etiqueta": es necesario cobrar consciencia de la heterogeneidad que existe detrás de este término.

4. Todo lo demás queda en segundo plano
 
La salud es lo primero, así que el proceso de tratamiento de la patología dual debe ser la prioridad. A fin de cuentas, las adicciones se caracterizan por hacer que todo lo demás deje de tener tanta importancia para nosotros, así que si no nos comprometemos con la terapia, de manera espontánea y casi sin darnos cuenta, tiraremos la toalla a la mínima oportunidad.
 
5. Hay que apoyarse en el contexto
 
Gestionar los síntomas asociados a la patología dual no es una cuestión de fuerza de voluntad, sino de tener la información correcta, contar con la ayuda profesional necesaria, y hacer lo posible por transformar nuestro entorno en un lugar que nos ayude a superar esta alteración psicológica. Por ejemplo, algo tan sencillo como llegar a casa y vaciar todas las botellas de bebidas alcohólicas por el fregadero puede marcar la diferencia, así como recuperar la amistad con aquellas personas que intentaron mantenernos lejos de la adicción.

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