miércoles, 31 de enero de 2024

Qué es el efecto Pigmalión: el nuevo fenómeno psicológico que preocupa en España


 Cintia de la Paz     |   El Español    |     13/01/2024

El efecto Pigmalión, también conocido como profecía autocumplida, es un fenómeno psicológico en el que las expectativas altas llevan a un mejor rendimiento.

En el ámbito de la psicología social tiene una gran importancia el denominado efecto Pigmalión, un concepto muy estudiado del que deberían ser conscientes tanto padres como madres y también profesores/as o jefes/as, ya que tiene una gran influencia en nuestra vida diaria.

 

El nombre de este efecto, que desarrollaremos a continuación, tiene su origen en la mitología griega, en la que se dice que el rey Pigmalión tenía dificultades para poder encontrar a la mujer perfecta. Esto le llevó a moldear la escultura de una joven bella a la que llamó Galatea y de la cual se enamoró ante la perfección de su obra. Los dioses le concedieron el deseo de que la estatua se hiciera realidad con un beso del rey. La manera en la que el monarca idolatraba y admiraba a Galatea provocó que esta se convirtiese en una mujer totalmente convencida de su grandeza.

 

¿Qué es el efecto Pigmalión?

Una vez conocida esta historia, se puede definir al efecto Pigmalión como la influencia que tienen las creencias de otras personas sobre nuestras capacidades y sobre aquello que podemos o no lograr.

 

De esta manera, se crea un efecto de autorrealización que está basado en tres pilares, que son: creer de manera firme en un hecho, tener la expectativa de que se va a cumplir, y acompañarlo de mensajes que ayuden a conseguirlo. Dicho de otra forma, el hecho de que otras personas te vean como una persona capaz de hacer algo hará que sea más probable que seas capaz de hacerlo, y lo mismo sucederá en el caso contrario.

Un efecto de éxito en el ámbito educativo y laboral

Este efecto, también conocido con el nombre de "profecía autocumplida", ha tenido un enorme éxito en su aplicación en el ámbito educativo y en el propio entorno laboral. Cientos de estudios desarrollados a lo largo de los años han podido concluir que utilizar expectativas positivas sobre alumnos o trabajadores puede mejorar y potenciar su rendimiento.

 

Así pues, si una madre, un padre, un profesor, un jefe o un responsable cree y es capaz de transmitir a su hijo, equipo o empleado que es capaz de todo, creativo, ordenador, triunfador y perfeccionista, los receptores de ese mensaje se creerán esas ideas y todo aquello que hagan estará en consonancia y será coherente con lo que el propio supervisor espera de ellos. De esta manera, ofrecerán el mejor rendimiento posible en sus tareas, con mayor eficiencia e incluso llegando a superar las expectativas que se tienen sobre ellos.

El efecto Pigmalión en positivo ayuda a incrementar de forma exponencial la motivación para trabajar o estudiar, pero al mismo tiempo también mejora la autoestima, la confianza y seguridad en uno mismo, y el optimismo.

Actualmente, gracias a la neurociencia, se ha podido demostrar que cuando se recibe la confianza de otra persona y esta es capaz de transmitirlo, nos sentimos más seguros y se disfruta de distintas ventajas, al mejorar la velocidad con la que pensamos, mejorando nuestra lucidez y energía, lo que conlleva una mayor atención y eficiencia. Todo ello contribuye a ofrecer un mayor rendimiento en las tareas que realicemos.

 

El efecto Golem

Una vez conocidos los beneficios que están asociados al efecto Pigmalión es necesario hablar de la cara opuesta, al que se denomina como efecto Golem. Este tiene lugar cuando sucede lo mismo ya comentado con el caso anterior, pero con una perspectiva negativa. En aquellas ocasiones en las que hay unas bajas expectativas sobre una persona, se provoca que tenga un efecto negativo sobre su autoestima y desempeño.

 

Este último, en muchas ocasiones, se produce de una forma inconsciente, por lo que es muy importante conocer este tipo de sesgos involuntarios que pueden llevar a que una persona acabe estando encasillada de manera negativa, aunque esta no sea la intención. Esto es especialmente relevante en el caso de profesores, padres o jefes que, si transmiten pensamientos negativos a sus hijos, alumnos o empleados, podrían llevarlos al fracaso. Aunque no siempre serán los responsables de un mal rendimiento, sus conductas sí que podrían tener cierta influencia en ello.

 

Ejemplos de efecto Pigmalión

Para entender mejor en qué consiste el efecto Pigmalión, conviene conocer algunos ejemplos:

 

·        En la escuela: la escuela y los centros de formación es uno de los lugares en los que se puede ver de una manera más clara la influencia de este efecto. En ellos los profesores juegan un papel clave, ya que sus expectativas a la hora de clasificar a los alumnos pueden hacer que, de manera inconsciente, preste más atención exija más o ponga tareas más complejas de resolver a los que considera "mejores alumnos", que se esforzarán más, aprenderán más y tendrán una mayor motivación que aquellos a los que clasifica como "malos alumnos".

 

·        En el trabajo: en el ámbito laboral es clave esta profecía autocumplida, puesto que, si un trabajador siente que sus superiores lo ven como una persona talentosa y con grandes capacidades de mejora, será más probable que acabe confirmando o incluso superando esas expectativas. Al haber mayor confianza, se le darán tareas en las que pueda expandir más sus capacidades, cederán más responsabilidades y todo ello favorecerá su crecimiento y mejores resultados.

 

·        En casa: en el hogar también podemos encontrar múltiples ejemplos del efecto Pigmalión, como por ejemplo cuando un niño va a montar en bicicleta por primera vez y siente miedo y tensión. Si sus padres le transmiten confianza en que puede lograrlo, le ayudarán a hacerlo, y será más sencillo que pueda superar esos nervios y temor y se vea capaz de llevarlo a cabo. En este ambiente será más probable que se desarrolle una alta autoestima.

lunes, 29 de enero de 2024

Marian Rojas detalla los dos síntomas "clave" para identificar a alguien que es bipolar


Ana Rumí      |   COPE podcast   |    06/01/2024                                    

"El primer síntoma de que algo no va bien es que dejan de dormir. El segundo es que, muchas de esas personas empiezan a beber, hay que tener cuidado con los tóxicos de casa, si empieza a estar arriba hay un estado previo que es la hipomanía. La clave está en la conciencia que tiene el bipolar de su trastorno...

“Si convives con alguien que no cree que lo tenga, es más difícil acompañar que si es consciente de que se tiene que cuidar y tiene ciertas fases" expresaba.

Avisa, eso sí, de que el hecho de que una persona con bipolaridad tenga un día malo, no debe ponerte en alerta, porque está dentro de lo normal. Por eso, es importante identificar ciertos síntomas. "Los familiares viven un poco en alerta para evitar ciertos episodios, cosas del día a día no son síntomas de una recaída" decía la doctora.

Pero, ¿qué pasa si vivimos con una persona con bipolaridad? ¿Cómo debemos actuar?

Así hay que actuar si convives con una persona con bipolaridad

Marian Rojas asegura que es muy complicado tolerar las diferentes fases, porque, especialmente la de la manía, te deja muy "marcado". Por eso, contaba la historia de uno de sus pacientes, que tuvo que sanar después de que su mujer entrara en una de esas fases.

"Una paciente casada con marido e hijos tuvo un episodio maníaco, se puso ropa interior, fue a la oficina y dijo públicamente que se acostaba con cualquier que quisiera... Eso hay que sanarlo después en la familia" decía

Por eso, una de las labores principales que tiene que hacer una persona que convive con alguien con bipolaridad es ejercer "de cuidador". "Si vives con él, tienes que tener aparte, un punto de cuidador, estar pendiente, uno tiene que saber y aceptar, porque sino...

Se compara a la diabetes, si lo cuidas bien, funciona bien y se sostiene bien, “es clave que duerma ocho horas de sueño" recomendaba la doctora.

Y si esa persona eres tú y padeces bipolaridad, es importante que seas consciente de lo que tienes, para que, en cuanto detectas nuevos síntomas de recaída, puedas decírselo y hablarlo con un profesional.                             

"El primer síntoma de que algo no va bien es que dejan de dormir. El segundo es que, muchas de esas personas empiezan a beber, hay que tener cuidado con los tóxicos de casa, si empieza a estar arriba hay un estado previo que es la hipomanía. La clave está en la conciencia que tiene el bipolar de su trastorno...

“Si convives con alguien que no cree que lo tenga, es más difícil acompañar que si es consciente de que se tiene que cuidar y tiene ciertas fases" expresaba.

Avisa, eso sí, de que el hecho de que una persona con bipolaridad tenga un día malo, no debe ponerte en alerta, porque está dentro de lo normal. Por eso, es importante identificar ciertos síntomas. "Los familiares viven un poco en alerta para evitar ciertos episodios, cosas del día a día no son síntomas de una recaída" decía la doctora.

Pero, ¿qué pasa si vivimos con una persona con bipolaridad? ¿Cómo debemos actuar?

Así hay que actuar si convives con una persona con bipolaridad

Marian Rojas asegura que es muy complicado tolerar las diferentes fases, porque, especialmente la de la manía, te deja muy "marcado". Por eso, contaba la historia de uno de sus pacientes, que tuvo que sanar después de que su mujer entrara en una de esas fases.

"Una paciente casada con marido e hijos tuvo un episodio maníaco, se puso ropa interior, fue a la oficina y dijo públicamente que se acostaba con cualquier que quisiera... Eso hay que sanarlo después en la familia" decía

Por eso, una de las labores principales que tiene que hacer una persona que convive con alguien con bipolaridad es ejercer "de cuidador". "Si vives con él, tienes que tener aparte, un punto de cuidador, estar pendiente, uno tiene que saber y aceptar, porque sino...

Se compara a la diabetes, si lo cuidas bien, funciona bien y se sostiene bien, “es clave que duerma ocho horas de sueño" recomendaba la doctora.

Y si esa persona eres tú y padeces bipolaridad, es importante que seas consciente de lo que tienes, para que, en cuanto detectas nuevos síntomas de recaída, puedas decírselo y hablarlo con un profesional.

 Nota.- Es un resumen, el audio dura poco más de 8 minutos y es muy interesante.

 

Cúal es la primera pregunta que debemos hacer a los hijos después del colegio, según Harvard


El Debate     |     15/01/2024

Lo revelan varios psicólogos y expertos en crianza de Harvard

Los casos de ansiedad y depresión entre jóvenes y adolescentes ha aumentado significativamente en los últimos años, marcando una realidad antes poco explorada y minimizada en términos de salud mental y emocional. Ante esta realidad, cada vez más creciente, han ido surgiendo distintos estudios de instituciones destacadas como Harvard han arrojado luz sobre estos fenómenos.

Expertos señalan que muchos trastornos emocionales encuentran su origen, o se agravan, en la dinámica entre padres e hijos. En este contexto, una investigadora experta en terapia familiar de Harvard propone un innovador enfoque comunicativo que no solo mejore la interacción, sino que también prevenga el desarrollo de dichos trastornos.

Jennifer Breheny Wallace, periodista e investigadora sobre paternidad graduada de Harvard, tiene una sugerencia que, si bien luce sencilla, podría ser el primer paso para un cambio total en el paradigma: cambiar la pregunta de bienvenida cuando los hijos ingresan a casa.

En conversación con la CNBC, Wallace resalta que muchos de los padres suelen recibir a sus hijos con preguntas relacionadas con la escuela, cuestiones como «¿Cómo fue esa prueba?», o «¿Estás listo para ese gran examen?». Unas preguntas que estarían ligeramente equivocadas y que deberían ir dirigidas a «liderar con el almuerzo».

En su libro Nunca es suficiente: cuando la presión por el logro se vuelve tóxica y qué podemos hacer al respecto, la escritora destaca que la presión puede convertirse en un arma, en lugar de un apoyo.

«Cuando mis hijos entran por la puerta, en lugar de preguntarles: '¿Cómo te fue en el examen de español?', lo cual solía hacer antes de escribir el libro, ahora les pregunto: '¿Qué almorzaron?'. Hablo de cosas que no tienen nada que ver con sus logros», comentó la experta.

La involucración, un arma de doble filo

Contrariamente a la creencia común, los padres más involucrados pueden ser los causantes de mayor impacto negativo en sus hijos, especialmente cuando la presión proviene del ámbito educativo, donde una calificación puede definir el supuesto esfuerzo o talento del estudiante.

El psicólogo Laurence Steinberg de Harvard señala que la presión académica puede ser más desafiante de manejar que la interacción en redes sociales, destacando que, al hablar con jóvenes, la presión escolar se menciona más frecuentemente que la búsqueda de aprobación en las distintas plataformas.

Ante este panorama, surge la pregunta crucial: ¿cómo mostrar interés en el desarrollo de un hijo sin ejercer presión y causar más perjuicio que beneficio? Aunque parezca complicado, la clave podría residir en un cambio fundamental en la forma de comunicación entre padres e hijos, siguiendo los ejemplos mencionados por la experta en crianza de la prestigiosa universidad.

En este sentido, aunque la dieta del menor no es tan importante, desviar la tensión a otro punto puede ser clave para evitar la presión constante y que de esta forma los hijos aprendan que ellos están por encima de sus propios logros.

sábado, 27 de enero de 2024

Otras formas de encontrar la calma que no son meditar y que nuestro cuerpo necesita


LORETO RUIZ OCAÑA      |    TELVA     |     17/01/2024

Meditar es una vía muy potente para volver a nuestro centro y rebajar el nivel de estrés pero no es la única. Hay otras formas de conectar con nuestro interior y encontrar la calma que todos necesitamos.

Entre los imprescindibles para envejecer bien y con salud está es el manejo del estrés, con actividades que nos permiten bajar la intensidad. Es algo que da años de vida a nuestro cuerpo, encontrándonos mejor, porque está demostrado: el estrés crónico y la inflamación aceleran la degeneración y acortan la longitud de los telomeros (los extremos de los cromosomas, que dicen mucho de nuestra velocidad de envejecimiento, el de verdad, el biológico y no el de nuestra edad cronológica).

El doctor Vicente Mera, uno de los grandes investigadores del antienvejecimiento, y jefe de Medicina Interna y Wellaging the SHA Wellness Clinic expresa que lo mejor para envejecer despacio y con armonía es realizar prácticas que aunen lo físico, lo mental y lo espiritual: "Cada uno verá según su personalidad, cultura o gustos lo que más le llena: yoga (plus de flexibilidad), taichí (plus de equilibrio) , el chi kung (energía) . Ademas son válidas para todos, porque su aprendizaje y práctica es sencilla con dificultad progresiva si se quiere profundizar en ellas". Pero también, es necesario dar un espacio al SILENCIO. "Hay gente que lo encuentra rezando, meditando, respirando en silencio de forma consciente... depende de la cultura y la personalidad, pero esos minutos de calma e introspección son muy importantes", asegura el doctor Vicente Mera.

Pero lo cierto es que para muchas personas meditar sin más sigue siendo un suplicio, o no saben hacerlo, o no tienen la paciencia para persistir, o no va con su interior acelerado. Por eso, os cuento otras formas de encontrar la calma que he aprendido de la mano de grandes profesionales en SHA.

1. EL AGUA

Como terapia de inmersión y flotación. En las culturas antiguas ya se prescribía como método de sanación: Hipócrates recomienda curas con baños fríos realizados en movimiento, vapores, compresas calientes húmedas, cataplasmas de barro y duchas a diferente presión. En SHA Wellness Clinic han introducido el watsu, una flotación de casi una hora que combina las propiedades terapéuticas del agua con el masaje shiatsuFue creado a principios de la década de los 80 por Harold Dull que, tras aprender en Japón los secretos y técnicas del shiatsu, lo adaptó al medio acuático.

Un terapeuta lleva a cabo a la persona que se sumerge distintos estiramientos musculares y articulares, con suaves movimientos y digitopresión. Se coloca un pequeño apoyo de flotador, y el resto del cuerpo lo sostiene el terapeuta, a la persona que flota solo se le pide desconectar... La sensación de ingravidez es total, hay quien dice que la sensación es muy similar a la que sentimos en el vientre materno, y aporta múltiples beneficios tanto físicos como mentales.

2. COCINAR, TEJER, LEER...CONCENTRACIÓN

Se trata de un camino no apto para todo el mundo, en especial para los que 'odian' cocinar. Pero si eres de los que disfrutas a los fogones, pero no llegas a vivirlo día a día porque lo ves como una obligación, prueba a hacerlo simplemente por placer. Tocando los alimentos, oliendo, disfrutando de los aromas y sabores. En SHA dan una clase particular en su Chef's Studio donde además de aprender sus famosas recetas ricas equilibradas, naturales y alcalinizantes, basada en alimentos de origen vegetal y marino, se aprende a disfrutar de todos estos matices que en el día a día no valoramos al cocinar.

Si eres de las que no pisan la cocina, hay otras actividades que también trabajan la concentración, a la vez que los sentidos. Por ejemplo, tejer, bordar, realizar actividades manuales en general.

3. CAMINAR

En TELVA somos unas fans de caminar, y no dejamos de contaros las mejores formas de hacerlo y sus beneficios. La Sociedad Europea de Cardiología, recomendaba caminar diariamente entre 30 y 45 minutos y, especialmente, al atardecer. En SHA todos las mañanas ofrecen paseos al Faro de l'Albir, con unas magníficas vistas de la Bahía de Altea, la Serra de Bèrnia y la propia Serra Gelada.

4. PRESOTERAPIA

Es una técnica para provocar el drenaje linfático por nuestro cuerpo, en especial en y desde las piernas, activando así la circulación de todo el cuerpo. Aunque en SHA se aplica en cabina, con una máquina especial de presión de aire sobre diferentes partes del cuerpo en casa podemos hacer nuestra pequeña adaptación. Algo tan sencillo como ponerse en posición de escarpia, con las piernas en alto, apoyadas en la pared, o en el cabecero de la cama, activará cada día la circulación de retorno por todo nuestro cuerpo. Si además, lo hacemos en calma, silencio y respirando de forma consciente, se convierte en un verdadero momentazo de autocuidado.

5. RESPIRAR... DE VERDAD 

Hemos olvidado algo tan sencillo como respirar bien. Creemos hacerlo bien pero en realidad no es así de forma que limitamos los beneficios de hacerlo a su mera función fisiológica, pero olvidamos el resto. En SHA enseñan a recuperar todos sus beneficios a través de clase de Pranayama: "Prana" significa energía vital, y cuando se respira bien esta fluye por todo el cuerpo además de reducir la presión arterial, aumentar la capacidad pulmonar y mejorar la calidad del sueño. Existen entre 5 y 10 ejercicios de pranayama pero es recomendable aprender a practicarlos con ayuda de un experto, y después ya se puede ir avanzando solo. Uno de los más sencillos es la realización de una respiración completa: cogemos aire (se coge y se expulsa por la nariz) hasta el abdomen, seguimos llenando nuestra capacidad torácica hasta que sintamos el aire en nuestras clavículas; a partir de ahí seguimos el proceso inverso al expirar. Es un ejercicio lento y profundo que podemos practicar durante 5 minutos.

jueves, 25 de enero de 2024

"Tengo TDAH: lo vi en TikTok"

 

LUIS LUQUE       |      Aceprensa      |      03/11/2023 

“Fíjate, el chico no se está tranquilo ni un segundo. Cogió el libro que le regalaste, lo hojeó un rato y lo dejó en la mesilla. Encendió la tele, pero no le ha prestado atención: enseguida agarró el móvil y se puso a darle para arriba y para abajo, como si tuviera la mente en otra parte… Esto me suena de algo. Busca en Google… ¿Ya? ¿Trastorno de qué…? Sí, eso es lo que tiene. Segurísimo”.

Con sus variaciones, la situación se repite en cada vez más hogares. El problema se denomina Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), y se ha vuelto tema recurrente en los medios y en las consultas de psiquiatría. En EE.UU., un estudio con una muestra de casi 190.000 menores de 4 a 17 años, entre 1997 y 2016, arrojó que la prevalencia del padecimiento en esa franja de edad pasó del 6,1% al 10,2% en esos años.

El fenómeno se verifica también en otros sitios. En el Reino Unido, una investigación de expertos del University College London, con datos de más de 7 millones de individuos entre 2000 y 2018, reveló que a casi 35.900 se les había identificado el trastorno y que el mayor incremento en la tasa de diagnósticos se dio entre los niños varones de 6 a 9 años (de 300 casos por cada 100.000, pasaron a 700), así como entre los jóvenes de 18 a 29 (de apenas 3 casos por 100.000, pasaron a 50). En España, otro tanto, si bien con datos más actuales: según el Grupo de Trabajo Multidisciplinar sobre Salud Mental en la Infancia y Adolescencia, la pandemia ha propiciado un notable incremento de los trastornos de salud mental de los menores. Particularmente en el caso de los afectados por TDAH, los diagnosticados han pasado del 2,5% al 7%.

Una “explosión” de diagnósticos que lleva a preguntarse si la incidencia alcanza realmente esa proporción, o si, a semejanza de lo que ha ocurrido con las prescripciones de otros trastornos o “condiciones”, los facultativos están teniendo manga ancha y sencillamente afirmando las valoraciones que hacen los padres de los menores a su cargo, y esto mientras, paradójicamente, hay casos reales que quedan sin diagnosticar por falta de preparación del médico o de tiempo de consulta para evaluarlos.

El diagnóstico, en minutos

El Dr. Stephen P. Hinshaw, profesor de Psicología en la Universidad de California-Berkeley y anterior presidente de la Society for Clinical Child and Adolescent Psychology de EE.UU., ha documentado el “abrupto ascenso” de las tasas de diagnóstico en niños y adolescentes en su país en el período 2004-2018; números “que quizás han comenzado a estabilizarse”.

Según refiere a Aceprensa, entre las razones tras el incremento, estarían “la publicidad de medicamentos directa al consumidor, las políticas escolares relacionadas con incentivos para obtener mejores calificaciones en los exámenes, y las evaluaciones ‘rápidas y sucias’ de apenas unos minutos en el consultorio del pediatra, valoraciones que se hacen sin las historias clínicas, sin calificaciones de informantes, sin pruebas, etc.”.

¿Puede estar sucediendo con el TDAH lo mismo que con los diagnósticos de disforia de género en varios países, en los que, más que evaluar en profundidad al paciente, la práctica ha consistido en no rebatir su parecer o el de sus familiares? “No sé lo suficiente sobre disforia de género para comentar con conocimiento; es complejo –dice–. Los médicos finalmente están reconociendo condiciones antes ignoradas y estigmatizadas, pero en ausencia de evaluaciones cuidadosas, puede haber un ‘sesgo de confirmación’ para hacer diagnósticos no fundamentados”.

El experto nos comenta, por último, que las tasas de diagnóstico en adultos estadounidenses, anteriormente bajas, se han disparado en la última década. “Parte de esto se explica por el reconocimiento apropiado de que el TDAH puede existir, y existe, en los adultos, pero también está relacionado con TikTok y otros sitios web en los que [la persona interesada] puede hacer una simple autoevaluación, obtener un diagnóstico ‘validado’ de TDAH y, en algunos casos, incluso lograr que le envíen medicamentos solicitados online”.

¡TikTok al rescate!

“No me lo han diagnosticado, pero definitivamente lo tengo”. Talia Belowich, columnista del The Michigan Daily, ha escuchado ya esa afirmación en varias conversaciones informales en la que ha surgido el tema del TDAH. En un artículo titulado “La epidemia del autodiagnóstico”, la autora toma nota de la creciente tendencia a abordar las enfermedades mentales en redes sociales, por personas legas en la materia, pero que salen a la plaza online a proclamar con la mayor seguridad que padecen TDAH, y que obtienen la validación de otros millones de usuarios que dan por buenas –con un “me gusta”, “me importa” o “me entristece”– sus descripciones del trastorno.

Más de la mitad de los vídeos sobre TDAH en TikTok contribuyen a desinformar sobre el padecimiento

Para ofrecer una idea de la magnitud del fenómeno, la autora menciona que los vídeos de TikTok del tipo “señales de que tienes TDAH” tenían hasta junio 72,8 millones de visualizaciones –a 31 de octubre ya cuentan con casi 96 millones–. Una muestra, el titulado “Cosas que no sabía que fueran señales de TDAH”, en el que una joven sonriente se filma cruzando por encima de objetos en el suelo, en lugar de recogerlos; abriendo la puerta de un armario y dejándola abierta; dándose un atracón de helado… Las reacciones son mayormente de validación e identificación: “Muy cierto”; “Ese soy yo”; “Ya le encuentro sentido [a lo que hago yo]”, etc.

Si a la simpatía y la inclinación a imitar a celebridades que han sido diagnosticadas de TDAH –como la atleta Simone Biles, el cantante Justin Timberlake, la empresaria Paris Hilton, la directora de Barbie, Greta Gerwig, etc.– se les suma la credibilidad de los gurúes de TikTok entre su público, puede ir a más la tentación de autodiagnosticarse o de buscar de una valoración médica que confirme la presencia del trastorno. No importa que más de la mitad de los vídeos sobre TDAH en esa plataforma sean chatarra desinformativa (el 52%, para ser más exactos, según un reciente estudio canadiense): siempre será más fácil –y más popular– hacer caracterizaciones simplistas, aunque el resultado sea pintar el TDAH como una moda cool y no como un padecimiento real.

Un trastorno, unos síntomas, un tratamiento eficaz

Pero el TDAH no es un mito, una invención de una época en que casi “mola” contar que se sufre algún problema de salud mental real o imaginario. No se puede decir automáticamente que todo niño o adolescente intranquilo tiene TDAH, pero el padecimiento existe; es real.

El CIE-11 –el catálogo que publica la OMS– lo define como un trastorno identificable a partir de un “patrón persistente (al menos 6 meses) de falta de atención y/o hiperactividad-impulsividad que tiene un impacto negativo directo en el funcionamiento académico, ocupacional o social”; inatención e impulsividad que se pasan de los límites esperables según la edad y el nivel de funcionamiento intelectual del individuo.

La falta de atención, en un caso de TDAH, alude a la dificultad para enfocarse en tareas sin alto nivel de estimulación y para organizarse, mientras que la hiperactividad o impulsividad se evidencian en “una actividad motora excesiva y dificultades para permanecer quieto” en situaciones que lo precisan (como en el colegio o en las actividades laborales). Cabe añadir que, en el individuo concreto, el TDAH puede traducirse en un comportamiento predominantemente distraído, o mayormente hiperactivo-impulsivo, o en una combinación de ambas características.

Con tratamiento, los síntomas remiten por completo hacia la juventud un 30% de los pacientes

Para constatar la presencia del trastorno, los expertos señalan que los síntomas deben estar influyendo en la vida de la persona “en un grado notablemente desadaptativo”. La web de la asociación ADHD Europe, que engloba a las asociaciones de pacientes de TDAH en el continente, enumera entre los problemas más recurrentes que experimenta el individuo la dificultad para establecer relaciones de amistad y conservarlas, un mal desempeño académico, una menor capacidad de vida independiente, la inestabilidad laboral, etc.

Por fortuna, hay terapias con buenos resultados. La Dra. Azucena Díez, directora de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica Universidad de Navarra, explica a Aceprensa que un tratamiento efectivo combina lo farmacológico y lo psicoeducativo. “Los lóbulos prefrontales, encargados de organizar la actividad de la persona, son los que precisamente más nos distinguen en nuestro comportamiento como humanos, en nuestra diferencia de los animales”, y en los casos de TDAH “están como dormidos; funcionan a bajo rendimiento. Es la medicación (metilfenidato y lisdexanfetamina) la que activa estas zonas, que ayudan a autogestionarse y controlarse”.

¿En qué medida puede curarse un padecimiento como este, de origen neurobiológico? “En un 30% de los pacientes los síntomas remiten por completo hacia la edad adulta joven –agrega–, y más o menos la mitad sigue presentándolos. Unos deciden seguir manteniendo el tratamiento por vida, y otros no. Pero sí: en algunos casos, con el apoyo del tratamiento adecuado, los síntomas remiten”.

Falta formación

En opinión de la psiquiatra, además de al sobrediagnóstico del trastorno habría que prestar atención al infradiagnóstico: “Hay todavía muchos niños y adolescentes que sufren los síntomas y las repercusiones del TDAH, y las familias no lo consultan porque consideran que es su forma de ser; algo normal, habitual. Y está también el diagnóstico erróneo: considerar que cualquier niño que se mueve o que no atiende, tiene TDAH, que a veces se puede confundir con ansiedad. También los niños con ansiedad se mueven mucho”.

Quizás falta preparación. Según nos informa, en España se ha reconocido por primera vez la especialidad de Psiquiatría infantil y adolescente recién en 2022, con lo cual, muchos profesionales que evalúan a menores de edad no son especialistas.

“Son especialistas de adultos, o pediatras con una formación muy justa –asegura–. Y la especialidad de Psicología clínica infantil todavía no está reconocida; son poquísimos los psicólogos. Ocurre entonces muchísimo en la atención primaria que el médico se ve tentado a decir: ‘Bueno, vale, sí. Si tú lo dices, así será’, y le prescribe una medicación. El tiempo medio para realizar un diagnóstico de este tipo –porque el diagnóstico es clínico; no hay ninguna prueba que sirva para establecerlo–, es de aproximadamente hora y media, dos horas. Y no todos los profesionales lo tienen”.

Que hay un déficit en la identificación del trastorno lo valida también la Dra. Juncal Sevilla, psiquiatra de adultos. Experta en TDAH, es consciente de que este puede solaparse con otros padecimientos y confundir. “Y yo soy de las psiquiatras que diagnostican y tratan esto; imagínate quienes ni siquiera se creen que existe el TDAH, o quienes se resisten a diagnosticarlo”.

La experta asegura que en España subsiste aún una brecha de conocimiento sobre el padecimiento. “A nivel médico, en determinadas cuestiones de neurociencias, el país va muy por detrás de, por ejemplo, Inglaterra, que es pionera en el diagnóstico y tratamiento del TDAH. De hecho, tienen un programa en la sanidad pública que es el mejor en Europa, y en Estados Unidos, igual”.

“Falta mucha formación –añade–. Los síntomas no son percibidos como tales, sino como conductas que se juzgan desde el ámbito social. Y el problema es que el profesional no quiere formarse. Los jóvenes sí, pero los más mayores no quieren ni oír hablar de eso, porque como el tratamiento es una anfetamina, pues el diagnóstico está condenado de antemano. Es así de absurdo”.

Conclusión: que entre quienes no saben del trastorno y pontifican, y quienes deberían diagnosticar con criterio y prefieren pasar del tema, el TDAH puede seguir siendo un agujero sin señalización clara. Y cualquier niño intranquilo o cualquier tiktoker con su manía particular pueden caer.