Cintia de la
Paz
| El Español |
13/01/2024
El efecto
Pigmalión, también conocido como profecía autocumplida, es un fenómeno
psicológico en el que las expectativas altas llevan a un mejor rendimiento.
En el ámbito
de la psicología social tiene una gran importancia el denominado efecto
Pigmalión, un concepto muy estudiado del que deberían ser conscientes tanto padres como madres y también
profesores/as o jefes/as, ya que tiene una gran influencia
en nuestra vida diaria.
El nombre de
este efecto, que desarrollaremos a continuación, tiene su origen en la
mitología griega, en la que se dice que el rey Pigmalión tenía dificultades para poder encontrar a la
mujer perfecta. Esto le llevó a moldear la escultura de
una joven bella a la que llamó Galatea y de la cual se enamoró ante la
perfección de su obra. Los dioses le concedieron el deseo de que la estatua se
hiciera realidad con un beso del rey. La manera en la que el monarca idolatraba
y admiraba a Galatea provocó que esta se convirtiese en una mujer totalmente
convencida de su grandeza.
¿Qué es el efecto
Pigmalión?
Una vez
conocida esta historia, se puede definir al efecto Pigmalión como la influencia
que tienen las creencias de otras personas sobre nuestras capacidades y sobre aquello que podemos o no
lograr.
De esta manera, se crea un efecto de
autorrealización que está basado en tres pilares, que son: creer de manera
firme en un hecho, tener la expectativa de que se va a cumplir, y acompañarlo
de mensajes que ayuden a conseguirlo. Dicho de otra forma, el hecho de que
otras personas te vean como una persona capaz de hacer algo hará que sea más
probable que seas capaz de hacerlo, y lo mismo sucederá en el caso contrario.
Un efecto de
éxito en el ámbito educativo y laboral
Este
efecto, también conocido con el nombre
de "profecía autocumplida", ha tenido un enorme
éxito en su aplicación en el ámbito educativo y en el propio entorno laboral.
Cientos de estudios desarrollados a lo largo de los años han podido concluir
que utilizar expectativas positivas sobre alumnos o trabajadores puede mejorar
y potenciar su rendimiento.
Así pues, si una madre, un padre, un profesor, un jefe o un responsable cree y es capaz de transmitir a su hijo, equipo o empleado que es capaz de todo, creativo, ordenador, triunfador y perfeccionista, los receptores de ese mensaje se creerán esas ideas y todo aquello que hagan estará en consonancia y será coherente con lo que el propio supervisor espera de ellos. De esta manera, ofrecerán el mejor rendimiento posible en sus tareas, con mayor eficiencia e incluso llegando a superar las expectativas que se tienen sobre ellos.
El efecto Pigmalión en positivo
ayuda a incrementar de forma exponencial la motivación para trabajar o
estudiar, pero al mismo tiempo también mejora la autoestima, la confianza y
seguridad en uno mismo, y el optimismo.
Actualmente,
gracias a la neurociencia, se ha podido demostrar que cuando se recibe la confianza de otra persona y
esta es capaz de transmitirlo, nos sentimos más seguros y se disfruta de
distintas ventajas, al mejorar la velocidad con la que pensamos, mejorando
nuestra lucidez y energía, lo que conlleva una mayor atención y eficiencia.
Todo ello contribuye a ofrecer un mayor rendimiento en las tareas que
realicemos.
El efecto Golem
Una vez
conocidos los beneficios que están asociados al efecto Pigmalión es necesario
hablar de la cara opuesta, al
que se denomina como efecto Golem. Este tiene lugar cuando
sucede lo mismo ya comentado con el caso anterior, pero con una perspectiva
negativa. En aquellas ocasiones en las que hay unas bajas expectativas sobre
una persona, se provoca que tenga un efecto negativo sobre su autoestima y
desempeño.
Este último,
en muchas ocasiones, se produce de una forma inconsciente, por lo que es muy
importante conocer este tipo de sesgos involuntarios que pueden llevar a que
una persona acabe estando encasillada de manera negativa, aunque esta no sea la
intención. Esto es especialmente relevante en el caso de profesores, padres o
jefes que, si transmiten pensamientos negativos a sus hijos, alumnos o
empleados, podrían llevarlos al fracaso. Aunque no siempre serán los
responsables de un mal rendimiento, sus conductas sí que podrían tener cierta influencia en ello.
Ejemplos de
efecto Pigmalión
Para
entender mejor en qué consiste el efecto
Pigmalión, conviene conocer algunos ejemplos:
·
En la escuela: la
escuela y los centros de formación es uno de los lugares en los que se puede
ver de una manera más clara la influencia de este efecto. En ellos los
profesores juegan un papel clave, ya que sus expectativas a la hora de
clasificar a los alumnos pueden hacer que, de manera inconsciente, preste más
atención exija más o ponga tareas más complejas de resolver a los que considera
"mejores alumnos", que se esforzarán más, aprenderán más y tendrán
una mayor motivación que aquellos a los que clasifica como "malos
alumnos".
·
En el trabajo: en el
ámbito laboral es clave esta profecía autocumplida, puesto que, si un
trabajador siente que sus superiores lo ven como una persona talentosa y con
grandes capacidades de mejora, será más probable que acabe confirmando o
incluso superando esas expectativas. Al haber mayor confianza, se le darán
tareas en las que pueda expandir más sus capacidades, cederán más
responsabilidades y todo ello favorecerá su crecimiento y mejores resultados.
· En casa: en el hogar también podemos encontrar múltiples ejemplos del efecto Pigmalión, como por ejemplo cuando un niño va a montar en bicicleta por primera vez y siente miedo y tensión. Si sus padres le transmiten confianza en que puede lograrlo, le ayudarán a hacerlo, y será más sencillo que pueda superar esos nervios y temor y se vea capaz de llevarlo a cabo. En este ambiente será más probable que se desarrolle una alta autoestima.
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