jueves, 28 de septiembre de 2017

Un proyecto de lucha contra el estigma de la salud mental se extiende a 60 institutos

EUROPA PRESS | Barcelona  |  La Vanguardia  |  14/09/2017

Un proyecto de lucha contra el estigma de la salud mental de la entidad Obertament se implantará este curso en unos 60 institutos catalanes y 3.500 alumnos, doblando el número de los que lo acogieron el año pasado.

Un proyecto de lucha contra el estigma de la salud mental de la entidad Obertament se implantará este curso en unos 60 institutos catalanes y 3.500 alumnos, doblando el número de los que lo acogieron el año pasado.
El proyecto 'What's up!', que se realiza en tercero de ESO, consta de nueve unidades didácticas que abordan seis ámbitos de educación y un testimonio que visita el aula, ha explicado este jueves en rueda de prensa la jefe de proyectos de Obertament, Anaïs Tosas.
Ha afirmado que es un proyecto flexible en el que recomiendan que se aborde la salud mental en un mínimo de cuatro asignaturas, que pueden ir de Biología a Cultura y valores, pero también en Matemáticas y Educación física.
'What's up!', que cuenta con la colaboración de la Conselleria de Enseñanza de la Generalitat y la Obra Social La Caixa, se inició en el curso 2015-2016 en nueve centros, pasó a 22 centros el curso pasado y ahora llegará a unos 60 en el 2017-2018.
Tosas ha remarcado que se elige tercero de ESO porque los 14 años es la edad en que los estudios coinciden en señalar como el punto incipiente de los trastornos mentales.
Empar Llopis, docente del instituto Ventura Gassol de Badalona (Barcelona), uno de los centros que imparte el proyecto, ha asegurado que a nivel curricular ha servido, pero también a nivel emocional, porque ha servido para romper barreras.
Desde la Conselleria de Enseñanza, Montse Ortiz, del Servicio de Orientación, ha resaltado que es un proyecto que "sacude", y que se produce un cambio de mirada tanto en los alumnos como en los profesores.
Una de las activistas de Obertament que participa en el proyecto relatando su experiencia ha remarcado que la salud mental sigue siendo un tabú y ha subrayado que poner "una semilla en el instituto puede ayudar" a que los alumnos se abran.
ESTUDIO
En un estudio de la entidad sobre 'El estigma y la discriminación en salud mental', publicado el año pasado, revelaba que un 29,5% de los jóvenes con un trastorno mental han sido discriminadas por parte de sus compañeros; un 51,3% de las personas con un trastorno han decidido ocultarlo al profesorado, y un 53% a sus compañeros.
El 18,9% de las personas con un trastorno mental aseguran haber sido discriminados por parte del profesorado, con actitudes de sobreprotección y control; la evitación y el rechazo, y las burlas o el menosprecio.
EVALUACIÓN
El proyecto 'What's up!' ha hecho una evaluación que ha reflejado que su implantación "disminuye significativamente" el estigma de los alumnos hacia las personas con problemas de salud mental, un cambio que se mantiene seis meses después.
Los centros han valorado muy positivamente la propuesta y repetirán el curso siguiente, recomendando a otros que lo implanten y considerando que el trabajo sobre salud mental con el alumnado ha sido positivo.


jueves, 21 de septiembre de 2017

Instagram, la peor red para la salud mental de los adolescentes

JAVIER SALAS | El País | 21/05/2017

Un estudio británico le da la peor nota por su capacidad para generar ansiedad entre los jóvenes

Las redes sociales más populares son fuente de innumerables beneficios y ventajas para sus usuarios, pero también generan efectos secundarios poco saludables. Un nuevo estudio, realizado entre jóvenes británicos, se centra en un problema muy particular: el bienestar y la salud mental de los usuarios de estas aplicaciones. Según este trabajo, Instagram podría terminar siendo la más nociva entre los adolescentes, por su impacto en la salud psicológica de este grupo de edad más vulnerable. Por detrás, aunque con notas también negativas, estarían Snapchat, Facebook y Twitter. La única red analizada con valoración positiva es YouTube, el portal de vídeos del gigante Alphabet.

"Los jóvenes que pasan más de dos horas al día en redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram son más propensos a sufrir problemas de salud mental, sobre todo angustia y síntomas de ansiedad y depresión", recogen en el estudio, realizado por la Royal Society of Public Health y la Universidad de Cambridge. Para analizar el posible impacto en la juventud británica, los especialistas estudiaron las actitudes hacia estas redes en 1.500 británicos de entre 14 y 24 años. España es el país con mayor penetración de redes sociales y de telefonía móvil de la Unión Europea.

Se valoraron 14 factores, tanto positivos como negativos, en los que estas aplicaciones impactan en la vida de este grupo de edad en el que su personalidad aún está en formación. Instagram suspendió en siete de estos aspectos: notablemente, los jóvenes reconocían que esta app para compartir fotografías afecta muy negativamente en su autoestima (imagen corporal), en sus horas de sueño (asociado a múltiples problemas que se derivan de dormir poco) y en su miedo a quedarse fuera de eventos sociales (conocido por las siglas en inglés FoMO). Además, consideran que fomenta el ciberacoso, que les genera ansiedad y, en menor medida, síntomas depresivos y sensación de soledad.

"Instagram logra fácilmente que las niñas y mujeres se sientan como si sus cuerpos no fueran lo suficientemente buenos mientras la gente agrega filtros y edita sus imágenes para que parezcan perfectas", asegura uno de los jóvenes estudiados. "El ciberacoso anónimo a través de Twitter sobre temas personales me ha llevado a autolesionarme y a tener miedo de ir a la escuela. El acoso en Instagram me ha llevado a intentar suicidarse y también a lesionarme. Las dos me hicieron experimentar episodios depresivos y ansiedad", confiesa un menor de 16 años que participó en el estudio.

Snapchat obtiene unas notas casi tan negativas como Instagram, aunque es más perjudicial para las horas de sueño y para la ansiedad social que genera perderse eventos sociales. En el ranking negativo le sigue Facebook, que es la red más propicia para el ciberacoso, según el estudio. Twitter mejora levemente las notas de las anteriores y casi compensa sus efectos negativos con sus aportaciones positivas. YouTube, finalmente, logra el aprobado gracias a que sus efectos tóxicos son más escasos, según la encuesta, salvo en el caso de las horas de sueño: este portal para ver vídeos es el que menos deja dormir a los jóvenes.

No todo es malo en estas redes: los aspectos más positivos en los que destacaron estas apps fueron la capacidad de tomar conciencia (sobre todo en YouTube), de expresarse y encontrar una identidad propia (Instagram) y de crear comunidad y de dar con apoyo emocional (Facebook).

"Ser un adolescente es ya suficientemente difícil, pero las presiones a las que se enfrentan online los jóvenes son sin duda únicas para esta generación digital. Es de vital importancia que intervengamos poniendo medidas preventivas", aseguran las autoras del estudio. El informe propone algunas de estas medidas, como que los usuarios reciban una notificación de la propia aplicación avisándoles del exceso de uso, que la red advierta cuando una foto está manipulada o que se realicen campañas de formación sobre estos riesgos en el ámbito escolar.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Mitomanía, mentirosos compulsivos

JUAN MOISÉS DE LA SERNA  |  Psicólogo | Webconsultas - Revista de Salud y Bienestar | 14/09/2017

Los mentirosos patológicos falsean la realidad como vía de escape, para obtener atención e incluso admiración, y entran en un círculo vicioso que les acaba dejando solos en el laberinto de sus mentiras.
     
A veces nos encontramos en la vida con personas que nos dicen algo que luego resulta no ser cierto, eso puede que no deje de ser una anécdota; pero cuando las mentiras son constantes, puede que estemos ante un mitómano, es decir, una persona que miente casi compulsivamente, también conocido como mentiroso patológico. Te contamos en qué consiste, cómo diferenciarlo de otros casos que muestran síntomas parecidos de mentiras y cómo tratar este problema.

¿Qué es la mitomanía?
La mitomanía, también denominada pseudología fantástica, hace referencia a un trastorno psicológico, por el cual la persona afectada, denominada mitómano o mentiroso patológico, tiene una conducta repetitiva del acto de mentir, lo que le proporciona una serie de beneficios inmediatos, como admiración o atención. Hay que aclarar que el término ‘mitomanía’ tiene también otro significado y se refiere a una tendencia a admirar exageradamente a una persona o cosa, pero aquí nos centraremos en el aspecto patológico de su significado.

A diferencia de otras adicciones como en la cleptomanía, en donde se produce un robo compulsivo sin buscar el enriquecimiento personal; en la mitomanía puede existir o no intención de engañar o estafar, aunque el verdadero fin es deformar la realidad para contar una historia personal más llamativa. Al principio esas narraciones logran su efecto, cautivando a quien le escucha, obteniendo atención, respeto y hasta admiración, que es lo que en definitiva mantiene esta conducta, además del miedo a ser descubierto.
A pesar de que el mitómano hace todo lo posible por no ser desenmascarado, cuando esto sucede y se comprueba la naturaleza falsa de sus historias, el mitómano obtiene el efecto contrario al deseado, es decir, sus conocidos y amistades tienden a rechazarlo y a aislarle al sentirse engañados. Los familiares que ya conocen su tendencia a mentir dejan de tenerle en cuenta a la hora de tomar decisiones y no le prestan demasiada atención sobre aquello que relata.

El círculo vicioso de la mentira
Las mentiras por falsificación u omisión pueden surgir de forma espontánea como un manera de evitar un castigo o para excusar una falta de puntualidad o de cumplimiento de alguna tarea encomendada. Llegar tarde a una cita o no tener preparado el trabajo solicitado el día anterior pueden ser situaciones propicias para que surja la mentira.
Los beneficios inmediatos que provocan estas mentiras pueden ser el detonante de un refuerzo para repetir dichas conductas; al observarse que cuanto más se repite menos tareas debe cumplir. Existe una línea muy fina, entre un comportamiento buscando el beneficio inmediato y la conducta adictiva, ya que la segunda se adquiere por la repetición, pero sobre todo por la sensación de impunidad que deja a quien miente.
El adicto, aunque quiera, no puede dejar de mentir, pues se ha convertido en una parte de su forma de comportarse y relacionarse con los demás, llegándose a sentir indefenso si no adorna la verdad con mentiras que la hagan más interesante.

Como cualquier adicción, todos estamos expuestos a que pueda surgir la ocasión, la diferencia dependerá de la formación de valores de la persona de saber que aquello que hace no es correcto y sobre todo de ponerle freno para que no vaya a más.

La situación que puede originar un comportamiento mitómano suele estar relacionada con el estrés, cuando la persona se encuentre en un momento comprometido y piense en recurrir a la mentira como una salida fácil a dicha tensión; precisamente esa liberación que va a sentir cuando salva la situación con la mentira va a ser el motivo para que se vuelva a repetir en otras ocasiones.

No existe un patrón sobre donde será la primera vez, ni cómo se mantendrá, pero si es cierto que si la persona se encuentra en una ambiente donde dicha conducta es normal, aceptada o justificada será más fácil que se repita, por ejemplo, en el grupo de amigos, donde puede hasta que sea tomado como una gracia las continuas mentiras de uno de sus miembros.

Aunque los familiares y amigos son los que más expuestos están a estas mentiras, también son los que antes se dan cuenta de las mismas, precisamente por la convivencia con el mitómano, ya que conocen de su vida y sobre todo ven la inconsistencia de sus mentiras a lo largo del tiempo. Es por ello que las mayores “víctimas” son aquellas que se encuentra esporádicamente, sin que vuelva a ver una relación con ella
Cuando el beneficio buscado es únicamente el de provocar admiración en el otro, no tiene mayores consecuencias, pero si sobre esa base se fundamenta una relación, cuando la persona se dé cuenta de las mentiras va a tender a abandonar al mitómano, pues se habrá roto la confianza que se supone debe regir en toda relación.
Si una vez detectadas por los familiares y amigos las mentiras no son cortadas a tiempo, pueden reforzar al mitómano a seguir con esa actuación, al no encontrar freno a su conducta adictiva. La forma de proceder pues sería enfrentar al mitómano a la verdad, y exponerle las consecuencias de ello, especialmente sobre sus relaciones personales.
Nota.- En los datos de procedencia del artículo pueden encontrar por Internet otros del mismo tema:
Síntomas y manifestaciones de la mitomanía
Tratamiento de la mitomanía

Desahogarse no implica vivir deprimido

EUCLIDES KILÓ ARDILA | La Vanguardia |  10/09/2017
¡Es clave desahogarse! Nadie puede ponerse una máscara y fingir que algo no le duele. Sin embargo, el hecho de exteriorizar sus dolores, no le da visa para vivir toda todo el día deprimido, amargado o frustrado. ¡Sacúdase de esa mala vibra y elija vivir!

Existen situaciones o momentos en los que disimulamos un dolor interior y hasta nos hacemos los fuertes, entre otras cosas, para que esas angustias no paralicen nuestra vida en todos los ámbitos.
Sé que es fundamental desahogarnos o al menos dedicarnos un tiempo para manifestar, con total naturalidad y libertad, lo que nos pasa y no reprimirnos.
Hecha la aclaración, en donde admito que el desahogo siempre será clave, quiero insistir en el hecho de que no nos podemos quedar lamentando nuestras desgracias.
Yo nunca he entendido por qué, en más de una ocasión, hay gente con ‘cara de tote’, pesimista y aburrida por el hecho de que las cosas no le salen como esperaba.
¿Por qué no sonreír en lugar de llorar?
No hay que ser un experto en técnicas de relajación, ni mucho menos ser psicólogo, para recomendar la importancia de ser una persona optimista. ¡Es obvio que siempre será mejor estar bien que pasarla mal!
Y aunque usted está en todo su derecho a ‘bajarse de nota’ cuando tropieza, también puede asumir que lo mejor está por venir y tratar de vivir en un ambiente en donde prime la esperanza.
Usted dirá que por ser tan optimista me obstino en la idea de barnizar y embellecer mi vida a mi manera. ¡Puede que sea así! Pese a ello, un pesimista tampoco resuelve nada siendo crudo o refunfuñando por la suerte que le toca vivir.
Analice bien y verá que al que piensa mal todo le sale mal. Y es apenas normal, porque alguien así tiene la actitud del vencido; es más, antes de empezar ya tiene la batalla perdida, ya sea en el trabajo, en el estudio, en el amor o en cualquier otra situación.
Es recomendable para la salud mental ser propositivo. Eso es distinto a vivir en medio de la fantasía o de lo que no es real.
Si se trabaja para que las cosas salgan bien, al final se cosecharán buenos resultados.
No es optimista sino iluso o majadero quien espera buenos dividendos, cuando no ha trabajado o vive esperando que todo le llueva del cielo.
Tener una agradable actitud ante la vida y sobre todo atraer la ‘buena vibra’ son herramientas para sobrevivir en medio de la adversidad.
Es cierto que cada uno tiene un lado negativo en la personalidad y que en más de una ocasión sale a flote por las dificultades que se tienen para afrontar la realidad. Pero, qué se saca con proyectar lo malo.
Además, si lo analiza bien, el pesimista tiene una actitud cómoda ante la vida, se ahorra el trabajo de pensar o de cambiar su entorno. Lo anterior sin decir que alguien negativo también exagera la realidad o la empobrece con su manera de verla, para estar siempre frustrado o deprimido, tanto que a veces puede propiciar una epidemia de desgano. En más de una oficina ese virus sí que se ha expandido.
Yo sé que el pesimismo y el optimismo, como la noche y el día, son dos maneras de percibir el mundo, que los dos están hechos de sueños o realidades y que ocurren casi siempre en terrenos de la invención.
Pese a ello, seguiré insistiendo en decir que mantener una sonrisa ‘a flor de labios’ puede ser la mejor medicina para el alma.


domingo, 10 de septiembre de 2017

Montón: "El 'Código Suicidio' dará una respuesta rápida en Salud Mental

Comparte en
AGENCIA EFE | La Vanguardia | Valencia | 09/09/2017AGENCIAAGENCIA EFE
AGENCIA EFE  |  La Vanguardia  |  València  |  09/09/2017

La consellera de Sanidad Universal y Salud Pública, Carmen Montón, ha explicado que una de las medidas del Plan de Prevención del Suicidio en la Comunidad Valenciana es la implantación de un Código con el que se dará respuesta rápida a las personas con conductas suicidas mediante la detección protocolizada y el seguimiento proactivo de casos.
Montón ha recordado, coincidiendo con la conmemoración del Día Mundial para la Prevención del Suicidio el 10 de septiembre, que el suicidio es un grave problema de salud pública que hay que abordar a fin de prevenir este tipo de conductas y reducir la tasa de incidencia, que en la Comunitat Valenciana es de 6,99 casos por cada 100.000 habitantes.
Esta misma semana, el grupo de trabajo y seguimiento del Plan de Prevención del Suicidio y Manejo de la Conducta Suicida en la Comunitat Valenciana ha mantenido una reunión, con el fin de abordar la implantación del 'Código Suicidio', los protocolos de actuación para los grupos de riesgo, la puesta en marcha de campañas de sensibilización y la preparación de guías informativas para docentes, familiares y medios de comunicación, entre otros.
El 'Código Suicidio', que se implantará de forma piloto en diferentes departamentos de salud, contempla la detección y valoración del riesgo de suicidio, la atención antes de 72 horas, la gestión del riesgo incluyendo factores como el consumo de alcohol, la enfermedad mental o las enfermedades crónicas y el seguimiento telefónico proactivo del caso desde las Unidades de Salud Mental de cada departamento de salud.
Por lo que se refiere a los grupos vulnerables, el plan contempla protocolos de atención específicos para mujeres víctimas de violencia de género, adolescentes, personas mayores, personas sin hogar, personas en situación de cumplimiento penitenciario o con problemas de salud mental.
Entre las medidas concretas figuran: incorporar en la aplicación SIVIO preguntas relacionadas con el riesgo de suicidio para mujeres en situación de violencia de género, mejorar la detección de la depresión en población infanto-adolescente en el ámbito educativo y mejorar la atención en casos de bullying y ciberbullying, y mejorar la atención a las personas con trastorno mental grave o trastorno de la personalidad.
En el caso de la población con conductas suicidas, se pone el acento en la identificación de las personas por medio del 'Código Suicidio', que generará la atención de los servicios de salud mental antes de 72 horas a través de la historia clínica del paciente. Igualmente se prevén protocolos de actuación en las unidades de salud mental para atender a las personas supervivientes del suicidio.
El plan contempla también identificar los puntos negros del suicidio a través de una línea de investigación y mejorar la lucha contra el estigma de la salud mental.


La terapia grupal mejora la atención en la Unidad de Salud Mental Infantil y Juvenil


EUROPA PRESS  | Málaga  | La Vanguardia | 24/08/2017

·        La terapia grupal con niños, adolescentes y sus progenitores sigue centrando una línea estratégica de trabajo desarrollada por la Unidad de Salud Mental Infantil y Juvenil del Hospital Virgen de la Victoria a lo largo del primer semestre de 2017, con un alto nivel de consecución de objetivos, lo que repercute en una mejora de la calidad asistencial en este ámbito.
·        Así, en las instalaciones con las que cuenta esta unidad en el Hospital Marítimo de Torremolinos (Málaga), centro adscrito al Virgen de la Victoria, se han beneficiado más de 130 menores de este tipo de terapia, a través de las cual se intenta potenciar las habilidades y destrezas de cada paciente, con el objetivo de lograr de forma progresiva el máximo grado de autonomía.
·        En este sentido, durante el primer semestre de 2017 se han desarrollado distintos programas de terapia grupal, llevados a cabo por especialistas en psiquiatría, psicólogos clínicos, enfermeros especialistas en salud mental y terapeutas ocupacionales, según ha informado la Junta a través de un comunicado.
·        El director de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental, Rafael del Pino, ha afirmado que "estos grupos terapéuticos se desarrollan siempre en el marco de un tratamiento personalizado para cada paciente, que se acompaña de un seguimiento individual en la evolución de cada menor".
·        En relación con los menores diagnosticados de Trastorno Generalizado del desarrollo (TGD), se encuentran en activo dos grupos terapéuticos con periodicidad quincenal para un total de 24 adolescentes entre 12-17 años, realizándose también a lo largo del año un programa de actividades extrahospitalarias destinadas a fomentar el desarrollo de destrezas y habilidades para el logro de la autonomía personal, poniendo en práctica las habilidades aprendidas en las sesiones de terapia grupal, así como para reforzar las actividades de socialización en diferentes contextos.
·        Al respecto, Pepa Calzado, monitora ocupacional de la USMI-J del Hospital Virgen de la Victoria, ha añadido que "las salidas programadas en este primer semestre de 2017 han sido de carácter deportivas --Palacio Municipal de Deportes de Torremolinos--, culturales --Museo de la Ciencia--, de ocio --Centro Plaza Mayor y Vialia-- y lúdicas --playa de Torremolinos--.
·        Además, un equipo terapéutico formado por profesionales médicos, de enfermería y de terapia ocupacional acompaña a los adolescentes durante toda la jornada.
·        También, y con periodicidad quincenal, se llevan a cabo tres grupos, con 26 preadolescentes entre diez y 13 años y otros tres grupos más con 28 niños entre seis y nueve años diagnosticados de TGD, desarrollándose distintas intervenciones para mejorar la comunicación, la interacción social, la relajación, el autocontrol y las distintas funciones ejecutivas.
·        Por otro lado, y de forma paralela a la atención de estos menores, se han llevado a cabo dos grupos psicoeducativos con los padres, con el objetivo de ampliar el conocimiento del trastorno, identificar dificultades y habilitar pautas y estrategias en el manejo del mismo a nivel familiar y en el ámbito domiciliario.
·        Al respecto, Luisa Sánchez, enfermera especialista en salud mental, ha incidido en que "se trabaja en detectar posible sobrecarga familiar, apoyar emocionalmente a los miembros de la familia, e informar sobre recursos sociales disponibles".
·        En este ámbito de la terapia, "cabe destacar que la valoración de los padres es muy positiva en cuanto a la utilidad práctica y los resultados obtenidos con este tipo de intervenciones", ha añadido.
·        Además, y en relación a los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) se han llevado a cabo dos grupos en los que participan 18 adolescentes, cuyos objetivos se basan en la regularización de hábitos de alimentación, abordaje de componentes emocionales, ejercicio físico y trabajo sobre relaciones familiares/sociales. También, se realizan otros dos grupos terapéuticos con 16 menores entre ocho y diez años diagnosticados de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
·        Por otro lado, completan estos grupos terapéuticos, otros dos de psicomotricidad con 16 niños entre cinco y siete años, con los objetivos de favorecer aspectos de comunicación, activación cognitiva, creatividad, interacción social y desarrollo psicomotor.


miércoles, 6 de septiembre de 2017

La base de un cerebro sano es la bondad y se puede entrenar

Richard Davidson, doctor en Neuropsicología, investigador en neurociencia afectiva

Nací en Nueva York y vivo en Madison (Wisconsin), donde soy profesor de Psicología y Psiquiatría en la universidad. La política debe basarse en lo que nos une, sólo así podremos reducir el sufrimiento en el mundo. Creo en la amabilidad, en la ternura y en la bondad, pero debemos entrenarnos en ello

IMA SANCHÍS – La Contra de La Vanguardia  |  Barcelona  |  27/03/2017

Ciencia y amabilidad

Su investigación se centra en las bases neuronales de la emoción y los métodos para promover desde la ciencia el florecimiento humano, incluyendo la meditación y las prácticas contemplativas. Fundó y preside el Centro de Investigación de Mentes Saludables en la Universidad de Wisconsin-Madison, donde se llevan a cabo investigaciones interdisciplinarias con rigurosidad científica sobre las cualidades positivas de la mente, como la amabilidad yt la compasión. Ha cosechado importantes premios y está considerado una de las cien personas más influyentes del mundo según la revista Time. Tiene multitud de investigaciones y varios libros publicados. Ha ofrecido un seminario para Estudios Contemplativos en Barcelona.
Yo investigaba los mecanismos cerebrales implicados en la depresión y en la ansiedad.  

Pregunta .- ...Y acabó fundando el Centro de Investigación de Mentes Saludables.  Respuesta.-Cuando estaba en mi segundo año en Harvard se cruzó en mi camino la meditación y me fui a la India a investigar cómo entrenar mi mente. Obviamente mis profesores me dijeron que estaba loco, pero aquel viaje marcó mi futuro.

P.- ...Así empiezan las grandes historias.   |   R.- Descubrí que una mente en calma puede producir bienestar en cualquier tipo de situación. Y cuando desde la neurociencia me dediqué a investigar las bases de las emociones, me sorprendió ver cómo las estructuras del cerebro pueden cambiar en tan sólo dos horas.

P.- ¡En dos horas! |  R.- Hoy podemos medirlo con precisión. Llevamos a meditadores al laboratorio; y antes y después de meditar les tomamos una muestra de sangre para analizar la expresión de los genes.

P.- ¿Y la expresión de los genes cambia?  |  R.- Sí, y vemos como en las zonas en las que ha-bía inflamación o tendencia a ella, esta des­ciende abruptamente. Fueron descubrimientos muy útiles para tratar la depresión. Pero en 1992 ­conocí al Dalái Lama y mi vida cambió.

P.- Un hombre muy nutridor.  |  R.- “Admiro vuestro trabajo, me dijo, pero considero que estáis muy centrados en el estrés, la ansiedad y la depresión; ¿no te has planteado enfocar tus estudios neurocientíficos en la amabilidad, la ternura y la compasión?”.

P.- Un enfoque sutil y radicalmente distinto.  |  R.- Le hice la promesa al Dalái Lama de que haría todo lo posible para que la amabilidad, la ternura y la compasión estuvieran en el centro de la investigación. Palabras jamás nombradas en ningún estudio científico.

P.- ¿Qué ha descubierto?  |  R.- Que hay una diferencia sustancial entre empatía y compasión. La empatía es la capacidad de sentir lo que sienten los demás. La compasión es un estadio superior, es tener el compromiso y las herramientas para aliviar el sufrimiento.

P.- ¿Y qué tiene que ver eso con el cerebro?  |  R.- Los circuitos neurológicos que llevan a la empatía o a la compasión son diferentes.

P.- ¿Y la ternura? | R.- Forma parte del circuito de la compasión. Una de las cosas más importantes que he descubierto sobre la amabilidad y la ternura es que se pueden entrenar a cualquier edad. Los estudios nos dicen que estimulando la ternura en niños y adolescentes mejoran sus resultados académicos, su bienestar emocional y su salud.

P.- ¿Y cómo se entrena?  |  R.- Les hacemos llevar a su mente a una persona próxima a la que aman, revivir una época en la que esta sufrió y cultivar la aspiración de librarla de ese sufrimiento. Luego ampliamos el foco a personas que no les importan y finalmente a aquellas que les irritan. Estos ejercicios reducen sustancialmente el bullying en las escuelas.

P.- De meditar a actuar hay un trecho.  |  R.- Una de las cosas más interesantes que he visto en los circuitos neuronales de la compasión es que la zona motora del cerebro se activa: la compasión te capacita para moverte, para aliviar el sufrimiento.

P.- Ahora quiere implementar en el mundo el programa Healthy minds (mentes sanas).  |  R.- Fue otro de los retos que me lanzó el Dalái Lama, y hemos diseñado una plataforma mundial para diseminarlo. El programa tiene cuatro pilares: la atención; el cuidado y la conexión con los otros; la apreciación de ser una persona saludable (encerrarse en los propios sentimientos y pensamientos es causa de depresión)...

P.- ...Hay que estar abierto y expuesto. |  R.- Sí. Y por último tener un propósito en la vida, algo que está intrínsecamente relacionado con el bienestar. He visto que la base de un cerebro sano es la bondad, y la entrenamos en un entorno científico, algo que no se había hecho nunca.

P.- ¿Cómo se puede aplicar a nivel global?  |  R.- A través de distintos sectores: educación, sanidad, gobiernos, empresas internacionales...

P.- ¿A través de los que han potenciado este mundo oprimido en el que vivimos? | R.- Tiene razón, por eso soy miembro del consejo del Foro Económico Mundial de Davos, para convencer a los líderes de que hay que hacer accesible lo que sabe la ciencia sobre el bienestar.

P.- ¿Y cómo les convence?  |  R.- Mediante pruebas científicas. Les expongo, por ejemplo, una investigación que hemos realizado en distintas culturas: si interactúas con un bebé de seis meses a través de dos marionetas, una que se comporta de forma egoísta y otra amable y generosa, el 99% de los niños prefieren el muñeco cooperativo.

P.- Cooperación y amabilidad son innatas. |  R.- Sí, pero frágiles, si no se cultivan se pierden, por eso yo, que viajo muchísimo (una fuente de estrés), aprovecho los aeropuertos para enviar mentalmente a la gente con la que me cruzo buenos deseos, y eso cambia la calidad de la experiencia. El cerebro del otro lo percibe.

P.- Apenas un segundo para seguir en lo suyo. |  R.- La vida son sólo secuencias de momentos. Si encadenas esas secuencias, la vida cambia.

P.- El mindfulness es hoy un negocio.  |  R.- Cultivar la amabilidad es mucho más efectivo que centrarse en uno mismo. Son circuitos cerebrales distintos. A mí no me interesa la meditación en sí misma sino cómo acceder a los circuitos neuronales para cambiar tu día a día, y sabemos cómo hacerlo.

Cómo "reescribir" un mal recuerdo para convertirlo en otro bueno

NUÑO DOMINGUEZ | El País

Científicos en EE UU consiguen reescribir los recuerdos de ratones de laboratorio transformando memorias dolorosas en otras positivas. Los responsables buscan nuevos tratamientos contra la depresión y los traumas.

Un equipo de investigadores de EE UU ha usado una técnica que controla grupos de neuronas en el cerebro de ratones para reescribir sus recuerdos y transformar memorias traumáticas en otras positivas, y viceversa.

El equipo explora desde hace años los mecanismos cerebrales que permiten crear un recuerdo, guardarlo, recordarlo meses o años después y, además, atribuirle un valor emocional. Es una tarea que el encéfalo hace en fracciones de segundo, sin que seamos conscientes, pero entender cómo lo hace es una tarea complejísima.

No solo por la inmensidad de los circuitos neuronales involucrados, sino también porque nuestra memoria cambia. Un bonito recuerdo de la ciudad en la que nos enamoramos se vuelve malo tras el desengaño. En otros casos, la guerra, un atentado, un desastre natural u otras tragedias dejan grabados en el cerebro recuerdos difíciles de borrar y que causan trastornos psiquiátricos.
Estudios anteriores han demostrado que la memoria es maleable y que los malos recuerdos pueden modificarse, reescribirse, lo que ha permitido tratar a personas con depresión o víctimas de una experiencia traumática desde la psiquiatría o la psicología. Lo que se ignora es el detalle: cómo se crea y se almacena un recuerdo a nivel celular y molecular en el cerebro y cómo se puede cambiar el cableado que hay entre las neuronas para reescribirlo.

Un estudio publicado hoy arroja, literalmente, luz sobre el tema. Se centra en  la optogenética, una técnica que permite etiquetar el grupo de neuronas que guardan un recuerdo y reactivarlas a voluntad aplicando sobre ellas un rayo de luz azul. Al hacerlo, el recuerdo vuelve y, con él, su asociación positiva o negativa.  La técnica ha cobrado un enorme potencial para estudiar a un nivel de detalle inusitado los fundamentos neuronales del comportamiento, la memoria y las causas de enfermedades como el alzhéimer, la esquizofrenia o el estrés postraumático.

El año pasado, el equipo de Susumu Tonegawa, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EE UU), creó recuerdos falsos en ratones usando la optogenética. Ahora, su equipo demuestra en un nuevo estudio publicado en Nature cómo transformar el valor emocional que el cerebro atribuye a los recuerdos.

Para entender cómo se ha logrado, imagine que es usted es un ratón de laboratorio macho. De repente aparece a su lado una atractiva hembra, lo que automáticamente le hace guardar un buen recuerdo de ese momento. Sin que sea consciente, las neuronas que ha usado para almacenar ese instante han quedado marcadas. Cuando los investigadores proyectan un haz de luz sobre ellas usted volverá a recordar ese momento agradable en el que juntó su hocico con el de la ratona. En el mismo laboratorio hay otros ratones con menos suerte. Les han dado una descarga eléctrica para que guarden, etiquetado, un mal recuerdo.

Tanto usted como los otros ratones tienen un lado de la jaula preferido, en el que se encuentran más a gusto. Cuando a usted le ponen en el lado contrario, instintivamente se cambia de sitio. Pero, si a la vez los investigadores activan el bonito recuerdo de la hembra, usted se olvida y ya le da igual estar en el lado contrario. Sus compañeros hacen justo lo contrario: cuando reviven el recuerdo de la descarga huyen al otro lado de la jaula, el que menos preferían, pues lo asocian con un mal recuerdo.
Dos días después cambian las tornas. Mientras la optogenética le está haciendo recordar a la hembra, alguien le da una descarga. A su lado, otros ratones recuerdan esa misma descarga cuando el haz de luz toca sus cerebros, pero, mientras lo hacen, una hembra entra en su jaula y pueden socializar con ella, lo que cambia sus malos recuerdos originales por otros positivos. Cuando le vuelven a poner en su jaula usted elige el lado que antes le gustaba más, porque el otro le evoca malos recuerdos de la descarga. Los otros ratones hacen justo lo contrario. El resumen científico de este relato es que la optogenética y la exposición a nuevos estímulos pueden cambiar el valor emocional de la memoria. Los malos recuerdos se vuelven buenos y viceversa.
Optogenética contra la ceguera. - Ahora el objetivo es intentar aplicar toda esta información a la complejidad del cerebro humano y lograrlo sin la manipulación genética ni la cirugía que requiere la optogenética. Los expertos en este campo confían en que una molécula de administración sencilla pueda emular esta reescritura de recuerdos sin usar métodos tan invasivos. «En el futuro, uno podría desarrollar métodos para ayudar a la gente a recuperar sus recuerdos positivos más que los negativos», ha explicado Tonegawa en una nota de prensa difundida por el MIT.

El investigador japonés es conocido en el mundo científico por saber cómo convertir los hallazgos de su equipo en bombazos mediáticos. Pero aparte de su capacidad para venderse, Tonegawa, que ganó un Nobel de Medicina en 1987 por su trabajo en un campo totalmente distinto, es un científico respetado.

«Su estudio tiene mucho alcance y estos descubrimientos son relevantes», opina Santiago Canals, experto en plasticidad y redes cerebrales del Instituto de Neurociencias de Alicante. El trabajo, dice, no sólo muestra «qué neuronas participan en la conectividad» ligada a un recuerdo, también que «podemos manipularlas de forma plástica para realizar cambios en la memoria». Quedan «muchos años» para que estos hallazgos puedan aplicarse en personas, recuerda, pero se trata del «tipo de investigación básica necesaria para después buscar mecanismos más fáciles de modular la valencia positiva o negativa de nuestros recuerdos».

Luis de Lecea, que dirige un grupo de investigación en la Universidad de Stanford (EE UU) sobre estrés y adicción usando optogenética en ratones, opina que el trabajo de Tonegawa tiene «muchos puntos débiles». Una de sus críticas es que no se ha estudiado la frecuencia de disparo de cada neurona, lo que es clave para la intensidad de esa conexión y, por tanto, del recuerdo. Además, dice, hay cierta simplificación, pues el circuito neuronal de un recuerdo «puede ser mucho más complejo de lo que ellos creen». Sin embargo este experto da por buena la conclusión de que se pueden cambiar los recuerdos malos por buenos y resalta que este estudio «va más allá de lo que ha hecho nadie hasta ahora».

La aplicación más cercana de la optogenética es usarla para devolver parte de la visiónen personas con lesiones de retina, señala el investigador. La optogenética permitiría hacer sensibles a la luz células que antes no lo eran y lograr ver siluetas y formas. Otra aplicación posible sería sustituir los llamados marcapasos cerebrales que se usan para controlar el párkinson, dice. Más allá, el potencial real de esta técnica está en su capacidad de descubrimiento. La optogenética ya ha aportado un gran volumen de datos sobre el funcionamiento del cerebro y aún aportará muchos más en dolencias como la esquizofrenia o el estrés postraumático, dice. «En este sentido es una revolución», concluye.

Las neuronas del miedo. - Para guardar un recuerdo, nuestro cerebro conecta neuronas en diferentes partes, cada una especialista en una tarea. En este caso, la información neutra de un recuerdo, el lugar en el que sucedió algo y lo que sucedió, quedaría almacenado en el hipocampo, un área interior del encéfalo con forma de caballito de mar que es uno de los epicentros de la memoria de humanos y muchos otros mamíferos. Mientras, el valor emocional del recuerdo, si sentimos miedo o placer en aquel momento, se guarda en la amígdala.

Tonegawa y su equipo ha comprobado que en el hipocampo se puede sustituir un recuerdo por otro. Sin embargo, en la amígdala la técnica no funciona y los ratones no modifican su comportamiento. Esto apunta  a que el valor emocional positivo o negativo que las neuronas guardan de un recuerdo no se puede borrar.

Lo que sí ha observado el equipo de Tonegawa es que, al cambiar los recuerdos, también cambian el tipo de conexiones neuronales entre una y otra zona del cerebro, el cableado de un recuerdo. Es ahí donde parece residir la capacidad de revertir su valor emocional.