domingo, 9 de mayo de 2021

La personalidad divertida, rasgos psicológicos que la definen


VALERIA SABATER     |    La Mente es Maravillosa     |    1/05/2021

La personalidad divertida no es ingenua o despreocupada. Ha aprendido a mirar la vida desde otra óptica, una más relajada donde hacer incluso el día a día mucho más fácil a los demás. Todos podríamos adoptar alguna de sus características.


La vida es corta y a veces excesivamente complicada. Uno no sabe qué va a pasar mañana y cuando cree tenerlo todo bajo control, llega el destino -siempre caprichoso- y lo desbarata. ¿Qué hacer ante este panorama tan caótico a veces? Los científicos lo tienen claro: un modo de ganar en salud psicológica es desarrollando una personalidad divertida.

 

No es broma, tampoco una ironía. Poner algunas pinceladas de sentido del humor en nuestro carácter mejora el ánimo. Adoptar cierta flexibilidad mental, aplicar un poco de ironía a los días grises y unas gotas de ese entusiasmo que contagia a los demás de alegría y positividad, lejos de hacer daño, sienta realmente bien.

 

Sin embargo, ¿cómo hacerlo? ¿Qué hacer si tenemos una personalidad algo taciturna, introvertida o incluso poco social? ¿Cómo desarrollar un carácter algo más distendido? Lo cierto es que puede costar, pero todos nos beneficiaríamos si adoptáramos un enfoque más relajado, chispeante y divertidoVeamos cómo.

¿Cómo es la personalidad divertida?

La personalidad divertida no es ingenua, no se toma las cosas en broma ni es tendente a caer en el chiste fácil. En realidad, estamos hablando de un perfil tan interesante como reluciente.

Para empezar, la persona alegre, luminosa en su carácter y original en su trato, siempre evidencia una destacada brillantez intelectual. Es decir, en buena parte de los casos, el sentido del humor va de la mano de una buena inteligencia.

 

No es fácil encontrar a hombres y mujeres que hagan uso de ese delicado, pero certero sentido del humor que lejos de caer en la burla o la crítica, alegran verdaderamente el corazón.

 

Tener a alguien cerca con estas características revierte en nuestro bienestar. Ahora bien, pero ¿qué características definen su personalidad? ¿Si quisiéramos aplicar o imitar alguna de sus rasgos ¿en qué deberíamos fijarnos?

Estas son las líneas de carácter que perfilan a las personas divertidas.

Para descubrir a la personalidad divertida podemos hacer un mapeo a través de la teoría de los 5 grandes rasgos según Goldberg. Este modelo o taxonomía de los rasgos de la personalidad humana nos pueden servir para comprender un poco más a dicho perfil.

·        Son personas extrovertidas, con mucha energía, disfrutan de la conexión social y son, por lo general, muy auténticos en todo lo que hacen, dicen y sienten. No tienen vergüenza, son espontáneos y muy hábiles para aprovechar el aquí y ahora de manera distendida.

 

·        Evidencian además una buena estabilidad emocional. Lejos de caer en el neuroticismo o sentir en exceso el peso de la ansiedad o la preocupación, por lo general, manejan bastante bien estos estados.

 

·        Tienen una mente muy abierta, disfrutan aprendiendo cosas nuevas, son inteligentes, creativos y se deleitan al conectar con diferentes puntos de vista.

 

·        Son diligentes, disciplinados, correctos y muy educados. La idea de que la diversión es sinónimo de caos no encaja en la personalidad divertida. Cuando la diversión va de la mano del bienestar hay orden y equilibrio.

 

·        La amabilidad es otra de sus características. Son empáticos y solidarios.

 

En este caso, jamás hacen uso del humor que hace daño o denigra.

 

Cómo desarrollar un carácter más “divertido" para ganar en salud psicológica 

Somos conscientes de que ser divertidos, chispeantes y hábiles para sacar sonrisas en los demás es un arte que no todos podemos disponer. Sin embargo, la personalidad divertida alberga múltiples fortalezas psicológicas que todos podemos integrar para sentirnos mejor.

No es difícil, no supone variar nuestro carácter, sino albergar recursos y habilidades que nos permitirán sentirnos mucho mejor y afrontar de manera más hábil el estrés cotidiano.

Cómo desarrollar las fortalezas psicológicas de la personalidad divertida 

Sentido del humor, creatividad e inteligencia siempre van de la mano. De hecho, trabajos como los realizados en la Universidad de Tel Aviv destacan cómo mejoran los entornos de trabajo cuando se trabaja en los empleados su creatividad y también el sentido del humor. Una cosa revierte en la otra y a la inversa.

 

·        Por tanto, un primer camino para desarrollar una personalidad divertida es aplicando la flexibilidad mental. Ser capaces de ver la realidad desde múltiples prismas, ser originales a la hora de pensar, decidir y crear nos beneficiará de infinitas maneras.

 

·        Otra forma de ganar en unos rasgos más abiertos y distendidos es centrarse en el aquí y ahora. Lo que importa está en el presente, el pasado alimenta la tristeza y el rencor y la mirada que solo se focaliza en el futuro, tiembla de ansiedad y preocupación. Centrémonos en el ahora.

 

·        Cambiar el diálogo internoser amable con uno mismo, aplicar un filtro más distendido. Ser positivos no va de ser ingenuo, sino de saber qué merece nuestra atención y qué no, en comprender que lo que preocupa debe resolverse y lo que no tiene solución, se acepta.

 

·        Intentar dar lo mejor de uno mismo a los demás. Aprender a sacar sonrisas a los demás, a dejar de preocuparse por lo que dirán. Se vive mucho mejor siendo auténtico, buscando la conexión y no la distancia.

Para concluir, bien es cierto que nadie puede cambiar su forma de ser de hoy para mañana. Sin embargo, facilitar esos cambios que revierten en el bienestar psicológico siempre es una buena idea. Hacerlo no duele, sino todo lo contrario…

viernes, 7 de mayo de 2021

Desarrollo de una adicción

ALEJANDRO VERA      |     Madrid     |     psicologiaynutricion.com

“La motivación para abandonar una adicción suele venir cuando encontramos un sentido para hacerlo (reconexión).”

 

El consumo prolongado va construyendo el laberinto desde el que cada vez cuesta más escapar, promoviendo la necesidad de conectar con la sustancia y desconectarnos de nosotros y la vida.

 

Por otro lado, y desde la parte más pragmática, abandonar una situación de consumo prolongado conlleva tener que atravesar determinadas situaciones complejas como la ansiedad angustia que nos puede provocar su ausencia en los momentos en los que la requeríamos, la culpa por recaer o la dificultad de tener que negarse el deseo.

Quizás el punto más complicado sea el de conseguir convencerse de la necesidad de abandonar la adicción, muchas de ellas viven integradas en una vida aparentemente normal y al no llamar la atención, se siguen manteniendo.

 

Adicciones más comunes

 Alejandro Vera

Algunas de las adicciones más comunes son; alcoholismo, ludopatía (adicción al juego), adicción al cannabis, adicción a los videojuegos, adicción al sexo, adicción a la cocaína y otras drogas de diseño, étc.

 

Todas y cada una de ellas, tienen una forma diferente de expresarse. Representan una forma de satisfacer de forma temporal y efímera una necesidad real.

Las adicciones suelen dividirse en dos categorías principales: las adicciones con sustancia y las adicciones sin sustancia.

No obstante cada adicción o dependencia, tiene sus particularidades. Por eso, el tratamiento debe ser personalizado y debemos comprender, como decía anteriormente, la función vital que está cumpliendo para la persona.

¿En qué consiste el tratamiento de una adicción?

No os voy a engañar, el tratamiento y la desintoxicación en un caso de adicción es una tarea dura. Lo cual no quiere decir imposible, ni mucho menos. 

Lo ideal en el tratamiento de las adicciones es que este sea compartido por un psicólogo especialista en adicciones y un médico (intervención farmacológica).

 

Será necesario, además del trabajo personal que nos lleve a comprender que nos falta y que necesitamos llenar, medidas y herramientas para afrontar el cambio:

§  Prepararnos para las recaídas.

§  Habilidades de regulación emocional

§  Decidir como comenzar a regular el consumo o abandonarlo directamente

§  Aprender a evitar los estímulos discriminativos que nos despiertan la necesidad de consumo

§  Encontrar acciones sustitutivas gratificantes

§  Otras

La adicción no es más que un sustituto muy degradado de una verdadera experiencia de gozo. – DEEPAK CHOPRAEn 

jueves, 6 de mayo de 2021

Un niño que roba, ¿cómo abordar la situación?


EDITH SÁNCHEZ   |  La Mente es Maravillosa   |    29/04/2021                                                    Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio de Dios González                                                                                                                                       

Muchos niños, cuando están experimentado con el concepto de propiedad privada, roban. Pues bien, en este artículo queremos hablar de qué podemos hacer, como educadores, cuando identificamos esta conducta.

Un niño que roba suele causar gran disgusto a sus padres, pero también preocupación e incluso alarma. Es importante recordar que se trata de un niño y por eso no es bueno apresurar las conclusiones. Es una persona que está en proceso de formación y que, en la mayoría de los casos, solo ha cedido a un impulso.

Es claro que se trata de una conducta que no se puede dejar pasar sin más. Es muy importante que los padres orienten a un niño que roba para que comprenda por qué su acción no es aceptable. Así mismo, en algunos casos es necesario profundizar e indagar lo que puede haber detrás de ese comportamiento. 

La mayoría de los niños se quedan con algo que no les pertenece en algún momento. Lo hacen de una forma ingenua y su conducta no proyecta un futuro delincuente. Un niño que roba, por lo general, solo lo hace porque algo lo atrae y no cree que sea grave apropiarse de ello. De todos modos, se trata de una situación que se debe abordar.

“El robo está siempre asociado a la idea de poder”. – Fernando Savater – 

Un niño que roba

En este punto la edad es importante. Antes de los 6 años, los pequeños tienen muchas dudas alrededor del concepto de propiedad, especialmente en lo que se refiere a la propiedad ajena. Esto se debe a que en esas edades el niño es muy egocéntrico; un posicionamiento natural frente al mundo normal en relación con el momento evolutivo por el que están pasando. 

Por lo tanto, el niño solo tiene en consideración sus propios deseos y necesidades. Un niño que roba antes de los 6 años no debe ser castigado, ya que no comprenderá muy bien por qué su conducta es negativa. Lo que sí podemos es explicarle por qué no debe hacerlo.

En cambio, el niño mayor de 6 años ya suele trabajar con un concepto de propiedad privada menos rudimentario. Por lo tanto, si lo hace debería recibir algún tipo de sanción y una fijación clara de los límites que no debe sobrepasar. Lo indicado es llevar a cabo estas acciones:

·        Permanecer calmados y manejar la situación con serenidad.

·        Confrontar la situación de inmediato. Nunca hay que “dejarlo de ese tamaño”, postergar el asunto o minimizar la situación.

·        Aplicar consecuencias. Esta conducta genera efectos que el niño debe afrontar. No basta con señalarle que está mal lo que hizo.

¿Por qué roba un niño?

Un niño que roba, en la mayoría de los casos, solo cede a una tentación. Sin embargo, también hay algunos factores que se convierten en estímulos o detonantes de esta situación. Por ejemplo, si un niño toma algo que no le pertenece y los padres no educan su conducta, podrían estar reforzándola. 

Así mismo, no hay que olvidar que los niños suelen imitar lo que ven en los adultos. Si el niño ve que nosotros también “robamos" -ejemplo, coger material de la oficina para casa-, es probable que nos termine imitado -ejemplo, cogiendo material que es del colegio-.

También se da el caso de los niños en los que los padres no cuenta con el dinero suficiente como para satisfacer los deseos materiales de su hijo. A veces deben renunciar a un deseo muy intenso de tener algo que llama poderosamente su atención y no lo logran, entonces roban. Así mismo, hay ocasiones en las que su grupo de iguales roba y ellos actúan así para sentirse integrados.

El robo y la carencia

Por supuesto que también existen los casos en los que entran en juego aspectos psicológicos más complejos en el robo. Al respecto, hay una interesante explicación que ofrece Donald Winnicott, quien establece una relación directa entre las conductas antisociales y la deprivación emocional durante la infancia.

Winnicott señala que, frente a la deprivación emocional, el niño suele optar por una de dos alternativas: o aniquila su yo verdadero, o convulsiona a la sociedad hasta obtener de ella protección. La deprivación es un estado en el que el niño se siente privado de los cuidados de la familia. 

Lustgarten de Canteros dice que, en esos casos, la conducta antisocial “es una llamada para a ser registrado por el otro, constituyendo una búsqueda de los cuidados hogareños que siente haber perdido”. Por lo tanto, antes de imponer sanciones o límites a un niño que roba, también es importante preguntarse si el pequeño está recibiendo la atención y afecto que necesita.

 

martes, 4 de mayo de 2021

Tipos de emociones explicadas con ejemplos y su significado ( II )


Psicología General     |     grullapsicologiaynutrición.com    |    13/02/2021

 

Las enfermedades y las emociones

Todos sabemos que las emociones son muy importantes, pero somos consciente de hasta qué punto pueden afectar a la salud ¿?.

Seguramente no lo suficiente. Una rama de la psicología llamada psicosomática, es la encargada de comprender cómo el malestar psicológico o emocional se traduce en malestar físico.

 

Y esto no es decir nada mágico, cuando las personas no nos encontramos bien, nuestro cuerpo comienza a generar una serie de sustancias químicas como por ejemplo son las citoquinas, que van poco a poco debilitando nuestro sistema inmune.

 

Por ejemplo, numerosos estudios han relacionado el patrón de personalidad tipo A con el infarto de miocardio, y el patrón de personalidad tipo B, con el cáncer.

Ambos tienen problemas con la emoción rabia. Mientras el primero por exceso, el segundo, por reprimirla. Esto son sólo dos ejemplos de cómo las enfermedades y las emociones pueden interactuar.

De modo que para cuidar nuestra salud, debemos cuidar también nuestros sentimientos y emociones.

Libros para aprender sobre las emociones

Siempre que hago un artículo me gusta recomendar alguna lectura para aquellas personas más curiosas y que quieren profundizar en el tema.

Sobre emociones hay muchísimos libros, pero a mí, hay particularmente uno que me encanta: El rostro de las emociones de Paul Ekman.

Paul Ekman es bajo mi punto de vista, el mejor investigador en el campo de la psicología de las emociones y la motivación. Este libro explica paso a paso como se manifiesta en el cuerpo y qué sentido tiene cada emoción.

Leerlo es una forma de entender nuestras respuestas naturales, como lo que son, naturales. Esto nos ayudará a poder controlarlas:

Este libro también nos enseña como leer las emociones en el rostro de otras personas y su fisiología.

¿Existen las emociones positivas y negativas?

Seguro que has oído hablar sobre esto o tú mismo te refieres a ellas de esta manera. Uno de los grandes culpables de que esto fuese así, es Daniel Goleman, quién hizo una clasificación entre emociones positivas y negativas.

Como imagino sabrás, todas las emociones tienen un valor adaptativo y sirven para algo. Esto quedó muy bien reflejado en la película Inside Out.

Emociones como la tristeza no son negativas, ya que esta es necesaria para la supervivencia. Sería más correcto hablar de emociones agradables y desagradables. 

 

Emoción y aprendizaje

Sin emoción no hay aprendizaje. La emoción es el marcador de la memoria. Las emociones actúan como marcador de la memoria, es decir, le dicen a nuestro hipocampo la importancia que tiene o no recordar aquello en cuestión.

Es por esta razón por la que apenas nos acordamos de las cosas que hemos estudiado en el instituto. El tipo de enseñanza al que estamos acostumbrados tiene como esencia aprobar un examen (urgencia-emoción). En el momento que lo pasamos, nuestro recuerdo se diluye, ya que incorporamos información ajena a nuestro interés solamente para poder seguir avanzando.

En resumen:  la emoción es a la memoria, lo que el sabor a una comida. 

Aprendemos de la experiencia

Esta es la razón por la que cuando nos ocurre algo con un impacto emocional muy fuerte nos quedamos “pillados”. Así, es cómo se construye el trauma.

Cuando tenemos una experiencia traumática es porque su valor emocional ha sido tanta alto que ha cambiado nuestra forma de pensar o sentir respecto a algún aspecto relacionado con la vida o nosotros mismos.

Cómo identificar mis emociones

Saber cómo identificar emociones no es siempre una sencilla tarea. Para algunas personas, conseguir entender qué es lo que sienten consigue ser una auténtica odisea. A las personas que les cuesta hacerlo, suelen llamar “ansiedad” a sentimientos y sensaciones muy diferentes.

¿Emociones y sentimientos son lo mismo?

La emoción es una reacción universal e inmediata, de duración generalmente corta. Sin embargo, los sentimientos se producen por un mix de nuestras emociones y pensamientos.

Dicho de otro modo, los sentimientos tienen mucho que ver con lo que hemos aprendido a pensar sobre la vida. Siguiendo con el ejemplo anterior: quizás en Sudán pasearse desnudo no sea motivo de vergüenza, pero atrévete a subir a lo alto de la Torre Eiffel como Dios te trajo al mundo.

En el lenguaje cotidiano a menudo usamos indistintamente emociones y sentimientos.

Otro ejemplo más simple: mientras el rencor es un sentimiento, la rabia sería una emoción. El rencor suele incluir a la rabia, y esta deja una resaca emocional que se activa cuando pensamos en aquello que nos hicieron.

Como podéis ver, la emoción, en este caso la rabia, actúa como color del sentimiento. Mientras que el sentimiento es algo mucho más elaborado y lleno de matices.

Tipos de estados emocionales

Los estados emocionales son en realidad los sentimientos y existen tantos como estrellas hay en el cielo.

Mediante las palabras tratamos de ponerles nombres, pero en realidad, nos podemos sentir de millones de maneras.

Los tipos de estado emocionales más populares son: rencor, melancolía, apatía, ilusión, esperanza, decepción, arrepentimiento, etc.

Emociones y educación

La razón por la a menudo tenemos tantas dificultades para comprender esta diferencia entre emociones y sentimientos, o cualquier otro aspecto relacionado con el mundo de las emociones, tiene que ver con la falta de entrenamiento emocional.

Algunas familias prescinden de la emoción y se enfocan principalmente sobre los elementos prácticos. Cada vez las escuelas se enfocan más sobre esta cuestión, sin embargo, la mayoría de personas adultas no hemos recibido nunca educación emocional.

No obstante, es algo que podemos entrenar. Nuestro cerebro es flexible y es capaz de crear nuevas rutas neurológicas para aprendizajes adquiridos.

¿Para qué sirven las emociones y cómo controlarlas?

Yo no soy muy fan de los tips o soluciones mágicas para las cosas. Si tenemos alguna emoción o trastorno emocional, deberíamos plantearnos acudir a un profesional que nos ayude con ello.

Lo que voy a hacer a continuación es daros algunas pautas generales sobre cómo abordar o afrontar las principales emociones básicas y como se sienten en el cuerpo.

¿Qué es la inteligencia emocional?

Muchas personas piensan que tener una alta inteligencia emocional consiste en ser capaces de entender a otras personas. Sin embargo, la IE va mucho más allá.

identificar y comprender las emociones, son sólo dos de las primeras ramas de la mayoría de modelos en inteligencia emocional. Las dos siguientes, y más complejas, tienen que ver con la regulación y la expresión emocional.

En otras palabras, no basta con saber lo que sentimos, sino, saber qué hacer con ello.

 

 

Tipos de emociones explicadas con ejemplos y su significado ( I )


Psicología General     |     grullapsicologiaynutrición.com    |    13/02/2021                      

Estamos acostumbrados a escuchar a los profesionales sobre la importancia de trabajar nuestras emociones, pero ¿qué son las emociones? ¿se pueden controlar?

En este artículo daremos respuesta a estas preguntas y muchas otras. Cuando lleguemos a como identificar las emociones, podrás hacer un ejercicio muy sencillo para que desde ahora sepas entender que son las emociones y cuales estás sintiendo. Pero antes, déjame que te cuente un poco sobre ellas:

 

Qué son las emociones y su significado

Las emociones son por definición reacciones. Todas las personas en el mundo las tenemos en mayor o menor medida (los psicopatillas también, aunque su resonancia emocional sea menor).

En psicología, el significado de las emociones básicas humanas, consiste en aquellas que vienen con nuestro manual básico para la vida. Es decir, da igual que hayas nacido en Sudán que en París, que las vas a sentir.

Las emociones guían nuestro comportamiento

Es algo que repito mucho en consulta, las emociones son como unas gafas que hacen que veamos las cosas de una manera u otra. Guía nuestra forma de pensar y por tanto, nuestro comportamiento.

Siempre recordaré cuando en una clase del máster un profesor nos dijo: cuando estés felices disfrutadlo, pero nunca toméis decisiones importantes ni hagáis promesas.

 

¿Qué emociones básicas hay?

Las emociones básicas son: rabia, vergüenzaculpa, alegríatristeza, y miedo. Aunque esto puede variar en función del autor, ya que algunos no reconocen la culpa como una emoción principal, y otros además de las ya citadas, incluyen otras como el asco o la sorpresa que son tradicionalmente emociones secundarias.

Siguiendo el paralelismo entre una persona de Sudán y otra de París, lo que va a diferir van a ser las situaciones en las que las vas a sentir. Profundizaré sobre esta cuestión más adelante.

 

Listado con los 9 tipos de emociones y sus ejemplos

Existen diferentes tipos de emociones. Este listado te puede ser para aprender a identificar cada una de tus emociones y saber cómo gestionarlas. Sin embargo, ten en cuenta que las personas somos un sistema complejo, donde muchas veces estas se cruzan o sentimos varias de ellas a la vez.

Estos son los principales tipos de emociones:

Rabia o ira

La rabia es una emoción defensiva, nos sirve para refirmarnos. Solemos sentirla en el pecho y/o en forma de tensión en todo el cuerpo.

La rabia en cierta manera nos empodera y nos hace, hablando en plata, que todo nos la sople. El problema de esto son las nefastas consecuencias que después suele tener sobre nuestra vida.

Para cuidar nuestra salud, lo peor que podemos hacer con ella es reprimirla. Tenemos que aprender a canalizarla. La rabia es energía y debemos aprender a soltarla de forma dosificada.

Asco

Sí, como lo oyes. El asco es una de las emociones básicas que existen y no solamente aparece cuando olemos algo desagradable o consumimos un alimento en mal estado.

Incluso puede suceder en el vínculo con nosotros mismos. Es la emoción que sienten las personas con complejos físicos cuando se miran al espejo.

 

Vergüenza

El cometido que tiene la vergüenza es aprender a regularnos socialmente. Gracias a ella sabemos que es apropiado y que inapropiado en según qué circunstancias. Se siente generalmente en el rostro (los famosos coloretes).

Es una mezcla entre el miedo y la rabia. bas El miedo hace que nos retrotraigamos. La similitud con la rabia es bastante aunque no lo parezca a priori. La diferencia consiste en que mientras esta última va dirigida

hacia fuera, la vergüenza lo hace hacia dentro: como se te ocurre decir eso…¿eres tonto?

La vergüenza es una emoción que cuanto más intentas apagarla a lo bruto, más se activa. Es una emoción un poco rebelde. Lo mejor que podemos hacer cuando la sintamos es aceptarla y reconocerla. Aceptar nuestra vulnerabilidad.

Miedo

Existe actualmente una gran campaña de descrédito al miedo, con aquello de no tenerle miedo a nada. Sin embargo, seguramente sea la emoción de la que más depende nuestra supervivencia por motivos obvios. Es habitual sentirla en el estómago o en el pecho.

El miedo se orienta hacia el futuro, es la emoción que media tanto en que no nos atropelle un coche, como en que no perdamos todos nuestros ahorros.

El miedo se nutre de la incertidumbre y de la preocupación. Sus respuestas favoritas para sentirse tranquilo son el control y la evitación. La forma de trabajar el miedo es con exposición y afrontamiento.

Culpa

La culpa tiene una función parecida a la vergüenza. De hecho, son dos emociones que suelen coincidir en algunos tipos de personas con miedo a hacer daño o molestar. Sirve para recapacitar y sobre todo para remediar. Lo habitual es sentirla en la garganta, pecho o estómago.

La culpa es una emoción muy engorrosa y de la que cuesta deshacerse. Me gustaría decir muchas cosas sobre ella ya que es una emoción principal en consulta, pero lo dejaré para otro artículo.

Es importante adquirir con ella un nuevo modelo de relación. Habitualmente hemos aprendido que cuando hacemos algo mal merecemos un castigo, en vez de un remedio. Este castigo es la tortura mental a la que nos sometemos cuando nos equivocamos, fallamos a alguien, etc.

Tristeza

Gracias a Inside out muchas personas reconocen actualmente el valor adaptativo de la tristeza. Nos sirve para echar de menos, sentir compasión e incluso para conectar con nosotros mismos.

Es raro sentir tristeza en alguna parte del cuerpo concreto, suele ser una sensación que nos invade por completo apagándonos. A veces podemos sentirla en forma de vacío en el pecho o estómago.

También sirve para rendirnos. A priori cabría pensar que eso no es algo positivo, pero claro que lo es. En muchas ocasiones es necesario dejar de luchar contra algo que no va a cambiar. Desde haber perdido el tren, hasta aceptar el fallecimiento de un ser querido.

Con la tristeza deberemos aprender a darle espacio y aceptarla. Pasado un tiempo adecuado, debemos dejar de prestarle tanta atención. Si la negamos malo, pero si nos quedamos en ella, se extenderá.

Serenidad

No está claro que la serenidad sea una emoción, ni tan siquiera un sentimiento, más bien hablaríamos de un estado. Sin embargo, conviene cómo mínimo hablar de ella.

Cuando estamos serenos nuestro cuerpo produce acetil colina, esto es lo que ocurre por ejemplo cuando miramos la felicidad. Este estado de paz mental es el más parecido a la “felicidad” y no la alegría.

Alegría

Siempre se ha dicho que la serotonina es la hormona de la felicidad. Pues el neurotransmisor principal de esta emoción no es esta, si no la dopamina.

La dopamina es la encargada de provocar motivación y euforia. Sobre la alegría sólo tengo que decirte una cosa que me dijo mi profesor de máster: “Cuando estés feliz disfrútalo, pero no tomes decisiones”.

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