miércoles, 19 de mayo de 2021

Trastorno de despersonalización / desrealización


MD, Stanford University School of Medicine       |     Marzo de 2019

El trastorno de despersonalización/desrealización se caracteriza por una sensación persistente o repetitiva de separación del propio cuerpo o de los propios procesos mentales, como un observador externo de la vida (despersonalización) y/o como sentirse totalmente desconectado del entorno que le rodea a uno (desrealización).

·        El trastorno generalmente se desencadena por un acontecimiento estresante grave, en particular el maltrato emocional o la negligencia durante la infancia u otros acontecimientos estresantes importantes (como experimentar o presenciar maltrato físico).

·        Las sensaciones de desconexión de uno mismo o del entorno pueden aparecer de forma periódica o continua.

·        Una vez realizadas las pruebas convenientes para descartar otras posibles causas, los médicos diagnostican el trastorno en función de los síntomas.

·        La psicoterapia, en especial la terapia cognitivo-conductual, suele resultar útil.

 

Son frecuentes lo sentimientos temporales de despersonalización y/o desrealización. Alrededor de la mitad de las personas afectadas se sienten en uno u otro momento desconectadas de sí mismas (despersonalización) o de su entorno (desrealización). Este sentimiento suele ocurrir después de que la persona en cuestión:

·        Se exponga a un peligro potencialmente letal

·        Consuma ciertas drogas recreativas (como marihuanaalucinógenosketamina o éxtasis)

·        Se canse mucho

·        Se vea privada de sueño o de estimulación sensorial (como puede ocurrir cuando se encuentra en una unidad de cuidados intensivos)

La despersonalización o la desrealización también se pueden presentar como un síntoma de muchos otros trastornos mentales, así como de trastornos físicos, como por ejemplo los trastornos convulsivos.

Los sentimientos de despersonalización/desrealización se consideran un trastorno cuando ocurre lo siguiente:

·        La despersonalización o la desrealización se produce por sí sola (es decir, no está provocada por el consumo de drogas recreativas o por otro trastorno mental) y persiste o reaparece.

·        Los síntomas son muy angustiosos o hacen que a la persona le resulte difícil funcionar con normalidad en el hogar o en el trabajo.

El trastorno de despersonalización/desrealización se presenta aproximadamente en el 2% de la población y afecta a hombres y mujeres por igual.

Este trastorno puede comenzar durante la primera infancia o hacia la mitad de ésta. Es muy poco frecuente que empiece después de los 40 años.

Causas

El trastorno de despersonalización/desrealización a menudo se desarrolla en personas que han sufrido un acontecimiento estresante grave, como los siguientes:

·        Haber sufrido maltrato emocional o abandono durante la infancia

·        Sufrir abusos físicos

·        Ser testigo de violencia doméstica

·        Haber tenido un progenitor gravemente deteriorado o mentalmente enfermo

·        Haber sufrido el fallecimiento repentino de un ser querido

Los síntomas se pueden desencadenar a causa de un acontecimiento estresante grave (por ejemplo, debido a las relaciones personales, las finanzas o el trabajo), depresiónansiedad o consumo de drogas ilegales o recreativas. Sin embargo, entre el 25 y el 50% de los casos presentan tensiones relativamente menores, o bien éstas no pueden identificarse.

Síntomas

Los síntomas del trastorno de despersonalización/desrealización pueden empezar de forma gradual o repentina. Los episodios pueden durar sólo unas horas o días, semanas, meses o años. Pueden consistir en despersonalización, desrealización o ambos.

La intensidad de los síntomas a menudo aumenta y disminuye. Cuando la enfermedad es grave, los síntomas pueden estar presentes y persistir con la misma intensidad durante años o incluso décadas.

Los síntomas de despersonalización incluyen:

·        Sentirse desconectado del propio cuerpo, de la mente, de los sentimientos y/o de las sensaciones

Algunas personas lo describen diciendo que se sienten irreales o como autómatas, sin control sobre lo que hacen o dicen. Pueden sentirse emocionalmente o físicamente agarrotadas. Estas personas pueden describirse a sí mismas como si fueran observadores externos de su propia vida o como "muertos vivientes".

Los síntomas de desrealización incluyen:

·        Sentirse desconectado del entorno (personas, objetos, o todo en general), que parece irreal.

La persona se puede sentir como si estuviera en un sueño o sumergido en la niebla o como si una pared de vidrio o un velo le separara de su entorno. El mundo parece sin vida, incoloro o artificial. El mundo le puede parecer distorsionado. Por ejemplo, los objetos pueden aparecer borrosos o inusualmente claros o bien planos o más grandes o más pequeños de lo que son en realidad. Los sonidos pueden parecer más fuertes o más suaves de lo que son. El tiempo puede parecer que transcurre demasiado lentamente o demasiado rápido.

Estos síntomas casi siempre provocan un gran malestar. Para algunas personas resultan insoportables. La ansiedad y la depresión son frecuentes. Muchos tienen miedo de que los síntomas sean consecuencia de un daño cerebral irreversible. A muchos les preocupa su existencia real o comprueban repetidamente si sus percepciones son reales.

El estrés, un estado de depresión o de ansiedad que empeora, un entorno nuevo o sobre estimulante y la falta de sueño pueden empeorar los síntomas.

Los síntomas son a menudo persistentes. Es posible que:

·        Se repitan en episodios (en aproximadamente un tercio de las personas)

·        Se produzcan de forma continua (en aproximadamente un tercio de las personas)

·        Se conviertan en continuos (en alrededor de un tercio de las personas)

A menudo las personas tienen grandes dificultades para describir sus síntomas y creen o temen volverse locas. No obstante, siempre permanecen conscientes de que sus experiencias de desconexión no son reales, sino que son solo reflejos de sus sensaciones. Esta conciencia de enfermedad es lo que distingue a los trastornos de despersonalización/desrealización del trastorno psicótico. Las personas con trastorno psicótico carecen de conciencia de enfermedad.

Diagnóstico

Evaluación médica

En algunas ocasiones, pruebas para descartar otras posibles causas de estas alteraciones.

Los médicos sospechan el trastorno basándose en los síntomas:

Las personas afectadas tienen episodios de despersonalización, de desrealización o de ambos tipos, que duran mucho tiempo o se repiten, y saben que sus experiencias irreales no son reales.

La persona en cuestión está muy angustiada por sus síntomas, o bien éstos le impiden desenvolverse adecuadamente en situaciones sociales o en el trabajo.

Con el fin de descartar la existencia de otros trastornos como causa de los síntomas, incluyendo otros trastornos de salud mental, los trastornos convulsivos y el abuso de sustancias, se realiza una exploración física y, en ocasiones, pruebas complementarias. Estas pruebas pueden ser la resonancia magnética nuclear (RMN), la tomografía computarizada (TC), la electroencefalografía (EEG) y el análisis de sangre y de orina destinado a detectar la presencia de drogas. 

Para establecer el diagnóstico también son útiles los tests psicológicos, los cuestionarios y las entrevistas estructuradas.

Pronóstico

Muchas personas consiguen recuperarse por completo del trastorno de despersonalización/desrealización, especialmente si los síntomas aparecen como consecuencia de estados de tensión emocional abordables durante el tratamiento. Otras personas no responden adecuadamente al tratamiento, y el trastorno se convierte en crónico. En algunas personas, el trastorno de despersonalización/desrealización desaparece por sí solo.

Los síntomas, incluso aquellos que persisten o se repiten, pueden provocar tan sólo problemas menores si la persona afectada puede mantener su mente ocupada y centrarse en otros pensamientos o actividades, en lugar de pensar en su percepción de sí misma. Sin embargo, algunas personas se convierten en discapacitadas porque se sienten muy desconectadas de sí mismas y de su entorno o porque también sufren ansiedad o depresión.

Tratamiento

·        Psicoterapia

·        En ocasiones ansiolíticos y antidepresivos

El trastorno de despersonalización/desrealización puede remitir sin tratamiento. El tratamiento solo está indicado si la enfermedad es persistente, repetitiva o causa un malestar grave.

La psicoterapia psicodinámica y la terapia cognitivo-conductual han demostrado eficacia en algunos casos. El trastorno de despersonalización/desrealización a menudo aparece asociado o está desencadenado por otros trastornos de la salud mental (como la ansiedad o la depresión), que sí requieren tratamiento. También debe tratarse cualquier estado de tensión emocional que actuara como desencadenante de los síntomas o que pudiera haber contribuido al desarrollo del trastorno de despersonalización/desrealización. 

Las siguientes técnicas pueden ser beneficiosas:

·        Las terapias cognitivas permiten bloquear el pensamiento obsesivo sobre el estado de irrealidad.

·        Las técnicas conductuales pueden ayudar a la persona a interesarse por tareas que le distraigan de la despersonalización.

·        Las técnicas de enraizamiento utilizan los cinco sentidos (oído, tacto, olfato, gusto y vista) para ayudar a las personas a sentirse más conectadas consigo mismas y con el mundo. Por ejemplo, mediante música a mucho volumen o un trozo de hielo colocado en la mano. Estas sensaciones resultan difíciles de ignorar y hacen que las personas tomen conciencia de sí mismas en el preciso momento en que las experimentan.

·        Las técnicas psicodinámicas ayudan a la persona a ocuparse de los conflictos que le resultan insoportables, de los sentimientos negativos y de las experiencias de las que la persona siente que debe desconectarse.

·        Mediante el seguimiento y etiquetado a cada momento de la disociación y el afecto (la expresión externa de las emociones y los pensamientos) se enseña a las personas afectadas a reconocer e identificar sus sentimientos de disociación. Tal reconocimiento resulta útil a algunas personas. Esta técnica también ayuda a las personas afectadas a centrarse en lo que está sucediendo en cada momento.

 

Se han utilizado varios fármacos para tratar el trastorno de despersonalización/desrealización, pero ninguno ha demostrado ser eficaz. Los ansiolíticos y los antidepresivos son útiles en algunos casos, fundamentalmente porque alivian la ansiedad o la depresión, presentes en muchas de las personas con trastorno de despersonalización/desrealización. No obstante, los ansiolíticos también pueden incrementar los sentimientos de despersonalización/desrealización, por lo que los médicos realizan un cuidadoso seguimiento del uso de tales fármacos.

domingo, 16 de mayo de 2021

Diferencia entre los mensajes yo y los mensajes tú

 

ALEJANDRO VERA       |      grullapscologiaynutricion.com     |     12/02/2021

Los mensajes yo cuestan poco y valen mucho, te ayudarán a mejorar la comunicación y poder expresar lo que te molesta sin ofender a nadie. Sigue leyendo y aprende cómo usarlos. 

¿Qué son los mensajes yo? 

Los mensajes yo son una habilidad de comunicación que nos brinda la posibilidad de compartir nuestros sentimientos y pensamientos teniendo presente la asertividad y empatía, por lo que la otra persona no se sentirá atacada.

Hacer uso de este tipo de mensajes evita que corramos el riesgo de culpar a la otra persona, sin intención; y que ésta al sentirse atacada, quiera responder de manera agresiva o preferir cortar la relación. Por el contrario, podemos lograr que esta persona nos entienda y quiera explicar el porqué de sus comportamientos.

Pues no se trata de qué error haya cometido el otro, sino en cómo me puede llegar a afectar. Eso es lo que se debe decir, teniendo como base el respeto y la sinceridad.

Es algo muy sencillo de poner en práctica; lo más importante es hablar en primera persona. Es decir, usar el «yo» como reemplazo del «tú». Luego, hacer énfasis en el problema, hecho o acción del que queremos hablar; no de quién es el culpable. Y por último, explicar que sentimientos genera esa problemática.

Diferencias entre los mensajes yo y los mensajes tú 

¿Cómo te sentirías si alguien te dijera: «Nunca eres puntual, ¿no puedes hacer nada a tiempo»? Es probable que muchos opten por gritar y resaltar los defectos de la otra persona. En ese cruce de palabras la reunión se arruinó.

Por otro lado, ¿Cómo reaccionarías ante: te pido por favor que, si por alguna razón te vas a retrasar, me avises para ajustar mis actividades y nos encontremos a una misma hora, ya que me molesta desaprovechar tiempo»? En esa frase no se está criticando, juzgando, ofendiendo. Al contrario, se ofrece una alternativa de solución al problema. Y por seguro, que la respuesta no será de mala forma, sino dispuesto a mejorar.

Imaginando estas conversaciones puedes notar las diferencias que hay entre los dos tipos de mensajes. Salta a la vista que los mensajes tú acusan, y los mensajes yo expresan la idea respetuosamente. Esta idea expresada tiende a ser un sentimiento, hay que centrarse en los pensamientos que provocan las acciones del otro.

Suelen cometerse errores con los mensajes tú, porque se asume que es suficiente con que parezcan amables y no suenen agresivos. Por ejemplo, para el caso expuesto anteriormente, la persona que tuvo que esperar podría decir: «creo que deberías llamarme para avisarme que te demoras». Y ese es un mensaje tú, ya que hace énfasis en la persona, en lo que hizo o no.

¿Para qué sirven los mensajes yo?

Como ya se mencionó, estos mensajes son una herramienta para comunicarse y pueden ser utilizados en muchas situaciones. Si la usas frecuentemente conseguirás que tus opiniones, deseos y sentimientos sean tenidos en cuenta, al ser expresados de forma efectiva y sin dañar la relación social. Pueden aplicarse en diversos contextos como: 

Expresar críticas

Esta situación se presenta más en el ambiente académico o laboral, donde muchos optan por callar para no ganar enemigos o porque piensan que los mensajes yo son un signo de debilidad y no es así, es ser asertivo. Además, si aplicas esta técnica los demás te verán como alguien más accesible.

-«Según mi experiencia opino que sería mejor si…»

También sucede que se cree que al utilizar el «yo opino», «yo creo» cumple con ser mensaje yo. Puede llegar a serlo, todo depende del resto de la frase. Por ejemplo: «yo opino que no sabes hacer nada» es muy insultante a pesar de tener un inicio amable. Las opiniones y creencias son fáciles de refutar, por lo que es mejor hablar sobre lo que sientes.

Pedir cambios de conducta 

Todos somos conscientes de que tenemos defectos y es normal. Sin embargo, hay conductas que son muy difíciles de tolerar, o tan superficiales que podrían cambiarse fácilmente. Esto se debe manejar con mucho cuidado porque no se busca que la persona sienta que su forma de ser es pésima o imposible de aceptar.

Inicia utilizando expresiones como:

-«Cuando hiciste… sentí que…podrías por favor…»

-«Ayer en la tarde que dijiste…me hiciste sentir…por favor intenta…» 

Decir lo que sentimos

Es muy común en las relaciones de pareja que alguno de los dos se sienta mal por algo sucedido, y prefiera no decirlo para evitar problemas. Esta es una costumbre no saludable, lo correcto es hablar y hacer saber al otro qué siente. Si lo dice de manera correcta, es posible que lleguen a un acuerdo y no se repita el escenario En este caso se utilizan frases similares a: 

-«Me incomoda o molesta mucho que…»

-«Me siento muy triste cuando…»

-«Yo soy muy nervioso y desespero cuando…»

Todos involucran decir realmente lo que se siente, sin miedo a sentirse vulnerable.

¿Cómo usar los mensajes yo? 

Presta atención a como reaccionas ante los conflictos y determina qué tipo de mensajes usas. Si son los mensajes yo, vas por buen camino; si no, te aconsejo que desde ya empieces a practicarlo. Es difícil de creer que intercambiar las palabras yo y tu pueda ser útil, pero inténtalo y notarás la diferencia.

Pero no olvides que es tan solo una herramienta, no una fórmula mágica. Que utilices los mensajes yo, no garantiza que la otra persona acceda y se comporte como le has solicitado, pero podrás quedar tranquilo porque fuiste capaz de expresar el problema correctamente.

-Ser directo al hablar del problema o situación que está causando incomodidades. “Cuando dices…”.

-Describe cuáles son los efectos o qué es lo que causa esa situación, en lo posible que sean tangibles y concretos. «Sucede que…».

-Expresa los sentimientosdeseos u opiniones que te genera; habla por ti mismo y sé sincero. «Yo siento que…».

-No tengas miedo de decir qué es lo que necesitas, que es eso que te puede hacer sentir mejor o más cómodo, de manera clara. “Sería bueno que…”.

-Como sabes qué es lo que quieres, puedes proponer una solución. El problema causa menos conflicto si la solución está a la vista“Considero…”.

viernes, 14 de mayo de 2021

3 cuentos para gestionar el miedo

 

PEDRO GONZÁLEZ NÚÑEZ    |    La Mente es Maravillosa   |   24/12/2020 

Este artículo ha sido verificado y aprobado por el psicólogo Sergio de Dios González

Los cuentos son divertidos, pero también educativos. Valiéndonos de ellos, podemos mandar a los niños mensajes que queremos que integren en su manera de gestionar el miedo.

El niño todavía no se había ido a dormir, aunque ya era muy tarde… Entonces, de pronto, de la oscuridad salió un monstruo negro y gigante y… PUM, le dio un susto tremendo…“. ¿Te suena esta historia? Seguramente no, ya que la hemos inventado para este artículo en el que vamos a conocer cuentos para gestionar el miedo infantil de forma asertiva.

 

Y es que, aunque no nos guste admitirlo, los miedos aparecen tarde o temprano en la mente de los niños. De hecho, como adultos, todavía solemos conservar ciertos temores que continúan condicionando nuestra manera de pensar, actuar o sentir.

 

Entre las muchas herramientas de las que disponemos para que los niños crezcan sanos y felices, los cuentos son bastante útiles. Les divierten, les permiten mejorar su capacidad de atención y concentración y, sobre todo, les ayudan a conectar con sus emociones para comprenderlas mejor, y les sirven para interiorizar valores positivos.

El miedo en los niños

Las emociones en la infancia se caracterizan por tener una intensidad alta. Por otro lado, la capacidad de los más pequeños para regularlas está muy limitada por una corteza prefrontal que todavía no se ha terminado de formar. A medida que se hacen mayores, mejoran en este sentido, pero es un proceso lento y complejo en el que es muy valiosa la ayuda de adultos capaces de guiarles.

 

Pongamos como ejemplo la crisis provocada por el coronavirus. Los niños, habituados a sus rutinas, tienen que adaptarse a cambios repentinos y difíciles de comprender. Al cambiar las rutinas y observar la preocupación en los adultos, la afectación que puede sufrir su psique, todavía joven e inexperta, puede ser muy notable.

 

En este contexto, los cuentos se convierten en herramientas básicas para evitar que los miedos o la ansiedad alcancen una intensidad o una recursividad incapacitante.

Cuentos para gestionar el miedo

Dicho esto, veamos algunos cuentos para gestionar el miedo que serán muy útiles para que los niños aprendan, de forma sencilla, cómo evitar la ansiedad en situaciones desagradables, que se escapen de su comprensión y rutina o que simplemente no controlan.

Donde viven los monstruos, de Maurice Sendak

Aunque pasen los años, este cuento infantil no pierde ni un ápice de actualidad. Un clásico de la literatura para niños que siempre merece la pena recuperar. El cuento narra las andanzas de un niño travieso pero sensible que, ante la sensación de incomprensión que experimenta, se marcha de viaje a la isla donde habitan los monstruos más feroces, pero a su vez entrañables. Allí se convertirá en su líder y será el guía, aunque pronto sabrá que no es fácil ser el jefe de un mundo feliz.

 

Este cuento ayuda al niño a comprender sus sentimientos y emociones a través de un interesante viaje a lo más profundo de su propia conciencia. Un clásico con una gran actualidad.

 

Encender la noche, de Ray Bradbury

Continuamos adentrándonos en los cuentos de mediados del siglo XX para analizar la historia creada por uno de los grandes escritores de ciencia ficción de toda la historia, Ray Bradbury. El autor nos invita al mundo de un niño que se queda paralizado por su terrible miedo a la oscuridad de la noche. El pequeño busca cualquier cosa que le pueda arrojar algo de luz, y no da con nada hasta que un día, una misteriosa niña le muestra una luz muy especial que esconde la noche a quien no la sabe ver.

 

Este cuento proyecta una visión optimista y vitalista del mundo. El mensaje que lanza a los niños es que ellos siempre van a tener al menos un poco de control sobre lo que sucede. Al menos, van a poder elegir, casi siempre, la perspectiva desde la que quieren observar y analizar los acontecimientos.

 

Tragasueños, de Michael Ende

Finalizamos nuestra trilogía de cuentos para gestionar el miedo con otro maravilloso clásico de un gran autor del siglo XX. En este caso hablamos de Tragasueños, de Michael Ende.

 

Este cuento narra la historia de una princesa que vive en un bello país donde lo más importante es dormir bien. Sin embargo, ella no deja de tener pesadillas horribles. Por eso, el rey, preocupado por su hija, se marcha de viaje para buscar el remedio llamado Tragasueño que, en realidad, es un ser entrañable que se come las pesadillas y los malos sueños.

 

Este es otro cuento que sirve para que los pequeños aprendan a hacer frente a sus miedos, sobre todo los nocturnos, ayudándose de su imaginación. Estos 3 cuentos para gestionar el miedo son una prueba del poder que tienen las historias para ayudar a los niños a vivir mejor, más felices y autosuficientes.

miércoles, 12 de mayo de 2021

¿Qué son los niveles de autoestima y cuántos existen?

ALEJANDRO VERA     |     grullapsicologiaynutrición.com   |   27/01/2021

Es frecuente  pensar que cuando una persona tiene autoestima alta, sea porque tiene una gran aptitud social; es decir, que cuenta con popularidad, triunfo, posesiones materiales, y la aclamación de los demás.  Como este pensamiento, hay muchos más que son erróneos y nublan el camino a la verdadera autoaceptación.

En este artículo vamos a deshacer alguna de las falsas creencias entorno a lo que es estar bien con uno/a mismo/a, y vamos a conocer los diferentes niveles de la autoestima que existen. 

¿Qué entendemos por autoestima?

El concepto psicológico de autoestima trata de una dimensión evaluativa, una postura negativa o positiva personal, sobre sí mismo y por lo que es. Esta valoración se acompaña de sentimientos del valor personal y de auto aceptación. Es un término difícil de definir, pero siempre ha estado presente en las explicaciones del comportamiento humano normal.

La autoestima es multidimensional, posee una naturaleza multifacética que depende de los diferentes escenarios en que el individuo convive, interactúa y desarrolla su conducta. Esto se evidencia cuando te relacionas con amigos, que ya conocen tus debilidades; y cuando convives con desconocidos, a quienes se les oculta lo malo.

Una persona con autoestima alta es quién se valora de forma positiva, pero también se acepta, y no se siente mal por el tipo de persona que es. De manera que se identifica con sus habilidades e incapacidades, y puede diferenciar cuales de estas deben ser aceptadas o modificadas en busca de mejorar.

En este sentido, se espera que alguien con autoestima aceptable se sienta capaz de enfrentar los problemas y retos que la vida presenta. Por otro lado, alguien que se valora de forma negativa, se auto rechaza y auto desprecia, se siente incapaz de resolver con éxito alguna situación.

Los 4 tipos o niveles de la autoestima

Comúnmente se utilizan los términos alta o baja para calificar la autoestima. Sin embargo, hay otros niveles que proporcionan una mejor visión y pueden ser útiles para el auto reconocimiento. No se trata de buscar cuál es el que te define, pues puede que no haya uno exacto; es más sobre conocer diferentes aspectos de la autoestima, y cuales has experimentado.

Embárcate en la aventura de pasar por los niveles, conocerte y aceptarte.

Autoestima reactiva 

También conocida como superficial, es la falsa autoestima. Es cuando la propia valoración e imagen depende de cómo los demás lo perciban; es etiquetarse según las opiniones externas. De manera que es un sufrimiento que no le agrades a alguien, luego te quiera y después te odie; tu autoestima variará según lo que los demás decidan.

En este caso deseas que todos te quieran, pero sin motivo existente. Algunas veces buscas el porqué de merecer lo que te pasa, no para reflexionar y cambiar si es necesario, sino para justificar el comportamiento de los otros.

Para estas personas, la autoestima se siente como algo no propio, una carga que no se puede controlar y es ajeno a la propia decisión. 

Autoestima activa

Esta requiere un nivel psicológico un poco más alto que el de la reactiva. A diferencia del nivel anterior, la persona no espera ser aceptada sin esfuerzo alguno, sino que intenta al máximo convencer a todos, incluso a sí mismo, de algo que no es.

Es algo similar a usar una máscara todo el tiempo, tanto que se olvida que hace parte de un disfraz y esconde algo debajo. Como consecuencia, se pierde la identidad y verdadera personalidad. Estas personas también le dan más importancia a las opiniones ajenas que a las propias.

En este nivel es posible que haya un interés en mejorar la autoestima, e inicie la experiencia de la autoconciencia.

Autoestima interna 

También se le conoce a este nivel como la búsqueda del auto reconocimiento porque desparecen las etiquetas y las máscaras. Es en donde finalmente comienzan a ser más importantes las propias valoraciones que las externas.

Inicia un dialogo interno sobre aquellas cosas que te molestan de ti mismo, sean físicas o personales. Luego analiza si realmente es malo o es lo que te han hecho creer; si es la primera opción, piensa como lo puedes mejorar. Esto va encaminado hacia la autoestima profunda.

La llegada a este nivel normalmente está impulsada por una crisis, ya que el dolor es el que nos mueve hacia el cambio. 

Autoestima profunda

En este punto, se conocen y aceptan las falencias, de manera que no son impedimento para querer o sentirse querido. La persona se siente plena, en todas las capacidades de enfrentar cualquier situación venidera porque no hay una sensación de estar en el momento inadecuado, o peor aún, ser la persona inadecuada. 

Este máximo nivel no está separado de los otros niveles; todo lo contrario, es una combinación. Si ya posees este nivel de autoestima notarás que disfrutas de la estima de los demás y que siempre fue normal el tratar de proyectar una imagen amable. 

Nathaniel propone prácticas imprescindibles para mejorar la autoestima. Algunas de estas son:

La práctica de la aceptación de sí mismo

La práctica de la autorresponsabilidad

Es evidente que todas las practicas se deben realizar por sí mismo; nadie puede mejorar la autoestima de otra persona. Es posible una orientación, pero si no estás dispuesto a cambiar, no pasará.

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Lectura recomendada: Los 6 pilares de la autoestima 

Si quieres reforzar tu autoestima, este libro es el indicado para ti. Escrito por Nathaniel Branden, es uno de los más capacitados en el tema, quien está seguro de que muchos de los problemas psicológicos son causados por una autoestima inadecuada. También asegura que la autoestima está fundamentada en la eficacia personal y el respeto a sí mismo, por lo que si alguna condición falta, la autoestima se deteriora.