miércoles, 17 de julio de 2013

La profecía autocumplida

 Yo creo que nadie me quiere.

-         ¿Por qué piensas eso?
-         Porque sí, nadie me quiere. Cuando conozco a alguien y soy yo misma me rechazan, entonces me aburro enseguida y me alejo de esa persona. Siempre piensan mal de mí, yo lo sé.

-         ¿Y qué es ser tu misma?
-         Digo lo que pienso y no me importa cómo lo tomen los demás, hay gente que no soporta la verdad. Además no me gusta soportar el mal humor de nadie ni que me vengan con sus problemas, soy de enojarme bastante. Capaz que me enojo demasiado sí…

-         ¿Puede ser que a veces estés a la defensiva?
-         ¿Y cómo no voy a estarlo? ¡Si nadie me quiere!

 La profecía autocumplida es un concepto sumamente interesante que demuestra cómo solemos hacernos trampa a nosotros mismos. En este extracto de una entrevista con una consultante podemos ver cómo funcionan sus pensamientos. Como ella cree que nadie la quiere actúa a la defensiva, al actuar a la defensiva la gente se siente atacada y se aleja, entonces ella finalmente tiene razón, nadie la quiere. Pero todo esto no dejó de ser una batalla que jugó en su cabeza, antes de que existiera el rechazo real ella ya lo estaba esperando. Las personas no solamente responden a cómo son las situaciones en la realidad, sino también a la forma en que esas situaciones son percibidas y al significado que le otorgan a las mismas.

Este concepto surge en el año 1960 gracias a Robert Rosenthal, psicólogo de la Universidad de Harvard. Primero se lo conoció como el efecto pigmalión. El estudio que realizó se llevó a cabo en un colegio. Fue ahí donde decidió que se realizara una evaluación para medir el coeficiente intelectual del alumnado, los estudiantes serían agrupados en un nivel superior, medio e inferior de acuerdo a su inteligencia.

Cuando la evaluación fue concluida, Rosenthal decide seleccionar al azar a un 20% de los alumnos que realizaron la prueba sin tener en cuenta los resultados reales del test. Una vez que los eligió, les comentó a los profesores que ese 20% correspondía a quiénes habían logrado entrar en la categoría de nivel superior y que por lo tanto, de ellos se debía esperar un rendimiento escolar muy alto.

Al tiempo, estos alumnos mostraron mejorar su rendimiento escolar en relación al resto de los alumnos que supuestamente no pertenecían al nivel superior. Esto le indicó al psicólogo que las expectativas que los propios profesores se hicieron con respecto a sus alumnos “más capacitados” generó el interés y esfuerzo suficiente en ellos para que efectivamente sus alumnos progresaran en su rendimiento. Así queda comprobado la relevancia de las expectativas propias y ajenas en nuestro comportamiento.

Si nosotros creemos que no podemos, pues tendremos razón. Si los demás deciden que no somos capaces y nosotros elegimos creerles, entonces tendrán razón también. Por eso es muy importante que esperemos siempre lo mejor incluso en las peores de las circunstancias, porque nuestra mente se prepara de otra manera para lidiar con las contrariedades de la vida. Así como también debemos tener en cuenta que es irrelevante lo que los demás piensen de nosotros siempre y cuando no les brindemos el poder sobre nuestros propios destinos y no actuemos en consecuencia a sus propias expectativas. Elige tus creencias, elige tu camino y aprenderás a ser más libre.


 Lic. en Psicología Mariana Alvez - Psicología Positiva  (El club de los optimistas)


sábado, 13 de julio de 2013

A pasar el mono en casa

- Los recortes presupuestarios cierran centros para drogodependientes, narcosalas y comunidades terapéuticas

    -  Solo uno de cada seis fallecidos en el mundo por consumo de drogas recibió tratamiento el año previo, según la ONU

 Alejandra Agudo | El País | 28/06/2013

Es difícil encontrar una parcela del sector sociosanitario en la que no haya recortes. La prevención y atención a las drogodependencias no son una excepción. Algunos expertos del sector alertan ya de que podría desmoronarse la red asistencial creada en los años ochenta como respuesta al boom del consumo de heroína. Esta droga tan destructiva dejó de ser la más consumida hace años, pero el problema de las adicciones no ha desaparecido, solo ha cambiado de cara. Y los profesionales advierten de que necesita una respuesta distinta de la tijera.

El presupuesto del Plan Nacional sobre Drogas baja un 20% tras caer otro 28,5%
Con 3,6 millones de euros menos, el presupuesto de 2013 del Plan Nacional Sobre Drogas (PNSD), dependiente del Ministerio de Sanidad, es casi un 20% inferior al de 2012, año en el que ya había sufrido un recorte del 28,5%.

“Estaría muerta”. Así de tajante es Clara (nombre supuesto) cuando imagina su situación si hubiera seguido enganchada al alcohol. Lleva ocho años sin probar una gota tras su paso por una comunidad terapéutica en Aragón. Ahora, ese centro público que le “devolvió la vida, se enfrenta a los recortes, que ya han mermado la plantilla. Y pesa sobre él la posibilidad de cierre.

Autonomías y municipios tienden a derivar este servicio hacia ONG
Como si de una balanza se tratase, mientras algunas sustancias pierden fuerza en el mercado, como la heroína, otras toman impulso, sobre todo el alcohol y los hipnosedantes.

La respuesta mayoritaria de las Administraciones autonómicas y locales a los problemas económicos es prestar el servicio de atención a la drogodependencia a través de ONG. Las entidades no lucrativas han hecho esta labor desde hace décadas de manera complementaria al sistema público. Este engranaje mixto funcionaba. Pero ahora las organizaciones se enfrentan a una carga de trabajo creciente y con menos presupuesto. Algunas, ahogadas, han tenido que cesar sus programas.

La masificación y las largas listas de espera ponen en riesgo el sistema
Miguel del Nogal, psicólogo experto en la atención de drogodependientes, viene observando un deterioro del sistema desde hace tres años. “No solo por los cierres, también se está sanitarizando la terapia”, explica. El tratamiento de las adicciones ideal es bio-psico-social, con psicólogos, terapeutas, educadores, asistentes sociales, además de médicos. Esta deriva “afectará a la calidad”.

“Los adictos tardan 10 años en pedir ayuda, es clave la fácil accesibilidad”
Mucha terapia fue precisamente lo que salvó a Antonio José, sevillano de 26 años. “Tomaba de todo. Cocaína, porros, alcohol, pastillas… Empecé con el éxtasis a los 15 años”, relata. Este joven recuerda su adolescencia como “una pesadilla”. “Te alejas de las personas que más quieres, solo pensaba en ganar dinero para comprar más drogas. Por eso empecé a trapichear”. Hace seis años decidió pedir ayuda y ya lleva dos sin probar ninguna droga. La travesía de la abstinencia no ha sido fácil. Ha necesitado cuatro años de charlas, recaídas, sentimientos de fracaso y reinicios. Pero contó con el apoyo de su “familia” y de Arpial, una asociación andaluza sin ánimo de lucro que hoy atiende a más de 200 chavales, y que también afronta serios problemas económicos. “Hemos tenido recortes desde que nacimos”, relata el presidente. Para combatir las dificultades presupuestarias recurren a voluntarios que han pasado por el centro, pero uno de ellos afirma que él no podría haber dejado las drogas solo. No cree que nadie pueda. En Andalucía la dotación autonómica para estas organizaciones ha bajado un 45% en 2013.

Las grandes ONG tampoco se salvan de los recortes. Francisco Recio, director de Proyecto Hombre, una de las mayores organizaciones del sector, que atiende a 20.000 pacientes al año, afirma; “Ahora hay más personas que abusan de las drogas, pero ya no están en la calle con una jeringuilla. Ha pasado a ser un problema privado, invisible. Y los políticos se centran en cuestiones que producen alarma social.

Hay más consumo de drogas pero al no verse en la calle no causa alarma
Los profesionales concuerdan en señalar que los cierres y la reducción de recursos humanos ponen en riesgo un modelo consolidado. Nadie se queda sin asistencia, repiten, pero las listas de espera de los centros que quedan aumentan considerablemente. “Se masifican y baja la calidad”, alerta el psicólogo Miguel del Nogal.

La fácil accesibilidad a los recursos es clave si se tiene en cuenta que los adictos tardan de media 10 años en pedir ayuda profesional, según el estudio de Proyecto Hombre.

Cruz Roja es otra de las grandes ONG que ha sufrido la tijera. Desde enero cuenta con dos centros menos en la Comunidad de Madrid, que no renovó el convenio con la organización. La medida, que afectó también a otras dos entidades, obligó a derivar a 1.200 pacientes a centros públicos ya existentes.



miércoles, 3 de julio de 2013

Nuevo mapa cerebral del psicópata

NEUROCIENCIA | Investigación

Laura Tardón | Madrid | El Mundo | 29/04/2013

Es uno de los retos de la ciencia y la psiquiatría: conocer más sobre el mecanismo neuronal que subyace en las personas con psicopatía. Un nuevo estudio encuentra diferencias en determinadas zonas cerebrales que explicarían por qué estas personas son incapaces de sentir el dolor ajeno.

Esta enfermedad mental, explican los autores de la investigación, publicada en la revista 'JAMA Psychiatry' , "está caracterizada por la falta de afectividad interpersonal, así como por problemas de socialización y de comportamiento".

Como explica un especialista español al comentar este trabajo, Jerónimo Saiz, jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, los sociópatas, así es como los psiquiatras se refieren a los afectados por este trastorno, "no aprenden de la experiencia, no reconocen ninguna autoridad, no respetan las normas, de hecho, suelen trasgredirlas, y, sobre todo, se caracterizan por su falta de empatía con el dolor de los demás. Es precisamente esta frialdad, añade, la que hace que puedan hacer daño a otros sin ninguna repercusión emocional". De hecho, indica el principal autor de este trabajo, Jean Decety, "en comparación con los delincuentes no psicópatas, los psicópatas son responsables de una cantidad desproporcionada de delitos repetitivos y actos violentos en la sociedad".

Con el objetivo de entender mejor la base neuronal de esta empatía, un grupo de neurocientíficos de la Universidad de Chicago (EEUU) y de la Universidad de Nuevo México puso en marcha un estudio con presidiarios, con una donación de 1,2 millones de euros del Instituto Nacional de Salud Mental. Según reza el artículo, entre el 20% y el 30% de ellos presenta esta alteración psiquiátrica. Sin embargo, en la población general, sólo el 1% está afectada.
Participaron de forma voluntaria 80 reclusos cuyas edades oscilaban entre los 18 y los 50 años. Tenían diferentes grados de psicopatía: alto, medio y bajo. A todos se les mostraron dos series de imágenes en vídeo. En la primera tanda, eran testigos de situaciones violentas en las que varios individuos sufrían daños físicos derivados de golpes, cortes, etc. causados por otra gente de forma intencionada (por ejemplo, el aplastamiento de los dedos de una mano otro sujeto cierra la puerta del coche a conciencia). En la segunda tanda, las imágenes mostraban, no el acto, sino diferentes expresiones faciales de dolor.
A través de la resonancia magnética funcional, los investigadores observaron que en los participantes con mayor grado de psicopatía, determinadas zonas cerebrales (corteza prefrontal ventromedial, corteza orbitofrontal, la amígdala y sustancia gris periacueductal ) mostraban menor actividad que los voluntarios controles (aquellos con bajo grado de este trastorno de la personalidad). Y lo más novedoso, un resultado que no se esperaban, es que aumentaba la actividad en la corteza insular. "Esta región está implicada en el comportamiento, la valoración de las consecuencias y en la incorporación del aprendizaje emocional en la toma de decisiones morales".

Esta aportación, señala el psiquiatra español, también presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, "ayuda a conocer mejor el sustrato neurológico sobre el que se sustenta la empatíapara, en un futuro, quizás poder diseñar medicación que corrija" la falta de sensibilidad ante el dolor ajeno. El tratamiento de este trastorno de la personalidad disocial es bastante difícil y consiste en el tratamiento psicológico y la rehabilitación (intentar reestructurar el mecanismo perdido del respeto a los demás y a las normas), pero no hay medicación.


Los malos recuerdos se pueden suprimir

Un área del cerebro frena esa memoria.

 Investigadores localizan la zona del cerebro que evita la memoria emocional.
 La persona puede entrenarse en suprimir ciertos episodios de su pasado

ÁNGELES LÓPEZ | El Mundo | 12/07/2007.-

Madrid - Nuestra mente puede controlar la memoria relacionada con las emociones. Un estudio, publicado en 'Science', ha localizado las áreas del cerebro relacionadas con la supresión de los malos recuerdos. Los investigadores señalan que este hallazgo podría ser útil para desarrollar terapias dirigidas para paliar trastornos en los que la persona se siente incapaz de eliminar ciertos pensamientos emocionalmente estresantes, como ocurre en la depresión o en las fobias.

"Creemos que ahora tenemos un mayor conocimiento de cómo funciona el mecanismo neuronal, y esperamos que estos resultados y futuras investigaciones conduzcan a nuevas vías terapéuticas y farmacológicas para tratar una gran variedad de trastornos emocionales", señala Brendan Depue, principal autor del estudio e investigador de la Universidad de Colorado (EEUU).

Depue y sus colaboradores han demostrado lo que quizás muchas personas ya sabían en la práctica: que si se insiste en olvidar algún momento molesto de la vida, se consigue. Además, han identificado el área del cerebro involucrada en ese proceso, una zona del córtex prefrontal.
Entrenamiento y mapa del cerebro.

Para ello, entrenaron a 16 participantes en intentar recordar u olvidar una serie de imágenes. Estos individuos o bien pensaban repetidamente en la imagen, o no la dejaban entrar en su pensamiento de forma consciente. Después, tuvieron que memorizar 40 parejas de fotografías cada una de las cuales consistía en rostros humanos 'neutros' y fotografías desagradables como accidentes de coche, soldados heridos, escenas de crímenes violentos, etc.
Posteriormente, les pusieron unas gafas especiales y les colocaron en una máquina de resonancia magnética. Una vez allí, les mostraron los rostros (asociados a las fotografías desagradables) y se les pidió que las recordaran o que evitaran pensar en ellos.

Las imágenes del cerebro obtenidas con la resonancia magnética mostraron que un área del córtex prefrontal (la circunvolución frontal media derecha y la inferior derecha) suprime las regiones del cerebro involucradas en el proceso de memoria (hipocampo y amígdala) al igual que aquellas áreas que respaldan las asociaciones de la emoción y la memoria.

"Nuestros resultados sugieren que la supresión de la memoria emocional involucra al menos dos vías con fases escalonadas [...] por un lado influye en el control cognitivo, sobre los componentes sensoriales de la representación de la memoria [...] y la segunda vía implica a los componentes emocionales relacionados con la memoria", señalan los autores.

Dudas sobre los recuerdos traumáticos
Estos investigadores señalan que la actividad observada en la zona del córtex prefrontal, junto con la inhibición generada sobre el hipocampo y la amígdala, "sugiere que la memoria emocional puede utilizar mecanismos similares a aquellos empleados en la regulación de las emociones".

Aunque los resultados demuestran que las personas somos capaces de eliminar aquellos recuerdos molestos, no está tan claro que podamos lograr lo mismo con episodios extremadamente traumáticos como los que se dan en las guerras o en los accidentes de tráfico. "En casos como estos, una persona requeriría miles de repeticiones de entrenamiento para evitar y suprimir esos recuerdos. No lo sabemos todavía", reconoce Depue.

Por lo que sí apuestan estos investigadores es por que con estos datos se abre la puerta a la búsqueda de nuevas vías terapéuticas, que pasen por la intervención de esas áreas del cerebro. Estarían dirigidas al tratamiento de aquellas personas que no tienen la capacidad para evitar ciertos pensamientos, como las afectadas por depresión, síndrome de estrés postraumático o trastorno obsesivo compulsivo.

¿Eres de los que no...?

ALCOHOL | Campaña para adolescentes.

      El actor Miguel Ángel Silvestre protagonista para el Plan Nacional sobre Drogas.

      La nueva campaña invita a los más jóvenes a no jugar con el alcohol

ELMUNDO.es | Madrid | 06/06/2013

El actor Miguel Ángel Silvestre ha sido el elegido por la Asociación Dual y el Plan Nacional sobre Drogas para protagonizar la última campaña contra el consumo de alcohol en jóvenes. El spot recuerda a los más jóvenes que 'si juegas con el alcohol, el alcohol jugará contigo'.

El actor insta a los jóvenes a elegir de qué son: de los que sí o de los que no juegan con el alcohol. La campaña cuenta también con un espacio web interactivo (losqueno.es/) para menores, padres y profesores, donde "con un lenguaje claro y directo, sin excesiva retórica, se busca superar las barreras habituales de las campañas de prevención y llegar a los grupos más vulnerables, en este caso los adolescentes", según señala la nota de prensa.

En España, la media de edad de inicio en el consumo de alcohol está en los 13,7 años, una edad en la que órganos como el cerebro, el páncreas o el hígado son más vulnerables porque no están aún plenamente formados. Además, los especialistas advierten de que cuanto antes se empiece a beber mayor es el riesgo de generar dependencia en la edad adulta.

La campaña, en la que se puede ver al joven actor Izan Corchero jugando con un metafórico futbolín, pretende tratar de demorar todo lo posible la edad de inicio para reducir otros 'daños colaterales' asociados al alcohol, como los conflictos familiares, el fracaso escolar y otros daños psicológicos.

Raúl Izquierdo, psicólogo y director técnico de Asociación Dual, también admite la preocupación de los especialistas por la asociación que establecen los más jóvenes entre el alcohol y otros hábitos perniciosos, como el tabaco o las drogas ilegales.

La situación preocupa también al Gobierno, que anunció recientemente un nuevo proyecto de Ley para prevenir el consumo de alcohol en menores, unificando la dispar legislación que hasta ahora tienen las autonomías en este terreno.


lunes, 1 de julio de 2013

Usted puede ser un narciso


Neurólogos de Berlín asocian el trastorno egótico al déficit de neuronas en el cerebro emocional

Javier Sampedro | Madrid | El País | 28/06/2013

Usted puede ser un narciso. La frase acertará con uno de cada 100 lectores, porque esa es la proporción de la población que muestra ese fastidioso rasgo de carácter. O mejor, que sufre ese trastorno de la personalidad (NPD, por Narcissistic Personality Disorder). Y de ser así lo más probable es que tenga usted un marcador físico identificable por cualquier neurólogo: una reducción de la materia gris en una parte de su cerebro llamada ínsula y que es esencial para la empatía, o identificación con el otro. El único otro con el que sería usted capaz de identificarse sería usted mismo. Con su propio mecanismo.

Los narcisistas habrán existido desde que surgió la especie humana hace 100.000 años, pero solo llevan ese nombre desde que se lo puso el médico y activista británico Havelock Ellis (1859-1939), cuya obra mayor, “Estudios sobre la psicología del sexo”, se publicó en siete volúmenes a lo largo de 30 años y fue censurada con saña por la ortodoxia victoriana de la época. El nombre, naturalmente, remite al mito griego de Narciso, el tipo que acabó muriendo ahogado de tanto mirar su reflejo en el agua.

El narcisista se caracteriza por “muestras ubicuas de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía”, según la definición estándar de la Asociación Americana de Psiquiatría. Es una persona absorta en sí misma, convencida de su propia importancia más allá de toda duda razonable y con una necesidad patológica —literalmente— de recibir muestras de admiración y toda clase de atenciones de los demás. ¿Ya siente usted sudores fríos?

El psiquiatra Stefan Röpke y sus colegas de los departamentos de psicología clínica, neurociencia afectiva, neuroimagen y psiquiatría de la Universidad Libre de Berlín, presentan sólidas evidencias en el Journal of Psychiatric Research de que los narcisistas —o pacientes de trastorno de la personalidad narcisista (NPD), por emplear el término técnico— han estudiado a 17 pacientes (12 hombres y 5 mujeres) que habían sido previamente diagnosticados de trastorno de la personalidad narcisista, y también a 17 personas del montón con la misma distribución de sexos, edades y niveles socioculturales que les han servido como control. Su principal conclusión: “Aportamos aquí la primera evidencia empírica de anormalidades estructurales en los cerebros de los pacientes con trastorno de la personalidad narcisista”.

La ínsula es una región del córtex (o corteza) cerebral, la capa más exterior de nuestro cerebro, y la que se pliega en surcos y convoluciones para hacer sitio a nuestras grandes demandas cognitivas. Está precisamente enterrada en el puro fondo del surco más profundo del cerebro, la cisura de Silvio (o surco lateral). Es el límite posterior del lóbulo frontal, las redes neuronales que nos hacen humanos. Por estudios anteriores se sabe que la ínsula está implicada en la consciencia —y en la autoconsciencia, que viene a ser la capacidad de reconocerse en un espejo—, la percepción, la cognición y la experiencia interpersonal. Eso incluye la empatía, o facultad de identificarse con el otro, de ponerse en su pellejo.


El acaparador compulsivo, una vida entre toneladas de cosas inservibles

Se estima que el Trastorno por Acaparamiento afecta de un 3% a un 5% de la población en Estados Unidos



CAROLINA GARCÍA | Washington | El País | 04/06/2013                                

   No es difícil imaginar la vida que lleva una persona que sufre Trastorno por Acaparamiento, rodeada de montones de cosas que nunca usará; una vida entre toneladas de cosas inservibles. Acompañados por la soledad y la tristeza unas veces, y confundidos con otras enfermedades, como los trastornos de personalidad y la demencia, en otras, estas personas no son sólo un problema para ellos mismos, lo son también para los que viven en su entorno. En Estados Unidos se estima que más de un millón de personas lo padecen.



El Acaparamiento es un trastorno mental en el que la persona que lo sufre recoge de forma obsesiva muchos objetos y no desecha nada. Estos pueden ser libros, ropa, antigüedades, objetos de colección, incluso animales, entre otros. Sus domicilios suelen estar muy desordenados y faltos de higiene, lo que puede conducir a situaciones peligrosas, como incendios o infecciones. También puede ser una enfermedad muy costosa, debido al hecho de que los acaparadores compran artículos innecesariamente.



Desde la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés) aseguran que el acaparamiento se “debe más al miedo a tirar algo, que al mero hecho de acumular cosas, o a una cuestión de ahorrar”. Deshacerse de algo provoca en el individuo ansiedad, “por lo que la persona se aferra a ello para evitar la angustia”, prosiguen.



Esta patología psiquiátrica ha sido considerada durante los últimos años un subtipo del trastorno obsesivo compulsivo (TOC) -comportamientos y rituales repetitivos que afectan de forma significativa la vida del individuo- y ahora, tras 13 años de investigación, la APA ha decidido incluirlo en su nuevo manual diagnóstico DSM-5 -puesto a la venta en Estados Unidos el pasado 22 de mayo- como trastorno independiente.
   Según un comunicado emitido por esta organización, su incorporación ayudará a diagnosticar e identificar a las personas con dificultades persistentes para deshacerse de sus posesiones, independientemente de su valor real.



Se estima que de un 3% a un 5% de los estadounidenses padece este trastorno mental en la actualidad, según informa The New York TimesA pesar de que la mayoría de las personas que sufren este trastorno son diagnosticadas en edades avanzadas, pasados los 65 años, estudios recientes muestran que la compulsión de acumular suele comenzar durante la adolescencia pero que, generalmente, no se intensifica hasta la edad adulta. Algunos expertos lo asocian a un problema en el lóbulo frontal del cerebro, a causas genéticas o por estresores ambientales.



Las mujeres y los hombres lo padecen en el mismo porcentaje, la mitad de los casos sufre, además, Trastorno Depresivo Mayor y el 20% presenta síntomas propios del TOC. Muchos Estados han comenzado a lidiar con esta enfermedad y lo asumen como un peligro grave de salud pública. En más de 85 comunidades del país, entre ellas algunas situadas los Estados de Virginia, Nueva Jersey y Massachussets, se han establecido grupos de trabajo con la esperanza de evitar las posibles catástrofes y ayudar a los acaparadores a cambiar sus vidas.



   Es una condición muy seria que, en alguno de los casos, puede conducir a enfermedades y situaciones peligrosas para el acaparador y sus vecinos. Es un comportamiento compulsivo y es una manifestación de la ansiedad cuya causa puede ser muy diferente en cada persona.

“El Síndrome de Diógenes, por su parte, no tiene un diagnóstico reconocido por el manual diagnóstico DSM-5, pero parece ser una categoría. Según la página del Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), es una forma de acaparamiento que se da en individuos de edad avanzada y se cree que la causa es orgánica, exactamente neurológica, aunque no está confirmada. Existe descuido en la imagen personal y sufren problemas graves de interacción social”.

   El tratamiento del trastorno de acaparamiento suele ser de larga duración -algunos expertos aseguran que no hay curación-, aunque en algunos casos ha sido exitoso, describe la APA en su página web. Se ha demostrado que la terapia cognitivo-conductual –serie de sesiones que inciden sobre la conducta y el pensamiento del individuo- es la más eficaz para tratar este trastorno, junto a la medicación, indica la experta. Aunque no siempre. “La naturaleza propia de la enfermedad exige muchas veces diferentes enfoques”, explicó Christiana Bratiotis, profesora asistente de trabajo social en la Universidad de Nebraska, a The New York Times. "Ninguna disciplina tiene toda la experiencia necesaria", añadió.