jueves, 12 de marzo de 2015

¿Padece usted nomofobia?

El término hace referencia a altos niveles de ansiedad que sufren los usuarios de móviles, un fenómeno que preocupa a psiquiatras y psicólogos.

Sanidad | La Vanguardia | 12/01/2015

¿Padece usted nomofobia? El término, que proviene del anglicismo “no mobile phone phobia”, hace referencia a la ansiedad que sufren los usuarios de teléfonos móviles cuando se quedan sin acceso a este dispositivo o sin cobertura o sin conexión a internet. Ansiedad, nerviosismo, irritabilidad, incluso, crisis de pánico es la sintomatología más común que sufren los nomofóbicos. Si bien los psicólogos y psiquiatras no lo consideran una enfermedad ni tampoco un trastorno mental, advierten que la dependencia de la sociedad hacia los teléfonos inteligentes va al alza y que esto puede tener efectos nocivos. En un país como España, donde el 96% de las familias disponen de teléfono móvil y el 77% de los internautas acceden a internet a través del celular, según el Instituto Nacional de Estadística, no es de extrañar que proliferen los casos de abuso de este tipo de dispositivos.

Según explica la psicóloga clínica y especialista en asiedad Anna Perelló, de Psigma, además de la nomofobia existen otros problemas psicológicos estrechamente relacionados a esta dependencia: “whatsapitis”, el uso constante de la aplicación Whatsapp; “phubbing”, la utilización enfermiza del smartphone; y la fomo, que procede de la expresión en inglés “Fear of Messing out”, que quiere decir “miedo a estar desconectado”. 

“Es cierto que las nuevas tecnologías generan conductas de dependencia”, afirma el director de la Unidad del Servicio de Psiquiatría del Hospital del Mar de Barcelona, Víctor Pérez, pero también destaca el hecho de que en la actualidad los teléfonos inteligentes forman parte de la vida cotidiana. Una muestra de ello, comenta, es que, incluso, “la gente joven rompe sus relaciones de pareja a través del whatsapp”. Según el facultativo, el miedo que puede provocar, por ejemplo, la pérdida de este dispositivo electrónico es similar a la que puede causar el extravío de cualquier otra cosa a la que un individuo tenga apego o cariño.

La principal preocupación 
El uso abusivo de este tipo de dispositivos conduce al aislamiento social. Perelló atiende cada vez a más padres preocupados porque sus hijos no tienen amistades fuera de whatsapp o del ordenador, y también lamentan que pasen “todo el fin de semana encerrados” relacionándose por el móvil e internet. “El gran problema”, comenta, “es que cambian los horarios”, es decir, utilizan las redes sociales sobre todo por las noches, retrasan la hora de irse a dormir, y esto hace que se deterioren sus relaciones sociales y sus resultados escolares. La psicóloga asegura que le han llegado casos de niños de seis años que exigen a sus padres un teléfono inteligente.

No querer ir a ningún sitio donde no haya cobertura, estar continuamente pendientes de las redes sociales, comprobar de manera reiterada si han entrado mensajes nuevos son algunos de los signos de alarma de los que menciona la psicóloga. “Parece que el usuario del móvil necesite constantemente la respuesta inmediata”, lo cual, según Perelló, puede generar síntomas psicológicos de estar siempre en alerta o sentir malestar porque el otro usuario no responde. 

Un problema que afecta también a adultos 
Evidentemente, la nomofobia no solo afecta a niños y adolescentes, sino también a adultos. Perelló resalta el hecho de que cada vez es más frecuente asistir a reuniones de amigos o familiares en que a menudo la gente está “más centrada en el teléfono” que en las personas que tiene delante. “El móvil sirve como escudo para evitar el contacto más directo con alguien, cuando te sientes inseguro”, añade. Por eso no es de extrañar que el abuso de este dispositivo derive en una pérdida de habilidades sociales.

El psicólogo Sebastián Mera, especialista en psicología clínica, comenta que cuando un individuo obsesionado por obtener respuestas inmediatas en el móvil no consigue contestación alguna durante un cierto período de tiempo se siente con la autoestima baja y más inseguro. Además, esto genera pensamientos distorsionados del tipo “la persona no contesta porque está enfadada conmigo o le ha sucedido algo malo”. De hecho, a modo de anécdota, Perelló explica que estas conductas derivan, incluso, en problemas de pareja, lo que atribuye a “la inseguridad y a la falta de comunicación presencial”. 
Para Mera el principal motivo que desencadena estos comportamientos es “la falta de autocontrol”; según el psicólogo se trata de “ser agente activo y no pasivo”, es decir, saber escoger cúando, cómo y de qué manera se hace uso del teléfono móvil. “En lugar de comprobar cada cinco minutos si nos han enviado un mensaje, inténtelo hacer cada hora”, comenta.

Jugar on line a través del móvil 
Por otro lado, el director de la Unidad del Servicio de Psiquiatría del Hospital del Mar de Barcelona, Víctor Pérez, ha observado en los últimos años un aumento de enfermos con trastornos mentales graves que utilizan las nuevas tecnologías para aislarse. Y advierte: “Es muy difícil revertir este tipo de situaciones”. Precisamente, un equipo de psiquiatras del Hospital del Mar publicó recientemente un estudio sobre el incremento de casos de hikikomori,  un trastorno mental que conduce a las personas afectadas a vivir recluidas en casa o en una habitación durante al menos seis meses para evitar cualquier interacción social presencial.

No obstante, Pérez apunta que el problema más importante es la adicción hacia los juegos on line, una patología que va en aumento: “Hay mucha gente enganchada”. La dificultad de curación radica en parte en el hecho de que si bien los enfermos tienen la opción de que se les vete la entrada en los casinos físicos, puesto que estos establecimientos tienen acceso a listas de ludópatas, en el caso de internet no existen este tipo de limitaciones, lo cual dificulta el tratamiento. Además, la tentación en la red, donde circula abundante publicidad para que los internautas visiten este tipo de páginas, es mayor. También critica que este tipo de empresas “tributen menos” que los casinos y la facilidad con la que pueden anunciarse en los medios de masas.

La desconexión es necesaria 

El primer paso para los expertos para conseguir revertir la situación de gran dependencia hacia los móviles es que la persona tome conciencia del problema que sufre y a partir de allí adopte algunas medidas para atajarlo. Para acabar, ponen algunos ejemplos: recomiendan ser coherente con los horarios de uso del teléfono, intentar no estar constantemente pendientes del móvil en reuniones sociales, como comidas, eventos familiares, entre otros, y potenciar aquellas actividades que nos permiten relacionarnos presencialmente, como los deportes y las conversaciones con conocidos, familiares y amigos.



Adicciones

SALUD | EL MUNDO.es

Los trastornos relacionados con sustancias son problemas psiquiátricos de diversa índole derivados del consumo de drogas no legalizadas o del abuso de un fármaco, ya sea de prescripción médica o de libre comercialización.

Cuando se habla de abuso de fármacos se entiende que se emplean con fines diferentes a los indicados o en forma y cantidad distinta a la recomendada. Hablaremos en esta sección de compuestos que, por la frecuencia de su consumo o su especial problemática, constituyen un aspecto importante de la psiquiatría actual.

En concreto, hablaremos de problemas relacionados con el consumo de alcohol, sustancias alucinógenas, anfetaminas y sustancias relacionadas, cannabis y sus derivados, cocaína, nicotina, opiáceos como la morfina o la heroína y sedantes, hipnóticos y ansiolíticos. Este último grupo incluye al gran número de pacientes que comienzan utilizando estos fármacos como prescripción médica y acaban teniendo problemas de dependencia.

Los trastornos relacionados con el uso de sustancias pueden expresarse de forma diferente según la fase de consumo en la que el sujeto se encuentre:
  • Se habla de dependencia cuando una sustancia se utiliza en cantidades cada vez mayores a o intervalos más cortos. El sujeto es incapaz de abandonar el consumo a pesar de tener problemas sociales, laborales o de otra índole. Además, se producen fenómenos de abstinencia física y psíquica antes del cese del consumo.
  • El abuso de una sustancia se refiere al que se realiza de forma repetida a pesar de dar lugar al incumplimiento de obligaciones, problemas legales o a su empleo en situaciones que puedan ser peligrosas. En este caso, no hay síndrome de abstinencia.
  • La intoxicación por drogas se caracteriza por la aparición de una serie de síntomas reversibles debidos a su ingestión reciente. La intoxicación por diferentes sustancias puede producir cuadros clínicos muy similares o incluso idénticos. También pueden aparecer alteraciones psicológicas o del comportamiento por afectación del sistema nervioso (irritabilidad, deterioro de la capacidad intelectual o de juicio, etcétera), que se producen durante el consumo de la droga o poco después.
  • Los problemas de abstinencia surgen cuando un sujeto dependiente de una droga abandona su consumo o lo reduce drásticamente. Los síntomas de abstinencia pueden ser diferentes para cada sustancia pero todos causan un malestar importante o problemas en la actividad laboral y social.
Existen diferentes fases por las que atraviesa un consumidor de sustancias. En los jóvenes, estas etapas pueden ser más aceleradas que en los adultos. Son las siguientes:
  • Uso experimental: generalmente entre grupos de compañeros o amigos, la droga es utilizada como una diversión y, a menudo, el consumidor puede experimentar el deseo de desafiar a los padres u otras figuras de autoridad.
  • Consumo habitual: el individuo abandona la escuela o el trabajo con más frecuencia, muestra preocupación por perder la fuente de la droga, utiliza la droga para 'remediar' los sentimientos negativos, comienza a apartarse de la familia y amigos. La persona se inclina a cambiar su grupo de amigos por grupos diferentes que son consumidores habituales, y se enorgullece al notar un aumento de la tolerancia y la capacidad para 'manejar la droga'.
  • Preocupación diaria: falta de motivación, indiferencia hacia el estudio y el trabajo, los cambios en el comportamiento se evidencian; la preocupación por consumir drogas se antepone a todos los demás intereses del individuo incluyendo las relaciones personales; conducta misteriosa; es posible que para poder continuar el consumo se recurra a la venta de drogas; puede aumentar el uso de drogas más fuertes y los problemas legales del individuo se pueden incrementar.
  • Dependencia: el usuario es incapaz de realizar sus actividades cotidianas sin droga y continuamente niega su problema; presenta deterioro de la condición física y pérdida del 'control' sobre el consumo. Emite amenazas, incluso intenta cometer actos suicidas y cada vez se hacen más complejos los problemas legales y financieros. En esta etapa se pueden haber roto ya los vínculos con familiares y amigos. 
Los programas de tratamiento de los trastornos por consumo de sustancias incluyen varias estrategias. Tradicionalmente se aplicaba un régimen residencial (comunidad terapéutica) donde se vigilan y estudian los comportamientos y síntomas de la abstinencia junto a programas de modificación y reconocimiento del comportamiento. También incluyen tratamiento psicoterapéutico en forma individual y en grupo (es posible que la familia también lo requiera).
La tendencia actual es aplicar estos mismos programas terapéuticos de forma ambulatoria. Además, hay tratamientos para reducir el llamado 'craving' o ansiedad dirigida a la búsqueda de sustancias. 


viernes, 6 de marzo de 2015

La cocaína cuadruplica el riesgo de muerte súbita.

Un estudio de investigadores españoles analiza 437 autopsias de consumidores habituales.

JAIME PRATS | Valencia | El País | 11/12/2014

El consumo reciente de cocaína cuadruplica el riesgo de muerte súbita cardíaca. Así lo reflejan investigadores españoles en la revista Addiction a partir de la información obtenida de 437 autopsias correspondientes a todos los fallecidos por muerte repentina en Vizcaya entre enero de 2003 y diciembre de 2009.
Los efectos del consumo de cocaína en el sistema cardiovascular son conocidos, ya sea el aumento de la frecuencia cardíaca, de la presión arterial o la contractilidad del ventrículo izquierdo. También se relaciona con la aparición de trombosis y arritmias. “Ya sabíamos que es un factor de riesgo de las enfermedades cardíacas, pero desconocíamos cómo se traduce en incremento de probabilidad de muerte”, explica Javier Meana, de la Universidad del País Vasco y coautor del trabajo. En ello se centra el estudio, en el que también ha participado el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) del Instituto de Salud Carlos III y el Instituto Vasco de Medicina Legal.
Los investigadores seleccionaron de entre todos los fallecidos por muerte súbita a un segmento de población relativamente joven (entre 19 y 49 años) para evitar que la influencia de los problemas cardiovasculares, más frecuentes en personas mayores, pudieran enmascarar el resultado del estudio. También se introdujeron variables para evitar otros sesgos que pudieran empañar las conclusiones como el consumo de otras drogas u otros factores de riesgo: obesidad, hipertensión, diabetes o tabaquismo. El trabajo se centra en consumidores habituales —dos o tres veces a la semana—, lo que comprobaron mediante la detección de la sustancia en orina e incluso con datos del historial clínico. La medición de las cantidades en los fallecidos también sirvió para descartar casos como intoxicaciones por sobredosis.
A la información obtenida (de 311 consumidores fallecidos por muerte súbita cardíaca y 126 por otros tipos de muerte súbita) aplicaron tres modelos estadísticos de regresión lógica. Observaron que el consumo de cocaína cuadruplica el riesgo de muerte súbita cardíaca y que en los hombres es un 1,6 superior al de las mujeres.
El problema de estos pacientes es que son asintomáticos hasta que su corazón se para, y entonces ya es tarde para tomar medidas. Como nunca han tenido manifestaciones clínicas, no suelen acudir a los servicios de cardiología para revisar su salud. Aunque si lo hicieran, tampoco es fácil detectar alteraciones con pruebas convencionales. De ahí los esfuerzos que se están desarrollando, por ejemplo, mediante métodos de diagnóstico por imagen de alta tecnología, para identificar las alteraciones cardiacas iniciales que asoman y que conductas como el consumo de cocaína pueden acelerar fatalmente. Un trabajo del mes pasado, en el que también participó el Cibersam, detectó con el empleo de resonancia magnética por imagen, lesiones cardiacas en el 71% de adictos con aparente buen estado de salud.

España está, junto con el Reino Unido y Francia, en cabeza del consumo de cocaína en la UE, según el informe del Observatorio Europeo de las Drogas correspondiente a 2013, aunque la tendencia en toda Europa es a la baja desde los registros máximos alcanzados en 2008.

Dormir "corriendo"

NEUROFISIOLOGÍA Los efectos de la actividad física en el sueño.

·        Casi un 35% de la población española reconoce algún trastorno del sueño
·        La literatura científica hace hincapié en el papel del ejercicio para mejorar el sueño
·        Conviene practicar deporte entre cuatro y seis horas antes de irse a la cama
·        El 70% de los ancianos consume habitualmente hipnóticos

LAURA TARDÓN | Madrid | El Mundo | 23/01/2015

Si contar ovejas no funciona o imaginarse en una playa paradísiaca no logra su abandono a los brazos de Morfeo, quizás sea el momento de probar con unas clases de baile, montar en bicicleta o, simplemente salir a caminar. Una revisión de estudios publicada este mes en la revista Journal Behavior Medicine señala al ejercicio físico como el mejor ansiolítico y antidepresivo natural. Según sus conclusiones, ayuda a dormir más rápido, aumenta el tiempo de las fases más profundas del descanso y disminuye el número de despertares durante la noche.
Cuando el cuerpo se mueve incrementa la actividad metabólica, la del sistema nervioso simpático (nos prepara para la acción, asciende la frecuencia de los latidos cardiacos) y también la temperatura corporal. Estos aspectos fisiológicos favorecen la vigilia durante las dos y cuatro horas siguientes, dependiendo de la intensidad del ejercicio. Después, se va produciendo la reacción contraria, una curva descendente durante la cual "disminuye la tasa metabólica, existe predominio del sistema parasimpático (responsable de las actividades que ocurren cuando el cuerpo está en reposo) y se reduce la temperatura corporal, lo que facilita la conciliación del sueño", argumenta Diego García-Borreguero, director del Instituto de Investigaciones del Sueño de Madrid. Por esta razón, en líneas generales, "para tener un sueño más profundo, recomendamos actividad física entre cuatro y seis horas antes de irse a dormir". 
Además, argumenta el presidente de la Sociedad Española del Sueño, Joaquín Terán Santos, mientras el cuerpo se ejercita "crecen las concentraciones de serotonina. Cuando se mantiene este hábito en el tiempo, dicho aminoácido acaba adquiriendo un patrón muy parecido al ritmo natural de la luz y la oscuridad (ritmo circadiano) que regula el sueño. Es decir, actúa reforzando al proceso natural". 
La hora importa
Aunque no hay conclusiones definitivas en los análisis científicos desarrollados hasta la fecha, todo parece indicar que la hora escogida para ir a nadar o caminar marca la diferencia. Por la mañana, así como en cualquier momento del día, los efectos beneficiosos sobre la salud son indiscutibles, pero puede que "no tenga relación con un mejor descanso", apunta García-Borreguero. Y sí, por el contrario, se practica actividad física poco antes de acostarse, "va a ser difícil conciliar el sueño porque el organismo aún estará muy acelerado" y hay que dar tiempo a que se normalice. A esto se suma, según el neurofisiólogo Francisco Javier Puertas, que la práctica de deporte "favorece la liberación de adrenalina. Y a la cama hay que ir relajado". Tampoco conviene tomar otros estimulantes como café o chocolate.
Al igual que la hora, la frecuencia, el tipo de ejercicio y la intensidad son otros condicionantes que la evidencia científica analiza. Para empezar, la actividad física debe ser regular. Tal y como rezaba en 2013 un análisis de la revista Journal of Clinical Sleep Medicine, pasar 45 minutos en una cinta de correr un día no aportará ventajas a la hora de dormir esa misma noche, requiere constancia. El trabajo se centraba en un protocolo de 30 minutos unas tres o cuatro veces por semana. Otros estudios apoyan esta tesis y se atreven a hacer algunas estimaciones: 150 minutos de ejercicio a la semana podrían mejorar en un 65% la calidad del sueño.  
Además de una práctica habitual, conviene que la actividad física esté relacionada con ejercicios de fuerza (hacer pesas) y de resistencia aeróbica (correr, bailar, caminar, subir escaleras, nadar...).
Las dificultades para dormir y la incapacidad para tener un sueño profundo, con despertares frecuentes, "merma el rendimiento físico e intelectual, provoca ansiedad y depresión", describe el doctor Puertas. Su colega, el presidente de la SES, resume que "dormir poco favorece la obesidad, la morbimortalidad cardíaca y la mortalidad en general". También resalta el trabajo de un grupo español de sueño que está investigando la asociación entre apneas y el desarrollo de algunos tumores. Convendría contabilizar, añade el especialista, los accidentes de tráfico que se producen por una capacidad de reacción disminuida por el exceso de somnolencia.
El estrés y la crisis
Cada vez más personas padecen de insomnio. Según las encuestas nacionales de salud, hasta casi un 35% de la población reconoce algún trastorno del sueño. La causa más frecuente, puntualiza Terán Santos, «no es la enfermedad sino el déficit de sueño inducido por el ritmo de vida actual, los horarios de trabajo, los turnos, hábitos inadecuados como la lectura en las tabletas antes de acostarse...». En las últimas décadas, «hemos reducido en un 20% el tiempo que dedicamos a dormir. Vivimos en una sociedad más exigente, con más estrés, preocupaciones, la crisis...», explica Hernando Pérez, coordinador del Grupo de Estudio de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Todo un caldo de cultivo que ha favorecido el "preocupante" aumento del consumo de fármacos que ayudan a dormir. El uso de ansiolíticos (Orfidal o Valium) en España ha incrementado un 57% desde el año 2000 al 2013. El consumo de hipnóticos (como el Lexatin o Stilnox) ha aumentado un 30% en el mismo periodo. "Hay un exceso de medicación", remarca el neurofisiólogo Puertas. Según datos de la Sociedad Española del Sueño, el 70% de los ancianos consume habitualmente hipnóticos y el 17% asegura que no puede dormir si no recurre a este tipo de medicamentos.
"Los hipnóticos son efectivos sólo en casos de insomnio agudo y tomados durante un tiempo limitado (4-6 semanas), pero los especialistas nos estamos encontrando con muchos casos en los que se llevan consumiendo a diario durante 20-30 años", señala el experto de la SEN. Son relajantes musculares que "pueden empeorar las apneas, producir más caídas en las personas mayores" y, según las últimas investigaciones, "su consumo crónico se asocia a mayor riesgo de deterioro cognitivo". Además, son cómplices a la hora de perpetuar el insomnio. "Con el paso del tiempo se desarrolla tolerancia, pierden efecto y crean dependencia". Dentro de una sociedad medicalizada, coinciden los especialistas consultados por EL MUNDO, lo más fácil es prescribir, renovar y mantener un fármaco que se sabe no es tóxico, aunque no hay investigaciones más allá de los cuatro meses de tratamiento.
Resulta fundamental acompañar la medicación inicial (el 90% de los insomnes toma antidepresivos y ansiolíticos conjuntamente) con un programa para reeducar (existen unidades del sueño que ayudan a este tipo de personas) al paciente e integre hábitos de higiene en su día a día. Por ejemplo, evitar comidas abundantes, desarrollar una rutina antes de acostarse, ir a dormir y despertarse a la misma hora, evitar las siestas, relajarse, no beber alcohol, no ver la televisión antes de acostarse... Y, por supuesto, practicar ejercicio aeróbico regular, que, dada la literatura científica publicada, mejora la calidad del sueño en las personas con problemas para dormir.
Así como el ejercicio ayuda a mejorar el descanso nocturno de las personas con insomnio, también ofrece ventajas en otros trastornos del sueño. Uno de los más frecuentes, la apnea (interrupción momentánea de la respiración durante el sueño). Tal y como argumenta Hernando Pérez, "la actividad física está relacionada con un aumento del tono muscular, aliviando el problema de los ronquidos y combatiendo la obstrucción de las vías aéreas". También trabaja contra la obesidad, otro factor predisponente al descanso inadecuado por la noche. "La grasa se acumula por la zona del cuello y puede obstruir el paso del aire".
En España, reflexiona el presidente de la SES, "tenemos un problema de horarios en comparación con otros países europeos", que ajustan mejor sus estilos de vida a los ritmos de luz y oscuridad. Sería interesante modificar, además de hábitos individuales, otros más generales, como "los husos horarios, que correspondieran con una hora menos. O adelantar la emisión de la programación de máxima audiencia".

Tanto a la población general, como a los sanitarios como a los políticos "nos invade el concepto de que el sueño no es un fenómeno biológico". Falso. Se ha demostrado que dormir es una actividad absolutamente necesaria. Durante el sueño se ponen en marcha diferentes funciones fisiológicas imprescindibles para el equilibrio físico y psíquico, como el proceso de aprendizaje y memoria, una eliminación 10 veces más eficaz de los residuos de las células cerebrales o la restauración de la homeostasis del sistema nervioso central y del resto de los tejidos.

jueves, 5 de marzo de 2015

Entrevista al psiquiatra Jorge L. Tizón : "Empastillats"


El proppassat dia 4 de març, al programa “Retrats” del Canal 33 de tv, que dirigeix i executa Jaume Barberà, va tenir com a convidat al prestigiós psiquiatra –i un dels principals experts en salut mental- Jorge L. Tizón.

Com m’han facilitat el link us el poso perquè he trobat el programa molt interessant. Si el voleu veure, és tota una personalitat en el seu món profesional, i sempre s’aprèn, encara que algunes coses de les que digui siguin novedoses o no pensem igual que ell per les experiències viscudes.



Salutacions,

M. Carme Samaranch.


miércoles, 4 de marzo de 2015

Pedagogos y psicólogos alertan del aumento del síndorme del emperador.

SANIDAD

Madres, abuelas y hermanas, las principales víctimas de los menores con problemas de agresividad

Raquel Quelart | La Vanguardia | 04/02/2015

A falta de cifras oficiales –la mayoría de casos no llegan a denunciarse-, la percepción de educadores y psicólogos es de que los niños y jóvenes que sufren el síndrome del emperador, es decir, que utilizan la violencia física o verbal contra sus progenitores y su entorno familiar más allegado, se han multiplicado en la última década. “Año tras año están subiendo este tipo de demandas”, asegura José Antonio Rabadán, responsable de Psicología de la Unidad de Salud Mental Infantil y Juvenil del Hospital Mesa del Castillo (Murcia), que explica que cada vez es más frecuente que las familias afectadas acaben recurriendo a la justicia como última solución al problema.

El síndrome del emperador se caracteriza porque el hijo abusa de los padres –habitualmente de la madre- “sin que haya causas sociales que lo expliquen”, según el profesor de Criminología y Pedagogía de la Universidad de Valencia, Vicente Garrido. “Aunque no hayan sido unos padres perfectos, le han tratado con un amor y atención al menos básico que bastaría para que todos los niños sin tal síndrome crecieran como personas no violentas”. La causa, según el especialista, es tanto biológica –una mayor dificultad en desarrollar emociones morales y una conciencia- como sociológica: en la actualidad se desprestigia el sentimiento de culpa y se alienta la gratificación inmediata y el hedonismo. Y añade: “La familia y la escuela han perdido la capacidad de educación, y esto favorece que jóvenes con esa predisposición que antes eran contenidos por la sociedad ahora tengan mucha más facilidad para exhibir la violencia”.

La denuncia, el último recurso
“Este síndrome finaliza en una carrera entre padre e hijo a ver cuál de los dos denuncia antes a quién”, comenta Rabadán. “Acabar denunciando a un hijo, que te pongan una orden de alejamiento y no puedas verlo es muy duro”, afirma Esther Giménez-Salinas”, catedrática de Derecho Penal y Criminología de la Facultad de Derecho de ESADE. “De un marido te divorcias, pero de un hijo, no”, sentencia, y asegura que las principales víctimas de los maltratos físicos de hijos a padres son las mujeres de la familia.

Más ‘pequeños’ emperadores
Paralelamente al incremento de casos de síndrome emperador, los expertos también han constatado que cada vez es más frecuente detectar este trastorno de conducta en edades más tempranas, pese a que suele afectar a niños y adolescentes de entre 11 y 17 años. También coinciden en la dificultad de elaborar estadísticas al respecto, ya que, según explica Rabadán, “los padres se avergüenzan de la situación, se sienten culpables e intentan ocultar el problema el máximo de tiempo posible”, hasta que llega a niveles absolutamente insostenibles.
Hedonistas, egocéntricos, de clase media y pocas manifestaciones de empatía y sentimientos hacia los demás. Esta es la descripción que hacen los especialistas respecto al perfil psicológico más común entre los jóvenes y niños aquejados por el síndrome. “La inmensa mayoría de veces empiezan a mostrar la agresividad con la madre, que suele ser la principal víctima y, luego, se va extendiendo al resto de la familia”, explica el pedagogo y psicólogo José Antonio Rabadán.

Pero, ¿por qué son las figuras femeninas la primera diana de sus ataques violentos? “Estos niños tienen un comportamiento muy similar al de los bebés”, que ante cualquier problema o necesidad acostumbran a llamar a la madre para que la satisfaga. “Como no se les establecen límites, siguen haciendo lo mismo que de bebés”, comenta Rabadán, proyectando esa frustración hacia “mamá”, pero con la salvedad de que a ciertas edades ella no sabe lo que le pasa al niño y tampoco sabe cómo solucionar su problema y es cuando surge la agresividad.

La permisividad no es la única causa  
En este sentido el profesor Vicente Garrido argumenta que el hecho de que unos padres sean demasiado permisivos con los hijos no es suficiente motivo para que el hijo o hija se vuelvan violentos hacia ellos: “La permisividad puede ‘echar a perder’ a un niño, este puede hacerse un vago, juntarse con malas compañías y cometer delitos”, aclara, pero si hay violencia en estos casos es como resultado de “un proceso de deterioro personal por falta de educación, generalmente al final de la adolescencia”.

Potenciales maltratadores
Según el psicólogo y pedagogo “están inmersos en una frustración permanente y aprenden que aumentando el nivel de tensión y agresividad y violencia, consiguen lo que quieren, pero nunca están satisfechos, no son niños felices, y se convierten en niños marginados y excluidos socialmente porque el resto de grupos de iguales no los acepta por sus conductas y comportamientos”, detalla.
La violencia de los jóvenes “emperadores” se puede manifestar de diferentes maneras: puede ser física, pero también psicológica, o simplemente puede ser “tirano” en otra serie de ámbitos.

Cómo prevenirlo 
Especialistas del hospital Mesa del Castillo han creado un método para conseguir una detección precoz. Este consiste en un cuestionario compuesto por cuarenta preguntas que los docentes de los centros de primaria y secundaria pueden facilitar a los alumnos y a los padres para dictaminar si el niño tiene conductas y comportamientos del síndrome del emperador. El siguiente paso es derivar el caso a los profesionales oportunos.

Según Garrido, los padres deberían insistir en tres puntos: primero, desarrollar de manera intencional y sistemática las emociones morales y la conciencia de los niños y adolescentes, dándoles oportunidades para que practiquen actos altruistas y que extraigan lecciones morales; segundo, poniendo límites firmes que no toleren la violencia y el engaño, y tercero, ayudándolos a que desarrollen habilidades no violentas que satisfagan su gran ego, su imagen de ser especial. 

El autor de diversas publicaciones, entra la que destaca Los hijos tiranos: el síndrome del emperador (2005),Vicente Garrido, concluye con esta frase: “Queremos a los hijos, es ley de vida, no nos gusta que sufran, ni siquiera pequeñas contrariedades. Pero si recordamos que una vida plena de sentido exige esfuerzo y —por qué no— un dolor emocional relevante, sacaremos lo mejor de nosotros cuando les demostramos que su voluntad no rige el mundo”. 

Las claves para gozar de una buena salud mental.

ALFONSO USSÍA | La Razón.es | 06/02/2015

Basta de sabotearnos a nosotros mismos y basta de adquirir hábitos fatales para nuestro equilibrio y salud mental. Gota a gota el vaso acaba sobrándose y esto es algo que ocurre mucho más frecuentemente de lo que pensamos, porque ni siquiera nos damos cuenta del flaco favor que estamos haciéndole a nuestro optimismo con constantes pensamientos negativos y acciones equivocadas. ¿Pero cómo lograr un buen y saludable estado de ánimo? Es fácil, evitando hacer cosas como estas:

Rectifica tu postura al caminar: parece una tontería, pero nuestra forma de nuestra forma de caminar se pueden extraer interesantes conclusiones sobre nuestro estado de ánimo. Según un reciente estudio publicado en la Revista de Terapia del Comportamiento y Psiquiatría Experimental, aquellas personas que caminan por la calle cabizbajos, con los hombros encorvados y los brazos decaídos, experimentan peores estados de ánimo que los que demuestran determinación en su forma de caminar, con la espalda recta y la cabeza bien alta. Caminar desgarbado transmite negatividad; caminar erguido, transmite seguridad. ¿Qué prefieres trasmitir?

Olvídate, por un momento, de las redes sociales: compartir, opinar, mostrar y aprender de los canales sociales es una de las mejores tendencias de los últimos años, y es algo bueno y saludable, pero donde también hay que poner ciertos límites. ¿Cuántas fotos de comida o de compras o de ciudades subes a #Instagram cada vez que haces algo diferente? Según un estudio publicado en la revista Psychological Science, nos centramos demasiado en fotografiar imágenes y no tanto en aprenderlas, en observarlas y sobre todo, en disfrutarlas, ya que gracias a este revelador estudio, los sujetos que más imágenes fotografiaron y compartieron fueron los que luego menos objetos pudieron recordar. Consejo: algo tan sencillo como relájate y disfruta.

Haz ejercicio, ¡muévete!: no eres una persona particularmente deportista, no hay problema, tampoco es necesario. Pero memoriza este dato en tu cabeza, si practicas algo de ejercicio al menos durante tres veces por semana, el riesgo de estar deprimido disminuye un 19%, según un nuevo estudio publicado en Archives of General Psychiatry. Existe una línea demasiado fina entre la actividad física y la depresión, por eso las personas que están deprimidas son mucho menos propensas a ser activas, mientras que los que son activos (o se obligan a serlo) son menos propensos a estar deprimidos. Tras este párrafo, el consejo no puede ser otro que levantarse del sofá, salir y moverse. No tienes que entrenar para una maratón, pero cualquier actividad física (un largo paseo, por ejemplo), será de gran ayuda para mantener un buen estado de ánimo.

Bonus track: el humor como mejor aliado. Es hora de encontrar alguna formas parar reír más. Hay muchos estudios que demuestran los beneficios de la risa en nuestra salud y esto, por supuesto, incluye la salud mental. La risa es la medicina rápida para la ansiedad y la depresión. Busca, busquemos, algo que nos haga reír cada día; una charla con un amigo, un programa de televisión o un libro divertido.

A veces no es necesario tomarse la vida tan en serio.