ANDREA MUÑOZ | larazon.es | 21/08/2025
La psiquiatra destaca la
importancia de la actitud, la voz interior y la forma en que nos hablamos para
potenciar la salud mental
El optimismo no es ingenuidad, sino una manera de entrenar la mente para
detectar oportunidades y afrontar los retos con más recursos. Así lo explica la
psiquiatra Marian Rojas Estapé, quien recuerda que la neuroplasticidad cerebral es una capacidad del cerebro
para cambiar y adaptarse que permite a cualquier persona reeducar
sus pensamientos y transformar su actitud. A través de ejemplos prácticos,
Rojas subraya cómo la forma en la que nos hablamos a nosotros mismos repercute
en la salud física, emocional y en la manera en que nos relacionamos con los
demás.
La neuroplasticidad: el cerebro puede cambiar
La idea central del mensaje de Rojas se apoya en un
principio clave de la neurociencia, la neuroplasticidad. Retomando la célebre frase del
Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal “Todo ser humano, si se lo propone, puede
ser escultor de su propio cerebro”, la psiquiatra insiste en que la mente no es
estática, sino moldeable.
Cambiar la forma de pensar requiere intención y
práctica, pero es posible reprogramar
hábitos mentales para favorecer el bienestar y disminuir la
autocrítica constante.
El papel del optimismo en la vida diaria
Según Rojas, el optimismo se puede educar y potenciar. No
garantiza el éxito, pero ayuda a reconocer las oportunidades y a afrontar mejor
las dificultades. En contraste, el pesimismo actúa como una voz interior que
limita y genera un círculo de frustración.
El optimismo, explica, consiste
en mantener esperanza, confianza y fe en las circunstancias, incluso en
contextos adversos.
La voz interior: un reflejo de la infancia y las
experiencias
Uno de los puntos clave del discurso de Rojas es la
importancia de escuchar la voz interior. Esa
narrativa interna puede tener raíces en la infancia, en mensajes recibidos
de los padres o en experiencias dolorosas recientes.
Cuando
esa voz es excesivamente crítica, el cuerpo lo refleja y
somatiza el malestar. Por eso, aprender a reconocerla y transformarla es
esencial para la salud mental y física.
De la autocrítica a la autocompasión
Rojas invita a sustituir los pensamientos negativos por
otros más amables y realistas. No se
trata de negar los errores, sino de reconocer que, en cada decisión,
actuamos con los recursos disponibles en ese momento.
La autocompasión “Hice
lo mejor que pude con las circunstancias que tenía” permite
avanzar sin quedar atrapados en la culpa, el victimismo o el rencor, que la
psiquiatra define como “venenos para el organismo”.
Reeducar la mirada para proteger la salud
El mensaje final de Rojas es claro, hay
que entrenar la mente en el pensamiento positivo y proteger tanto la
salud psicológica como la física.
Cada día
aparecen dificultades, pero también pequeños momentos de disfrute que, si se
saben valorar, ayudan a mantener el equilibrio emocional. La clave está en reeducar la mirada, aprender a
gestionar lo negativo y reforzar lo positivo.
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