ACyV | elconfidencial.com | 06/10/2025
La especialista en bienestar emocional ha compartido una reflexión sobre el agotamiento interior que sufren muchas personas en la actualidad
La doctora Marian Rojas Estapé ha vuelto a poner el foco en un tema que cada vez preocupa más: la delgada línea entre la tristeza, la apatía y la depresión. Durante una intervención en @Sanandotupsique, la psiquiatra reflexionó sobre cómo muchas personas interpretan el vacío existencial como una enfermedad, cuando, en realidad, lo que les ocurre es que han perdido la ilusión por vivir.
“Mucha gente no tiene una depresión, lo que tiene es una vida vacía”, afirmó
Rojas. La autora de Cómo hacer que te pasen cosas buenas insistió en que el
problema no siempre es químico o clínico, sino emocional y vital. Según
explicó, cuando una persona se levanta sin propósito ni motivación, su cerebro
“se va apagando a lo largo del día”.
Durante su intervención, la psiquiatra relató la historia de Ana, una maestra jubilada que había dedicado su vida a la enseñanza. Sin familia ni proyectos nuevos, su día a día se había convertido en una sucesión de horas vacías. “Mi padre le dijo: Se te ha vaciado la vida”, recordó Rojas. La clave fue sencilla: retomar actividades que despertaran su interés. “Llamó al ayuntamiento de su pueblo, preguntó por clases de pintura y baile, y en un mes era otra persona”, explicó.
El caso de Ana, según Rojas, es representativo de una realidad más común de lo que parece. “Cuando perdemos las ilusiones, se nos arruga el corazón”, apuntó la especialista, subrayando la importancia de mantener viva la curiosidad y el contacto social como parte de la salud mental.
Rojas sostiene que la ilusión es una de las fuerzas más poderosas del ser humano. “El cerebro se transforma cuando hay ilusión. Las moléculas del organismo cambian, la energía vital se renueva”, afirmó. Por eso, recomienda buscar pequeñas metas que generen entusiasmo: un hobby, un proyecto, una nueva rutina o algo tan simple como una conversación significativa.
En su
visión, muchas personas que hoy creen estar deprimidas, en realidad, están
desconectadas de aquello que les daba sentido. El vacío no siempre se llena con
medicación, sino con propósito. Y, para ella, ese propósito
se alimenta a través de la acción: apuntarse a una actividad, ayudar a otros,
aprender algo nuevo o recuperar una afición olvidada.
La
psiquiatra recuerda que no todas las etapas difíciles requieren tratamiento
farmacológico. “Hay que aprender a
reactivar la ilusión, porque sin ella la mente se marchita”, afirma.
De ahí su insistencia en que el bienestar emocional no depende solo de las
circunstancias, sino también de la actitud ante la vida.
Con su habitual tono cercano y realista, Rojas
lanza un mensaje esperanzador: incluso cuando todo parece perdido, es posible
recuperar la chispa. “No hay
felicidad sin tener ilusiones”, concluye. Una frase que resume su
filosofía vital y que invita a mirar hacia dentro para volver a encender el
motor del entusiasmo.