CLARA GONZÁLEZ | eldebate.com |
20/07/2023
Además de nombres coloquiales de flores, tulipán, orquídea y diente de león son también el apodo que han recibido ciertos rasgos que pueden presentar los más pequeños desde edades tempranas. Más o menos sensibles o impasibles, en el extremo contrario.
Estos términos fueron definidos por el doctor W. Thomas Boyce,
profesor emérito de pediatría y psiquiatría en la Universidad de California, en
su libro The orchid and the dandelion (La orquídea y el
diente de león, en español). De manera resumida, los niños orquídea son muy
sensibles, frente a los dientes de león, que no lo son en absoluto. Los
tulipanes estarían, entonces, en algún punto intermedio.
Orquídea
¿Cómo puede reconocerse a un niño orquídea? En líneas generales son
pequeños que viven todo con mucha intensidad, tanto lo bueno como lo malo.
Suelen tener una mayor tendencia a estresarse ante cambios y
situaciones inesperadas, lo que no significa que no se les pueda enseñar a
manejar sus emociones y sacar a pleno rendimiento todo su potencial, por ello
es importante poder identificarlo y educarle en consecuencia.
Esta mayor sensibilidad no es solo emocional, sino también sensorial. Las
luces, los sonidos, incluso la dieta, tiene un impacto y un efecto mucho mayor
en un niño orquídea, más conocido hoy como altamente sensible. Como la flor que
le da nombre, son delicados y más susceptibles a su entorno que otros menores,
pero también empáticos y creativos.
Diente de león
Resilientes y hábiles para manejar el estrés. No es que todo les dé igual,
es que tienen una tendencia natural a manejar sus emociones con
facilidad. Según un estudio
realizado por el doctor Boyce, ser una orquídea o un diente de león es en definitiva una cuestión
genética. Cada persona está marcada con una reactividad biológica distinta al
estrés y los dientes de león son los más resistentes.
Los niños dientes de león suelen ser curiosos, extrovertidos y
tendentes a asumir riesgos. Ante situaciones desconocidas o
imprevistas, afrontan de manera mejor el estrés, pero al igual que son menos
sensibles a lo negativo, también pueden serlo a lo positivo. Un estudio
publicado en Translational
Psychiatry concluyó que aunque los niños dientes de león
son «más extrovertidos y menos ansiosos, al mismo tiempo son menos sensibles a
la inducción positiva del estado de ánimo».
Tulipán
Ni tanto ni tan poco, los niños tulipán están a medio camino entre la
orquídea y el diente de león. Estos pequeños no son ni tan frágiles ni tan
duros como los anteriores. Su lado más sensible puede compensarse con
preparación ante las posibles situaciones negativas. En cambio, su faceta más resiliente
de diente de león necesitará de dosis de comunicación en busca de sus
emociones.
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