domingo, 19 de febrero de 2017

La esperanza


Mariana Alvez – 22/07/2015

La esperanza para la Psicología Positiva es más bajada a tierra y tiene que ver con los objetivos que nos proponemos en la vida, ya sean materiales o espirituales. El autor Charles Rick Snyder nos dice que la esperanza está compuesta por lo siguiente:

1)      Pensamientos orientados a la concreción de metas: Todas nuestras conductas están dirigidas por alguna meta, ya sea a corto o largo plazo. Tienen que ser metas tan importantes que ocupen su lugar en nuestra conciencia, en nuestro presente. Nos brindan orientación y nos acercan un paso más allá del simplemente desear algo, no es lo mismo pensar “quiero tener un auto” que pensar “voy a tener un auto”, dando despliegue posteriormente a ideas de cómo hacer para acercarme a esta meta. Para mejorar nuestras habilidades en cuanto a la elección de metas tenemos que tener sumamente en claro que eso es lo que queremos. Vamos a plantearnos metas para los distintos sectores de la vida, salud, amistad, familia, pareja e intentemos implementar un espacio para acercarnos a ellas en nuestra rutina.

2)     Para poder acercarnos a nuestras metas, tenemos que generar caminos hacia ellas. Es donde nuestra paciencia y creatividad entran en juego, ya que si el plan original falla tendremos que pensar en caminos alternativos, Confiemos en nuestras habilidades. Piensa en diferentes opciones y elige la que te parezca mejor, practica mentalmente qué es lo que vas a hacer para acercarte a tu objetivo. Piensa cuáles podrían ser caminos alternativos si el primer plan falla. Los objetivos grandes tienen que ser divididos en objetivos más pequeños. Piensa si necesitas desarrollar una nueva habilidad. Si es necesario no dudes en pedir ayuda.

3)     Pensamientos agentes: Tenemos que creer que podemos generar y mantener los caminos necesarios para lograr nuestra meta, confianza absoluta. Ten sentido del humor, si las cosas no resultan como quieres quítale el drama. Disfruta muchísimo del proceso de tener lo que deseas, porque a veces nos perdemos tanto en el final que nos olvidamos del aquí y ahora que también puede ser muy entretenido y satisfactorio.

 Dentro de los beneficios de la esperanza encontramos que ha sido asociada a un mejor rendimiento académico y atlético, una mentalidad bastante sana y a una fuerza especial para lidiar con problemas de salud. Son quienes recuerdan con más facilidad los buenos eventos, los halagos, tienen buena autoestima y se sienten desafiados ante las adversidades. Quienes la sienten pueden soportar el dolor mejor que los demás. Pueden sentir emociones positivas, calma, sentirse exitosos.

Ante situaciones de enfermedades, se ha demostrado que la gente que está convencida que va a salir adelante, libera una sustancia química que brinda un sensación de bienestar, es así como ante situaciones de dolor a menudo, pueden sentir el mismo disminuyendo. Lo que hace el cerebro cuando estamos en este estado de completo convencimiento, es segregar endorfinas y encefalina, la cual tiene los mismos efectos analgésicos que la morfina.

Ambas mejoran nuestras habilidades biológicas para resolver problemas y encontrar soluciones creativas. Tanto el optimismo como la esperanza contribuyen enormemente a que vivamos de manera más feliz.

La esperanza es una manera de abordar la vida mediante el SÍ y el “YO PUEDO” Ante ciertas situaciones van a existir factores que no podemos controlar, pero siempre existe algo sobre lo que sí tenemos poder, nuestras ideas, nuestras alternativas y nuestra actitud con respecto a lo que nos sucede. Ante una situación compleja ¿qué es lo que yo puedo hacer? ¿Hacia dónde queremos ir? La claridad y la perseverancia provienen de la esperanza que hacemos nacer en nosotros.


La esperanza siempre ha sido reconocida como un componente importante del crecimiento psicológico, la matriz del cambio.

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