jueves, 31 de agosto de 2017

Forjarse en la adversidad

MARIANA ALVEZ   | Psicología Positiva |  08/08/2017 

“Los guerreros de la antigüedad luchaban para conquistar y defender tierras. Los guerreros de la actualidad son los que luchan para cambiar sus circunstancias”.

Los héroes de la vida real se llaman Juan, María, Carlos, José…Eres tú, soy yo. Somos verdaderos guerreros que debemos atravesar un maremoto de circunstancias, algunas buenas, otras no tanto, debemos vivir en esta montaña rusa de emociones llamada vida.
La realidad es que nadie puede escapar a la adversidad. Tarde o temprano nuestro mundo se puede tambalear por una pérdida, un despido, una ruptura, un accidente, una enfermedad. Y así es nuestro camino, con todo lo bueno y con todo lo malo que se irá delineando en nuestro transitar.
Tal vez nadie se detiene a pensar en lo afortunados que somos cuando tenemos la oportunidad de enfrentarnos a un temblor emocional. Incluso en inglés hay una frase que reza “a blessing in disguise” (una bendición disfrazada) haciendo alusión a que eso terrible que estás viviendo en realidad puede ser algo bueno si lo dejamos madurar.
Tú querido lector a esta altura ya sabes que me dedico a la Psicología Positiva, el estudio científico de la  felicidad y el bienestar, e incluso en nuestra corriente damos un espacio importante al crecimiento que conlleva el dolor, llamado resiliencia en algunas oportunidades y crecimiento postraumático en otras.
La resiliencia es la habilidad que tenemos de sobreponernos a las adversidades que nos tocaron en suerte atravesar. Es una capacidad inherente al ser humano, dinámica y universal. La misma no siempre se muestra de la misma manera, es un proceso que se construye en  constante interacción entre las personas  y su entorno.
Las personas resilientes buscan activamente tener desafíos que los lleven al límite, quieren expandir su horizonte. Seres hambrientos de experiencias y aventureros. Logran encontrar significado en sus fracasos, para ellos son aprendizajes.
Ser resiliente te ayudará a mantener la cabeza fría y tomar decisiones acertadas en los momentos de crisis, es una capacidad que resulta esencial para ser exitoso, ya que incide directamente en tu nivel de perseverancia, siempre necesaria para alcanzar nuestras metas más preciadas.
Si eres resiliente verás que sabes manejar tus emociones de una manera saludable, no te enojas con frecuencia y además piensas antes de actuar. Eres una persona empática, capaz de comprender el dolor de los demás y ponerte en su lugar. Eres una persona optimista, que confía en sí misma y en su capacidad de salir adelante. También eres una persona humilde que si está en aprietos no teme pedir ayuda, todos necesitamos aliados y no es de cobardes pedir una mano cuando lo necesitamos.
puedes desarrollar la Resiliencia mediante:
·        Disfrutar de tus vínculos afectivos
·        Potenciar una visión favorable de ti mismo
·        Confiar en tus capacidades y fortalezas
·        Planificar proyectos y metas de manera realista
·        Manejar los impulsos
·        Evaluarte a ti mismo con más justicia, no seas tu juez más severo
Tú puedes aprender a ser más resiliente, a aceptar tus circunstancias y a cambiar aquello que está en su control. Un verdadero guerrero conoce cuando debe luchar y cuando debe aceptar y desapegarse.
“Un buen guerrero no se queja de sus cicatrices, ni de sus fracasos, ni de sus errores; es consciente de que han sido necesarios para crecer y aprender”.

El crecimiento postraumático está asociado al crecimiento que sobreviene luego de haber transitado un hecho donde tu vida estuvo en riesgo o sufriste un ataque físico. La palabra crecimiento implica que la persona creció más allá de su nivel de funcionamiento previo, dicho de otra manera, la persona evolucionó emocionalmente.
Superar una adversidad, querido guerrero, es también permitirte sentir la fuerte convicción de que eres mejor de lo que eras antes de ella. “Lo que no te mata, te fortalece”. Podrás perder batallas, pero no la guerra. El dolor puede golpearte, marearte, tragarte, pero no vencerte, no si no se lo permites.
“Todo hombre debería perder una batalla en su juventud, para no perder la guerra cuando sea viejo “George R.R. Martin.

Las investigaciones han demostrado que quienes han sufrido alguna adversidad muestran fortalezas más intensas comparados con aquellos que no han experimentado nada.  Así que cada vez que algo no sale como quieres, cuando no logras alcanzar lo que te has propuesto, cuando sabes que por más que ames a alguien no puedes cambiarlo, cuando debes transitar una enfermedad, cuando debes aceptar la muerte y soltar, cuando una etapa culmina, cada vez que te enfrentes a los demonios saldrás más fuerte.
Aquella persona que jamás ha sufrido no es afortunada, será débil. Porque aprender de la adversidad implica que eres un guerrero de la vida, que posees una sabiduría que los demás no tienen, que sabes desdramatizar las tonterías de la cotidianeidad, que te permites asombrarte y divertirte como niño, que eres capaz de salir airoso de complejas batallas. Cada día, simplemente, eres más fuerte.
El dolor te hace crecer como ser humano, te desarrolla emocional y psicológicamente. Las personas más sabias no son las que tienen más años, sino quienes han vivido más experiencias fuertes y han salido victoriosos. Y ser victorioso no necesariamente es vencer, a veces es simplemente aprender.
Quienes han vivido una experiencia traumática y son lo suficientemente humildes para aprender de ella, sienten un mayor aprecio por la vida. Se sienten enérgicas y con ganas de hacer muchas cosas, son más fuertes espiritual y emocionalmente, se vinculan con los demás de una manera más profunda. Son personas compasivas y comprensivas. Saben qué es lo que es realmente importante en el mundo, prima más el desarrollo espiritual y psicológico que el material.
 “A veces no te das cuenta de tus propias fortalezas hasta que te encaras con tu mayor debilidad”-Susan Gale.

Quiero que te des el permiso para convertirte en guerrero a partir de hoy mismo. No insultes a la vida por los dolores con los cuales te golpea, quiero que agradezcas y te permitas potenciarte en la adversidad. Nadie escapa a los caprichos del destino, todos tenemos nuestras batallas con la cuales lidiar.
Las crisis son necesarias para tu crecimiento, no son obstáculos necesariamente, no si reinterpretas estos acontecimientos a tu favor.
La esperanza es lo que te sostiene durante los peores momentos, debes tener esa fe inamovible de que podrás salir adelante o al menos hacer que esa situación tenga un sentido para ti.
Respétate,  cuida tus necesidades. No temas enfrentarte a emociones fuertes, son necesarias para construir tu carácter. Decide dedicar tu fuerza en lo mucho o poco que puedes controlar, recuerda que la actitud es algo que conscientemente elegimos.
No temas forjarte en la adversidad, porque aquellos que pasamos por lo peor, somos como el ave fénix. Renace de las cenizas, aprende de tu dolor, hazte poderoso en el proceso, aprecia la vida con todo lo maravilloso y desafiante que implica. Esparce tu sabiduría y tu amor.

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