SARA SARMIENTO | Madrid | Cepsim
Te
conciencias para comer sano todos los días, para salir a correr por las mañanas
o ir al gimnasio después del trabajo, te preparas para aprobar ese examen o
para que esa relación de pareja sea ideal, para conseguir ese trabajo que
mereces y cuando estás a punto de conseguirlo e incluso cuando ya lo tienes,
sientes y haces algo que lo echa por tierra. Una especie de angustia
acompañada de indecisión, algo insoportable que al final hace que abandones los
objetivos por los que luchas y sigas en la misma rutina de siempre, viviendo la
misma vida, sin avanzar hacia donde sueñas. Esto es lo que se
conoce como auto-sabotaje y comprende todas las acciones que hacemos para
impedirnos alcanzar los objetivos que deseamos. Son las dudas sobre si nos
lo merecemos o no, si lo queremos, si estamos preparados o seremos capaces,
etc. Entre las conductas que nos alejan de nuestros sueños se encuentran: la procrastinación, las
excusas, las justificaciones, la indecisión, la vergüenza, la duda, la culpa…
En definitiva, a la hora de realizar tus deseos, te frenas, retiras o los
boicoteas.
Aunque parezca que el
autosabotaje nos aleja de la felicidad (y así es), en realidad tienen sus
causas y su función. Vamos a saber más sobre él.
Formas de auto-sabotaje.
Entre las más comunes
podemos encontrar:
·
Negar nuestros deseos y sentimientos
·
La comparación con las otras personas, sintiéndonos inferiores.
·
El sacrifico extremo sin escuchar nuestras necesidades internas.
·
El superyó o juez interno
·
La crítica y el perfeccionismo
·
Procrastinación y excusas
·
No saber establecer objetivos o dejar las cosas antes de terminarlas
·
El lenguaje negativo hacia nosotros mismos “no puedo”, “no es para mí”,
“no me lo merezco”.
Causas del auto-sabotaje
Su origen está en la
infancia y/o en experiencias vitales estresantes y dolorosas, especialmente las
relacionadas con nuestro narcisismo, valía y autoestima. El miedo que surge
cuando vamos a conseguir un logro o la culpa por alcanzarlo se esconde en
nuestro inconsciente, en un aprendizaje que hemos hecho para anticiparnos
consecuencias peores o en los esquemas mentales con los que interpretamos la realidad
y el mundo, pero sobre todo, a nosotros mismos.
Algunos ejemplos de causas del autosabotaje pueden ser: progenitores
excesivamente críticos o perfeccionistas tanto con ellos mismos como con sus
hijos; progenitores que no daban valor a los logros del infante; valores
rígidos sobre el éxito, la humildad, el sacrificio o el poder; forzar demasiado
las capacidades de los niños cuando aún no están suficientemente desarrolladas,
pedirles más de lo que pueden dar hacer o ser; desvalorizar a la persona; expectativas
muy altas; comparación y culpabilización por personas significativas; insultos;
la identificación con padres que no se valoran a sí mismos o que no tienen
objetivos, capacidades, etc.; sufrir bullying o acoso…
Si aprendemos que no
somos capaces, que serlo o conseguirlo está mal, que mostrar nuestros logros es
negativo o sentimos que avanzar es traicionar a nuestras familias o padres,
entre otras ideas, entonces será muy fácil ser víctimas de nuestro propio
crítico interno.
¿Qué es el crítico interno
o Superyó?
El superyó,
concepto desarrollado por Freud, es una estructura psíquica que surge
al ser socializados: interiorizamos las normas y los valores para
controlar nuestros impulsos y deseos y poder vivir en sociedad. Aunque el
superyó es una parte valiosa porque nos ayuda a relacionarnos, controlarnos y
vivir en sociedad, no siempre tiene por qué ser tan positivo. Algunas personas
tienen “superyoes” críticos, severos, estrictos, punitivos e
incluso, “odiadores” de la propia persona. El superyó es conocido en
la psicología con otros nombres o derivados de esta estructura, así se pueden
encontrar conceptos como padre interior, crítico interno, juez
punitivo, etc., que nos hablarían de símiles o de
características del primitivo pero actual superyó freudiano.
El tipo de mensaje que
nos da, es decir, los pensamientos “superyoicos” que nos asaltan en la mente,
son de este estilo: “deberías hacer esto y no aquello”, “debes mejorar”, “no
eres capaz”, “no puedes”, etc. En múltiples ocasiones aparecen frente a
estímulos presentes que nos recuerdan situaciones pasadas que salieron de
manera negativa, por lo que sería como una alarma para prevenirnos de un
fracaso o peligro evitando que volvamos a sufrir.
En otras es la interiorización de mensajes negativos que nos dieron personas
importantes. La cuestión es que nuestro presente no es nuestro pasado, pero en
el trauma y en el inconsciente no existe la temporalidad, y es por ello que
cosas que nos pasaron en la infancia se siguen reviviendo como si fueran hoy
mismo, aunque hayamos olvidado las causas que nos produjeron ese miedo o dolor
y que ahora nos generan la alarma. Así que esta voz interna que nos quiere
proteger en realidad lo que hace es frenarnos y autosabotearnos.
Cómo superar el autosabotaje
Como todo en psicología,
deberás practicar para que tenga efecto. A veces, un mensaje dado en un momento
concreto por una persona importante de nuestro presente, como un psicólogo o
una pareja, puede liberarnos de las cargas del pasado, pero lo más aconsejable
es empezar a cambiar nuestro día a día para salir del abismo del autosabotaje.
1.
Conoce tu mente: Aunque parece fácil
no lo es, ya que nuestro juez interno funciona de manera automática y muchas
veces se encuentra en el inconsciente. Un buen análisis de nuestro diálogo
interno y sobretodo, de dónde proceden nuestros ideas sobre el mundo y nosotros
mismos, a qué persona de nuestro inconsciente o pasado traicionamos si las
cambiamos, etc., suele ser necesario para poder avanzar.
2.
Identifica a tu juez interno: sé consciente de
esos mensajes que te das a ti mismo y te alejan del éxito y el crecimiento
interior. No les hagas caso, recuerda que quieren protegerte de algo que ya no
está en el presente.
3.
Establece tus deseos y ponlos en forma
de objetivos específicos: ¿Qué quiero exactamente en mi
vida y cuáles son los pasos para conseguirlo? Aunque al principio parece
difícil, si un gran sueño se divide en pasos pequeños es mucho más factible
llegar a él. Recuerda que el tiempo pasará de todas formas, así que mejor que
pase consiguiendo lo que deseas. Ahora bien, tómate un tiempo para saber qué
deseas tú, si estás en tu camino y no intentando cumplir lo que otros te
impusieron.
4.
Deja de pensar, actúa más. El miedo, la
culpa, las excusas y la crítica vendrán, llevas toda la vida viviendo con
ellas. Deja de regodearte en ellas y simplemente, actúa.
5.
Pide consejo a quienes ya lo hicieron
antes que tú: inspirarte en otras personas no es copiar, preguntar y ser ayudado no es
fracasar. Otros ya vivieron este camino, confía en su criterio pero no te
olvides de personalizar todo lo que te digan a lo que tú necesitas.
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