ANA
MORALES |
Vogue-Spain | 24/03/2022
Cómo controlar la ansiedad es uno de los grandes desafíos de la sociedad
del siglo XXI. Hace tiempo que la OMS advierte de la prevalencia de esta
“pandemia silenciosa” cada vez más visible: más de 260 millones de personas la sufren
en el mundo y, según datos del Ministerio de Sanidad en
España, una de cada diez personas mayores de 15 años ha sido diagnosticada con
algún problema de salud mental. Afecta en mayor medida a las mujeres –más del
doble de los casos de ansiedad se diagnostican en mujeres– y empieza a pasar
factura de forma preocupante entre la población más joven (de entre 20 y 24
años). De hecho, el contexto actual está acelerando estos datos. Por tanto, es
justo y necesario hablar de las alternativas que existen para intentar
controlarla. Y recuerda: pedir ayuda a amigos, familiares y profesionales
siempre es una de las mejores opciones.
Fortalecer vínculos con amigos y
familiares
En las llamadas Zonas Azules del planeta –lugares
donde hay una mayor esperanza de vida– se da una fuerte importancia a los
vínculos familiares y de amistad. Las relaciones sociales nos aportan bienestar emocional y son un factor
protector de la salud mental. “Las relaciones interpersonales se perfilan como
una de las principales vías de escape para superar momentos de estrés o
ansiedad. Y es que, compartir los malos momentos con un círculo social cercano,
contribuye a controlar la inestabilidad emocional y, por tanto, a tener una
mente más despejada y relajada para conciliar mejor el sueño”, explica María Sánchez, e-Health Medical Manager de Cigna España.
Crear (y no
anestesiarse emocionalmente)
Tal y como explica Ixi Ávila, coach de inteligencia
emocional, cuando sentimos ansiedad muchas veces tendemos a hacer cualquier
cosa para no sentir "y nos anestesiamos emocionalmente, ya sea atracando
la nevera, haciendo scroll infinito
en las redes sociales o con cualquier placer instantáneo que tengamos a mano”.
Una alternativa para evitar esa anestesia emocional que no alivia el problema
sin que solo lo enmascara –es importante aprender a gestionar nuestra respuesta
ante el estrés– es la creatividad. “La expresión creativa nos ayuda a desestresarnos.
El arte es terapéutico, de nuevo todo vale: escribe, pinta, canta… Expresa tu
ser, sin que sea para un fin o para exponerlo al juicio externo, simplemente
por puro disfrute”, explica la experta.
Hablar de
nuestra ansiedad con los demás
Según un estudio llevado a cabo por Mundopsicólogos, la mayoría de los
jóvenes que padecen ansiedad prefieren hablar de lo que sienten y temen en
lugar de encerrarse en sí mismos (alrededor de un 78% de los encuestados). Y
hacerlo así es positivo porque, tal y como apuntan los psicólogos, el diálogo y la comparación con otras
personas son muy útiles ya que nos permiten resaltar el problema al sacarlo a
relucir. Sólo reconociendo su existencia y dándole forma se
puede afrontar un problema.
Aprender a no
preocuparse antes de tiempo
“Haz todo lo que puedas. Lo demás, déjaselo al
destino”, afirma un proverbio japonés. La situación actual puede incrementar
los niveles de ansiedad, pero ser conscientes de hasta dónde llega nuestro
poder para cambia la situación es importante para controlar la ansiedad. De
hecho. tal y como explica la psicóloga Ana Gutiérrez Laso, de la plataforma Happy
Change,“no
se puede controlar todo, siempre queda un resquicio que una y otra vez burla tu
esfuerzo. Sé realista en tus expectativas de control haciendo todo lo que
puedas, pero sabiendo que no puedes controlarlo todo”. Y eso implica dejar de preocuparse por cosas que no
aún sucedido. “La pre-ocupación define el estado interno anterior a ocuparte
eficazmente de algo, y no se trata de perder energía en los previos, sino de
ponerte manos a la obra cuanto antes. Preocuparte no significa que estés
haciendo lo adecuado para afrontar una situación y, cuando la preocupación es
excesiva, te lleva al bloqueo en vez de a una respuesta eficaz”, explica Sara
Noheda. Los pensamientos anticipatorios negativos nos hacen mucho daño.
Enfrentarse al
problema
Cuando algo genera ansiedad, evitar cualquier situación que pueda elevar
los niveles de estrés para mantener la calma es una reacción recurrente. Pero
no es lo más aconsejable. “Esta forma de actuar puede ser contraproducente
porque acrecienta los
límites que uno se impone, en lugar de tratar de superarlos y
eliminarlos. Muy a menudo la ansiedad es injustificada. Por tanto, complacerla
y dejar que ocupe más y más espacio es un error que no hay que cometer”,
explican desde Mundopsicólogos.
Ordenar la
mente (escribiendo)
En ocasiones, la ansiedad se produce por una lista
interminable de cosas que tenemos que hacer, problemas o simplemente por tener
una visión negativa de la realidad que nos lleva a interpretar todo como una
amenaza. Para la psicóloga Lucía
Feito Crespo, del Instituto Psicológico
Claritas, hay un
ejercicio que puede funcionar: se trata de escribir todas las demandas o
problemas que tenemos en este momento, priorizarlos y buscar posibles
soluciones. “Es importante el priorizar, no querer abordarlo todo de golpe. Es
importante que tengamos paciencia, pues todo tiene su momento y es imposible
controlar todo, lo que tenemos es miedo y esto nos lleva a la inseguridad y a
colocarnos en escenarios futuros catastróficos que todavía no existen. Si vivimos
en un continuo estado de alarma vamos a interpretarlo todo como una situación
amenazante o catastrófica que no nos dejará descansar y condicionará todas
nuestras relaciones bajo la desconfianza”, explica.
Identificar
nuestra fortaleza clave (y reinventarla cada semana)
Los expertos en salud mental de Harvard insisten en
que el cerebro se puede entrenar para ser feliz. Y hacen referencia a estudios
que confirman que las personas que identificaron sus fortalezas clave y la
usaron de una manera diferente cada semana aumentaron los niveles de felicidad
y redujeron los de depresión.
Practicar la
autocompasión
El psicólogo Christopher Germer en su libro The Mindful Path to Self-Compassion habla
de la importancia de darse ánimos a uno mismo cuando pasa un mal momento. Y
sobre todo, de la importancia de hacerlo como lo harías con un buen amigo:
“Piensa en lo que dirías a un amigo en la misma situación que tienes tú ahora.
Dirige esa respuesta compasiva hacia ti misma”.
La importancia
del minimalismo material
Controlar la ansiedad también puede depender del orden
físico porque este produce paz mental. El psicólogo José Elías afirma que
reducir el número de cosas que se poseen también favorece la relajación mental.
Menos es más para controlar la ansiedad. “El minimalismo nos lleva a tener pocas cosas y disfrutar de
ellas porque son necesarias. Tener muchas cosas a nuestro alrededor solo sirve
de preocupación por tenerlas y mantenerlas bien y limpias. Lo importante es
disfrutar del mayor tiempo posible para nosotros”, explica.
Hacer algo que
guste
En periodos de ansiedad parece difícil encontrar
momentos para la diversión, pero es justo y necesario hacerlo. “Cuando estamos
rumiando o pasando por situaciones que nos dan ansiedad, miedo o estrés,
nuestra salud mental sufre. Por lo que, en lugar de dar pábulo a tus
pensamientos negativos, haz
algo que te guste: le da a tu mente otra cosa en la que
centrarse y puede ayudar a calmarte. ¿Hay un relato que siempre has querido
escribir? ¿Un curso virtual de mejora personal que siempre has querido
hacer? Ha llegado el
momento. Estamos siempre muy atareadas, haciendo malabares
atendiendo carrera y familia, por lo que buscar un ratito a lo largo del día
para hacer algo que te guste a veces nos parece un capricho. No te sientas culpable. Es
importante tratarnos bien porque así es como empezaremos a librarnos de la
autocompasión y de la ansiedad”, explica la doctora Olivia Remes.
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