viernes, 28 de febrero de 2025

11 rasgos de las personas emocionalmente inmaduras

 PABLO ANDRÉS ROJAS RAMÍREZ       |     La Mente es Maravillosa    |     05/11/2024

 La inmadurez emocional se caracteriza por la dificultad para manejar las emociones, lo que afecta el bienestar de algunas personas y de quienes las rodean. Aprende cómo identificarla.

Todos hemos conocido a alguien que, aunque sea adulto, parece tener el manejo emocional de un niño. ¿Te suena familiar? Ya sea en el trabajo, en la familia o incluso en una relación amorosa, las personas emocionalmente inmaduras suelen generar caos a su alrededor, ya que evitan enfrentar la realidad y asumir responsabilidad por sus acciones.

Ser inmaduro a nivel emocional implica no saber gestionar ni expresar las emociones de forma saludable. Estas personas tienden a mantener actitudes infantiles, creyendo que el mundo debería ajustarse a sus deseos. A continuación, te mostramos los rasgos más comunes de quienes carecen de madurez emocional.

1. Son incapaces de manejar sus emociones

En situaciones de estrés, estas personas pueden recurrir a comportamientos impulsivos, como gritar, cerrar la comunicación o incluso evitar el conflicto, en lugar de abordar el problema de manera madura y racional.

La incapacidad para regular sus emociones puede generar conflictos en sus relaciones interpersonales, ya que los demás pueden sentirse abrumados o confundidos por estas reacciones extremas.

Con el tiempo, trabajar en habilidades de gestión emocional y aprender a responder de manera adecuada a diferentes situaciones puede ser fundamental para su crecimiento personal y la mejora de sus interacciones sociales.

2. Tienen reacciones impulsivas

Por lo general, las personas con poca madurez emocional responden a las situaciones sin pensar en las consecuencias. Pueden estallar en enojo o frustración por pequeñas cosas o hacer comentarios hirientes a quienes más aman, lo que puede resultar doloroso y agotador para quienes están a su alrededor.

Diversos estudios han encontrado una clara relación entre la inmadurez emocional y la agresión verbal. Esto sugiere que la incapacidad para gestionar de forma adecuada las emociones puede llevar a respuestas impulsivas y reacciones desproporcionadas en situaciones cotidianas.

Al momento de vincularse con este tipo de personas, es fundamental cuidar las propias emociones y necesidades, fomentar el respeto y la comunicación y establecer límites claros sobre lo que es aceptable en la relación y lo que no.

3. Les cuesta aceptar las críticas

La inmadurez emocional en adultos puede surgir de diversos factores, incluyendo la falta de experiencias de vida significativas, rasgos psicológicos específicos, problemas durante la infancia y el entorno familiar en el que crecieron.

Estos elementos pueden contribuir a que no sepan cómo afrontar las críticas, ya sea de seres queridos o personas externas. Cuando se les señala un error o se les ofrece una crítica constructiva, suelen sentirse atacados y reaccionan de manera defensiva.

En lugar de tomarse un momento para reflexionar sobre la retroalimentación y considerar cómo pueden mejorar, tienden a culpar a los demás o a interpretar la crítica como un ataque personal. Este comportamiento impide su crecimiento y dificulta la construcción de relaciones saludables, ya que suelen alejar a quienes intentan ayudarles.

4. Suelen tener baja empatía

A las personas con madurez emocional limitada les cuesta ponerse en el lugar de los demás y entender sus sentimientos y perspectivas. Esta falta de empatía puede llevar a dificultades en las relaciones interpersonales, puesto que tienden a centrarse en sus propias necesidades y emociones, sin considerar cómo sus acciones afectan a quienes los rodean.

De acuerdo con un publicación de Science International Journal, los padres emocionalmente inmaduros presentan un conjunto distintivo de características que afectan su capacidad para criar a sus hijos. Su egocentrismo y baja empatía dificultan el reconocimiento y la atención a las necesidades de su pequeños, lo que genera ambientes familiares tensos y conflictivos.

Además, su resistencia a las emociones y a la intimidad contribuye a interacciones superficiales y unidireccionales con sus hijos, impidiendo el desarrollo de vínculos profundos.

5. Tienen una visión egocéntrica

Las personas emocionalmente inmaduras suelen tener una visión egocéntrica del mundo y tienden a centrarse solo en sus propias necesidades, deseos y experiencias. Esta perspectiva limitante les dificulta comprender o considerar los puntos de vista de los demás, ya que creen que sus sentimientos y opiniones son los más importantes.

Como resultado, pueden actuar de manera desconsiderada o indiferente hacia las emociones y necesidades de quienes los rodean, lo que puede causar conflictos en sus relaciones interpersonales.

6. Tienen dificultades para asumir responsabilidades

Este patrón puede manifestarse de diversas maneras, como evitar reconocer sus errores, culpar a los demás por sus fracasos o justificar sus comportamientos negativos.

La falta de responsabilidad no solo obstaculiza su crecimiento personal, sino que también afecta sus relaciones interpersonales, ya que los demás pueden sentirse frustrados o decepcionados por su incapacidad para admitir sus fallos.

De hecho, se ha sugerido que existe una diferencia significativa en la madurez emocional entre los delincuentes juveniles y aquellos que no lo son. Esto puede estar relacionado con su incapacidad para asumir responsabilidades por sus acciones.

La inmadurez emocional puede dificultar que estos jóvenes reconozcan el impacto de sus comportamientos en sí mismos y en los demás, lo que los lleva a actuar sin considerar las consecuencias de sus acciones.

7. Suelen culpar a los demás

Estas personas tienen la tendencia a culpar a otros por sus problemas y fracasos en lugar de asumir la responsabilidad de sus propias acciones. Esta actitud puede surgir de una incapacidad para reflexionar sobre sus errores en las situaciones adversas.

Cuando enfrentan críticas o desafíos, suelen adoptar una mentalidad defensiva y señalan a otros como responsables, ya sea amigos, familiares o circunstancias externas. Pero al evitar la autorreflexión y el autoconocimiento, se pierden oportunidades valiosas para aprender y crecer.

8. A menudo establecen lazos de dependencia

Las personas emocionalmente inmaduras tienden a volverse muy dependientes de amigos, familiares o parejas para su bienestar emocional y toma de decisiones. Esta dependencia puede manifestarse en una necesidad constante de aprobación, apoyo y validación, lo que puede generar dinámicas poco saludables en sus relaciones.

En lugar de desarrollar una independencia emocional y la capacidad de gestionar sus propias emociones, estas personas por lo general buscan refugio en los demás, temiendo la soledad o el rechazo.

La dependencia emocional puede dificultar su crecimiento personal, ya que les impide asumir la responsabilidad de sus propias vidas y decisiones. Pueden sentirse abrumados por la presión de satisfacer las expectativas de los demás y temen perder esas relaciones si expresan sus propias opiniones o necesidades. 

9. Son irresponsables en el manejo del dinero

La impulsividad a la hora de gestionar el dinero es uno de los rasgos más relevantes de las personas inmaduras. El desorden financiero puede manifestarse en hábitos como gastar de manera impulsiva, no hacer un presupuesto o ignorar las deudas.

En lugar de planificar y tomar decisiones informadas sobre sus finanzas, tienden a actuar por capricho, lo que puede llevar a problemas económicos significativos. Las deudas acumuladas o la falta de gestión del dinero pueden generar tensiones con amigos, familiares o parejas, que pueden verse afectados por su comportamiento imprudente.

10. Se les dificulta establecer límites

Muchas veces, las personas con inmadurez emocional sienten la presión de complacer a los demás, lo que les impide priorizar sus propias necesidades y deseos. La incapacidad para decir «no» o para definir con claridad lo que están dispuestos a aceptar de los demás puede llevar a situaciones de sobrecarga emocional y agotamiento. 

La falta de límites claros no solo afecta su bienestar personal, sino que también puede dar lugar a relaciones disfuncionales y desequilibradas. Pueden sentirse resentidos o explotados, ya que, al no comunicar lo que es aceptable para ellos, terminan cediendo a las demandas de los demás.

11. Tienen una gran falta de introspección

A menudo, estas personas no dedican tiempo a reflexionar sobre su comportamiento, emociones y las consecuencias de sus acciones.

Sin la práctica de la autorreflexión, las personas inmaduras pueden perder la oportunidad de aprender de sus experiencias y entender cómo sus reacciones afectan a quienes les rodean. Esta falta de análisis interno impide que desarrollen una mayor conciencia de sí mismos y de sus patrones emocionales.

La influencia del contexto cultural y social en la madurez emocional

Múltiples estudios han sugerido que el desarrollo social y emocional en los primeros años de vida es fundamental porque establece una base sólida para que los niños puedan crecer y enfrentar nuevas etapas de forma saludable.

 

Esto significa que las habilidades sociales y emocionales que se adquieren en la infancia temprana influirán en cómo nos relacionamos, entendemos y manejamos nuestras emociones en la niñez, la adolescencia y en la vida adulta.

De igual manera, los valores culturales también influyen en la educación emocional de los niños. Esto puede verse reflejado en la forma en que los padres expresan sus emociones, hablan con sus hijos sobre sentimientos y responden a sus demandas emocionales. Estas prácticas, propias de cada cultura, van moldeando el desarrollo emocional de los niños.

Por ejemplo, en algunas sociedades occidentales, se promueve la expresión abierta de emociones como un signo de autenticidad y conexión interpersonal, lo que puede facilitar el desarrollo de habilidades emocionales y una mayor empatía.

En contraste, en otras culturas, la contención emocional y el autocontrol pueden ser más valorados. Esto puede llevar a que la madurez emocional se interprete como la capacidad de manejar las emociones de manera interna, evitando conflictos y manteniendo la armonía social.

Las diferencias culturales y factores como el entorno familiar, la educación y las experiencias de vida contribuyen al desarrollo de la madurez emocional en diferentes contextos.

¿Cómo superar la inmadurez emocional?

Al integrar las siguientes estrategias y hábitos para alcanzar la madurez emocional, puedes transformar tu vida de manera profunda y enriquecedora. De esta manera, mejorarás tu bienestar personal, fortalecerás tus relaciones interpersonales y crearás un entorno más positivo a tu alrededor.

·        Fomenta la autorreflexión: dedica tiempo a reflexionar sobre tus emociones y comportamientos. Pregúntate cómo te sientes en diversas situaciones y por qué reaccionas de esa manera. El journaling (o escribir en un diario) puede ser una herramienta útil.

·        Desarrolla habilidades de comunicación: aprende a expresar tus pensamientos y sentimientos de manera clara y asertiva. Practica decir «no» y establece límites saludables en tus relaciones para proteger tu bienestar emocional.

·        Practica la empatía: haz un esfuerzo consciente por comprender las emociones y perspectivas de los demás. Escuchar y tratar de ponerte en el lugar del otro puede ayudarte a mejorar tu madurez emocional.

·        Gestiona tus emociones: trabaja en técnicas de regulación emocional, como la meditación, la respiración profunda o la práctica de mindfulness. Estas herramientas pueden ayudarte a calmarte y a responder de manera más equilibrada ante situaciones estresantes.

·        Busca apoyo profesional: considera la terapia o el coaching emocional. Un profesional puede brindarte herramientas y estrategias específicas para abordar la inmadurez emocional y ayudarte a crecer.

·        Practica la autocompasión: aprende a ser amable contigo mismo. La autocrítica excesiva puede obstaculizar tu crecimiento, así que es importante aceptar tus imperfecciones y reconocer que todos cometemos errores.

·        Comprométete a un aprendizaje continuo: la madurez emocional es un proceso en curso. Mantente abierto a nuevas experiencias, aprendizajes y la posibilidad de crecimiento constante.

Aprende a reconocer a las personas emocionalmente inmaduras

Los rasgos de inmadurez emocional no surgen o se mantienen por decisión consciente de las personas. Casi siempre obedecen a vacíos o grietas durante la crianza. También pueden ser una consecuencia de experiencias desafortunadas que les han impedido evolucionar.

Si eres así, o conoces a alguien así, no se trata de que le señales. La madurez emocional no es un destino, sino un viaje continuo que, con dedicación y esfuerzo, puede transformar nuestras vidas y las de quienes nos rodean.

miércoles, 26 de febrero de 2025

¿Qué dice la psicología sobre quienes tardan en responder mensajes?

MARTÍN NICOLÁS PAROLARI         |       gizmodo.com     |      14/12/2024

Si alguna vez te has frustrado esperando una respuesta o te han acusado de ignorar mensajes, ¡tranquilo! Según la psicología, este hábito tiene explicaciones más profundas que van más allá de la simple descortesía. Descubre qué hay detrás de esta conducta y cómo interpretarla en tus relaciones.

En un mundo hiperconectado, las notificaciones constantes pueden ser agotadoras, y no responder de inmediato no siempre significa desinterés. A veces, este hábito refleja necesidades emocionales o patrones de comportamiento que vale la pena entender.

Fatiga digital: Protegerse del exceso de notificaciones

Un estudio publicado en Computers in Human Behavior señala que la fatiga digital es una de las principales razones por las que algunas personas tardan en responder. Este fenómeno, descrito como una saturación causada por la presión de estar siempre disponible, lleva a algunos a desconectarse como una forma de cuidar su salud mental.

Según el psicólogo Adam Alter, este comportamiento no es malintencionado. Más bien, refleja una necesidad de gestionar el impacto emocional de la hiperconectividad en su bienestar diario.

Reflexión excesiva y ansiedad social

En algunos casos, el retraso en responder mensajes puede estar relacionado con una tendencia a reflexionar demasiado. Las personas con ansiedad social o rasgos perfeccionistas tienden a preocuparse por encontrar la respuesta adecuada, lo que puede paralizarlas y retrasar su acción.

«Quieren evitar malentendidos o asegurarse de decir lo correcto, lo que genera una demora involuntaria», explica la psicóloga Susan Krauss Whitbourne. Este patrón puede ser especialmente común en situaciones donde hay una relación emocional importante en juego.

Responder como una inversión emocional

Para otros, el tiempo que tardan en responder está relacionado con la necesidad de establecer límites personales. «Responder mensajes implica una inversión emocional que puede ser abrumadora para quienes tienen personalidades introvertidas o trabajos demandantes», afirma Alter.

Este comportamiento no significa necesariamente falta de interés, sino una forma de preservar su espacio personal y su energía emocional.

¿Qué pasa si es desinterés?

Aunque muchas razones psicológicas justifican este hábito, también puede ser un indicio de que la relación no es una prioridad para esa persona. Un estudio de la Universidad de Texas reveló que tendemos a priorizar mensajes de personas con quienes tenemos vínculos emocionales más fuertes, dejando en segundo plano los menos importantes.

¿Cómo interpretarlo en tus relaciones?

Entender que tardar en responder no siempre es un rechazo puede ayudarte a manejar mejor tus expectativas. Reconocer las necesidades emocionales o los límites de los demás, así como ser claro sobre tus propios sentimientos, puede mejorar la comunicación y fortalecer las relaciones.

Responder o no, y cuánto tiempo se tarda, dice mucho más de lo que parece. Ahora que lo sabes, ¿cómo prefieres manejar tus mensajes?

lunes, 24 de febrero de 2025

Los errores de los padres que se centran en educar en positivo, según Álvaro Bilbao

 C. M.      | vanitatis.elconfidencial.com    |         19/12/2024       

Algunos adultos cometen ciertos errores a la hora de intentar educar a sus hijos lo mejor posible

 

El interés por métodos de crianza que fomenten el bienestar emocional de los niños ha crecido de forma significativa. Muchos padres buscan alternativas que les permitan educar desde el respeto y la comprensión, alejándose de métodos tradicionales basados en el autoritarismo o el castigo. Sin embargo, y aunque la idea resulta atractiva, ponerla en práctica puede resultar más difícil de lo que parece. El experto Tim Elmore y El neuropsicólogo Álvaro Bilbao han analizado cómo los errores más comunes en este enfoque pueden afectar negativamente tanto a los niños como a los propios padres. 

Uno de los fallos más recurrentes es confiar exclusivamente en la paciencia como herramienta educativa. Aunque es muy importante mantener la calma ante situaciones difíciles, Álvaro Bilbao advierte que este recurso tiene un límite: "No podemos depender únicamente de nuestra paciencia, sino que debemos aprender estrategias prácticas para gestionar los conflictos de manera efectiva", asegura.

Otro error habitual es olvidar la importancia de establecer límites claros y consistentes. La ausencia de normas puede llevar a que los niños se sientan desorientados o inseguros. Además, muchos padres caen en la trampa de buscar resultados inmediatos. La educación en positivo no es un método que transforme la conducta de los niños de la noche a la mañana, sino que se trata de un proceso que requiere tiempo, constancia y confianza a largo plazo.

Tim Elmore, en su libro '12 Huge Mistakes Parents Can Avoid', aborda otro aspecto muy importante en cuanto a la educación infantil: el impacto de evitar que los niños se enfrenten al fracaso. Según el autor, proteger en exceso a los hijos puede limitar su capacidad de desarrollar resiliencia y habilidades relacionadas con la resolución de problemas. "El fracaso es una parte esencial del aprendizaje y no deberíamos privar a los niños de esta experiencia", explica.

Este tipo de decisiones puede generar adultos inseguros y poco preparados para afrontar las dificultades de la vida real. Por lo que los errores dentro de un entorno seguro, les permite aprender y aumentar su autoestima. Otra práctica es la de elogiar el esfuerzo y la dedicación en lugar de centrarse únicamente en los resultados o las cualidades innatas. Asimismo, los expertos hacen hincapié en la importancia de encontrar un equilibrio entre amor y disciplina. 

Tal y como señalan ambos, es necesario que los padres se formen en educar en positivo, ya que además de facilitar la crianza, este enfoque fortalece el vínculo familiar y asegura un desarrollo emocional saludable en los más pequeños. En cualquier caso, si tienes dudas sobre cómo gestionar este tipo de estrategias, lo mejor es que acudas a un profesional de salud para que pueda ayudarte a resolver todas tus preguntas, teniendo en cuenta tus circunstancias concretas.

sábado, 22 de febrero de 2025

Qué significa que no quieras pasar tiempo con tus amigos, según la psicología

 GONZALO GARCÍA CRESPO      |    infobae.com      |      01/12/2024 

Aprender a convivir en la soledad es positivo, pero aislarse por completo tiene consecuencias dañinas para la salud mental

Los japoneses cada vez están menos interesados en tener pareja y la natalidad se está desplomando en el país, ante la alarma del Gobierno, que toma medidas —sin éxito— para frenar la tendencia. Pero no se trata sólo de una cuestión sexual o amorosa: el desinterés alcanza también a los amigos.

Hasta hace poco, esto no era así. De hecho, un reportaje de la BBC contaba en 2020 que los japoneses “se avergonzaban de que les vieran solos en público, a la hora de la comida. Tanto es así que a veces optaban por comer en el baño, para no ser vistos”. Pero con el tiempo se fue consolidando el orgullo a la soledad, hasta el punto de que —como a todas las tendencias actuales— se le puso un nombre resultón: el movimiento “ohitorisama”, que significa “fiesta de uno”. Ahora, muchos bares hoteles y hasta karaokes se han adaptado para recibir a clientes que llegan solos y que no tienen intención de juntarse con nadie más.

La moda no es sólo japonesa. Según la encuesta American Perspectives Survey de 2021, casi la mitad de los adultos en Estados Unidos dijo tener tres o menos amigos cercanos. Entre los más jóvenes, el 27% admitió no tener amigos cercanos, mientras que el 22% dijo no tener ninguno en absoluto. Estas cifras son menores en generaciones mayores, como la Generación X (16%) y los baby boomers (9%). Otra encuesta realizada por la Associated Press encontró que el 18% de los participantes tenía una red de apoyo muy limitada, con solo una persona o menos fuera de su hogar a la que podrían acudir en caso de necesidad. Estos datos reflejan que, aunque la falta de amigos puede sentirse como un problema individual, es en realidad una experiencia común

Pero, ¿qué pasa si tienes amigos, pero de repente no quieres pasar tiempo con ellos? ¿O si no tienes amigos porque lo prefieres así? Por un lado, puedes apoyarte en frases vacías de autoayuda, del estilo “La soledad no es ausencia de compañía, es presencia de uno mismo” o “Abrazar la soledad es el primer paso hacia el autoconocimiento”. Por otro, puedes consultar a un psicólogo, como la doctora Kendra Cherry, que en el medio especializado Very Well Mind opina sobre el tema: “Si bien la amistad puede tener beneficios, podrías sentir que no necesitas amigos. El efecto que esto tiene en tu vida y salud depende en gran medida de cómo te sientas al respecto. Si estás aislado y anhelas conexiones sociales, es probable que la soledad tenga un impacto negativo en tu bienestar”, escribe. Y añade: “Todos necesitan algún tipo de contacto social y personas a las que puedan recurrir en busca de apoyo. Esto puede provenir de tu pareja o de miembros de tu familia, lo que podría hacer que sientas menos necesidad de buscar amistades. Esto suele ser suficiente, pero es importante que revises periódicamente tus necesidades para evaluar si es necesario reconsiderarlas”. 

La soledad, una pandemia silenciosa que genera monstruos: "Es un factor de riesgo enorme para la depresión"

Motivos por los que algunos prefieren no tener amigos

Según esta especialista, hay varias razones —bastante obvias— por las que algunas personas prefieren no tener amigos. La primera es la preferencia por la soledad que tienen, por ejemplo, los introvertidos, que suelen necesitar períodos de aislamiento para recargar energías después de interactuar con otros. Este rasgo no implica una falta de interés en las relaciones, sino una inclinación natural hacia el tiempo en solitario. Además, la soledad puede ser una fuente de creatividad, permitiendo a las personas enfocarse en sus proyectos personales o en el desarrollo de nuevas ideas.

Otro motivo es el miedo a ser herido o decepcionado. Las relaciones de amistad suelen implicar un intercambio emocional y expectativas mutuas, lo cual puede generar ansiedad en quienes temen no estar a la altura o ser traicionados. Las experiencias negativas del pasado, como el fin abrupto de una amistad cercana, pueden dar lugar a problemas de confianza, haciendo que estas personas eviten abrirse emocionalmente a otros. En tercer lugar, para algunas personas, la red familiar es suficiente núcleo de apoyo y no sienten la necesidad de ampliarlo. Finalmente, la falta de tiempo por otras responsabilidades, en un mundo en el que el trabajo o los estudios consumen mucha energía, contribuye a la falta de amistades en la rutina diaria.

Sin embargo, tener amigos no solo es una fuente de compañía, sino que también beneficia la salud mental. Según los psicólogos, las amistades proporcionan apoyo emocional, validan nuestras emociones y nos ayudan a manejar el estrés. Muchos estudios han demostrado que quienes cuentan con una red de apoyo social sólida tienen menos probabilidades de desarrollar ansiedad o depresión.

 

jueves, 20 de febrero de 2025

Marian Rojas señala la pregunta que debes hacerte para saber si tienes buena salud mental: "Te reconcilia contigo mismo"

COPE   |    EL DIVAN DE MARIAN ROJAS – Redacción Digital   |    Madrid    |   07/12/2024

Marian Rojas señala la pregunta que debes hacerte para saber si tienes buena salud mental: "Te reconcilia contigo mismo"

La psiquiatra, además, ha hablado del poder sanador de la risa y de cómo debemos afrontar los problemas

 
Todos hemos sido pequeños, y todos sabemos que, a veces, se hacen comentarios relacionados con nuestro físico. A todo esto también pueden sumarse una serie de actos de desprecio. Con el tiempo aprendemos a convertirlo y sabiduría, tanto que muchas veces somos capaces de reírnos de nosotros mismos.
 
Entonces, ¿qué tenemos que hacer en esos casos? "Yo le diría al oyente que me está escuchando: tú cuando te equivocas o cuando ves esa cosa de ti que de repente fallas o que de repente no te sale tan bien como te gustaría, ¿cómo te tratas? ¿Qué te dices interiormente? ¿Otra vez te has equivocado? ¿De verdad qué mal es esto? ¿Pues qué has engordado? Es decir, ¿tu diálogo interior es un diálogo que te perturba? ¿O el diálogo interior te dice, oye, pues mira, estas son épocas en la vida de verdad, pues para adelante?.
Si además de todo esto, somos capaces de reírnos, eso significa que "te has reconciliado contigo mismo".
La psiquiatra ha reivindicado el potente y sanador poder de la risa. "Yo soy muy fan de la risa porque baja los niveles de cortisol, ayuda a mejorar sustancias, endorfinas, que te ayudan a sentirte bien, conectas con la persona que tienes enfrente. Es contagioso", ha asegurado. 
 

De hecho, esta capacidad para reírse de uno mismo es parte de la inteligencia y de la madurez. La psiquiatra y colaboradora de COPEMarian Rojas, ha explicado que aprender a reírse de uno mismo "no es fácil", peor aún si eres una persona que ha sufrido mucho a lo largo de su vida.


"Si se han metido contigo, se genera un complejo; y cuando tú tienes un complejo, la autoestima está más baja. Para reírte de uno mismo tienes que tener una autoestima relativamente sana", ha asegurado. De hecho, no se trata de algo sencillo, sobre todo cuando entramos en un escenario en el que se han reído de una persona en concreto.

 

Marian Rojas señala la pregunta que debes hacerte a ti mismo para saber si tienes buena salud mental. 


De hecho, y para saber si nuestra salud mental o autoestima está en un estado óptimo, es tan sencillo como hacernos una serie de preguntas cuando cometemos un error o nos hemos equivocado. Conocer nuestras fortalezas, nuestras debilidades, y sin juzgarnos. "A veces tendemos a juzgarnos con una dureza que no nos permitimos un error", ha señalado.

 

EL PODER DE LA RISA

Por ese motivo, considera que la risa "hay que fomentarla". 

Y para eso lo mejor es "ir con gente que te hace reír". 

 

"El tema de la risa o las carcajadas es que incluso se ha visto que mejora el sistema inmune, porque al final es una manera de liberar tensión", ha apuntado.