ALDARA MARTITEGUI |
Santiago | www.niusdiario.es |
27/03/2022
Son varias las acepciones de la palabra ‘disciplina’
que podemos encontrar en el Diccionario de la Real Academia Española. Reconozco
que cuando escuché por primera vez hace ya algunos años la existencia de una
propuesta educativa llamada disciplina positiva, me sonó un poco
contradictoria. Obviamente estaba cerrándome a una sola definición de
‘disciplina’; “observancia de las leyes y ordenamientos”, como dice la RAE. La
palabra ‘disciplina’ me evocaba la imagen de niños dóciles sentados en sus
pupitres o desfilando ordenadamente cual hermanos Trapp en Sonrisas y lágrimas.
Afortunadamente, después de una larga conversación
con Marisa Moya -que además de maestra, psicóloga y directora de una escuela infantil
desde hace más de 40 años, es la principal promotora de la disciplina positiva
en España- me quedó claro que, en este contexto, ‘disciplina’ se refiere más
bien a la segunda acepción que recoge nuestro diccionario: “arte, facultad o
ciencia”.
Casi una década lleva ya Marisa Moya enseñando a
familias y educadores este arte de educar desde un lugar diferente, desde una
apertura de la mente, desde una invitación a hacerse uno a sí mismo la pregunta
de ¿cómo estoy influyendo como madre, padre o educador en la tarea de mayor
responsabilidad que tengo, que es la de acompañar a un ser humano en su
desarrollo? “Es un compromiso enorme, asegura Marisa Moya, pero a la vez un
privilegio enorme”.
Aunque la disciplina positiva surgió en EEUU hace ya
40 años, en España es un programa relativamente joven. Empezó su difusión en la
escuela de Marisa Moya en el año 2013: “Llevamos poquito tiempo aquí, sin
embargo, de alguna manera, resulta ya muy cercana a muchas personas”.
A educar también se aprende. Esta idea no es nueva
(Marisa Moya, Disciplina Positiva)
Pregunta: ¿Qué es exactamente la disciplina positiva
y a qué crees que se debe este éxito?
Respuesta: La disciplina positiva, en lo que incide,
es en que no únicamente por el hecho de ser padre o madre todo lo que se haga
sea correcto. Es abrir la mente al valor de la información y al conocimiento de
otras destrezas para educar. Es decir, cuando somos madres y padres,
tradicionalmente se ha dado por hecho que todo lo que haces es adecuado para
los niños. Y hoy se sabe que esto no es así, que a educar también se aprende.
Esta idea no es nueva, tiene sus raíces en la psicología individual. Alfred
Adler, este médico psiquiatra, hace ya 100 años decía que la mejora de la
humanidad dependía de la educación. P: Como padre o madre cuesta aceptar que a
lo mejor uno no lo están haciendo de la mejor manera…Entiendo que ahí tenemos
el primer obstáculo para aprender a educar.
R: Mucha gente dice que sí con la cabeza, pero luego,
en la práctica, todavía hay muchas personas que se sienten enjuiciadas (…)
Cuando tú eres madre, si alguien te dice que algunas de las prácticas que estás
llevando a cabo, estrategias, recursos o incluso la mirada desde donde estás
tomando las decisiones, no le sientan bien a los niños, se sienten enjuiciados.
Entonces ya pierden la receptividad, se consideran atacados y entonces no
quieren saber más de este tema. Esto es lo que está trabajando la Disciplina
Positiva: abrir la mente a que las personas seamos capaces de hacer una tarea
de autoconsciencia.
P: La disciplina positiva digamos que está dirigida a
conseguir cambios en los padres, no tanto en los niños…
R: El foco es sin duda el adulto. El gran problema
que tienen los niños es el adulto (…) El adulto con el entrenamiento en
disciplina positiva se va dando cuenta de que no es lo mismo hacer las cosas de
una manera que de otra, y de que hay muchísimas cosas que les achacamos a los
niños -incluso que les tildamos de que hacen las cosas mal, de que no les sale
nada bien y de que están interpretando mal las situaciones y la vida- y
realmente eso proviene de ti, es decir de las decisiones que tú has tomado.
El adulto abre su cajita de herramientas y utiliza
las de corto plazo: castigo, premio, amenaza. Y esto de momento sí para el
comportamiento, pero es que parar el comportamiento no construye a un ser
humano por dentro (Marisa Moya, Disciplina Positiva)
P: Siempre se ha dicho que se educa con el ejemplo.
¿Mantiene la disciplina positiva esta premisa?
R: En los talleres siempre les digo a los
participantes que, como madres y padres, a todos nos hace muchísima ilusión que
a los 25 años nuestros hijos sean seres pensantes, que sean capaces de haber
construido su individualidad con cimientos sólidos sobre el afecto, la
confianza, el respeto y que de alguna manera hayan podido desarrollar la
responsabilidad, que sepan resolver mediante la búsqueda de acuerdos,
comprometiéndose con el interés social, con enfoque en soluciones de manera
responsable. Pero claro, esto exige la puesta en práctica de un montón de
funciones cerebrales, esto no se da así de manera espontánea porque el niño ya cumplió
25 años. Desafortunadamente esto no sucede así, porque aprender a vivir lleva
mucho tiempo, tiene la exigencia de ese adulto que sea modelo y que sea capaz
de modelar todo eso que le exige a los niños. Si dices a tu hijo: “tienes que
mostrarte empático y asertivo en la vida”, esto es una sobre-exigencia para la
naturaleza infantil, porque los niños, los conceptos abstractos no los alcanza. Hacernos la pregunta de ¿qué es lo que necesitas de
mi? Este es el planteamiento de la Disciplina Positiva
P: Los padres, muchas veces nos empeñamos en que los
niños sean como adultos en miniatura…se nos olvida que no saben, que no tiene
las mismas herramientas que nosotros y les sobre-exigimos.
R: Ahí está el lío, sí…que se les exige. A veces,
incluso nos miran con cara desconcertada, como queriendo adivinarte…¿qué me
estás pidiendo, por favor me lo puedes traducir? Porque mira, el lenguaje no te
entiendo, porque lo que estás utilizando son términos abstractos y no sé cómo
se aplica eso. Si tú me dices que sea respetuoso con mi hermana, yo necesito
saber de manera concreta qué es el respeto. Si tú me exiges que yo sea
tolerante, yo necesito saber cómo se hace la tolerancia porque soy un niño y yo
no tengo estos datos en mi PC. Yo necesito que de vez en cuando tú te muestres
tolerante, respetuoso, que muestres empatía y, entonces, yo, como soy un niño y
estoy tomando nota todo el tiempo, pues entonces digo: ahora sí, ya lo sé, esto
es tolerancia, esto se llama respeto, esto se llama generosidad, esto se llama
bondad, esto se llama espíritu crítico.
P: ¿Qué me dices de la típica escena del padre
diciéndole a gritos a sus hijos que no se grita?
R: Antes de decidir qué quieres que hagan los niños,
decide qué vas a hacer tú y luego trasládalo con coherencia, porque esta es también
una gran trampa: es decir, de manera verbal les decimos lo que hay que hacer,
pero luego, con los hechos, hacemos algo que está en las antípodas, que es
incongruente con lo que les hemos pedido. Por lo tanto, los niños se sienten
desorientados, confusos y al final el adulto resulta como un ser no confiable
porque toda esa información que me está dando no es información, es como una
verborrea que necesita el adulto porque se siente inseguro, porque tiene miedo,
porque tiene una obligación y una responsabilidad.
¿Usted quiere que su hijo tenga autocontrol? Pues
usted tiene que trabajar su autocontrol (Marisa Moya, Disciplina Positiva)
P: ¿Qué alternativas al castigo propone la disciplina
positiva?
R: Imagina el niñito de 3 años que quiere un coche.
Lo tiene una niña que está enfrente, y el coche está detrás de la niña y él
dice que quiere el coche…y si no consigue el coche le da un empujón a su
compañera y, entonces consigue el coche. Esto, para el adulto, es algo terrible
que hay que erradicar de la conducta. Pues el planteamiento de la disciplina
positiva es: aprenda a verlo no como un problema que usted se tiene que quitar
de encima de cualquier manera saltándose su propia dignidad y la de su hijo,
sino como esa oportunidad de ese gimnasio para la vida. Muéstrele a su hijo
cómo se resuelven los problemas de la vida sin utilizar la violencia, porque
esto no se improvisa ni a los 15 ni a los 25. ¿Usted quiere que su hijo tenga
autocontrol? Pues usted tiene que trabajar su autocontrol.
P: ¿Qué les dice a los padres que recurren a la
disciplina positiva para conseguir que sus hijos cambien o dejen de portarse
mal?
R: Que si un niño ha hecho algo y se ha
equivocado…¡esto se llama infancia!. Porque claro, el adulto, lo que quiere es
que dejen de meter la pata, pero es que mire usted, eso se llama infancia. La
disciplina positiva no va a quitar el error, la disciplina positiva lo que va a
hacer es aprovechar el error como oportunidad de construcción de habilidades
para vivir, no para juzgar, sentenciar y penalizar a los niños por el hecho de
serlo. Por eso digo tantas veces que el castigo, lo que denota es por un lado
desconocimiento del adulto de qué es la naturaleza infantil: damos por hecho
que porque tenemos hijos ya sabemos lo que es un niño y no es así, porque su
mente, afortunadamente, funciona de una manera completamente distinta a la del
adulto.
P: ¿Cómo se interpreta y enfoca desde la disciplina
positiva esa señal, es decir lo que vemos como un mal comportamiento de un
niño?
R: Para la disciplina positiva, el mal comportamiento
es una señal. Cuando yo (niño) me equivoco, te estoy diciendo que esa conducta
es apropiada por edad: si un niño de dos años araña, pues usted se lo puede
tomar como algo personal o se puede mostrar como un educador empático. ¿Y esto
qué es? Entender que un niño de dos años tiene un cerebro impulsivo y que no
tiene destrezas para el diálogo, para la búsqueda de acuerdos, para el enfoque
en soluciones, etc…si yo entiendo que no lo está haciendo porque quiera meterse conmigo, sino
sencillamente porque no tiene otras herramientas, pues a lo mejor podemos ser
ese adulto solidario que necesita la infancia.
P: ¿Y si ese mal comportamiento no es el adecuado
para su edad?
R: Por ejemplo, si mi hijo es adolescente y sigue
resolviendo los problemas con la violencia, pues la señal que te está dando es
que en la casa, en el hogar, hay una necesidad encubierta: a lo mejor el
gimnasio no se ha montado, a lo mejor no le hemos dedicado el tiempo que
necesitan nuestros hijos para esa información previa, para sentarnos, decirles:
estas son las pautas, así convivimos en casa, así aprendemos, así nos
respetamos, así disfrutamos en casa…¿Usted le ha dedicado tiempo en su agenda a
eso?, ¿dónde está la parte de información? Porque claro, si los niños no tienen
esa información, resuelven como buenamente pueden. La urgencia es una trampa
mortal en educación. Si usted está en formato 'piraña', usted está resolviendo
un problema, que es trascendental para la construcción humana, a través de los
mordiscos: usted está modelando violencia.
P: En resumen, podemos decir que la disciplina
positiva no es tanto de enseñar técnicas a los padres para educar, como de
cambiar el punto de vista. Podríamos decir que cuando uno cambia ese punto de
vista …¿los recursos vienen solos?
R: Yo digo mucho: adulto, siente el culete con sus
hijos, porque ¿qué conoce su hijo de usted?, ¿las fosas nasales? Mire usted,
las fosas nasales son muy poco inspiradoras. Siéntese, siéntese con sus hijos,
que su mirada pueda conectar con la de su hijo, con la inseguridad que en ese
momento siente su hijo, porque usted es su fortaleza, usted es su entrenador,
usted tiene que mostrarse como un adulto confiable. Y entonces, pues ahora sí:
desde ahí tenemos un montón de recursos en nuestras mesas de soluciones.
P: Por último, ¿qué ocurre cuando un padre o una
madre hace ese clic y se da cuenta de que estaba poniendo el foco en el lugar
equivocado, de que quien necesitaba cambiar cosas era él o ella y no su hijo?
R: Es que ese clic además es muy
esperanzador... aunque al principio la autoconciencia puede ser dolorosa,
porque estabas pensando que el niño hacía esto mal, o eso mal. Pero realmente
la oportunidad y la gran probabilidad de que las relaciones en casa y las
experiencias mejoren, una parte importantísima, está en tu mano y eso es lo
esperanzador: No cambiar al niño de cualquier manera, sino cambiar tú,
abriéndote a lo que decíamos, a ese proceso de autoconciencia de preguntarte qué
estoy haciendo y cómo lo estoy haciendo.
Nota.- Alguna respuesta no la he puesto completa para no alargar más el artículo. Si os interesa leerlo lo podéis encontrar en la referencia de cabecera. Saludos.
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