viernes, 8 de julio de 2022

Qué es y qué no es un trastorno bipolar, el problema mental grave más banalizado ( I )


GUILLERMO LAHERA     |    El País     |    01/07/2022

En el trastorno bipolar (antiguamente denominado enfermedad maníaco-depresiva), los episodios de depresión alternan con episodios de manía o con una forma menos grave de manía llamada hipomanía. La manía se caracteriza por una excesiva actividad física y sentimientos de euforia muy desproporcionados en relación con la situación.

·        La herencia desempeña probablemente un papel en el trastorno bipolar.

·        Los episodios de depresión y manía pueden ocurrir por separado o a la vez.

·        Las personas afectadas sufren uno o más periodos de tristeza excesiva y de pérdida de interés por la vida y uno o más periodos de euforia, energía extrema y, a menudo, irritabilidad; entre ambos, se dan periodos de estado de ánimo relativamente normal.

·        Los médicos basan el diagnóstico en el patrón de los síntomas.

·        Los medicamentos que estabilizan el estado de ánimo, como el litio y ciertos medicamentos anticonvulsivos y, a veces, la psicoterapia pueden ayudar.

 

El trastorno bipolar hace referencia a los dos extremos o polos que se presentan en los trastornos del estado de ánimodepresión y manía. En Estados Unidos, afecta aproximadamente al 4% de la población en algún grado. El trastorno bipolar afecta a hombres y mujeres por igual. El trastorno bipolar suele comenzar en la adolescencia, o entre los 20 y los 30 años. El trastorno bipolar en niños es poco frecuente.

La mayoría de los trastornos bipolares pueden clasificarse en

·        Trastorno bipolar I: la persona ha sufrido al menos un episodio maníaco en toda regla (uno que le impide funcionar normalmente o que incluye delirios) y por lo general episodios depresivos.

·        Trastorno bipolar II: caracterizado por la presencia de episodios depresivos mayores y por lo menos un episodio más leve de manía (hipomanía), pero sin episodios graves de manía.

 

Sin embargo, algunas personas presentan episodios que se asemejan a un trastorno bipolar, pero son más leves y no cumplen con los criterios específicos para el trastorno bipolar I o II. Estos episodios se pueden clasificar como trastorno bipolar no especificado o trastorno ciclotímico. 

Causas del trastorno bipolar

No se conoce la causa exacta del trastorno bipolar. Se cree que la herencia participa en la aparición del trastorno bipolar. Por otra parte, ciertas sustancias producidas por el organismo, como los neurotransmisores norepinefrina y serotonina, pueden no estar bien regulados. (Los neurotransmisores son las sustancias que utilizan las neuronas para comunicarse).

El trastorno bipolar a veces se inicia después de un acontecimiento estresante, o bien un acontecimiento de este tipo desencadena un nuevo episodio. Sin embargo, no se ha comprobado ninguna relación de causa y efecto.

Los síntomas maníacos del trastorno bipolar pueden ocurrir en otros trastornos, como cuando se tienen concentraciones elevadas de hormona tiroidea ( hipertiroidismo). Además, los episodios maníacos pueden estar causados o desencadenados por fármacos y sustancias, como la cocaína y las anfetaminas. 

Síntomas del trastorno bipolar

En el trastorno bipolar, los episodios con síntomas alternan con episodios prácticamente asintomáticos (remisiones). Los episodios duran desde unas pocas semanas hasta periodos entre 3 y 6 meses. Los ciclos (periodo de tiempo comprendido entre el comienzo de un episodio y el comienzo del siguiente) varían en longitud. Algunas personas tienen episodios infrecuentes, pocos a lo largo de toda la vida, mientras que en otras los episodios se producen 4 o más veces al año (ciclación rápida). A pesar de esta gran variedad, la duración de un ciclo es relativamente constante en una misma persona. 

 

Los episodios consisten en la presencia de depresión, manía o una variedad de manía menos grave (hipomanía). Solo una minoría de las personas alternan entre manía y depresión en un mismo ciclo. En la mayoría, predomina en cierta medida o lo primero o lo segundo.

Las personas que sufren trastorno bipolar pueden llevar a cabo tentativas o consumaciones de suicidio. A lo largo de su vida, son al menos 15 veces más propensas a suicidarse que la población general.

 

Depresión

La depresión en el trastorno bipolar es similar al trastorno depresivo. Las personas que la padecen sienten una profunda tristeza y pierden interés en sus actividades. Piensan y se mueven lentamente y duermen más de lo habitual. Por otra parte, su apetito puede estar aumentado o disminuido, y pueden ganar o perder peso. También se sienten abrumadas por sentimientos de desesperanza y culpabilidad, y pueden ser incapaces de concentrarse o tomar decisiones.

 

Los síntomas psicóticos (como alucinaciones y delirios) son más frecuentes en la depresión que se produce en el trastorno bipolar que en la depresión que se produce sola.

 

Manía

Los episodios de manía acaban de manera más brusca que los de depresión y suelen ser más breves, con una duración de una semana o algo más.

Las personas se sienten pletóricas, notablemente más vigorosas y eufóricas o bien irritables. También pueden sentirse demasiado confiadas, actuar o vestir de modo extravagante, dormir poco y ser más locuaces de lo habitual. El curso de su pensamiento se encuentra acelerado. Se distraen fácilmente y cambian constantemente de tema o de actividad. Se lanzan a una actividad (como, por ejemplo, una iniciativa empresarial arriesgada, juegos de azar o conducta sexual peligrosa) después de otra, sin pensar en las consecuencias (como pérdidas económicas o sufrir algún daño). Sin embargo, los afectados suelen creer que están en un estado mental inmejorable.

Las personas afectadas no tienen conciencia de su estado. Este hecho, junto a su enorme capacidad para la actividad, las vuelve impacientes, impertinentes, entrometidas y agresivamente irritables cuando se sienten contrariadas. Como resultado, tienen fácilmente problemas en sus relaciones sociales y sienten que se las trata injustamente o que están siendo perseguidas.

Algunas personas sufren alucinaciones, y ven y oyen cosas inexistentes.

La psicosis maníaca es una forma extrema de manía. Los afectados presentan síntomas psicóticos que se asemejan a los de la esquizofrenia. Presentan en algunos casos delirios extremos de grandeza, como creer que son Jesucristo. En otros, se sienten acosadas, como si fueran perseguidas por el FBI. El nivel de actividad aumenta de forma significativa. Las personas afectadas pueden correr de aquí para allá y gritar, insultar o cantar. La actividad mental y física puede ser tan frenética que se produce una pérdida completa de coherencia en el pensamiento y el comportamiento (manía delirante), causando un agotamiento extremo. Las personas en este estado requieren tratamiento inmediato.

 

Hipomanía

La hipomanía no es tan grave como la manía. Las personas con hipomanía se sienten alegres, con poca necesidad de sueño, y son mental y físicamente activas.

Para algunas personas, la hipomanía representa un tiempo productivo. Tienen mucha energía, se sienten creativas y seguras de sí mismas, y con frecuencia se desenvuelven bien socialmente. Es posible que no deseen dejar este estado placentero. No obstante, otras personas con hipomanía se distraen fácilmente y se irritan con facilidad, y a veces estallan en explosiones de ira. Suelen asumir compromisos que no pueden mantener o iniciar proyectos que no pueden acabar. Cambian de humor rápidamente. Es posible que ellos mismos se den cuenta de tales efectos y estén tan preocupados por su situación como lo están las personas de su entorno.

Episodios mixtos

Cuando la depresión y la manía o la hipomanía concurren en un mismo episodio, la persona puede estallar en llanto en medio de un estado de euforia, o experimentar aceleración de su pensamiento durante un episodio depresivo. A menudo, la persona se va a la cama deprimida y se despierta por la mañana temprano, eufórica y llena de energía.

El riesgo de suicidio durante los episodios mixtos es particularmente elevado.

Diagnóstico del trastorno bipolar


·        Evaluación médica

·        En ocasiones, análisis de sangre y de orina para descartar otros trastornos

El diagnóstico del trastorno bipolar se basa en listas específicas de síntomas (criterios). Sin embargo, la persona con manía puede que no explique sus síntomas con precisión, ya que no piensa que le suceda algo anómalo. Por eso los médicos suelen recurrir a los familiares para obtener información. La persona y sus familiares pueden responder un breve cuestionario que les ayudará a evaluar el riesgo de trastorno bipolar.

Los médicos también interrogan a la persona acerca de la existencia de pensamientos suicidas.

Los médicos revisan la pauta de tratamiento farmacológico para descartar que algún fármaco pueda estar relacionado con la aparición de los síntomas. También comprueban si existen signos de otras enfermedades que puedan tener relación con los síntomas. Por ejemplo, pueden realizar análisis de sangre para detectar un posible cuadro de hipertiroidismo y análisis de sangre o de orina para determinar un posible abuso de sustancias.


También determinan si las personas afectadas están experimentando un episodio de manía o bien de depresión con el fin de prescribir el tratamiento adecuado.

Tratamiento del trastorno bipolar


·        Fármacos o sustancias

·        Psicoterapia

·        Educación y apoyo

En los casos graves de manía o depresión, suele ser necesaria la hospitalización. Incluso si la manía es menos grave, es posible que las personas afectadas deban ser hospitalizadas si son suicidas, intentan hacerse daño a sí mismas o a otras personas, no pueden cuidar de sí mismas o tienen otros problemas graves (como por ejemplo, el consumo de alcohol u otros trastornos por el consumo de sustancias). La mayoría de las personas con hipomanía pueden ser tratadas como pacientes ambulatorios. Las personas con repeticiones rápidas de los ciclos son más difíciles de tratar. Sin tratamiento, el trastorno bipolar reaparece en casi todos los casos.

 

El tratamiento puede incluir

·        Medicamentos para estabilizar el estado de ánimo (estabilizadores del estado de ánimo), como el litio y algunos medicamentos anticonvulsivos

·        Antipsicóticos

·        Algunos antidepresivos

·        Psicoterapia

·        Educación y apoyo

·        Terapia electroconvulsiva, que se emplea en algunas ocasiones cuando los estabilizadores del estado de ánimo no logran aliviar la depresión.

·        Fototerapia, que puede ser útil en el tratamiento del trastorno bipolar estacional (que presenta algunas características en común con el trastorno afectivo estacional)

(sigue en II )

 

 

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