GUILLERMO LAHERA | El País | 01/07/202
En el trastorno bipolar
(antiguamente denominado enfermedad maníaco-depresiva), los episodios de depresión
alternan con episodios de manía o con una forma menos grave de manía llamada
hipomanía. La manía se caracteriza por una excesiva actividad física y
sentimientos de euforia muy desproporcionados en relación con la situación
(sigue)
Litio
El litio puede reducir los síntomas de manía y
depresión; además, ayuda en muchos casos a evitar los cambios de humor en
muchas personas con trastorno bipolar. Dado que el litio tarda de 4 a 10 días en hacer efecto, a
menudo se administra un fármaco de acción más rápida, como un anticonvulsivo o
un antipsicótico nuevo (de segunda generación), con el fin de controlar la
excitación mental y física. Las personas con antecedentes familiares de
trastornos bipolares típicos son más propensas a responder al litio.
El litio puede tener efectos secundarios no
deseados. Puede causar mareos, confusión, sacudidas involuntarias (temblores),
contracciones musculares, náuseas, vómitos, diarrea, sed, micción excesiva y
aumento de peso. También suele empeorar el acné o la psoriasis. Sin embargo,
estos efectos secundarios suelen ser temporales y a menudo se reducen o alivian
con un ajuste de la dosis. En algunos casos es necesario interrumpir el
tratamiento con litio para que remitan
los efectos secundarios.
Los
médicos controlan el nivel de litio en
la sangre mediante análisis de sangre periódicos, ya que si las concentraciones
son demasiado altas, aumenta la probabilidad de que se produzcan efectos
secundarios. El uso prolongado de litio puede
provocar niveles bajos de hormona tiroidea ( hipotiroidismo) y
afectar a la función renal. Por ello, la función tiroidea y la función renal
deben ser controladas mediante análisis de sangre periódicos y el empleo de la
menor dosis eficaz posible.
La intoxicación
por litio se produce cuando la
concentración de litio en la sangre es
muy alta, y se manifiesta con dolores de cabeza persistentes, confusión mental,
somnolencia, convulsiones y arritmias. La intoxicación es más probable en las
circunstancias siguientes:
·
Personas de edad avanzada
·
Las personas con alteración de la función renal
·
Personas que han perdido mucho sodio por vómitos,
diarrea o consumo de diuréticos (que hacen que los riñones excreten más sodio y
agua en la orina)
Las
mujeres que intentan quedarse embarazadas deben dejar de tomar litio, ya que, aunque en raras ocasiones, el litio puede ser causa de malformaciones cardíacas
fetales.
Medicamentos anticonvulsivantes.
Los
anticonvulsivantes valproato y carbamazepina actúan
como estabilizadores del estado de ánimo. Pueden emplearse en el tratamiento
del primer episodio de manía o de los episodios con síntomas depresivos y
maníacos (episodios mixtos). A diferencia del litio,
estos fármacos no dañan la función renal.
Sin
embargo, la carbamazepina puede
reducir considerablemente el número de glóbulos rojos (eritrocitos) y glóbulos
blancos (leucocitos). El valproato puede dañar el hígado (principalmente en
niños) o dañar de forma grave el páncreas, pero es muy poco frecuente. Un
control médico adecuado ayuda a detectar a tiempo este tipo de problemas. El
valproato no se suele prescribir a mujeres con trastorno bipolar si están
embarazadas o en edad fértil, ya que este fármaco parece aumentar el riesgo de
anomalías congénitas del encéfalo o de la médula espinal ( anomalías congénitas del tubo neural),
de trastorno por déficit de
atención/hiperactividad y de autismo en el feto.
El valproato y la carbamazepina pueden
ser eficaces, en especial cuando no se ha respondido a otros tratamientos.
La lamotrigina se utiliza en algunos casos
para ayudar a controlar los cambios de ánimo y tratar la depresión. La lamotrigina puede causar una erupción cutánea grave.
En muy escasas ocasiones, esta erupción cutánea evoluciona hacia el síndrome
de Stevens-Johnson, que es potencialmente mortal. Las
personas que toman lamotrigina deben
estar atentas a la aparición de cualquier nueva erupción cutánea (especialmente
en la zona alrededor del recto y los genitales), fiebre, ganglios inflamados,
ampollas o úlceras en la boca o en los ojos e inflamación de los labios o la
lengua. Deben informar rápidamente a su médico de que están sufriendo tales síntomas.
Para reducir el riesgo de desarrollar estos síntomas, los médicos siguen
cuidadosamente el calendario recomendado para aumentar la dosis. La
administración del fármaco se inicia a una dosis relativamente baja, que se
aumenta muy lentamente (durante un período de semanas) hasta la dosis de
mantenimiento recomendada. Si la dosis se interrumpe durante 3 días o más, el
calendario para aumentar gradualmente la dosis debe comenzar de nuevo.
Antipsicóticos
Los
episodios maníacos de aparición repentina se tratan cada vez con más frecuencia
con antipsicóticos de
segunda generación, ya que actúan con rapidez y el riesgo de efectos
secundarios graves es menor que el asociado a otros fármacos utilizados en el
tratamiento del trastorno bipolar. Estos medicamentos incluyen el aripiprazol, la lurasidona,
la olanzapina, la quetiapina, la risperidona,
la ziprasidona y la cariprazina.
Para
el tratamiento de la depresión bipolar, ciertos antipsicóticos
pueden ser la mejor opción. En algunos casos, es necesario administrar un
antidepresivo.
Los efectos
secundarios a largo plazo de los antipsicóticos pueden consistir en aumento de
peso y síndrome
metabólico. El síndrome metabólico está caracterizado por la
presencia de exceso de grasa abdominal con una disminución de la sensibilidad a
los efectos de la insulina (resistencia
a la insulina), una alta concentración de
glucosa en sangre, niveles anómalos de colesterol e hipertensión arterial. El
riesgo de aparición de este síndrome disminuye con el empleo de aripiprazol y ziprasidona.
Antidepresivos
Ciertos antidepresivos se utilizan a veces para tratar
la depresión grave en personas con trastorno bipolar, pero su uso es
controvertido. Por lo tanto, estos medicamentos solo se utilizan durante
periodos breves y generalmente de forma conjunta con un fármaco estabilizador
del estado de ánimo o un antipsicótico atípico.
Otros
tratamientos
La terapia electroconvulsiva (a veces conocida como
"terapia de choque") se utiliza a veces para la depresión y la manía
resistentes a los tratamientos.
La fototerapia, en la que las personas observan luces
brillantes que simulan la luz solar, puede ser útil para tratar el trastorno
bipolar I o bipolar II estacional (con depresión otoño-invierno e hipomanía
primavera-verano) o no estacional. Probablemente es más eficaz cuando se
utiliza para complementar otros tratamientos.
La estimulación magnética transcraneal, en la que un
dispositivo aplica un campo magnético inofensivo a la cabeza y que se utiliza
en el tratamiento de la depresión grave y resistente, también ha demostrado su
eficacia en el tratamiento de la depresión bipolar.
Psicoterapia
La psicoterapia suele recomendarse en personas que
toman estabilizadores del estado de ánimo, sobre todo para ayudarles a observar
correctamente el tratamiento prescrito.
La terapia
grupal a menudo constituye una ayuda para la comprensión del trastorno
bipolar y sus efectos, tanto para la persona afectada como para su pareja o sus
familiares.
La psicoterapia
individual ayuda a las personas con trastorno bipolar a desenvolverse mejor
en las
actividades
cotidianas.
Educación
y apoyo
El conocimiento de los efectos de los fármacos
utilizados en el tratamiento de la enfermedad ayuda a los pacientes a tomarlos
conforme a lo prescrito. A veces las personas se resisten a tomar la medicación
porque creen que disminuye su estado de alerta y su creatividad. Sin embargo,
la disminución de la creatividad es relativamente infrecuente ya que los
estabilizadores del estado de ánimo, por lo general, permiten que las personas
se desenvuelvan mejor en el trabajo, en la escuela, en sus relaciones y en las
actividades artísticas.
Los pacientes han de aprender a reconocer los síntomas
en cuanto aparecen, así como la forma de evitarlos en lo posible. Por ejemplo,
puede ser beneficioso abstenerse de tomar estimulantes (como la cafeína y la
nicotina) y alcohol, así como dormir lo suficiente.
Los
médicos o los psicoterapeutas pueden hablar con las personas acerca de las
consecuencias de sus actos. Por ejemplo, si
tienen tendencia a los excesos sexuales, se les proporciona información acerca
de los efectos que sus acciones podrían tener sobre su matrimonio y sobre los
riesgos de la promiscuidad para la salud, sobre todo en relación con el sida.
Cuando la persona tiende al derroche, se le aconseja a veces que ponga las
decisiones financieras en manos de un familiar de confianza.
Es importante que los miembros de la familia
comprendan el trastorno bipolar, participen en el tratamiento y brinden apoyo.
Los grupos de apoyo pueden ser beneficiosos, ya que proporcionan la oportunidad de compartir experiencias y sentimientos comunes.
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