jueves, 16 de marzo de 2023

Rocío Parrado: "No sabemos trabajar las emociones y ahí está el bienestar psicológico" ( II )

 

CARMEN REINA      |       Cordiópolis     |     26/02/2023

Entrevista a Rocío Parrado, presidenta Colegio de Psicología en Córdoba - ÁLEX GALLEGOS

 

(Continuación del artículo anterior)

 

P. Cómo sociedad, ¿necesitamos más educación y concienciación para normalizar el pedir esa ayuda psicológica?

R. Cada vez hay más concienciación, pero sí es verdad que siempre falta un poquito. Es verdad que, desde la pandemia para acá, cada vez sale más gente diciendo que va al psicólogo y lo ven como algo normal. Gente famosa, deportistas, actores, actrices, cantantes… Y eso nos ayuda a visualizar, a decir que esto no es nada malo, que todo el mundo va a un psicólogo y no pasa nada.

 

Es verdad que, antiguamente, cuando yo empecé por ejemplo en Psicología del Deporte, que un deportista fuera al psicólogo no estaba bien visto y se ocultaba mucho. Hoy en día, no. Todo el mundo tiene a su psicólogo para aumentar el rendimiento. Y no es que 'estés loco' ni nada así. La verdad es que vamos venciendo esas barreras cada vez más.

P. Apuntaba antes que la psicología está presente en todas las etapas de la vida. ¿Qué papel tiene en la educación, en la infancia?

R. Hay dos cuestiones, por las que estamos abogando. Primero, por crear una especialización en psicología infantojuvenil. ¿Por qué? Porque tiene unas características concretas, tienen su forma de ver la vida, sus trastornos… Estamos intentando crear esa especialización para atender su idiosincrasia. Y luego, también, abogamos por crear la figura del psicólogo educativo, aparte del orientador, que no tiene nada que ver.

 

Porque es verdad que en los colegios es donde se pueden detectar más casos, por ejemplo, de acoso escolar, ciberbulling, trastornos de la conducta alimentaria… Se pueden detectar muy fácilmente también en los colegios. También violencia de género o violencia filioparental. Ahí, se daría el primer enlace y sería muy bueno tener un psicólogo educativo que pueda detectar e intervenir en esos casos.

 

Porque, como he dicho, la infancia y la juventud es el caldo de cultivo, ahí empiezan muchos problemas que cuando somos mayores se pueden convertir en trastornos. Deberíamos enfatizar un poquito más en la infancia y la adolescencia, sobre todo en prevención.

 

P. ¿Sería un pilar de apoyo dentro del proceso educativo?

R. Sí, sí, un pilar. También sobre el abandono escolar, el rendimiento escolar… Todo eso se podría ver desde los colegios y fomentar la figura del psicólogo educativo para detectar esos problemas y hacer una intervención. Y si hiciera falta, por qué no, una derivación.

 

P. Ahora los psicólogos tratan en esas etapas de la vida cuestiones que antes pasaban desapercibidas o no se atendían, como trastornos de atención, hiperactividad… ¿Van surgiendo o han estado siempre ahí?

R. Eso siempre ha estado ahí. Pero, por ejemplo antes, el niño hiperactivo era el niño malo, que no se estaba quieto, que molestaba… Era la etiqueta de niño malo. Pero a lo mejor no era un niño malo, a lo mejor era un niño hiperactivo.

 

Yo sé que ahora hay mucha controversia, sobre todo con el TDAH -trastorno por déficit de atención e hiperactividad-, pero eso ha habido toda la vida. Trastornos de autismo ha habido siempre, antes no se detectaban y ahora sí se detectan desde la infancia. En la Atención Temprana, de los 0 a los 6 años, ahí podemos detectar muchos problemas que antiguamente no se detectaban o cuando ya se veían eran mayores. Y cuanto antes se trate un problema, mejor. Pero eso es en Medicina, en Psicología y en todo.

Cada vez hay ideas suicidas a edades más tempranas

 

P. En la etapa posterior, en la adolescencia y la juventud, ¿hay ahora una demanda creciente de apoyo psicológico?

R. En general, ha aumentado en todas las edades, pero en esta más. Sí es verdad que ha aumentado el número de problemas en adolescentes, ha crecido la incidencia de gente joven con problemas.

 

P. No sé si tienen que ver las redes sociales, la exposición pública….

R. Hay muchos casos de adicción a las tecnologías y a las redes sociales. También han aumentado bastante. La necesidad de que me vean, de que me acepten… pero luego el contacto social es muy reducido, es más a través de pantallas, de las redes.

Ha cambiado. Están cambiando las formas de relaciones entre los jóvenes. Y entonces, estamos como adaptándonos a esta nueva situación.

P. ¿Se puede llegar a atrofiar de alguna manera esa capacidad de relación social que define al ser humano?

R. Sí, bueno, atrofiar... Pero es que ahora las relaciones sociales se hacen a través de pantallas. La mayoría de relaciones sociales ahora se hacen a través de la pantalla.

Nosotros es que estamos acostumbrados a la relación del tú a tú, de salir, de conocer gente, de estar…que también lo demandan, quieren salir, conocer gente. Pero también quieren tener seguidores. Y es complicado.

 

P. No sé si hay una edad determinada o un perfil determinado, pero la atención psicológica también está presente ante trastornos alimentarios y sobre la obesidad. ¿Cuál es su realidad?

R. Los trastornos de la conducta alimentaria también están aumentando en número. No hay una única causa para que una persona entre en un trastorno de la conducta alimentaria, porque si fuera solamente la presión social por tener un cuerpo determinado, todos tendríamos trastornos de la conducta alimentaria. Es una serie de cuestiones, por ejemplo, una baja autoestima, personas muy autoexigentes… Es verdad que la presión social de estar delgada para tener mayor éxito, está ahí, desde luego.

 

P. ¿Qué tecla toca la psicología en estos casos?

R. El abordaje tiene que ser interdisciplinar, es decir, tenemos que trabajar psiquiatras, endocrinos, nutricionistas y psicólogos. No se puede tratar desde un solo punto de vista. ¿Qué trata el psicólogo? Lo primero que trata de trabajar es la autoestima en esas personas, en chicas y también chicos en un número cada vez mayor. Y hay también más trastornos de la conducta alimentaria, ya no solamente la anorexia y la bulimia, también está la vigorexia. Hay más cosas.

 

Se trata también, sobre todo, la imagen corporal, porque tienen una distorsión de su imagen. Se trabaja mucho el concepto que tienen de su imagen corporal, se trabaja la autoestima. También se puede trabajar la psiconutrición, es decir, el endocrino o nutricionista trabaja su parte y nosotros la parte emocional de la nutrición. Con personas bulímicas, por ejemplo, trabajamos también la impulsividad. Se abordan las características de cada caso.

 

P. ¿Al final está todo en la mente para explicar nuestra conducta?

R. Sí, yo siempre digo que tenemos que cuidar un poco lo que pensamos, porque nuestra mente nos engaña muchas veces. Pensamos cosas y estamos dándole vueltas a cosas que luego, cuando nos paramos a pensar, decimos ‘¿Por qué he pensado eso? No le encuentro sentido’.

 

La mente es poderosa, nos puede llevar a pensar cosas que no son. Entonces, trabajar la mente, trabajar los pensamientos, las ideas, las emociones sobre todo…. Nada más que trabajando un poco el control de las emociones podemos mejorar nuestro bienestar psicológico.

En Atención Primaria, más de un 30% de las consultas son por problemas psicológicos

 

P. La inteligencia emocional no es algo que se suela trabajar…

R. No se suele trabajar y sin embargo es algo que nos puede ayudar en nuestro día a día, durante toda la vida. Como he dicho antes, no hay solo trastornos mentales, sino que sobre todo muchas veces, la mayor parte de la psicología lo que ofrece es bienestar psicológico.

 

P. Quería tocar también otro ámbito en el que actúa la Psicología, en el que tienen un Premio Meridiana por el apoyo psicológico necesario para víctimas de violencia de género. De hecho, la violencia psicológica es más difícil de detectar o autodetectar incluso.

R. Normalmente, siempre empiezan por la violencia psicológica. Te anulan. Primero te tienen que anular, te tienen que dominar. Un maltratador, normalmente lo primero que hace es machacarte psicológicamente. Te aísla de la familia, te aísla de todo el mundo, empieza a decirte que no vales, a controlarte… Y luego ya, aparece el maltrato físico. Pero lo que más cuesta que una persona sea consciente es de ese maltrato psicológico, no son tan conscientes de ese machaque que les dan.

 

P. ¿Cómo se trabaja en esas situaciones?

R. Es complicado. Muchas veces tú hablas con una mujer maltratada psicológicamente y ella no lo ve, lo justifica…Entonces, en un principio puede ser muy complicado porque si ella no quiere ser ayudada, no le puedes ayudar. Pero yo siempre les digo a los familiares que tienen que estar ahí, apoyándola, que no se aísle, que no la dejen y que, en un momento dado, puede pedir ayuda y hay que recogerla. Y ahí empezar a trabajar con ella.

 

Que denuncie, es muy complicado que denuncie. Nosotros -el Colegio de Psicología- propusimos el apoyo psicológico a mujeres maltratadas cuando dan el primer paso, en la denuncia. Porque ahí tenemos que ayudarlas a dar ese paso. Muchas de esas mujeres se arrepienten o no dan el paso si no tienen un apoyo, si no se sienten apoyadas, si no se sienten comprendidas, arropadas. Ese es el primer paso para sacarlas de ahí, de esa vida. Es un paso muy complicado, muy difícil y muchas de ellas se arrepienten, por miedo.

 

P. ¿Les ha llegado algún caso de un hombre que haya ejercido violencia de género, que se haya puesto en manos de psicólogos para intentar reconducir su conducta?

R. Bueno, puedo hablar a nivel particular. Conozco algunos casos, de hombres que han dicho ‘quiero cambiar’. Por dos motivos, bien porque se ven obligados y dicen ‘me han denunciado y tengo que aparentar’, y hay otros casos que, bueno, sí. Pocos, pero los hay. Hay programas (especiales de reinserción) para hombres maltratadores.

Hay que fomentar la figura del psicólogo educativo para detectar cuanto antes los problemas

 

P. Cree que cuando la salud mental no se cuida como sociedad ¿es un fracaso?

R. Yo, como profesional, te diría que sí. También en mi opinión personal, es un fracaso, pues sí. Lo estamos viendo. El no atender a los problemas mentales y al bienestar psicológico, es negar una cosa que es evidente. Y al negar una cosa que es evidente y es un problema que está ahí, el no darle solución es un fracaso. Porque está ahí, está candente y si no lo vemos y no le damos una solución…yo lo veo como un fracaso. Es un problema que se ve y que, a la larga, eso trae muchísimas complicaciones. En todos los aspectos. Y si no se soluciona, yo creo que sí es un fracaso de la sociedad.

 

P. ¿La punta del iceberg y la mayor tragedia de ese fracaso pueden ser los suicidios, el no atender adecuadamente a esas personas?

R. Ahí están las tasas de suicidio. Ahí están los números. En 2021, creo que hubo más de 4.000 personas que se quitaron la vida (en España). Y eso está ahí. Ignorarlo es una barbaridad. Y cada vez, se ha visto desde la pandemia y se han hecho estudios, hay ideas suicidas a edades más tempranas. Eso está ahí en los estudios, no nos lo hemos inventado los psicólogos. Entonces, ignorar eso y no darle una prevención, es ignorar un problema que hay que cada vez es mayor. Hay una tasa de suicidio en Andalucía entre los 18 y 25 años de un 11%.

 

El suicidio es la segunda causa de muerte externa y no se está atendiendo. Cuando se dice que hay muchas muertes por ataques al corazón, ponemos remedio. Pero ¿y los suicidios?

 

P. Me había fijado en una definición de Psicología de la RAE, que dice que es ‘la manera de sentir de un individuo o colectividad’. En este mundo acelerado e individualista, ¿nos hemos olvidado de atender lo que sentimos?

R. Nos hemos olvidado. Ahí está la regulación emocional, el trabajo emocional, la parte emocional. No sabemos trabajar eso, no sabemos tener control emocional. Se nos escapa de las manos. Ahí va el bienestar psicológico. Hay un vacío ahí. No se nos ha educado…Pero nunca es tarde.

 

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