JORGE LAREO | institutoclaritas.com |
04/02/2022
¿Qué es la madurez?
Madurez es una palabra que podemos escuchar
todos/as habitualmente en nuestro día a día: “tengo que madurar más”, “eres un
inmaduro”, “mira a tu primo, es una persona muy madura”, etc. Pero bien, ¿Qué
es la madurez? ¿A qué nos referimos cuando hablamos de madurez en Psicología?
Sigmund Freud, el reconocido psicólogo que
creó el modelo de Psicoanálisis, define la madurez como la
capacidad para amar y para trabajar. Es decir, para él una persona
madura es una persona capaz de afrontar sus responsabilidades académicas y/o
laborales y al mismo tiempo capaz de compartir intimidad afectiva y sexual con otras
personas. Esta definición engloba muy bien lo que comprendemos como madurez en
psicología. No obstante, voy a añadir dos aspectos a tener en cuenta para
ayudar a comprender a qué nos referimos con madurez.
A nivel evolutivo, desde que nacemos vamos atravesando
distintas etapas en nuestra vida: infancia, adolescencia/juventud, adultez y
vejez. En cada una de estas etapas existen diferentes retos
que tenemos que afrontar si queremos desarrollar nuestra madurez psicológica (diferenciar
nuestra identidad de nuestros padres, desarrollar nuestras relaciones con
amigos y/o pareja, afirmarnos en nuestro trabajo, emanciparnos, etc.). Estos
retos los llamamos retos evolutivos. Una persona madura
es una persona que afronta los retos evolutivos que le corresponden.
Por último, es importante mencionar que una
persona madura es responsable con sus emociones. Esto quiere decir que
es capaz de identificar y expresar sus sentimientos hacia las personas con las
que se relaciona. Por ejemplo, si me siento inseguro con mi pareja o con mi
trabajo, afrontar mi miedo significa poder reconocer lo que estoy sintiendo y
poder hablar de ello. Beber en el bar con mis amigos o machacarme en el trabajo
buscando olvidar este miedo sería un comportamiento inmaduro.
Beneficios de una personalidad madura
La madurez psicológica aporta
distintos beneficios en nuestras vidas. Estos beneficios son:
·
Individuales: Adecuada regulación emocional, buena autoestima,
buen nivel de autoconocimiento, confianza en uno mismo/a para afrontar problemas.
·
Relacionales: Construir relaciones de amistad y relaciones de
pareja sanas, autenticidad a la hora de mostrarme en mis relaciones,
comunicación sincera y asertiva.
·
Familiares: Independencia emocional y económica, límites claros
frente a cargas y conflictos familiares que no me corresponden, buenos vínculos
afectivos con padres y hermanos.
·
Laborales: Disminución de ansiedad laboral y buen manejo de la
misma, responsabilidad, buen rendimiento, afrontamiento de retos laborales.
Indicadores de una personalidad inmadura
Existen ciertos comportamientos de una persona
que nos pueden indicar que no tiene madurez psicológica. Señales de una
personalidad inmadura pueden ser:
·
Evitar responsabilidades académicas o laborales. Faltar al trabajo, negarse
a buscar trabajo o no cumplir con sus tareas laborales son indicadores de que
la persona no cuenta con madurez suficiente para afrontar su vida laboral.
·
Engañar en sus relaciones afectivas. Mentir a la pareja o a los
amigos es una señal de inmadurez psicológica dado que la persona está evitando
mirar la realidad y expresar lo que siente en estas relaciones.
·
Miedo al compromiso. Si una persona sistemáticamente se aleja de sus relaciones cada
vez que alcanzan un mayor grado de compromiso es una señal de que tiene
dificultades para compartir una intimidad afectiva y un compromiso con alguien.
Estos son indicadores de una personalidad inmadura.
·
Locus de control externo. Una persona que tiene un locus de control externo es una persona
que culpa a su entorno de lo que le ocurre en la vida. Es decir, no asume la
responsabilidad de sus actos. Es un claro indicador de personalidad inmadura.
·
Actitudes regresivas en la familia. Hablamos de actitudes
regresivas cuando una persona adulta se comporta de la misma forma que cuando
era un niño o un adolescente. Buscar cobijo emocional en su madre porque está
triste y agobiado por el trabajo o cogerse una rabieta por algo que le ha
salido y aislarse en casa son ejemplos de actitudes regresivas. A veces es
normal adoptar ciertos comportamientos regresivos para posteriormente afrontar
nuestros problemas. Pero si estas actitudes son habituales y mantenidas en el
tiempo, podemos decir que es un indicador de personalidad inmadura.
·
Evitar los conflictos. Una persona inmadura puede encontrar miles de formas para evitar
los conflictos (alejarse de personas, hacer como si no ha pasado nada, dejar el
trabajo, no parar de hacer cosas durante el día para distraerse, culparse por
“ser así”, etc.). La evitación de los conflictos es una de las señales más
evidentes de inmadurez psicológica.
La psicoterapia es el espacio indicado para trabajar los aspectos inmaduros de nuestra personalidad y aprender a crecer psicológicamente para afrontar las diferentes dificultades que nos encontramos en la vida.