LAURA RUIZ MITJANA |
Psicología y Mente | 02/03/2024
Este tipo de
esquizofrenia aparece en la CIE-10 y versiones anteriores del DSM.
La
esquizofrenia es el trastorno psicótico por excelencia, aunque realmente
podemos hablar de un grupo de trastornos. Esta alteración psiquiátrica puede
llegar a ser realmente incapacitante, y afecta a todas las áreas de vida de la
persona.
Aquí
conoceremos un “subtipo” de esquizofrenia, que aparecía en el DSM-IV-TR: la
esquizofrenia indiferenciada, una categoría donde clasificar aquellos casos
que no encajan con los criterios diagnósticos de los otros tipos específicos de
esquizofrenia.
Esquizofrenia indiferenciada: inclusión en los manuales
El DSM-IV-TR
(Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) fue la última edición
donde se recogió la esquizofrenia indiferenciada, con el nombre “tipo
indiferenciado de esquizofrenia”.
Eso
es así porque en el DSM-5 se eliminaron los subtipos de esquizofrenia
del DSM-IV-TR. La razón fue su escasa estabilidad diagnóstica, baja
confiabilidad, pobre validez y escasa utilidad clínica. Además, a excepción de
los subtipos paranoide e indiferenciado, rara vez se empleaban los otros
subtipos en la mayor parte del mundo. Sin embargo, su eliminación del DSM-5 no
fue aceptada por todos los profesionales de la salud mental.
Por
otro lado, la esquizofrenia indiferenciada también aparece en la CIE-10
(Clasificación Internacional de Enfermedades), como veremos más adelante.
Características generales
Según el
DSM-IV-TR, la esquizofrenia indiferenciada es un tipo de esquizofrenia en que
están presentes los síntomas del Criterio A de la esquizofrenia, pero que no cumple los criterios para el
tipo paranoide, desorganizado o catatónico.
La CIE-10, por
su parte, establece que se trata de un conjunto de trastornos que satisfacen
las pautas generales para el diagnóstico de esquizofrenia pero que no se
ajustan a ninguno de los tipos de esquizofrenia existente, o presentan rasgos
de más de uno de ellos, sin que haya un claro predominio de uno en particular.
Siguiendo la
CIE-10, esta categoría deberá utilizarse sólo en los cuadros psicóticos,
excluyendo la esquizofrenia residual y la depresión postesquizofrénica,
y únicamente después de haber intentado clasificar el cuadro clínico en alguna
de las otras categorías o subtipos. Además, el diagnóstico es compatible con la
Esquizofrenia atípica.
Síntomas
Los síntomas de
la esquizofrenia indiferenciada son los siguientes.
1. Criterios de
esquizofrenia
Se deben
cumplir las pautas para el diagnóstico de esquizofrenia. Esto implica el
criterio A (dos o más, durante un mes o menos si ha sido tratado con éxito):
Ideas delirantes.
Lenguaje desorganizado.
Comportamiento catatónico
o desorganizado.
Síntomas negativos (p.ej. Abulia o aplanamiento afectivo).
2. No corresponde a otro
subtipo
No se trata de
ningún otro subtipo de esquizofrenia (catatónico, hebefrénico o paranoide), y
por lo tanto no se cumplen sus pautas de diagnóstico.
3. No es una
esquizofrenia residual o una depresión postesquizofrénica.
No se reúnen
las pautas para la esquizofrenia residual o la depresión postesquizofrénica,
aunque pueda presentar rasgos de alguna de ellas.
Causas
Las
investigaciones sugieren una variedad de teorías explicativas en relación a la
etiología u origen de la esquizofrenia en sí, extensibles, a grandes rasgos, a
la esquizofrenia indiferenciada. Algunos de los modelos o hipótesis implicadas en la aparición de
la esquizofrenia son:
1. Modelo del
estrés-diátesis
Dicho modelo
propone que existen personas con una vulnerabilidad previa (diástesis)
que acaban desarrollando la sintomatología esquizofrénica a causa de factores
estresantes (biológicos o ambientales).
2. Modelos
biológicos
Muchas
investigaciones, especialmente de los últimos años, plantean la presencia
de algunas disfunciones en áreas concretas del cerebro (sistema
límbico, córtex frontal y ganglios basales) como causantes del proceso
patológico.
3. Modelos
genéticos
Proponen un
componente de heredabilidad, a raíz de investigaciones con gemelos
monocigóticos adoptados, que indican proporciones de morbilidad
semejante independientemente del ambiente de crianza.
4. Modelos
psicosociales
Plantean
factores psicosociales en la base del desarrollo de la esquizofrenia, como por
ejemplo ciertos agentes estresores, eventos vitales estresantes, dinámicas
familiares disfuncionales, etc.
Tratamiento
El tratamiento
deberá adaptarse como siempre a las necesidades y particularidades del
paciente, y más teniendo en cuenta que no se trata de una esquizofrenia
“clásica” o común, sino de un tipo de esquizofrenia que no cumple los criterios
para clasificarla en ningún subtipo concreto. Por lo tanto, las
características o síntomas dependerán más que nunca del
propio paciente.
Un
tratamiento integrador será la mejor opción terapéutica, que combine el
tratamiento farmacológico (neurolépticos, antidepresivos,...) junto al
tratamiento psicológico.
La
intervención psicológica podrá ser de corte cognitivo-conductual, sistémico u
otros enfoques; será prioritario tratar al paciente
considerando siempre su ambiente y las dinámicas que se
producen en su entorno familiar, que suelen ser disfuncionales.
Por
otro lado, un abordaje psicosocial que incluya pautas psicoeducativas,
rehabilitación laboral y activación de redes de apoyo familiar y social, entre
otras, será fundamental.
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