ELPERIODICO.COM | 15/06/2023
Quedarse más horas en la oficina o exigir la
presencialidad total ya no está tan bien visto. La salud mental está más
presente que nunca, también en el trabajo. Y la psicología laboral juega un
papel fundamental. Nos lo explica Dolors Liria, vicedecana del Colegio Oficial
de Psicología de Cataluña (COPC) y experta en salud profesional
-¿Qué estábamos haciendo mal en el trabajo?
-No
nos dábamos cuenta de la importancia de conciliar la vida laboral, personal y
familiar. Teníamos esa cultura de la presencialidad y de alargar horas para
demostrar que estábamos trabajando.
-Hasta el confinamiento.
-Sí,
eso fue un salto hacia modelos más adaptados a las necesidades actuales.
Empezamos a trabajar de forma remota, aunque no podemos decir que fuera teletrabajo
con toda la familia compartiendo habitación y los niños pasando por delante de
la pantalla, pero fue un primer paso. Ahora el reto es ofrecer entornos
laborales saludables, aprovechando las ventajas del teletrabajo para la
conciliación familiar sin renunciar al valor añadido del contacto personal.
-¿Cuándo hay un problema, de dónde suele venir, de las empresas o
del personal?
-La
responsabilidad siempre es compartida. Como profesionales, tenemos la
obligación individual de practicar el autocuidado (dormir y alimentarnos bien,
hacer ejercicio...), pero no sirve de nada si la empresa toma decisiones que
perjudican el bienestar y la salud psicológica de las personas.
-¿Cuándo se llama a los psicólogos y psicólogas del trabajo y las
organizaciones?
-Para
selección de personal, formación, prevención de riesgos, coaching... Pero si
hablamos de resolver dificultades, una demanda muy habitual es la del líder que
ve a su equipo muy estresado o quemado.
-¿Cómo empiezan la intervención?
-Con
una reunión diagnóstica, para entender qué está pasando. Y muchas veces es
necesario involucrar a los líderes en el proceso, hacerles entender que atender
los malestares del equipo es parte de su rol de liderazgo, no pueden delegar en
nosotros. Nosotros les ayudamos y asesoramos. Y a partir de ahí se establece un
plan de trabajo consensuado. A veces intervenimos en el equipo y otras veces la
intervención se limita a ayudar a los líderes para que lo hagan ellos mismos.
-¿También realizan trabajo individual?
-Sí.
Entendemos que los problemas personales repercuten en el trabajo y viceversa.
La cuestión es que, si la persona está estresada y además tenía una base de
ansiedad, podemos trabajar en ello, pero lógicamente, la organización también
deberá ver cuál es la fuente del estrés. Si, por ejemplo, la carga de trabajo
aumenta, se deben aumentar también los recursos proporcionalmente, para que una
persona no tenga que asumir el trabajo de dos.
-Ahora los ‘coaches’ están de moda. ¿Todos tienen la carrera de
psicología o deberían tenerla?
-No
todos la tienen. Es importante señalar que el ‘coaching’ no surge de la
psicología. Pero nosotros defendemos que el perfil más idóneo para ser coach es
el de un psicólogo, ya que tiene una formación amplia en
el funcionamiento psicológico de las personas y los grupos, y sabe detectar y
derivar los casos que requieren un abordaje sanitario. Porque a veces las
personas inician un proceso de ‘coaching’ pensando que simplemente necesitan
alcanzar un objetivo, y aparecen malestares que hasta entonces estaban
latentes, y entonces el profesional debe saber qué hacer al respecto. Es
peligroso "abrir la caja de Pandora" de un conflicto si no se tiene
la formación ni la titulación necesarias.
-¿Qué le recomendaría a una persona que lo está pasando mal en el
trabajo?
-En
primer lugar, entender cuál es el origen de su malestar y buscar cómo se sitúa
frente a él: ¿no puede poner límites ante una demanda insostenible?, ¿es
incapaz de desplegar herramientas cuando alguien le hace sentir mal? Si la
situación está limitándola, lo más responsable es pedir ayuda, primero
poniéndolo en conocimiento de la empresa y utilizando sus canales formales. Si
no es suficiente y el malestar persiste, hay que pedir ayuda profesional para
protegerse. Y si la situación es insostenible, hay que valorar todas las
opciones, como coger una baja temporal o cambiar de trabajo.
Desafortunadamente, no todos tienen esa opción, pero incluso en ese caso,
seguro que hay algo que le podemos aconsejar para aliviar la situación. Lo más
importante es preservar la salud.
-¿Dónde podemos buscar un psicólogo o psicóloga del trabajo?
-El
medio con más garantías es el directorio profesional del COPC.
Aquí están todos los profesionales colegiados y con la titulación requerida
para ejercer su profesión. Te permite filtrar por experiencia, zona geográfica
y especialidad.
-¿Se resuelven todos los conflictos?
-Alrededor
del 95%. Salvo algunos casos muy arraigados en el tiempo, con medidas poco
efectivas por parte de la organización y gran dificultad de la persona para
establecer límites. La clave está en identificar el problema y ayudar a las
personas a gestionar las tensiones de manera efectiva y saludable.
-¿Qué retos deben enfrentar aún las empresas?
-Hablan
mucho de misión, valores y salud mental, pero queda mucho por hacer. No se
trata de explicar a los trabajadores cómo ser felices, sino de entender que
donde hay relación es fácil que haya tensiones y conflictos, por lo que es
necesario que integren medidas, como formaciones preventivas, recursos
específicos, beneficios sociales, espacios de ‘mindfulness’ o psicoterapia...,
y que tengan en cuenta la salud mental de su personal no solo cuando hay un
problema, sino también al tomar decisiones.
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