Mariana Alvez – Psicología Positiva | 17-04-2017
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La inteligencia emocional alude al
conjunto de capacidades y habilidades psicológicas que implican la
comprensión, control y modificación de las emociones tanto propias como ajenas.
Quienes tienen desarrollada este tipo de inteligencia, logran manejar de una
manera satisfactoria las emociones, pudiendo de esta manera alcanzar resultados
positivos que repercuten en los vínculos con los demás. Vamos a conocerla en
profundidad.
En
cada ser humano yacen dos clases de mentes, la que piensa y la que siente.
Ambas representan facultades relativamente independientes y corresponden al
funcionamiento de circuitos cerebrales distintos pero interrelacionados.
El
intelecto no puede funcionar adecuadamente sin la participación de la
inteligencia emocional, su fino equilibrio es relevante para poder vivir una
vida de éxito y plenitud en todos los ámbitos.
Usualmente
entre ambas existe una coordinación adecuada, sin embargo, muchas veces la
intensidad de una carga emocional ante un estímulo aloca tus pasiones,
activando en tu nivel neuronal un sistema de reacción que lleva a despojarte
por entero de lo racional, empujándote a cometer errores de los cuales te
arrepentirás profundamente después.
La
riqueza de la vida emocional es un arte que a algunas personas les cuesta
dominar. Quienes logran conocer sus emociones e interpretar adecuadamente la de
los demás, logran tener una ventaja. Este poder de comprensión los ayuda a
tener relaciones significativas y a mejorar profesionalmente.
Las
habilidades emocionales aportan al despliegue de otras habilidades que suelen
asociarse al intelecto, como la toma de decisiones racionales. La presencia de
una sensación visceral es la que te brinda seguridad para renunciar o proseguir
con un determinado curso de acción.
Por
su inmensa influencia sobre todos los aspectos de tu vida, las emociones se
encuentran en el centro de tu existencia, ser capaz de aprender a manejar las
emociones eficientemente aporta a tu felicidad y desarrollo. Las capacidades
cognitivas de planificación, pensamiento, concentración, resolución de
problemas, toma de decisiones, etc, pueden verse entorpecidas o potenciadas
positivamente gracias a la influencia de las emociones.
¿Cuáles
son las habilidades de la inteligencia emocional?
Autocontrol:
El
poder controlarse a uno mismo y a nuestros impulsos funciona hasta a nivel de
evolución, ya que vivir emociones de manera exagerada pone en riesgo la
estabilidad de una comunidad.
Lograr
domar tus arrebatos emocionales y ser capaz de calmarte a ti mismo es
considerado como el más preciado de los recursos psicológicos. Estas
habilidades se aprenden y desarrollan especialmente en los primeros años de la
infancia en los que el cerebro se encuentra en pleno aprendizaje.
Entusiasmo:
El
entusiasmo, el optimismo, la esperanza y el amor por las cosas que haces,
simbolizan posibilidades de éxito en tus emprendimientos.
Por
otra parte, la ansiedad y
la preocupación, cuando
están desbocadas, te empujan hacia el fracaso repetitivo.
Tus
esfuerzos se verán potenciados y seguramente recompensados si logras tener una
visión más fresca y esperanzandora de tu vida y tus proyectos. Ya que el
optimismo te hará creer en tus capacidades y la esperanza te brindará el empuje
para concretar lo que deseas.
Empatía:
Palabra
que nace del griego empatheia, “sentir dentro”, denota la capacidad
de percibir la experiencia subjetiva de otra persona.
Una
habilidad presente desde edades muy tempranas, como en niños de nueve meses de
edad que rompen a llorar cuando ven a otro niño caerse. Se ha demostrado que
desde los primeros días de existencia, los bebés reaccionan ante el llanto de
otro niño.
A
lo largo de la vida, esta capacidad para comprender lo que sienten los demás
tiene su impronta en varias actividades como las ventas, dirección de empresas,
política, educación, vínculos.
La
ausencia de empatía suele ser algo patológico que conduce a las personas a
cometer crueldades.
Son
los padres los grandes responsables de potenciar o limitar esta habilidad
emocional. Cuando como padres no logramos en varias ocasiones mostrar empatía
hacia las emociones de nuestros hijos, ellos dejarán de expresar ese tipo de
emociones y hasta pueden dejar de sentirlas.
Las
primeras relaciones que mantienes tienen un impacto enorme en tu configuración
emocional, pero también es cierto que más allá de tus figuras parentales podrás
encontrarte con otras como tus amigos, otros familiares o incluso un psicólogo
que puede ayudarte a mejorar tus patrones de comportamiento.
Como
aproximadamente un 90% de nuestras interacciones sociales están sujetas también
al lenguaje no verbal, poder comprender los mismos nos ayudara a acceder a las
emociones de los demás.
Inteligencia
emocional en el trabajo
El
estrés es capaz de dejarte emocionalmente inepto, ya que las emociones
negativas fueran de control afectarán tu capacidad de concentración, de
aprender, de tomar decisiones con rapidez e incluso de recordar cosas
importantes.
Los
trabajadores que se destacan en una organización suelen ser aquellos que han
establecido sólidas conexiones en las redes sociales informales y cuentan con
un gran potencial para resolver problemas.
En
los entornos profesionales actuales, la diversidad constituye una ventaja
competitiva, ya que potencia la creatividad. Es necesaria que se despierten
aquellas habilidades emocionales que favorezcan la tolerancia y rechacen los
prejuicios.
Para
crear una cultura laboral más tolerante es necesario rechazar toda forma de
discriminación o acoso, sin importar qué tan pequeña sea. Por lo que implicará
un trabajo continúo dentro de la empresa por cuidar estos aspectos que la harán
más saludable y productiva.
A
modo de conclusión, recuerda que los primeros años en la vida de un niño son
cruciales para despertar su inteligencia emocional. Si no has sido afortunado
de cultivar estas habilidades de pequeño, el momento es ahora para aprender y
disfrutar de todos los beneficios que esta conlleva.
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