OLGA
CAÑIZARES GIL |
UNIR (Universidad Internacional de La Rioja) |
03/07/2019
Pasamos
más de la mitad de nuestra vida adulta en el trabajo. La actividad laboral nos ocupa más horas que
la suma de todas las demás que realizamos. Y si el tiempo dedicado a
trabajar es “tiempo perdido”, “tiempo muerto” o “tiempo inconsciente”, la mayor
parte de nuestra vida habrá sido desperdiciada, inactiva o inconsciente.
El trabajo puede presentar desafíos y
oportunidades para alcanzar logros. Para ello, el mejor entorno es aquel en el
que las personas se sientan respetadas, escuchadas, valoradas, apoyadas y
dignas, donde se les confíe una tarea importante y estimulante que les permita
actuar en alineamiento con sus valores y al mismo tiempo contribuir al
cumplimiento de la misión de la organización.
Sin
embargo, la clave está en la actitud, aquella con la que se vaya cada día a trabajar.
La realización personal será más fácil de lograr si somos conscientes de la
responsabilidad que tenemos con nosotros mismos y observamos un propósito
significativo que vaya más allá de la satisfacción inmediata. De esta forma el
dinero llegará como consecuencia.
Cómo
aplicar la Inteligencia Emocional en nuestra vida laboral
Cualquier iniciativa implica un riesgo, y es ahí
donde entra la confianza. La integridad nos permite afrontar esos riesgos, ella
nos ofrece la seguridad de saber que hemos puesto todo por nuestra parte, y que
aun cuando nuestras acciones no fueron suficientes para lograr el resultado
deseado, han sido las necesarias para conservar la dignidad y la autoestima. Y
esta seguridad nos permite disfrutar la vida en plenitud y paz.
La Inteligencia
Emocional nos brinda las actitudes
y las herramientas que harán posible que desarrollemos las competencias para
sentirnos plenos y contributivos. Todas ellas ya existen en nosotros, se trata
tan solo de activarlas conscientemente:
1-Autoconsciencia: Para poder estar en contacto con las emociones,
reconocerlas, aceptarlas y que sirvan de guía para conseguir nuestros
objetivos. La autoconsciencia nos permite tener una valoración adecuada de
nosotros mismos (autoestima) y eso favorece la transparencia y la autoconfianza
que, a su vez, propiciará la asunción de la responsabilidad y de logro.
2-Autorregulación: Para ser capaces de modular nuestras emociones,
modificar nuestros comportamientos y conseguir nuestras metas, adaptándonos al
contexto y promoviendo el bienestar tanto individual como social. La regulación
es necesaria para poder expresar las emociones equilibradamente, sin inhibirlas
y sin desbordarse. Esto implica examinar con atención las ventajas e
inconvenientes de alinearse o no con el estado emocional.
Algunas preguntas claves para trabajar esta
habilidad:
•
¿Qué tengo que hacer/decir, para alcanzar el resultado esperado?
• ¿Cuál sería la estrategia a seguir para obtener el efecto que necesito?
• ¿Cómo plantearía mi actuación para manejar los estados emocionales de la otra persona?
• ¿Cuál sería la estrategia a seguir para obtener el efecto que necesito?
• ¿Cómo plantearía mi actuación para manejar los estados emocionales de la otra persona?
3-Automotivación: Para generar estímulos que nos lleven a una meta
que queremos lograr. Conseguir desarrollar la automotivación requiere de un
trabajo personal importante para poder afrontar dificultades como el fracaso,
la pereza, el cansancio, y ser capaces de elegir los pensamientos adecuados a
fin de sentir el éxito que esperamos.
Hay tres tipos de automotivación basados en
recompensas diferentes: intrínseca, extrínseca y trascendente. De esto
hablaremos otro día.
4- Gestión de las relaciones: Relacionarnos es parte de nuestra naturaleza. Para
ello necesitamos dos claves fundamentales:
Actitudes:
–
Empatía, ponernos en el lugar del otro.
– Escucha activa, atender en 360 grados: lenguaje, cuerpo y emoción.
– Proactividad, pasar a la acción.
– Autenticidad, ser lo que somos desde el corazón.
– Escucha activa, atender en 360 grados: lenguaje, cuerpo y emoción.
– Proactividad, pasar a la acción.
– Autenticidad, ser lo que somos desde el corazón.
Técnicas:
–
Comunicación productiva, capacidad fundamental para dar a conocer a los demás
lo que pensamos, lo que sentimos y lo que somos.
– Asertividad, respeto y valoración por nosotros y por los demás.
– Feedback, una habilidad fundamental en la gestión y construcción de nuestras relaciones.
– Preguntas, porque son estimulantes, provocan movimiento interno y pueden generar creatividad y por consiguiente cambio. Hacer preguntas poderosas es una técnica que se aprende. Si queremos ayudar a una persona a que se desarrolle, será muy útil utilizarlas. En cuanto a nuestras relaciones, las preguntas nos permiten saber cuál es el estado de ánimo de los demás, evitar interpretaciones al obtener las respuestas.
– Asertividad, respeto y valoración por nosotros y por los demás.
– Feedback, una habilidad fundamental en la gestión y construcción de nuestras relaciones.
– Preguntas, porque son estimulantes, provocan movimiento interno y pueden generar creatividad y por consiguiente cambio. Hacer preguntas poderosas es una técnica que se aprende. Si queremos ayudar a una persona a que se desarrolle, será muy útil utilizarlas. En cuanto a nuestras relaciones, las preguntas nos permiten saber cuál es el estado de ánimo de los demás, evitar interpretaciones al obtener las respuestas.
5- Gestión del cambio: Muchas veces, los procesos de cambio generan
estados emocionales de desequilibrio, que a su vez provocan tensión, enfado,
incertidumbre, desconfianza.
Una
reacción normal es la resistencia, la queja e incluso la negación. Nuestra mente rechaza la posibilidad de
relacionarnos con dos realidades opuestas que entran en conflicto,
y esto nos permite mantenernos coherentes con nosotros mismos.
Necesitamos proteger nuestra identidad y nuestra
seguridad, y por eso, cuando se produce una resistencia al cambio, se está
produciendo una etapa normal de transición entre la realidad que vivimos y la
que está por llegar.
Estos son algunos de los escenarios más comunes
durante un proceso de cambio:
•
Negociaciones.
• Resolución de conflictos.
• Alineamiento de puntos de vista.
• Logro de objetivos.
• Resolución de conflictos.
• Alineamiento de puntos de vista.
• Logro de objetivos.
En un contexto de este tipo, la inteligencia
emocional se hace imprescindible para reconocer sentimientos propios y ajenos,
generar automotivación, distinguir las diferentes etapas del cambio y generar
relaciones de calidad con los compañeros y con los alumnos.
Ello
hará que las personas sean capaces
de activar la empatía y vean las cosas desde la perspectiva
ajena, rompiendo así bloqueos, alimentando la tolerancia y ayudando a gestionar
las diferencias para asegurar un cambio efectivo.
La Inteligencia Emocional es un factor elemental a la hora de
interactuar con otras personas. Aplicando los principios teóricos, el alumno
aprende en la práctica a conocerse y a gestionar sus propias emociones primero,
y luego a tratar las diferentes situaciones que se generan gracias a las
emociones que actúan en las decisiones de cualquier ser humano.
He publicado este artículo porque me parece interesante reflexionar sobre él, para aplicar estas recomendaciones psicológicas al mundo laboral y así sentirnos mejor y hacerlo con más provecho.
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