Hace años que no escribo nada en mi blog, porque normalmente casi siempre lo he hecho a partir de un ingreso hospitalario donde tienes contacto con otros pacientes y convives con realidades distintas. Casi siempre publico artículos de psiquiatría o psicología que salen en la prensa o en revistas especializadas.
Pero repasando algunos de ellos y contando con la propia experiencia constato que últimamente los psiquiatras recetan menos fármacos y apostan por terapias diversas como son, entre otras las que describo
Baños de naturaleza
Es muy beneficioso estar en contacto con la naturaleza, más si cabe si se vive en una ciudad ruidosa, superpoblada, y con pocos espacios verdes. Aconsejan pasear por parques y jardines, ir a la playa o a la montaña y dejarte embeber todo el cuerpo y la mente de la calma de la naturaleza.
Soltar emociones
También es muy recurrente el consejo que dan los terapeutas de soltar emociones. No está mal visto llorar ni bailar hasta desmelenarse si la psique está inquieta y con ello liberas endorfinas.
Socializar
Como me ha pasado a mí, os cuento la receta de dos psiquiatras para remediar una depresión endógena; socializar. De hecho desde que me lo prescribieron lo he visto recomendado en varios de los artículos que he publicado de distintos medios.
Haciendo una síntesis de las tres nuevas terapias, hay algunas más, voy a aportar mi punto de vista.
Estoy totalmente de acuerdo en rebajar los fármacos y tomarlos solo en la cantidad necesaria para mejorar el estado psíquico, pero las nuevas propuestas no siempre se pueden llevar a cabo por falta de empuje o de ánimo, o por no tener cerca un espacio verde o azul, ni ganas ni posibilidad de soltar amarras con las emociones o inclusive estar con otras personas.
Todo es bueno en su medida y en su momento…
Personalmente valoro las tres propuestas, pero pienso que al prescribirlo han de contar con el estado actual del paciente porque si supone una carga demasiado pesada, aprisiona más que libera y puede provocar angustia en lugar de relajar.
En mi caso el tema de la socialización, seguramente me conviene, y he estado informándome en nueve sitios, aunque de momento solo me he apuntado a un espacio social de mi ciudad para hacer actividades diversas. Tengo dos más en cartera a los que si puedo acudiré puntualmente, pero no pretendo agobiarme ni llenar todos los espacios de tiempo libre, porque sería contraproducente.
He de añadir que no es fácil encontrar “tu hueco”. Los sitios donde se hacen clases lúdicas están sobresaturados y no hay plazas disponibles, o no se pueden hacer más de 3 faltas de asistencia por la gran demanda, o bien desarrollan temas que no van conmigo y sería forzado apuntarme a pintar por ejemplo cuando nunca se me ha dado bien, o a formar parte de una coral si desafino y no me gusta la música.
En cuanto al contacto con la naturaleza no todas las personas a las que les vendría bien lo tienen fácil. La sociedad está muy masificada y a veces, sobre todo cuando se tienen compromisos laborales o familiares que dejan poco tiempo libre y requieren desplazamientos, cuando se acaban las obligaciones, el mejor descanso es la tranquilidad que ofrece el hogar y ver un reportaje de viajes en la televisión por ejemplo.
Por último sobre soltar emociones, en ocasiones es difícil hacerlo, ya que a nadie le gusta preocupar. Este sentimiento es compartido con muchos pacientes de psiquiatría porque, cuando ha salido el tema en una conversación distendida en un ingreso o en el Hospital de Día, todos tenemos asumido que somos una carga y a nadie le gusta ser un peso muerto. Y como la sensibilidad está a flor de piel un comentario inoportuno estigmatiza y hace que nos cerremos como ostras haciendo el “paripé”, el “no me he enterado” o “estoy bien” sin que ello sea cierto…
M. Carme Samaranch