MARTINA CORTÉS MOSCHETTI | infobae.com | 30/11/2025
Expertos de Cleveland Clinic señalan cómo enfrentar el impacto de los cambios vitales y aconsejan acudir a un profesional si el malestar se prolonga
La depresión situacional, también conocida como depresión
reactiva, representa una respuesta emocional intensa ante eventos
estresantes o traumáticos de la vida, según expertos de Cleveland
Clinic.
A diferencia de la
depresión clínica, este cuadro responde directamente a circunstancias
adversas y puede afectar el bienestar general de quienes lo experimentan. Detectar
sus características y abordarla oportunamente resulta fundamental para evitar
que evolucione hacia formas más graves.
Características y
diferencias con otros trastornos
De acuerdo con la
psicóloga clínica Dawn Potter, de Cleveland Clinic, la depresión
situacional no es un diagnóstico médico formal, aunque los especialistas suelen
referirse a ella como un trastorno de adaptación con estado de ánimo depresivo.
“Significa que un factor estresante en tu vida
ha desencadenado una respuesta emocional mayor de lo esperado que
afecta tu bienestar general”, explicó Potter.
Mientras que el duelo por
una pérdida es una reacción anticipada, la depresión situacional implica una intensidad
emocional que supera lo común y puede interferir en la vida cotidiana.
Asimismo, se distingue de
la depresión mayor porque esta última no necesariamente surge tras un evento
específico, mientras que la depresión situacional aparece de forma gradual
dentro de los tres meses posteriores al acontecimiento desencadenante.
Causas principales
Las causas de este
trastorno son variadas e incluyen tanto eventos negativos como cambios
positivos capaces de generar estrés. Cleveland Clinic identifica como
desencadenantes frecuentes la muerte de un ser querido, la pérdida o
inicio de un empleo, el divorcio, un diagnóstico médico
preocupante, experiencias traumáticas como accidentes o desastres
naturales, junto con problemas familiares o laborales.
Incluso situaciones
consideradas positivas, como la jubilación o el nacimiento de un hijo,
pueden provocar este tipo de reacción emocional. En ciertas ocasiones,
la acumulación de tensiones cotidianas actúa como una olla a presión y un nuevo
contratiempo puede superar la capacidad de afrontamiento de la persona.
Sin embargo, no todas las
personas responden igual; la resiliencia, el sistema de apoyo, la
historia personal, las normas culturales y la genética influyen en el modo de
enfrentar el estrés.
“Todos tenemos un umbral
diferente para afrontar y adaptarnos en momentos de estrés, cambio o pérdida”, afirmó Potter.
Síntomas de la depresión
situacional
Los síntomas pueden
presentarse de formas diversas e incluyen tristeza, desesperanza, preocupación constante, dificultad para
concentrarse o dormir, irritabilidad, variaciones en el apetito, pérdida de
interés por las actividades habituales, sensación de desbordamiento, llanto
frecuente y conductas impulsivas, como el consumo excesivo de alcohol o el
juego.
También es posible
experimentar síntomas físicos, entre los que destacan dolores de cabeza, molestias
estomacales, tensión muscular y alteraciones en el ritmo cardíaco. Aunque
previsibles tras un cambio importante, estos síntomas pueden confundirse con
los de otros trastornos, como la depresión mayor.
“La diferencia radica en
la gravedad de los síntomas, su duración, cuándo comenzaron y cómo afectan su
bienestar general”, aclaró Potter.
Estrategias de manejo y búsqueda de apoyo
Para gestionar la
depresión situacional, Cleveland Clinic recomienda implementar cambios
deliberados en el estilo de vida. Entre las estrategias sugeridas por
Potter sobresalen: mantener una alimentación equilibrada, priorizar el sueño
con rutinas estructuradas, realizar actividad física de manera regular, pasar
tiempo en la naturaleza, escribir los pensamientos como desahogo, practicar
ejercicios de meditación y respiración y dedicar espacio para el reconocimiento
emocional propio
Compartir la vivencia con
alguien ajeno a la situación puede ser de ayuda. Si los síntomas
persisten durante varias semanas y no hay mejoría, la recomendación es
recurrir a la orientación de un profesional de la salud mental, quien podrá
colaborar en la identificación de mecanismos de afrontamiento saludables y
favorecer el proceso de recuperación emocional.
Potter subraya: “No tienes que hacerlo solo, ni quedarte estancado en lo difícil”, y desde Cleveland Clinic destacan que, con el apoyo indicado y estrategias efectivas, es posible superar incluso los periodos más complejos y restablecer el equilibrio emocional