@Lucía Martín (colaborador de idealista news), @luis manzano |
09/09/2022
Nacieron
hace 40 años. El fundador, de nombre Cristóbal Colón y psiquiatra de formación,
reunió a 15 discapacitados severos y con ellos arrancó el proyecto empresarial
que hoy da trabajo a más de 400 personas y produce casi cien millones de
yogures al año.
En cuanto el coche coge el camino
que llega hasta la finca de Els Casals, dejamos de tener cobertura y no la
volveremos a tener hasta que recuperemos la carretera principal: es lo que
tiene estar rodeados de árboles, en un entorno natural mágico que todos los que
nos cruzamos repiten que es más bello, si cabe, en otoño.
Nos podemos hacer una
idea porque el Parque Natural de La Garrotxa es una joya. Una joya que esconde en su interior un proyecto
social y empresarial (poner el adjetivo social antes del empresarial
no es capricho) digno de admiración. Hay historias que da especial gusto
contar, no solo por el objetivo que las puso en marcha en su día, también por
el exitazo cosechado tras años de trabajo. Y ésta es una de ellas. Si
decimos La Fageda y no eres de Cataluña quizás este nombre no
te diga nada. Allí, sin embargo, son ampliamente conocidos, no solo porque
tengan uno de los mejores yogures de la Comunidad sino porque han cosechado
muchos premios a lo largo de sus 40 años de historia.
Una historia que no tuvo unos
principios fáciles. Si bien no suelen serlo para nadie que emprende en este
caso, menos aún porque contaban con una etiqueta que no suele vender: la
de la enfermedad mental. Nos vamos a los años ochenta, en una
España en la que, como en otros países, se estaban desmantelando los
denominados entonces manicomios, poniendo en la calle a mucha población que se
consideraba podía vivir por sus propios medios. Sin embargo, no era así: muchos
de esos pacientes se veían ya sin familia o con familias que no querían hacerse
cargo de ellos.
¿Qué hacer con ellos? Entra en juego
ahí un personaje de nombre histórico, Cristóbal Colón, que comparte
con el descubridor de América la capacidad de cambiar realidades y de convencer
sobre aventuras poco convencionales. Él había trabajado como psicólogo en esos
centros psiquiátricos y se había percatado de cuán beneficioso era el trabajo
para los internos. ¿Por qué no montar entonces una iniciativa empresarial que
les diese una ocupación? “El origen de La Fageda está en Olot, en 1982, cuando
Cristóbal le expone el proyecto al alcalde y él le cede una sala de un
emblemático convento de la ciudad para empezar la experiencia. Y es así
como nace La Fageda, con unas 15 personas que sufrían trastornos
mentales severos”, explica Esther Carreras, responsable de comunicación de
la firma.
El
yogur es el vehículo, no el fin
Empezaron desarrollando una
actividad muy arraigada en la ciudad, la imaginería religiosa. Y poco después
surgió la oportunidad de comprar la finca en la que se ubican, de unas 16
hectáreas, y donde ya había vacas. Así es como empiezan a producir leche que en
sus inicios vendían a Nestlé y se dedican también a los viveros forestales, de
hecho en su día fueron de las empresas más importantes de este sector en
España.
Y entonces llegó la cuota láctea por
parte de la UE: “Lo de los viveros fue cayendo en picado y coincidió con el
excedente de leche en Europa del año 91. Es ahí cuando de un problema se hace
una oportunidad: Cristóbal dice “Si dejamos de producir leche, vamos a reducir
lugares de trabajo, con lo cual nuestra misión que es mejorar la vida de
colectivos vulnerables, se va a pique. Vamos a reconvertir la leche en otro
producto y ese producto fue el yogur”, explica Carreras. Así nació el que hoy
es el yogur natural de fabricante más vendido en Cataluña.
Y no nos extraña, está exquisito,
pero atentos al mensaje: el yogur no es el objetivo, es solo un
vehículo. Su misión, que es algo que repetirán varias veces a lo largo
de la entrevista, es otra: “Todas aquellas actividades empresariales que
llevamos a término desde la producción de yogures, de postres, de helados,
mermeladas, son un medio para generar puestos de trabajo. No son un fin. Son
el medio que permite crear puestos de trabajo para todos los
colectivos de personas vulnerables que atendemos, personas con discapacidad
intelectual y trastorno mental severo y desde el año 2019, personas de otros
colectivos en riesgo de exclusión”, añade. Como mujeres maltratadas,
inmigrantes… Hoy trabajan más de 400 personas en La Fageda, y alrededor de 180
pertenecen a colectivos vulnerables.
Para entrar en su Centro Especial de
Empleo hay que presentar un certificado de discapacidad intelectual y
estar empadronado en la comarca. 40.000 visitantes al año Mariona Martí es
la relaciones públicas de la empresa y se encarga de las visitas, sean
escuelas, empresas, familias. Reciben unos 40.000 visitantes al año: “Cada vez
ampliamos más los tipos de colectivos que vienen a visitarnos. Antes nos
centrábamos mucho con escuelas y luego familias. Sí que es verdad que, sobre
todo la parte más académica se está estirando como un chicle. Recibimos también
bastantes personas de la empresa para hacer un día lúdico de empresa, venir a
conocer el modelo, para inspirarse…”, explica.
Las visitas empezaron de forma muy
espontánea: “Tenemos la suerte de estar dentro de un parque natural y dentro de
una reserva natural. De manera esporádica había gente que estaba andando por la
zona y de repente llegaba aquí y siempre había alguien de La Fageda que podía
dedicarles tiempo a explicar el proyecto”, cuenta Martí.
¿Cómo impacta en el territorio su
presencia? “Estamos intentado hacer un estudio de esto pero es difícil, no son
datos cuantitativos. Lo que sí que sabemos es que hace ya años que la
comarca de la Garrotxa es la única con un 0% de paro en las personas con
discapacidad intelectual y trastorno mental grave. Todas las personas
que vienen de este colectivo y quieren trabajar están trabajando. Para nosotros
esto es un éxito brutal. De hecho, fue uno de los cambios que hicimos hace
cuatro años, cuando vimos que no había personas de estos colectivos para
trabajar y nosotros, de manera muy natural, cada vez vendíamos más. ¿Qué
hicimos? Siempre de la mano de los servicios sociales de la comarca preguntamos
quién más necesitaba ayuda”, aclara.
Y así fueron llegando los jóvenes
con riesgo de exclusión social, las mujeres maltratadas…. Hemos tenido suerte
en nuestra visita: una vaca ha parido en el campo y asistimos a los primeros
pasos del ternero. Siempre es emocionante esto, nos explica el operario que
trae al animalillo a las instalaciones. La Fageda produce casi 100 millones de
yogures al año. “Aquí no hay propietarios, no hay socios, no hay accionistas.
Todos los beneficios que se obtienen se reinvierten en el proyecto para
continuar generando puestos de trabajo para personas de colectivos vulnerables.
Por eso insistimos que nuestras actividades empresariales y productivas
siempre, siempre son un medio y nunca un fin”, finaliza Carreras.
La
Fageda acumula premios en
su haber: emprendedor del año de la revista Emprendedores, Premio Turn the
World Outward Award de The Arbinger Institute, de consultoras como EY… Colón
suele decir que su motivación es no volver al manicomio y que ellos son en
realidad unos raritos. Bendita rareza.
Hay otro artículo con fecha 24/02/2013 que trata el mismo tema y habla de la misma empresa. Entonces cumplían 30 años y fabricaban 45 millones de iogures al año. Ahora, una década después, fabrican 100 millones de iogures/año y han diversificado la producción cubriendo otras áreas de alimentación y otras actividades. Es encomiable el trabajo que hacen y la felicidad que generan en tantos hogares de la zona. Desde aquí les felicito y me gustaría alentar algún otro emprendedor o empresario a contar con personas que tienen dificultad para conseguir un puesto de trabajo por su enfermedad.
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