domingo, 19 de abril de 2020

"No hay cura en salud mental si no se rehabilita socialmente al paciente "

ANTONI GRAU   |   ITA, especialistas en Salud Mental   |   14/04/2020

ITA está formado por una red de 31 centros ubicados por toda España, y especializados en trastornos alimentarios, de conducta, las adicciones (drogas, juego, comportamentales, nuevas tecnologías) y en la psiquiatría general. Su modelo propio de terapia —imitado y validado nacional e internacionalmente— le ha convertido en un grupo de referencia, donde más de 1.000 profesionales tratan anualmente a más de 5.000 pacientes de entre 7 y 72 años.
-¿Cuándo podemos hablar de trastorno mental? 
Cuando se produce una alteración del funcionamiento normal de nuestro día a día. Una alteración biológica, psicológica o social que rompe nuestra continuidad, nos crea sufrimiento y supone una disfunción en nuestra actividad normal diaria y en nuestras relaciones sociales y familiares.
-¿En qué se basa la metodología propia de ITA? 
El modelo ITA fue pionero, y continúa diferenciándose en cuatro aspectos. El primero pasa por buscar la base de malestar que genera el trastorno y acabar con éste de raíz. Atendemos los síntomas, pero lo más importante es resolver los motivos que condujeron a la irrupción del trastorno. El segundo es que nuestros tratamientos son interdisiciplinares, enfocados desde un punto de vista médico, psicológico y social. Un tercer elemento pasa por la implicación del entorno y la familia del paciente. Y en último lugar, actuamos como una red que cubre todo el proceso asistencial desde la hospitalización, el centro de día y las consultas externas.
-Tratan a muchos adolescentes… 
Comenzamos en 1998 como especialistas en trastornos alimentarios, convirtiéndonos en referencia nacional. Posteriormente, aplicamos algunos de nuestros ingredientes terapéuticos a los trastornos de conducta. En el momento actual tratamos patologías como las adicciones, los trastornos de la personalidad, trastornos psicóticos y trastornos adaptativos entre otros.
-¿Por qué se dan estas conductas en algunos adolescentes? 
En un primer lugar porque los adolescentes tienen cada vez una menor resistencia a la frustración —los adultos también—; en segundo lugar una progresiva devaluación de la idea de autoridad que establece roles y límites en la familia, a lo que hay que añadir familias sobreprotectoras y familias donde no existe un rol parental definido por motivo de desestructuración o por motivos laborales. En tercer lugar una dilatación de la adolescencia. Y, por supuesto, factores externos como la crisis económica de la que estamos viendo ahora las consecuencias en la salud mental.
-¿Cómo podemos saber que nuestro hija o hijo adolescente sufre este tipo de trastorno? 
La rebeldía, si me permite la expresión, del adolescente es algo inherente a su crecimiento. Ponerle una hora de llegada a las 22h y que llegue un poco más tarde es normal. Nos está poniendo a prueba. En cambio cuando se transgreden esos límites, no se respetan de forma reiterada; aparecen comportamientos violentos verbales o físicos y se produce un sufrimiento tanto en el joven como en la familia podemos hablar de trastorno. Algo que se agrava cuando hablamos de consumo de drogas, haciendo a estos jóvenes más impulsivos, con problemas de atención, baja tolerancia al frustración, etc.
-Por último, desde ITA, ¿defienden la incorporación a la sociedad de sus pacientes? 
Absolutamente. No hay cura en salud mental si no se rehabilita socialmente al paciente, devolviéndole su ciudadanía y su derecho a vivir, trabajar y ser un individuo plenamente activo en nuestra sociedad. 
La escesiva medicalización de la vida cotidiana
Para Antoni Grau, Director Clínico de ITA, nuestra sociedad abusa de la medicalización de muchos problemas cotidianos. “Un duelo o una separación se tratan como un problema médico, como si fuese un patología y en muchos casos recurrimos a fármacos, cuando debe ser la propia persona la que desarrolle mecanismos para recomponerse y superar la situación. No debemos buscarles una justificación médica a situaciones que son propias de nuestra vida cotidiana”. Grau señala que “es diferente cuando existe un problema de base que con esa situación puede desencadenar un trastorno mental”. 

Antoni Grau. Director clínico (www.itasaludmental.com) 


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