MARCOS MONTALBÁN | infobae.com | 20/11/2025
Los expertos coinciden en que reprimir pensamientos negativos es contraproducente
En un contexto en el que la exigencia diaria y el ritmo acelerado pueden
pasar una mala jugada para nuestra salud mental. Aprender a lidiar con
los pensamientos negativos se ha convertido en una necesidad
urgente. Los expertos coinciden: no se trata de intentar “no pensar”, sino
de comprender, cuestionar y
reformular esas ideas que pueden
llegar a condicionar nuestra vida.
El psicólogo Juan Rescalvo ha publicado en sus redes
sociales un método simple y accesible para reducir la intensidad de los
pensamientos negativos. Ha asegurado que “solamente necesitas una
linterna, un papel y un bolígrafo para calmar tus pensamientos
negativos”. Y en base a esto, ha recomendado tres técnicas esenciales.
La primera: “Interroga a tu cerebro hasta que se quede sin excusas”.
El especialista ha invitado a plantearse preguntas incisivas como “¿Por qué
piensas que no puedes?”, o “¿Quién te dijo eso?”. Su objetivo es identificar la
raíz del pensamiento intrusivo. “Si te haces preguntas, descubrirás la
verdadera raíz de tus problemas y será más fácil que lo soluciones por ti mismo
o con la ayuda de un psicólogo”.
La segunda: “Sé consciente de tus habilidades”.
Para ello, Rescalvo ha recomendado hacer “una lista de diez habilidades
generales y, por otro lado, plantear tres opciones para el problema que quieres
resolver”. “La forma de resolver una preocupación no es eliminando el problema,
sino aceptando la situación”, ha añadido.
Y por último, poner un nombre a
tu “cabecita”. “Puede ser el de tu vecino, el de tu anime favorito o el que
te diga ChatGPT”, ha señalado. Este ejercicio busca desidentificarse del
pensamiento. Cuando la mente entre en bucle, Rescalvo aconseja: “Pídele que pare
un rato, que te hará caso”.
50.000 pensamientos al
día, 10.000 negativos
El psicólogo Santiago Cid
Paz aporta una visión más cuantitativa del problema: “Al día tenemos 50.000
pensamientos, de los cuales 10.000 son negativos”. Esta avalancha cognitiva puede
ser peligrosa cuando se repite en torno a un mismo tema. “Cuando empezamos a
tener pensamientos negativos, cada vez se van haciendo más y más grandes a la
vez que nos los vamos creyendo con más fuerza”.
“Cuanto más me voy
creyendo mis pensamientos negativos, estos se vuelven más fuertes... y es mucho
más difícil evitarlos”, ha añadido. Ambos expertos coinciden en que reprimir el pensamiento no funciona. “La típica frase de ‘no lo pienses
y olvídalo’ es un error, ya que cuanto más pensemos en ese pensamiento que
nos está haciendo daño, más presente lo tenemos”.
Las distorsiones
cognitivas más comunes
Algunos de los
pensamientos negativos más comunes aparecen por errores de interpretación
mental. Entre los más frecuentes destacan:
- La idea de creer que sabes lo que
piensan los demás.
- Generalizar situaciones
- Dramatizar o hacerse la víctima.
- Insultarnos a nosotros mismos y a
los de alrededor.
- Catastrófizar o exagerar eventos
cotidianos.
- Crearnos unas expectativas
inalcanzables.
- Quitarle valor a las cosas
positivas.
- Pensar que las cosas o son blancas
o son negras.
El yoga combina ejercicio
físico y meditación para mejorar fuerza, postura y flexibilidad. Favorece la
respiración consciente, reduce ansiedad, fortalece huesos y articulaciones,
mejora el sueño, la inmunidad y la salud cardiovascular, aportando equilibrio
emocional y bienestar integral.
Cómo empezar a cambiar
Para revertir estas tendencias,
Rescalvo pone en el foco la autoexploración y la aceptación. En cambio, Cid
recalca la importancia de ser objetivos y compasivos con uno mismo: “Valorarnos
razonablemente para que no nos afecten más de la cuenta y ser conscientes de que su contenido no
es ni objetivo”. Ambos profesionales
coinciden en que la clave no está en huir del pensamiento, sino en
transformarlo.
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