viernes, 27 de marzo de 2015

La información de algunos medios de comunicación sobre el reciente accidente aéreo.


Estoy disconforme tanto por parte de algunos periódicos como de los canales televisivos, porque no cuidan o no piensan cuánto pueden perjudicar con los textos, las fotografías y las mesas redondas que retransmiten por televisión a los enfermos con trastornos mentales. Por tanto quiero aportar algunas ideas sobre este hecho.

Las palabras que más definen lo que se trata y la manera en que lo hacen algunos son; “sensacionalismo” y “precipitación dando noticias sin confirmar”, además de “mostrar muchísimas veces las fotografías más escalofriantes del lugar del accidente, o cómo han reaccionado los familiares ante la desgracia”, sobre todo los que están más afectados. Esto último lo considero una falta de respeto hacia los entrevistados.

Pienso que es necesario informar de las certezas que van obteniendo los distintos equipos que trabajan para esclarecer los hechos a los familiares, incluso decirles con detalle si lo preguntan, qué están haciendo, qué harán a continuación y como ya hacen gracias a Dios darles soporte emocional y consuelo por parte de equipos de psicólogos y psiquiatras. Pero desde que ocurrió el accidente, las noticias de Internacional en la prensa escrita versan la mayoría sobre ello, y en televisión además de dar muchísima información en los telediarios, se hacen mesas redondas exhaustivas con todo tipo de preguntas a profesionales, sobretodo personas que trabajan en compañías aéreas, médicos, jueces, etc.

Pocos periodistas se habrán parado a pensar cómo perjudica esta manera de trabajar a los que tienen un trastorno mental a veces muy serio, pues aunque se mediquen el pensamiento de “somos los malos y qué poco entienden nuestros sufrimientos”, o más serio todavía, “a mi me hubiera podido pasar igual que al copiloto, según la opinión de los que saben me medico,” está rondando por muchas cabezas de estas personas y les perjudica notablemente.

El accidente ha sido muy serio y la causa que parece lo ha provocado también. Ha afectado a muchas familias y a las personas más próximas del copiloto fallecido. Pues, por humanidad y respeto a los 150 difuntos, familiares y amigos, además del colectivo que padece algún trastorno mental, les pido por favor sean más cautos y no especulen tanto con una pequeña información que se filtra y no se sabe ni su certeza ni su procedencia.

Leía hace dos días en un blog de un sacerdote las siguientes frases: “Recemos por los fallecidos, acompañemos a las familias en su pena, informemos a la opinión pública, investiguemos las causas de la tragedia; pero no convirtamos el dolor y las lágrimas en espectáculo televisivo” y yo añadiría –ni en la prensa escrita-.


M. Carme Samaranch.



1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con esta publicación porque trato con enfermos con trastornos mentales, y hace un rato leyendo el apartado "salud" del periódico El Mundo he encontrado un pequeño artículo que dice:

    'Tenemos que ser cautelosos y no estigmatizar' (El análisis de los expertos)
    Dos psicólogas y una psiquiatra debaten sobre lo ocurrido en el accidente de aviación y de si las informaciones que se están dando son rigurosas y respetuosas con la enfermedad mental.

    Dos opiniones que de fondo coinciden.


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